Partida Rol por web

Las palabras malhumoradas de Hugo lo hicieron sonreír. Normalmente se mostraba animoso y sobre protector con Alicia, esta faceta algo era mucho mejor, sobre todo para la situación en que se encontraban.
-Si haces eso con la varita hasta tal vez te miren con mas cariño- dijo con sorna hasta que el muchacho puso el sombrero de mago en su cabeza. James se encogió de hombros diciendo-. De seguro me queda muy bien.
Golpeo el sombrero con su espada a modo de saludo completamente despreocupado. Luego siguió a Hugo hasta el ascensor, siempre atento a su alrededor. Se sentía muy intranquilo al notar el silencio y la ausencia de los monstruos que vieron antes. Cuando llegaron después de unos momentos sin incidentes el muchacho expuso sus preocupaciones ante la tardanza del ascensor.
-Alejémonos un poco de la puerta- dijo dando unos pasos hacia atrás. Luego enarbolo la espada, su pose era bastante heroica y habría sonreído de tener un espejo a mano para verse.

Akira al ver que no quedaban mas armas, le pasó una de sus espadas a Hugo.

-Lo siento, toma, quedate esta.

Y continuaron andando. Al llegar al ascensor y este tardar mas de la cuenta, tras lo que hizo James, Akira reaccionó igual, y empuñó la espada (la linterna en la otra si no hay luz). Y mantenia su atención a sus espaldas y al techo por si se acercaban mas de esos.

-Prepararos... si hay algo en el acensor, puede que se avalance sobre nosotros, tras lo que hemos vivido lo que va de noche, nada puede sorprendernos ya... a si que Alicia será mejor que te separes un poco.

La espera estaba siendo eterna... ¿cuándo llegaría el ascensor? Al menos no había locos por todos lados. Aunque quizás aquella tranquilidad era peor...

¡Al fin llegó! Akira, James, Hugo y Alicia estaba ya comenzando a andar hacia las puertas del ascensor, que se estaban por abrir cuando... ¡Lo primero que vieron era una pistola apuntándoles! Detrás de la pistola estaba una mujer a la que no reconocían y detrás justo de esta mujer, otra con el bikini que se le transparentaba debajo de un vestido blanco. Parecían bastante asustadas, aunque quizás menos que el grupo que había llamado al ascensor tras encontrarse con aquella sorpresa.

Cuando la puerta se abrió y un arma los apuntaba James pensó que eran de la seguridad y que venían a rescatarlos. Pronto se dio cuenta que no eran otra cosa que pasajeras asustadas. Armadas y asustadas. Mala combinación. James bajo su arma y con un gesto les hizo entender a sus amigos que hagan lo mismo. Quien sabe a que se habían enfrentado aquellas dos mujeres, podían estar dispuestas a cualquier cosa con tal de salir de allí con vida.

-Hey- comenzó con voz suave y tranquilizadora-. Tranquilas, somos pasajeros. Se que están asustadas, también lo estoy. Acabamos de salir de una situación difícil- suspiro como si en ese momento se diera cuenta de todo lo que habían pasado-. Por favor, baja tu arma que no te haremos daño. Somos amigos y aliados en esta lucha.

Su sonrisa era dulce e invitadora, su voz era igual al arrullo de las olas en una playa desierta. Trato de acercarse despacio, pero sin asustar a las mujeres.

Akira bajó su arma y actuó como James

-No se preocupen, nosotros somos personas normales, es mas, yo soy medico, si están heridas puedo ayudarlas

Dijo intentando ser amistoso, aunque con una pistola apuntandole le era dificil. Probablemente no les dispararian, aunque con el miedo nunca se sabe...

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, descubrieron quienes habían llamado al ascensor. ¡Era un grupo de cuatro personas normales! Al ver que ellos iban también armados y que bajaban las armas, ella hizo lo mismo. Y cuando Akira se identificó, Clara hizo lo propio:

- Lo sé. Tú eres el médico que estaba en el restaurante. Soy Clara Rodríguez, guardia del barco. Ella es una abogada muy famosa, o eso es lo que dice... ¿Qué hacéis por aquí? ¿No deberíais estar encerrados y en silencio? No cabemos todos en el ascensor. Los demás están en el camarote de aquel hombre buscando pistas.

Se quedo mucho mas tranquilo cuando la mujer bajo su arma, luego empezó a hablar y James no entendió ni una sola palabra de lo que dijo. La mujer era de seguridad, quizás supiera algo de lo que verdad estaba pasando.

-No nos quedamos en nuestros camarotes porque todo se lleno de personas con ganas de comernos- le costo bastante decir lo que había pasado pues ni el lo creía-. No sabemos el motivo ni que causa esto pero estuvimos huyendo desde ese momento- se pasó la mano en el pelo apesadumbrado-. Solo buscamos algo de comida y ayuda. ¿A donde iban ustedes?

