Partida Rol por web

   El Consenso había tardado (para sus estándares) pero se había alcanzado. 

   Ante el avistamiento de un HPerdido con un 100% de ADN puro, ninguna de las IA's estaba dispuesta a quedarse relegada o a permitir un camino distinto. La recogida del espécimen se efectuaría de forma conjunta por los tres ejecutores y sería llevado en primer lugar hasta el servidor FRD697-Nirvana para su análisis e inmediata clonación.

   La presencia de la Obscura Europa fue debatida dentro de los complejos procesos que constituían el plan de actuación. Con el voto contrario de Olimpo en todo momento, el argumento de Nirvana sobre la capacidad de sentir los Hekaths por parte de los Obscura y por tanto la capacidad de trazar rutas fuera de peligro portando al especímen fue decisiva.

   Tras el Consenso, Olimpo realineó vías de tren hasta un punto de encuentro común y, ahora os  dirigís hacia la Arcología Delhi-Calcuta a velocidad mach-0'85. Cerca de la antigua exData, perviven comunidades de HPerdidos y el especímen fue avistado cerca.

---Tiempo estimado de llegada---0'30 minutos---

Para mí los ejecutores no son lo mismo que los HPerdidos, en cuanto a que los HPerdidos son vulnerables víctimas... y los ejecutores son máquinas de matar. Los Proxies por lo menos somos humanos, pero ni los Hydrahs ni los Hyonoses lo son... para mí al menos. Por esto en los primeros momentos de conocernos me mantengo un poco tímido respecto a ellos dos.

Estando sentado en el tren pensando me doy cuenta de que la presencia de Europa puede incomodarles, empatizo y comprendo que pueden no estar conformes con que una Obscura nos acompañe, e incluso que se sientan amenazados en su compañía. Por eso me levanto de mi asiento y sobre él activo un algoritmo médico de reconocimiento básico:

-Clave del sistema: DBI24- -Algoritmo codificado: FK73- Vamos Nirvana... sé que lo entenderás. Todo por el bien de la misión, ya me conoces.

-Muy bien Europa, es la hora del reconocimiento físico regular. -digo, mintiendo, esperando que Europa me siga la corriente. Se materializa entre mis manos un maletín negro de plástico duro, en el asiento donde estaba sentado. Lo abro completamente para que se vea su interior sin problemas, que contiene sencillamente lo que debe contener: un pulsioxímetro digital, un estetoscopio de campaña, un glucómetro... Entonces, mirando a Europa a los ojos buscando la complicidad, le pongo el pulsioxímetro en el dedo índice derecho, y dejándoselo puesto digo con gesto rutinario: -Muy bien, abre la boca... A ver... Gira la cabeza... -y mientras le miro el oído con un otoscopio básico le susurro: -Perdona Europa, sabes por qué lo hago... -y entonces pongo todo en el maletín, y mientras desactivo el algoritmo digo con simpleza y alta voz: -Todo en orden, como siempre. -ambos sabemos que uno de sus reconocimientos no es como lo que acabo de hacer, es bastante más complejo y por supuesto incluye pruebas diagnósticas de eritrocitos y leucocitos, comprobación genética, test de respuesta emocional, algiografias aleatorias... Pero ellos dos seguramente necesitan sentir que Europa está controlada, y mejor aún si la perciben más cerca de ser humana que... hekath.

Paso, paso, otro paso más, inquieto se siente el Hydrah, no por sus compañeros, si no por la misión. Hacías algún año que no aceptaba ninguna de las misiones de Olimpus, pero en esta ocasión supo convencer a Louis, un 100% puro, y su desconfianza hacia el Obscura. Por algún motivo que el chico no entiende le ha pedido que él guíe a los demás en su nombre.

No teniendo nada contra la Obscura, incluso causándole curiosidad, tal vez es el modo de su IA de intentar despreocuparse, siendo consciente de que este mecanismo siente cierta empatía hacia ese lado perdido.

Comprueba todas sus secciones, brazos bien, piernas correcto, el tren que les lleva no parece moverse para sus firmes pies, y el peso de su cuerpo le hace no percibirw el tambaleante destino. Se agacha a tocar el metal del suelo, pero no siente nada, quizás debería haber viajado sobre el techo, ahí quizás hubiera notado la brisa. - Olimpus que tipo de prueba me has preparado ahora?

