Partida Rol por web

Avancé con la mano en la nuca y miré a la maestra de adivinación algo avergonzado.

-Profesora Sybill, entienda que estoy jugando a un doble juego en el gran comedor. Creo que sería acertado tratar de establecer una amistad de la señora Dolores Umbridge únicamente para saber que se cuece en ese nido de serpientes. Sepa que soy consciente de que la casa de Slytherin no me cae en gracia y creo que deberíamos expulsarlos a todos ellos...

Mientras estuvo con los ojos cerrados, una especie de paz templó su rostro. Era posible que llegase a describir una sonrisa. Tenue pero ahí estaba de forma patente. Es posible que con ella pretendiese inspirar a los más jóvenes algo de serenidad que se resistía a teñirse con los hechos. Pero… también es posible que tan solo se perdiese en las delicias del pasado.

La pregunta de la Profesora Adivinación lo sacó de sus meditaciones. No podía hablar por el profesor Flitwick pero sí podía extender su opinión, sin voluntad de imponerla.

-Bueno… en mi opinión, está en lo cierto…profesora Trelawney- dejó que se oyese su voz (algo ronca por la edad). -Nuestros corazones están donde se forjaron nuestras artes. Aquí en la escuela Hogwarts- aseguró. Él se debía a su negocio pero estaba orgulloso de su camino. -Pero permanecer unidos nos hará más fuertes, y no nos hará daño alguno… digo yo…

No esperaba la pregunta de la profesora Trelawney. Aún así, al oírla me dio que pensar, aunque me saliera sin mala intención.

— En realidad no pensaba en nada perverso. Simplemente quería decir que los águilas unidos podríamos pensar en alguna solución, nada más — volví a quedarme pensativo unos instantes — de todos modos ha dado con una pregunta importante. Si el resto de casas preferirá apoyar a los suyos aunque sospechen de ellos simplemente por su relación. Yo no esperaba llegar tan lejos, ni siquiera tuve esto en cuenta cuando dije lo de unirnos. Yo espero que siempre que se pueda colaborar aunque sea con otras Casas y acabar con ésto de forma rápida sería lo más inteligente.

Andé por la sala antes de continuar. Ni yo mismo estaba seguro del plan a seguir.

— Eso no quiere decir que si vemos que las serpientes o los leones actúen directamente contra nosotros más interesados en eliminarnos porque sí que porque realmente busquen mortífagos, no nos podamos defender de igual manera. No obstante, lo dicho antes, preferiría que un principio, si es viable, colaboremos entre todos.

La reacción de Cho ante su gesto amistoso resultó casi cómica, parpadeando repetidas veces con expresión de incredulidad. Por suerte no interpretó de forma correcta el gesto porque sino se hubiera sentido incluso alarmado. Una cosa era alentar a las jovencitas a enamorarse de él y otra muy distinta pretender a niñas. Su moral estaba a la altura del betún pero tan bajo había llegado. Probablemente porque la imagen que le devolvía el espejo era demasiado atractiva como para tener que conformarse con niñas cuando tenía a su alcance infinidad de mujeres adultas, madres solteras muchas veces, que le hacían caídas de ojos cada minuto de su vida.

Pero aún así decidió apartarse de Cho con un comentario.

- Por supuesto, el estrés, a las mentes tan jóvenes les afecta de forma especial pero como he dicho no hay de qué preocuparse - su sonrisa, aunque había vuelto a sus facciones, no era tan amplia. volvió a una de las butacas, junto al fuego, y le dio un sorbo a una copa de brandy que nadie vio de dónde había aparecido -. Como dice mi querido amigo Flitwick la unidad es importante pero al menos al principio es lo que harán todos, ¿no creéis? Me acuerdo aquella vez en Creta... - estaba dispuesto a contar otra de sus aventuras pero viendo cierta tensión en el ambiente decidió dejarlo -. Todos sabéis lo que pasó, así que no entraré en detalles, jaja. El caso es que nosotros también deberíamos actuar en una relativa unidad, por supuesto, hasta que llegue el momento en el que finjamos que esta unidad se ha roto.

Luna escuchó atentamente todas las explicaciones y opiniones. No abrió la boca en todo el rato, sumergida en su crítico y pasivo análisis, hasta que todos hubieron terminado.

- Depende de la consecución de los acontecimientos. Es poco probable que Gryffindor y Slytherin se alíen, pero no imposible. Estaría bien que estuviéramos preparados para cualquier tipo de imprevisto.

¡Ahí estaba! Acababa de encontrar su bufanda colgando de un marco de un cuadro. Cogió la varita y con un accio atrajo la prenda hasta ella. Luego se la enrolló alrededor del cuello y volvió a guardar la varita.

-Comparto la opinión del profesor Flitwick...- soltó sin levantar la voz el anciano -...me gustaría poder contar de la colaboración de todas las casas para poder erradicar a los poderes de El-que-no-debe-ser-nombrado.

-No obstante... temo no ser tan optimista como el profesor Lockhart- ni que decir que él no tenía ni idea de lo que le había pasado en Creta, pero el señor Ollivander sabía muy bien de qué madera estaba torneado aquél hombre, aún así de no saberlo solo tenía que recordar el tipo de varita tan característica que este usaba. 

Él creía que no serían ellos quienes romperían dicha unidad y así lo manifestó. -Me inquieta el silencio qué... como señalaba el señor Sirius en el gran comedor, se apoderó de las voces de los Slytherin que hasta el momento se habían mostrado tan...- ¿llamativos?¿provocadores?¿hostiles? El señor Ollivander no terminaba de dar con la palabra que definiese mejor lo qué quería decir.

