Partida Rol por web

La vieja mansión del pantano

Partida - Frank Kennedy

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10/11/2017, 10:14
Frank Kennedy

Con el cuerpo rígido como una estaca por la tensión que voy acumulando con cada latido de mi corazón me deslizo por el suelo hasta salir de la imaginaria protección de los faldones de la cama y me aproximo atizador y daga en mano hasta situarme detrás de la puerta, con el oído aguzado para tratar de discernir los movimientos de la bestia y la esperanza de que, desde mi nueva cobertura, algo más expuesta que la anterior, no me convierta en un blanco fácil.

Si consiguiera llegar a la cámara secreta... ¿que haría? ¿Lanzarme a la luz? ¿Ponerme a gritar renunciando a los últimos jirones que me quedan de cordura? Bueno, primero hay que conseguir mantenerse con vida...

Notas de juego

Ahora mismo no tengo muy clara la distribución del piso superior, me lié un poco cuando empecé a abrir puertas cerradas con llave, por lo que no sé si la criatura está cerca o lejos de mí para intentar una incursión a la biblioteca.

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13/11/2017, 22:28
Director

Desde tu posición de la puerta te asomas al pasillo. Escuchas el crujir de la madera bajo las patas de la criatura que se aleja hacia tu izquierda dejando la oportunidad de cruzar hasta la biblioteca. Pero ¿deberías hacerlo rápidamente para intentar llegar allí antes de que se diese cuenta? ¿O lentamente intentando hacer el menor ruido posible y confiando en que no se vuelva repentinamente? 

El monstruo, por el momento, parece ajeno a tu presencia. 

Notas de juego

Normal, hasta ando yo perdido... XD

El pasillo es bastante largo y ahora la criatura está a unos seis metros hacia tu izquierda. Hacia la derecha, enfrente, a unos cuatro metros está la puerta de la biblioteca. Y un poco más allá, hacia la derecha también, las escaleras que bajan.

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14/11/2017, 08:21
Frank Kennedy

De nuevo siento un hormigueo en la planta de los pies que me pide a gritos salir corriendo en cualquier dirección que se aleje de la bestia. Realmente me siento tentado a ello, pero no he llegado hasta aquí siguiendo mis impulsos más básicos, si no utilizando la cabeza. Durante una fracción de segundo el tiempo parece detenerse. Mis ojos barren cada superficie del pasillo que se extiende frente a mí.

La criatura tiene unas poderosas patas y ya le he visto moverse, tratar de huir de él es, simplemente, algo fuera de mi alcance. Al parecer su olfato ha quedado inutilizado por lo que no puede seguir mi rastro, pero, ¿y su oído? Si, estoy a varios metros de él, pero no tengo la seguridad de que sea suficiente para que no me estuche arrastrarme por en entablado del suelo.

Bajo la mirada hacia el atizador, ese pedazo de metal que ha sido todo éste tiempo el salvavidas al que me he agarrado para mantener la falsa sensación de seguridad que me ha mantenido atado a la cordura. De alguna manera ha sido mi compañero, un fiel amigo. Me despido silenciosamente de él, y haciendo acopio de todas mis fuerzas lo lanzo contra la cristalera sobre la ventana que una vez me pareció tan buena vía de escape con la esperanza de que la criatura crea que he escapado por ahí.

Mientras la barra de hierro recorre los metros que me separan del vidrio vuelvo a colocarme tras la puerta.

La suerte está echada.

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16/11/2017, 00:07
Director

Lanzas el atizador con todas tus fuerzas contra la ventana para que provoque el ruido deseado mientras te ocultas a toda velocidad tras la puerta. Sientes el giro del monstruo sobre sus pezuñas y luego el repiquteo pesado pero rápido, como una locomotora desbocada, hacia el punto que hace un momento ocupabas. Cuando pasa por tu lado, a escasos centímetros, tienes que llevarte la mano a la boca para evitar gritar.

