Partida Rol por web

Después de hablar con Dagar, Kramghrat volvió a la mesa donde estaban sentados los enanos y Matholuich.-Bueno, he oído que en unos días va a venir un Mago a la posada¿te suena de algo?-dijo mirando a Matholuich.-Por cierto¿has visto a Goldang?Tendría que hablar de negocios con él. Recordad, saldremos tres horas antes del alba, la cueva de esos trolls no esta ni a media jornada, todos debéis llevar pico, pala y hacha y cuando digo todos, es todos. El que no los consiga a tiempo que no venga, como ya dijo no vamos a luchar contra los trolls sino a exponerlos a la luz. Ahora hablaré con Rubb para comprarle tanta leña como pueda. Matholuich, al volver tú,yo, Grenn y una de las hijas iremos a la fortaleza con el rebaño, os enseñaré el lugar y te daré algunas indicaciones básicas de como empezar ha hacer las cosas. Kraner al volver me gustaría que llevases una carta a Khazad-dûm para que vuelvas en primavera con una expedición de trabajadores en condiciones, hay mucho por hacer.-por último miró a Olaf.-Nadie por aquí ha demostrado ser de fiar excepto los Grumm y Matholuich, así que decide tú mismo en quien confiar y en quien no.-estaba cansado de hacer de niñera y aquel enano empezaba con mal pie por lo que indicaba su tono.

Ya antes de irse a descansar le entrego a Rubba todas las pieles y los tapices de los Fuilcwian para ver si podía limpiarlas bien, en principio había pensado venderlas, pero al final pensó que sería mejor conservarlas para calentar el lugar.Por otro lado se intereso por comprar algunas hojas y raíz de Arlan, Amuminas, Terbas y Berterin teniendo en cuanta cuanto tiempo se mantendrían frescas, no quería volver a sentir la sensación de impotencia que había tenido con Bodolf. Además aprovechó para comprar algunas vendas limpias

Le ofreció a Falen las armas y las armaduras de los Fuilcwian a ver que precio le daba, tampoco quería discutir mucho y la mayoría de las armas de esos cabreros no parecía tener valor alguno. En lugar de dinero le pidió su valor en aceite, así como un poco de aceite de teca de la mejor calidad para reponer el que gastó con el jabalí y si tenía un cuarto de yeso se lo quedaría también.

A Rubb le pidió si le podía vender leña, cuanta más mejor para acabar con los trolls que amenazaron a su hijo. Es más le planteó el plan pidiéndole que Leddon y Grenn le acompañasen, el respondía por su seguridad, Kramghrat creía que después de lo vivido ya debían convertirse en hombres. Los caminos eran peligrosos y no les vendría de más aprender cuatro cosas, además le dio su palabra de que solo los quería para hacerse cargo de los animales y ayudar a cortar y descargar la leña

Me río antes las palabras de Aramis. 

- Esos enanos, salvaron la vida de mi hijo. - El recuerdo de la historia me hace sentir en un momento triste y después contento por el desenlace. Era difícil expresar como me sentía. - Mi hijo ha sido extraído de las garras de unos trolls por esos enanos. Se aventuraron en el bosque, entraron en una guarida de esas criaturas nocturnas y sacaron a mi hijo, desnutrido y sucio. Ahora se ha recuperado y poco a poco vuelve a tener la vitalidad de siempre. Pasamos miedo y pensamos que no volveríamos a verlo.

Suspiro aliviado un poco por el desenlace. 

- Le debemos todo a ese grupo de enanos, y ahora tienen alojamiento y comida gratis de por vida. No tenemos dinero para pagarles y ese es el mejor pago que podemos hacer.

- Llevo aquí muchos días encerrado y aunque las caras son largas, no se suelen meter donde no les llaman. Solo el grupo de Matabueyes, que de vez en cuando, busca pelea con algún parroquiano. Pero nada fuera de lo normal. Yo no temería por los presentes.

Cuando Krramgrhat se marcha, me quedo pensado. Tendría que encontrar buen grano, llevarle una muestra, darle precio y partir a por unas monedas. Mi padre se pondría loco de contento por el trato realizado. 

Los pensamientos de ampliar el negocio del grano no me dejaron pensar en la falta de hombres para salva guardar mi cargamento hasta llegar a la Torre Faro. Pero ya habría tiempo para preocuparse. Hoy era un gran día.

Si los ojos eran el espejo del alma, la cara debía ser el reflejo del cuerpo.
La cara de Aramis se sorprendió con la primera declaración de Rubb, pero la explicación sobre qué había sido aprendido por los Troles, y rescatado por los enanos, aun le parecía mas sorprendente.

No es que pensara que no pudieran ser capaces. Pues era bien sabido que cuando se lo proponían eran gente resolutiva. Pero la historia le parecía magnifica y sorprendente, por algún motivo que no alcazaba a racionalizar.