"Todo en orden, como siempre."

- Yu-ju.

Europa se acomodó en su asiento, reclinándose hacia atrás. Aquella cínica expresión de júbilo era su forma de dar por zanjada la interacción. Reprimió el asco y la vergüenza que le ocasionaban aquellos chequeos, mostrándose estoica y centrada. No ocultaba su horripilante mirada al resto de presentes, de poco le iba a servir. Todos sabían que a partir de ese día lucharían junto a una Obscura.

Sabía porque la habían elegido. Su labor con los Proxy había servido para labrarse cierta reputación, aunque fuera más la fama de un perro bien entrenado que la de un operativo capaz. Pronto se corrió la voz, y todos supieron sobre la Obscura que vestía como los humanos. Operaciones en Bavaria, Crimea y Laponia le valieron el reconocimiento de algunos mandos, que vieron en ella la "herramienta" perfecta para la misión de Delhi-Calcuta. No obstante, la fuerte postura de Olimpo derivó en la decisión de Nirvana de monitorizar su estado. De ello se encargaría Axis, ahora su improvisado médico de cabecera, aquel que le recordaba a cada instante el monstruo que habitaba en su interior. Aun así, no le culpaba por ello. Al menos parecía un buen tipo. Respiró hondo y cerró los ojos, casi contando los segundos que faltaban para llegar a su destino.

Sin embargo, no pudo reprimir una inabarcable sensación de miedo. El miedo que se siente al contemplar un pasillo oscuro, sin atisbo de luz, mientras que escuchas el solitario fluir de tu propia respiración. Porque al contrario que los ejecutores, ella estaba completamente sola.

Incomodidad. Todo se podía resumir en aquella simple y pesada palabra. Miradas, palabras, espacios, deseos, esperanzas... Nada de eso le era próximo a Lux. Le era sumamente difícil romper la coraza que se interponía entre el mundo y SU mundo. Conocía su cometido y, bajo ningún concepto, abandonaría el camino de la rectitud, de la luz, de la claridad. Aunque aquella determinación en sus acciones provocara alejarse de un mundo real donde otras criaturas vivenciaban sus emociones. Ella había resurgido de la oscuridad para protegerlos, no para entablar lazos emocionales.

La hyonos miraba al frente, sin pestañear, con rostro inquebrantable ausente en otro lugar. Solo tensionó su cuerpo al ver como el proxy se acercaba a Europa para chequear su estado de salud. Era necesario todo aquello? No sería ella quién daría respuesta a tal cuestión, solo debía acompañarla hasta su destino y salvaguardar su vida. Nada más.

Pruebas, observaciones, análisis. La oscuridad se esconde en los lugares más inhóspitos de la persona. Una simple juego con modernos aparatos no serían suficientes para dar caza al velo negro que los amenazaba. De eso, lux estaba segura. Era solo un juego de opuestos.

Permaneció de nuevo en silencio, con la mirada fija en un punto indeterminado, inmóvil, firme. Ese era su lugar. Su único lugar en aquel preciso momento.

   El vagón reconvertido fue diseñado por Olimpo, ergo era práctico, ergonómico y cumplía con su objetivo, pero adolecía de ciertas palabras en su descripción. ''Comodidad'' era una de las grandes ausentes, tan sólo cuatro sillas metálicas remachadas al suelo sin cojines, un tablero de mando con una pantalla GPS que os indicaba el rumbo y la velocidad, junto con un freno de emergencia. El cuadro quedaba completo con una pequeña plataforma con diversos víveres y útiles asegurados con correas.  Como las distracciones o la salud mental eran conceptos desconocidos para Olimpo (más allá de una somera definición enciclopédica) ''ventanas'' era otra palabra ausente.

  Por ello, cuando las luces comenzaron a parpadear hasta fundirse una por una, ''iluminación'' pasa a ser otra de las palabras ausentes en su definición.

  Cuando el sonido de diversos pasos por techo y paredes empieza a oírse, ''seguridad'' queda completamente descartada.

La monitorización de Nirvana parecía perfecta y en todo momento del viaje has comprobado que los niveles Hekath en un radio de 100Km era inferior a un 20% y, en cualquier caso demasiado lejos y lentos cómo para representar una amenaza. Tan sólo durante un momento al enviar el informe a Nirvana, pareces detectar un error en la comunicación y por un centisegundo recibes la impresión de una muchedumbre de ¿Hekaths? rodeando el vagón.