Y entonces ves, desde el lugar donde te ocultas, como el monstruo salta por la ventana para caer pesadamente en el patio inferior. ¡Tu ardid ha tenido éxito!
 

Notas de juego

Bien jugado.
 

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16/11/2017, 10:23
Frank Kennedy

La criatura salta por la ventana y sobre mis hombros cae como un peso de varias toneladas una sensación de debilidad extrema al retirarse la adrenalina de mi torrente sanguíneo.

En lo que tarda un corazón humano en latir dos veces me sorprendo llegando a una reflexión filosófica que me hace cuestionarme por completo mi propia estabilidad mental. No sentir el punzante tacto del mango del atizador en mi mano me provoca un sentimiento de tristeza y abandono, como si hubiese traicionado a mi mejor amigo arrojándole a los pies de la bestia para salvar mi pellejo. ¿Es ésta la condición humana? ¿Por un lado sentir apego, casi amistad por un objeto inanimado, mientras que por otro somos capaces de desecharlo para preservar nuestra existencia?

No tengo una respuesta clara para eso, y me hace sentir aún más insignificante, pero a la vez más seguro de que tengo que continuar adelante.

Paso a paso, rápido, pero sin correr me dirijo al portal, al encuentro con la Primera de las Madres, con el infierno y la muerte.

Una vez frente a la intimidante luz abro mi mano y la recorro de arriba a abajo con el filo de la daga, bañando su brillante hoja con mi sangre, ofreciendo un pacto y sellándolo con mi propia vida. Con esa misma mano aferro la de Vecna, permitiéndole que el flujo vital vuelva a recorrerla tras siglos de sequía y muerte.

Comienzo a trazar los símbolos memorizados, lento, asegurándome de que nada queda al azar mientras de mi reseca garganta surgen las palabras:

-La primera de las Madres es la Voz de los Carceleros-

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16/11/2017, 23:43
Director

Sientes un leve mareo provocado por la tensión de la situación, tu propio miedo y la pérdida de sangre. Se nubla todo a tu alrededor. ¿O quizás es que la habitación se difumina? El portal que flota ante ti brilla repentinamente y una figura parece formarse ante tus ojos.

Se trata de una mujer de proporciones monstruosas que tiene que encorvarse para no tocar el techo. Es una anciana cubierta de vendajes harapientos que dejan al descubierto pequeñas porciones de una piel escamosa, amarillenta, llena de pústulas. Su cara va igualmente cubierta aunque puedes ver una boca enorme, llena de putrefactos dientes afilados. Sus ojos están cegados por las vendas pero un pelo gris, grueso como las cuerdas de una escoba vieja, se escapa entre los retazos de las mismas.

Cuando habla su voz es como el ruido de los huesos al quebrarse bajo una maza ritual. Un sonido que provoca tus miedos más ancestrales.

- ¿Quién osa llamar a la Primera de las Madres?

Habla el idioma de los campos y los ríos. El idioma del principio de los tiempos. De la muerte y la oscuridad, pero también de la vida entregada a cambio de una esperanza escasa. Es un idioma que se ha perdido para siempre en el mundo de los hombres pero que tú, de alguna manera, puedes comprender.
 

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20/11/2017, 13:32
Frank Kennedy

Desde el momento en el que comencé a realizar el ritual sabía que no había vuelta atrás, que me iba a enfrentar a cosas que sencillamente mi conocimiento no es capaz de abarcar. Aún así, la visión de la Primera de las Madres y su presencia frente a mi me hace sentir un vértigo que amenaza con hacerme caer de rodillas frente al poderoso ente. No es como cuando se me apareció en ese sueño o visión. Es mucho más intenso y aterrador.

-Frank...- comienzo a balbucear.

En el mismo momento en el que el sonido abandona mi cuerpo la imagen de Sam, avanzando sin miedo hacia el portal con la única idea de salvar a sus amigos me embarga por completo. Me siento igual que él frente a mi destino sosteniendo el puñal y la mano en las mías propias, pequeño e indefenso, pero a la vez decidido y sin rastro de miedo en mi mente. Soy consciente de que la salida es ésta, para bien o para mal.