Lo lamento, y me alegro. No supe nada de todo esto. Lamento no haberte podido ser de ayuda. Yo mismo hubiera ido a echar una mano, de haberlo sabido.

Quiso decir que él hubiera ido a por el muchacho a una cueva llena de troles, pero también seria mentira. Aunque sí que hubiera procurado ayudar.

Aunque era capaz de mantener a los troles bajo control fuera la hora que fuera del día o la noche, pues la luz siempre había sido su aliada. No contaba con la capacidad para vencerlos limpiamente.

Volvió a beber, sonrío a su viejo amigo. Y luego volvió la vista a la taberna, mirando con nuevos ojos a los enanos. Eso explicaba que no hubiera gritos por parte de los matabueyes. Eran tercos y algo cortos de miras, pero respetaban a los pueblerinos, aunque de manera mezquina.

Pues será menester, que yo mismo los felicite por dicha gesta. Y presente mis respetos por tan, sorprendente tarea. Gracias por la jarra Rubb.

Con paso decidido dejo la barra con intención de acercarse a la mesa con el mayor grupo de enanos. Estaban hablando, y iba a procurar esperar que hubiera un hueco antes de interrumpir con sus palabras.

Kramghrat se levanta de la mesa de Dagar y se va junto al grupo de enanos y el montañés.

Cuando Kramghrat me pregunta por el mago, levanto la barbilla y le señalo con la cabeza al hombre pelirrojo que estaba en la barra, hablando con Rubb. No se podría decir que es un mago, pero es lo más parecido que hay por estas tierras.

- Goldan viajó ayer hacia Cameth Brin.

Digo de forma escueta. Cuando recuerda el plan para mañana, asiento con la cabeza sin soltar la jarra de cerveza con mi mano.

- Por mi no ha problemas. Así saldré de esta cárcel donde he estado encerrado una temporada. Volver a Moria me llena de alegría. Tardaré lo menos posible.

Le entrego todo lo que me pide.

- Aquí tienes unas hojas de Arlan, recuerda que se deben aplicar directamente en la herida, con estas tendrías para una vez, y me costaron 185 monedas de broce. La raíz de Arlan se come y es un descongestivo muy bueno, me costaron 75 monedas de cobre y tendrías para una vez. Las hojas de Amuminas se aplican directamente sobre la piel y acelera la curación de lesiones de ligamentos, cartílagos y músculos. Me costaron 95 monedas de cobre cada aplicación. Las hojas de terbas doblan la velocidad de curación de lesiones nerviosas y se aplican directamente, cada aplicación salen 3 monedas de oro. El musgo berterin se toma en infusión, y preserva cualquier cuerpo vivo durante un día, su precio es 235 monedas de plata.

- Me parece un buen cambio. 

Seguidamente acordamos y entrego lo pedido y me quedo con las armas y armaduras.

- Me parece buena idea que mis dos hijos os acompañen. Así aprenderán a defenderse ellos solos. En cuanto a la leña, ellos mismos te indicarán donde cogerla. Puedes coger la que necesites, por eso no hay problema.

Aramis se retira de la barra, despidiéndose de Rubb y se acerca a la mesa donde se encuentran Kramghrat, Kraner, Olaf y el norteño Matholuich.

Kramghrat estuvo atareado buena parte de la tarde. Habló con Leddon y Grenn para que estuvieran preparados tres horas antes del alba, llevarían pico, pala y hacha como los demás; además entre los tres estuvieron preparando atillos de leña toda al tarde. Al día siguiente llevaría no solo al pony sino tres bueyes o vacas repletos de leña hasta la guardia de los trolls, junto con los dos cuñetes de cinco litros de aceite que le había comprado a Falen, sería la primera vez que viajaría sin todas sus herramientas y eso no le hacia ni pizca de gracia.

Una vez repuso los vendajes, el yeso y el aceite de teca le compró a Rubba dos hojas de Arlan, una raíz de la misma, una de Arnuminas y una de Terbas, era un gran gasto, pero tras lo sucedido con su difunto compañero el enano no volvería a bajar la guardia.3 mo,370 mb y 170 mc, una pequeña fortuna la cual el enano refunfuñó una y otra vez a medida que soltaba las monedas, sin embargo todavía tenía la sensatez de estimar más su vida que al oro.

Con todo preparado se retiró unos minutos ha hacer cuentas y a preparar la carta para enviar a Moria. Estimó necesario pagar un mes por adelantado, sino nadie de su gente acudiría a la llamada, garantizando el pago al llegar además de medio año de trabajo, más si las obras se alargaban y el dinero se lo permitía. Para el capataz reservó 35mo, 280mp para 20 soldados que protegiesen la caravana y a los trabajadores, más 210 en salarios para 30 picapedreros enanos. Con suerte podría mantenerlos hasta un año entero, pero de ahí también tendría que destinar una parte a suministros materiales y herramientas.Cuando Kraner partiera le daría todas las gemas, algo mucho más fácil de transportar y mucho más apreciado por los enanos que el oro, así se aseguraría que alguien se interesaría por su oferta. Desde tan lejos traería solo lo más necesario las piezas y herramientas de gran calidad enana, lo que en el angulo jamás sería capaz de encontrar en el angulo. Para ello asignaría todo el sobrante de las gemas, calculó unas 150 mo tras pagar el mes de adelanto, cantidad más que suficiente para fletar carros, animales de tiro materiales y herramientas; reservándose las voluminosas monedas de plata para los pagos mensuales.