Miró a Luna e intentó consolarla con un "estaremos preparados" o algo. Pero ella estaba distraída con su bufanda.

- No interrumpas a los adultos cuando hablan de cosas que no entiendes -

Las palabras de mi madre resuenan en mi cabeza cada vez que los pensamientos de intervenir en las discusiones amenazan con hacer mover mi lengua. Pero mi excelsa educación me permite contener los impulsos de decir lo que pienso en voz alta sin problemas.

Dejo que Lockhart tome la palabra y reinvente la realidad a su manera sobre lo que ha ocurrido con su gesto inapropiado y mi respuesta desproporcionada.

Agachando la cabeza, dando pasitos cortos y silenciosos, me acerco a la hoguera que ruge salvaje en la pared principal de la sala común.

Mientras los demás intervienen planeando la estrategia, mis ojos se posan en el baile maldito de las llamas. Las ideas y opiniones sobre intrigas, alianzas, estrategias familiares contra nuestros enemigos a fin de preservar el nombre Ravenclaw hacen que mi imaginación vuele a recuerdos de mi infancia.

Poco a poco, las llamas dibujan la balada de Zhao Kuangyin, y de cómo la Dinastía Song se alzó con el poder por encima de las otras familias.

Mis labios se mueven casi imperceptiblemente recordando la letra.

Al finalizar, una pequeña sonrisa se perfila en mi rostro. Girando sobre mis talones, me vuelvo tímidamente hacia el resto.

- Mostrarnos como un sólido grupo que acusa al unísono desde el principio es una hoja de doble filo - no sabría decir de dónde he reunido el valor para hablar en alto y con seguridad en mis palabras, pero mi tono es calmado y firme - Si las otras casas se dan cuenta de que Ravenclaw practica una política de exterminación dirigida, corremos el riesgo de que dejen sus diferencias de lado y se unan para eliminarnos uno por uno. -

Se puso serio por primera vez en lo que iba de año y le dio un sorbo a su copa, aspirando el aroma y degustando el alcohol en el fondo de su garganta, disfrutando del agradable ardor y el sabor del dinero.

- Amigos, pronto veremos si hay o no infiltrados en Hogwarts y es posible que la caza de brujas posterior sea peor que la carnicería que puede tener lugar. Y todos los de aquí, queramos o no engañarnos, conocemos los hechos de sobra. Slytherin y Gryffindor son dos grandes casas y los valores que representan suelen tener tanta fuerza que conforman la unidad hasta el punto de que ambas, tan contrarias, acostumbran a actuar como si "el fin justifica los medios fuera su lema". Conozco muy bien a los de su calaña porque yo soy así - reconoció sin ambages y con un soniquete de sorna -. Si para sobrevivir creen que representamos una amenaza para ellos nos aniquilarán, unos y otros, incluso lo harán sólo por estar en medio. Estoy conforme con no tomar esa decisión todavía, con ir lentos, con parecer inofensivos y acobardados como las ovejas que se creen que somos pero, en última instancia, tendremos que tomar la misma decisión que ellos. No hay ni habrá malos y buenos en esta guerra, todos nos ensuciaremos las manos. Al final lo único que importa es quién sobrevive.

Viendo lo ocurrido esta noche, no puedo sino ahogar un grito sordo al enterarme de las desgracias que han traído las sombras. Llevo mis manos a la boca para tapar mi asombro al tiempo que mis ojos se vuelven llorosos con el mero recuerdo de Argus. Aún puedo escuchar su quejicosa voz en los rincones de esta sala. Era ayer mismo cuándo aún disfrutábamos de su presencia. Hoy en cambio, parece que fueran eones cuándo aún caminaba entre los vivos.

Una lágrima cae por mi mejilla.

- We will prevail - 

Recordando la frase de mis ancestros me recompongo como puedo. Sacando pecho, me envalentono a hablar en voz alta.

- Los acontecimientos de esta noche han sido toda una victoria para Slytherin. Ahora mismo, ellos cuentan con ocho miembros entre estos muros, mientras que Gryffindor y nosotros tenemos sólo seis cada una. Por tanto, la actuación por separado de nuestras casas ya no es rival para los serpientes... Si queremos vencerles, necesitamos imperiosamente una alianza con los Grifos... -

Dejo el comentario en el aire a la espera de los consejos y opiniones del resto de miembros aún con vida de nuestra casa.

- Hay un tema más que debemos tratar entre nosotros.- comenzó Luna.- Tras los nuevos acontecimientos debemos decidir algo en mi opinión.

Dejó unos segundos de pausa, mirando a los presentes, de uno en uno, sin apenas pestañear. La diferencia en la expresión de Luna Lovegood era que no sonreía. Permanecía calmada y su tono de voz continuaba siendo el de siempre, pero estaba seria.

- Dolores Umbridge acaba de acusar a uno de nuestros compañeros de casa. Desconozco si el señor Lockhart es culpable o no. No sé si querrá explicarse o si deberíamos creer en su palabra. Pero hay algo que debemos hablar. Probablemente, tras esas acusaciones, pueda llegar a ser una víctima más. ¿Estamos dispuestos, como casa, a permitir que nos dejen con una nueva pérdida? Dijimos que deberíamos estar unidos y confiar entre nosotros. Hemos perdido a Filch. ¿Permitiremos que ataquen a Lockhart con todas sus fuerzas?