50 Km para objetivo.

Durante todo el viaje no has sentido ninguna concentración Hekath más allá de un fugaz escalofrío en algunos momentos. Ahora, mientras oyes golpes, pareces sentir algo parecido, pero mucho más débil.

La monitorización de los sensores del vagón parecía perfecta y en todo momento del viaje has comprobado que los niveles Hekath en un radio de 100Km era inferior a un 20% y, en cualquier caso demasiado lejos y lentos cómo para representar una amenaza. 

No sabes lo que os rodea, pero no parece que vayas a tardar en descubrirlo.

50 Km para objetivo.

La manufactura del vagón me hace sentir del todo incómodo. Me resisto a sufrir claustrofobia, pero no desearía estar en este vagón ni un minuto más del necesario. Por eso, y por la poca interacción de mis compañeros, me mantengo en silencio después de mi intento con la pseudo-revisión de Europa.

En cuanto se oyen los pasos sobre el vagón cargo el algoritmo que pone una WebX45 en mis manos, y me pongo a pensar: ¿Qué ha sido eso? Lo más probable es que sean hekaths ya que estamos en movimiento y esos "pasos" se oyen también en las paredes... pero con los datos de Nirvana no acabo de estar seguro... Entonces digo: -Atentos, aunque no estoy del todo seguro de que sean hekaths... recomiendo no abrir fuego hasta ver objetivo. Dadme un momento...

¿Nirvana? Datos, por favor...

Como si su lamento por no sentir el viento fuera escuchado por Olimpo, Louis se percata de la ausencia de ventanas, y enseguida vuelve a esa oscuridad que tanto aprecia. No sabía quien o que atacaba el vagón, pero que la luz desapareciera le permitió centrarse en su oído, en esa sensación de estar aislado y protegido por el manto negro de la soledad.

Tenía ganas de disparar a los techos, pero primero debía asegurarse de que no se tratara de algunas criaturas de la noche.

- Olimpo ¿puedes deshacerte del techo? - pensó, depié en el vagón sin agradable la sensación de estar perdiendo el tiempo en un asiento, se sentía mejor al apreciar que una ligera brisa suave enfriaba su piel bajo el cristal.

Prefería la calma de un tejado desierto para pasar sus horas en ese deshabitado panorama, pero siempre de pie, como si temiera descansar y dormirse, y despertar de ese sueño, quizás resultando ser algo peor.

- no pueden ser hekaths, están demasiado lejos - dijo golpeando una de las barras que sustentaban el techo, como si por solo ese golpe el metal sobre sus cabezas fuera a volar por los aires.

Lux se tensionó al instante al escuchar el primer repiqueteo en el techo del vagón. No reconocía el origen de aquel sonido, tampoco le importaba demasiado. En un ágil y rápido movimiento, Lux se situó en medio del compartimiento y mostró una postura defensiva, a la espera de que aquello desconocido se mostrara y pudiera ofrecerle el alivio de la Luz.

Su rostro no mostró reacción alguna, salvo seguridad y determinación. Pero sí que era perceptible un tenue brillo en la armadura de la hyonos, incluso un ligero palpitar en sus piezas. 

-Los hekaths nunca están demasiado lejos - dijo secamente a la aportación de Louis. Y para ella, era del todo cierto, ya que consideraba que los brazos oscuros de aquellas criaturas no conocían límites. Allí donde pudieran arrancar la esperanza de todo ser viviente, podría existir la presencia de una de aquellas malformaciones.

Miró a un lado. Luego al otro. Sus improvisados compañeros parecían haber sentido también los sonidos procedentes del techo, y su reacción era la única confirmación que necesitaba. Europa se puso en pie, despacio, con los ojos apuntando al mismo lugar que ellos. En su mano derecha colgaba el rifle, con poca o ninguna intención de elevarse al cielo. Aún a oscuras, podía sentir lo que avanzaba a escasos metros sobre ellos... pero... había algo fuera de lo normal. Respiró, sintió, y trató de ver más allá.

- No es hekath. -Dijo, tajante.- Es algo... mucho más tenue.