La mía y la de todas las almas atrapadas aquí.

-Mi nombre es Frank Kennedy. He venido a reclamar mi libertad y la de ésta casa a los carceleros- digo con una serenidad y un convencimiento tal que en un principio me llega a parecer ajeno a mí.

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23/11/2017, 00:22
Director

La risotada de la Primera de las Madres resuena por la habitación llenando todo el espacio.

- ¿Vienes a reclamar tu libertad y la de esta casa de los Cárceleros? ¿Y por qué habríamos de concederte lo que pides Frank Kennedy? ¿Acaso porque has encontrado la mano de vecna? ¿O quizás porque has realizado un ritual que no comprendes? ¿Dime Frank Kennedy? ¿Por qué debemos escucharte?

La Primera de las Madres acerca su asqueroso rostro al tuyo. Sientes el aliento putrefacto que mana de su boca desdentada.

- ¡Habla Frank Kennedy! ¿Por qué has de triunfar donde otros han quedado atrapados por toda la eternidad?

A sus espaldas las sombras de la pared parecen formar figuras gimientes, que se retuercen de dolor. Aquellos que han fracasado.
 

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23/11/2017, 09:47
Frank Kennedy

El penetrante hedor del aliento de la monstruosa anciana se introduce por mis orificios nasales, y cubre los poros de mi piel con una sensación pegajosa, semejante al limo del pantano que ensucia mis zapatos.

Escucho sus preguntas y pienso en grandes discursos sobre el bien, sobre la justicia, literatura contenida en novelas épicas, y me doy cuenta de que eso no va conmigo. Soy un simple contable de una gran firma, solo un numero en un océano de datos y estadísticas. Recuerdo aquella película en la que unos cuantos elegidos despertaban de un sueño que les mantenía encerrados en vidas anodinas y tomo aún más conciencia de mi insignificancia. ¿Es éste el poder de la Primera de las Madres? ¿O es simplemente la realidad que llevo tanto tiempo viviendo?

De repente noto mi pulso acelerarse en mi cuello y en mis sienes y un calor que sube desde la planta de mis pies, como si mi sangre se rebelase contra ésta situación, contra mi propia condición. Todas las imágenes y pensamientos de desesperación son barridos de mi mente. Me asaltan las imágenes de los últimos acontecimientos. Me veo en el pantano quemando el libro, en el salón y el dormitorio conteniendo la respiración a escasa distancia de la bestia, incluso adentrándome en el maldito portal antes de entender siquiera su naturaleza.

Recuerdo cuando he despertado en éste maldito lugar, buscando a tientas una salida de la oscuridad antes de recordar que llevaba mi zippo... Mi zippo... Mi mente vuela aún más lejos, a un tiempo anterior, cuando el encendedor aún pertenecía a mi padre, a una época oscura que forjó la sangre fría que ahora me ha mantenido con vida.

Una última pregunta me hace volver al momento presente:

- ¡Habla Frank Kennedy! ¿Por qué has de triunfar donde otros han quedado atrapados por toda la eternidad?

No tengo familia que proteger, no tengo una tierra que defender del invasor, ni siquiera un dios que alzar como estandarte de justicia. Simplemente no tengo nada que perder, no como los que me precedieron. Soy libre, como un niño, libre como Sam.

-Porque yo no tengo miedo- digo mientras un arco plateado sale de mi costado y se clava en la cabeza de la criatura. Mezclando mi sangre con ese cieno que hace las veces de la suya.

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23/11/2017, 22:35
Director

Hay un momento de silencio.

En algún lugar un niño recién nacido llora furioso porque sabe que quiere vivir. Porque no tiene miedo.

Un hombre al borde del abismo no duda en saltar para aferrarse a una cornisa de hielo. Tras él la avalancha se lleva el campamento base pero vivirá otro día. Porque en su desesperación no cabía el miedo.