Ahora solo le quedaba cenar y charlar con aquel "mago", aunque por su aspecto más bien le parecía un charlatán o un buhonero del camino.

Hola a todos. Matholuich.

El hombre parece conocer al humano, pero sus ojos están centrados en los enanos.

Vengo a agradeceros que salvarais la vida del hijo de Rubb. Es un buen hombre, y su dolor y su perdida hubieran sido extremos de haber perdido un hijo a mano de los troles.

El humano pelirrojo esta con una jarra de cerveza en la mano, y la sostiene frente a su pecho. Se queda un poco en tierra de nadie, pues no se acerca más a la mesa, pero tampoco se marcha tras sus palabras.

Lo único destacable más allá de su aspecto es su sonrisa. Que no abandona su rostro. Aunque esta tibiamente marcada por una cicatriz en el lado izquierdo del rostro. Algo de los que también parece ajeno el interlocutor.

Levanto la cabeza en un gesto de saludo parco hacia Aramis mientras sujeto la jarra de cerveza con las dos manos, apoyadas sobre la mesa. Como siempre, era de pocas palabras, por lo que no tenía ganas de añadir nada más al saludo. Ahora trabajaba para kramghrat y era él que tenía que decidir si se sentaba en la mesa o no. 

     -- Saludo al recién llegado ya que es el único que no me ha mirado mal de los clientes de la taberna.

   -- Hola, soy Olaf, con que comercia usted, era cerveza eso que ha traído al posadero.

Ol wolf, lof golf. olof… como ha dicho exactamente.

Olflaf. Encantado. No, no soy mercader, y eran tarros de miel. Ni la mejor, ni la peor. Gustosa, pues mis zánganos no saben hacer otra cosa que trabajar.

Vale, al menos uno de ellos había respondido a la llamada. Que gente tan modesta, se les agradece lo del chico, pero ni lo mencionan.

Interesante.

El enano de cabello plateado frunció el ceño mirando al desconocido de arriba abajo con suspicacia.-Los Grumm son buena gente y ofrecieron una buena recompensa por salvar a su cachorro, acabamos con un troll en el proceso y pronto acabaremos con el resto. Eso es lo que un enano llama un buen día. He oído rumores por ahí que dicen que eres un Mago, pero no pareces para nada uno de ellos y si fuera cierto no debes ser uno muy bueno, tú cicatriz lo demuestra.

Recientemente hemos acabado con una panda de brujos que vivían en una fortaleza cercana, más te vale no tener nada que ver con ellos y no buscar venganza o correrás su misma suerte. Avisado quedas extranjero.-estaba claro que el enano no se fiaba de los desconocidos, menos si eran hechiceros, sobretodo después de lo ocurrido.

Aramis pasa de una sonrisa grande a torcer los labios mientras el enano del pelo cano habla, pero cuando termina vuelve a sonreír.

Bueno, que sea o deje de ser, no creo que sea importante. Y si fuera un mago, que tenga cicatrices no demuestra mi pericia, puesto que la magia es magia, y las heridas, heridas.

Pero aun no os habéis ganado esta historia. Dice al tiempo que se toca la cara.

No se amilana ante en enano, que sin duda se siente en posición privilegiada. Este tipo de comentarios y de comportamiento se asemejaban más a lo que conocía de los suyos.

No obstante, le agradezco que acabe con cuanto brujo o bruja se cruce. Todos estaremos más tranquilos sin ellos. Pero no se equivoque estimado enano, no busco venganza contra vos, ni contra ninguno de sus congéneres. He venido y ya os he dicho mi pretensión, felicitaros por salvar al hijo de mi amigo.

Hace un ademan de alejarse, pero se vuelve de nuevo hacia el enano gruñon, y baja un poco la voz para que el resto de la sala tenga muy difícil escuchar lo que comenta.

Lo que os puedo recomendar, es que no vayas por aquí amenazando a la gente. Como claramente habéis echo conmigo. Porque en estas tierras, el único extranjero sois vos.

Nuevamente habla con su tono habitual, sonrie ampliamente y no parece en absoluto indignado o contrariado por los comentarios de aquel con quien hablaba. No lo conocía y no tenia sentido sentirse amenazado por alguien que sin duda, habia obrado bien, aunque según sus palabras, fuera por una recompensa. Le guiña un ojo antes de moverse con clara intención de marcharse lentamente mientras comenta con voz desenfadada. 

Suerte tenéis que sea… duda un segundo… un mago tan malo.