"Algo tan tenue como un Obscura..." - pensó, dudando si compartir aquella información. De momento no tenía certeza de nada, por lo que esperar era la única opción.

Aunque fuera a causa del peligro, aquella era la primera vez en la que se asemejaban a algo parecido a un equipo. Preparó su arma, amartillada hacia atrás, lista para descerrajar 40 balas de calibre medio sobre cualquier cosa que tratara de entrar en el vagón. Porque si algo le había enseñado la vida en los ExData, es que existían muchas cosas peor que los Hekath. Y la maldad del hombre se encontraba entre ellas.

Hackeo anti nirvana 

La oscuridad me ampara, en efecto podría darte un bono de situación para la próxima acción que te toque hacer, pero recuerda que cuesta 1 punto FATE y que no es como tirar una habilidad (eso es gratis). Lo digo pk aún somos todos novatos con el sistema, si es lo que quieres adelante.

El vagón queda en total oscuridad, excepto por las luces que lleváis con vosotros. Los sonidos se  incrementan, mientras podéis escuchar como varios de los... de lo que sea que haya en el techo, empiezan a desplazarse hacia las ruedas.

Cada paso queda remarcado con el rasgar del metal mientras zarcillos picudos de materia Hekath perforan el vagón a cada movimiento, creando un horrible ritmo. A la vez, otros se dirigen hacia la escotilla de entrada y a pesar del metal reforzado, este empieza a combarse, si bien con esfuerzo.

El Hydrah no quiso apresurarse hasta ver bien a sus rivales, y por ello no fue tan rápido como hubiera querido, extendió sus brazos sin aparentemente arma alguna, hasta que inició un tiroteo agresivo dispuesto para dañar a quien les atacara o cubrir al grupo. No le gustaban las sorpresas, si osaban acercarse sin consentimiento, los aniquilaría.

-Lo tengo. -digo tras un momento de silencio. -Parecen ser híbridos de quimera, animales infectados por la radiación hekath, con HPerdidos. Son seis, de tamaño medio... nunca he visto nada igual. Parecen estar replegando alas y mutando sus cuerpos para sacar garras. -y me callo y me quedo pensando. Actúan de forma organizada... O bien su parte hekath está en estado evolutivo MKBeta, o bien son una creación de un MKGamma interesado también en el objetivo 100% humano y los ha lanzado contra nosotros o estaban custodiando el acceso... y me decanto más bien por esto segundo, y en este caso estaríamos en grave peligro de aquí en adelante...

-AXIS W87X, CONCÉNTRATE- La voz de Nirvana en mi cabeza me despierta de mis pensamientos. Bien, vamos allá... Me lanzo hacia el cuadro de mando para abrir la escotilla de entrada. -Parece que van a destrozarla, y las ruedas también... mejor la abrimos, así no queda inutilizada... ¡Listos! -y tras el grito, al ver que están preparados para abrir fuego y yo también, abro la escotilla y empiezo a disparar.

Quimeras. Axis lo había dicho alto y claro, seguramente gracias a los datos proporcionados por Nirvana. Aún lejos de ser Hekaths, sus instintos más animales se veían potencias gracias al pútrido plasma que corría por sus venas. Casi no pudo contener una sonrisa cínica. Aquellas bestias guardaban alguna que otra similitud con ella.

- ¿Que ganan atacando un convoy en marcha? Hay platos más suculentos en los ExData...

Tras lanzar su pregunta al aire, Europa dió un par de pasos atrás, colocándose a una distancia prudencial de la escotilla de entrada, cuya superficie comenzaba a mostrar un claro daño. Colocándose junto a Axis y Louis, levantó su rifle apuntando al mismo lugar que sus compañeros. No veía casi nada a causa de la penumbra, pero el sonido le bastaba para guiarse. Sentía cómo el pulso se le aceleraba, casi al ritmo de los profundos golpes que resonaban por el armazón metálico del tren.

Con el dedo en el gatillo, esperó pacientemente. Las balas comenzaban a volar, pero las suyas aún no estaban preparadas. Aguardaban al acecho, esperando a que la presa se ubicara en el blanco. Aguantó la respiración, y trató de visualizar el siguiente ataque desde la oscuridad. Sólo entonces respondería con la contundencia que aquellas bestias merecían.