Un padre cubre con su cuerpo a su hijo durante un accidente. Puede que él no sobreviva pero su hijo podrá recordarlo con el amor incondicional del que recibió el regalo de la vida dos veces. No hay sitio para el miedo.

Y Frank Kennedy no tiene miedo. Porque cuando no te queda más que la voluntad que de dice '¡resiste!', cuando todo lo que tienes es la consciencia de que estás solo ante la adversidad, que nadie te salvará, que no eres más que una mota en un universo injusto... en ese momento no se puede tener miedo.

La Primera de las Madres lo sabe. Su rostros se queda congelado en una desagradable mueca. Luego retrocede dos pasos, como si estuviera confusa.

- No tienes...

Da otros das pasos hacia atrás.

- No tienes... no puedes... no puede...

La bruja arranca las vendas de sus ojos para mostrar unas cuencas vacías que, sin embargo, parecen mirar fijamente a aquel humano que se revela ante él. Y entonces por un instante Frank lo entiende todo. Nunca hubo un dios por el que levantar un estandarte de justicia porque los hombres crearon a los dioses. Y a los monstruos. Y a los mitos como la Primera Madre. Los hombres no descubrieron la magia. La magia es la vida y todo lo que la rodea. Las criaturas como la Primera Madre intentan mantener a la humanidad en la ignorancia. Pero en ese momento Frank sabe. Y levantando su mano hace que la Primera Madre retroceda casi sollozante.

- No... no... ni siquiera conoces los ritos...

- Nosotros inventamos los ritos.- contesta Frank con una voz que le suena desconocida - Nos habéis engañado haciéndonos creer que somos mortales. Pero ahora mismo tu poder es insignificante.

Y sin embargo Frank nota que su fuerza primigenia, ese atisbo de deidad, vuelve a escapársele entre los dedos. En un último momento se da cuenta de que el poder de la casa, del portal, de Blenville es demasiado poderoso como para vencerlo de un solo golpe. Hay algo más que la Primera Madre o los Carceleros. Una fuerza mucho más poderosa. Por un breve momento duda pero antes de hacerlo eleva la mano de Vecna y clava el cuchillo en su centro.

Hay un estallido de luz.

Y luego oscuridad.

***

Frank abre los ojos. Siente la sangre seca en su frente. Mueve la cabeza y mira alrededor. El coche contra un árbol, el parabrisas roto. Una voz que lo llama.

- ¡Salga de ahí! ¡Enseguida!

Alguien lo arrastra fuera del coche. Se ha cortado los brazos con los restos del cristal. Ve las llamas que empiezan a devorar el vehículo mientras un desconocido lo arrastra. Puede ver un camión aparcado en la cuneta.

- ¡Por dios! - dice el camionero - ¡Va a estallar!

Pero no estalla. La oscuridad mece de nuevo a Frank.

***

Varios días más tarde está en el hospital de St. Martin recuperándote del accidente. Al parecer te quedaste dormido cuando el coche se salió de la carretera. Fue una suerte que un camionero que venía detrás viera el accidente y te lograse sacar del vehículo antes de que las llamas te consumieran.

Cuando preguntas por Blenville la gente te mira extrañada. El accidente fue a unos cien kilómetros de esa ciudad. Nadie comprende tu interés y, confuso, omites cualquier referencia a lo sucedido. Porque tú sabes que ha sucedido. También notas algo raro: cuando hablas de Blenville la gente te contesta pero pronto lo olvidan, como si ese pueblo no existiese para el resto del mundo. Y tú, de alguna manera, sabes que es así. Blenville sigue atrapada dentro de su maldición. Has logrado escapar pero no retuviste lo suficiente tu divinidad como para romper de todo el conjuro.

Y te preguntas si, ahora que sabes la Verdad, te atreverás a enfrentarte a ella en el futuro nuevamente.

Siempre puedes escoger tener miedo.

*** FIN ***

Notas de juego

Mi sincera enhorabuena. ¡Un superviviente! :D