Las dos mujeres eran atractivas y jóvenes, pero él estaba interesado en Clara, ella tenía un arma y entrenamiento. Además tenia que saber como salir de allí. También quería saber sobre que pistas estaban buscando, supuso que era del hombre que murió en el bar, recordó que lo había visto un tiempo después.

-Por cierto el hombre que “murió” lo vi caminando y con bastante hambre- no pudo evitar que el sarcasmo saliera de su boca, a veces le costaba controlarse.

Clara escuchó atentamente lo que James dijo y sonrió con el comentario sobre que habían visto al hombre. Se lo creía, desde luego, pero prefería tomárselo un poco a broma:

- Antes de lo sucedido, aquel hombre le entregó a nuestra camarera una carta. No la tengo aquí, pero creemos que el único modo de pedir ayuda es encontrando algo en ese camarote. Venía un número de teléfono en la carta... Ahora ella, otro chico llamado Xavier y la animadora del hotel, Inés, están abajo, en la planta 13, buscando...luego íbamos a ir hasta la zona de mando, es la única zona segura del barco contra estas cosas. No habíamos pensado en la comida ni en el agua...

Judith se quedó detrás de Clara e todo momento, prestando atendión a cada palabra que salía de la boca de los interlocutores. Finelmente se atrevió a decir en voz alta lo que estaba pasando por su cabeza.

-Se... Se que esto es de locos... Pero esta mañana en el bar... Mientras... -Mejor omitir que me tomaba una copa, o no me creerán.- Salió en las noticias que un grupo de hombres había... Bueno, eso que estáis diciendo... ¡Decían que eran zombies!... Pero eso ocurrió en Noruega... ¿El asesino era de aspecto nórdico?

Akira pensó en la camarera, el hombre le dijo que la buscase

-¡Eso es! el hombre, antes de morir me dijo algo de la camarera. Sobre lo de ir a su habitación... lo veo dificil, aunque podemos separarnos en dos grupos y que vaya uno a la habitación y otro a la sala de mando... ya pensaremos como conseguir la comida, aunque desde la sala de mando seguro que con las camaras se nos ocurre algo.

Tras pensar unos segundos cayó en una cosa... ¡Hay una zona de las habitaciones que dea a una zona mas baja! por donde ellos habian escapado. Desde allí podrian acceder a la habitación del hombre.

-Tengo un plan chicos... Yo y Clara podemos ir a la habitación del hombre, ella se conoce el barco y yo tengo una idea de como entrar sin muchos problemas. El resto podeis ir a la sala de operaciones e ir pensando como encontrar comida y supervivientes.

No era una persona a la que le gustase mandar, pero la verdad es que si se iba a internar en una zona llena de "esas cosas" seria mejor con alguien armada...

James se queda callado escuchando lo que dicen, de vez en cuando asiente, otras mira a su alrededor preocupado, lo de las noticias sobre Noruega lo ponen intranquilo. Tenia la esperanza que fuera algo aislado, que ese barco fuera el único lugar inseguro. Pero si en otros países pasaba lo mismo…

-Así que el centro de mando es el mejor lugar para estar seguros eh?- su esbelta mano posa sobre su mentón mientras piensa que hacer-. Bueno, necesitamos comida y agua- dijo después de unos segundos-, eso es obvio, tanto como un lugar seguro y como salir. Separarnos puede ser peligroso, pero es algo que deberemos hacer para terminar rapido con todo esto. Me alegra ver que aun hay gente viva en el barco. Casi lo olvido- dijo golpeándose la frente suavemente-, los zombis también van por el techo. Y el tipo que me ataco no me dio tiempo a ver si era nórdico, lo siento. De todos modos no importa, se parecen lo suficiente a los zombis como para comenzar a llamarlos así.

Sonrió sarcásticamente como si no fuera más que una broma, pero era su forma de enfrentar eso, cada cosa que le pasaba golpeaba su mente. No sabia si enloquecería de un momento a otro o simplemente le pasaría de largo como tantas cosas malas que le habían pasado.

Hugo escuchó con atención todo lo que fueron diciendo los demás. Cuando se enteró de que Inés estaba viva, quiso ir corriendo con ella; sin embargo, no podía llevar con él a Alicia, pues sería muy peligroso. Reflexionó un rato sobre el asunto:

- Si encontramos una cuerda como la que traje yo para encontraros yo puedo bajar por la pared. Eso sí, vosotros debéis quedaros con Alicia y prometerme que la protegeréis con vuestras vidas. Yo me conozco el barco y sé cómo llevarlos luego a donde el capitán. Vosotros podéis ir en busca de comida y a la sala con Clara, que, además, se sabe la clave. ¿Qué os parece?

Judith asintió sin pensarlo. Ahora mismo que se había hecho a la idea de estar viviendo una película de zombies solo quería llegar a un lugar seguro lo antes posible.

-¡Vámonos entonces! Cuanto más tiempo estemos quietos más cosas de esas nos encontrarán. Y la comida no es un problema inmediato... -Añadió con aire de suficiencia.- Un hombre puede sobrevivir sin comer una semana y sin beber hasta tres días.

En menos de unos segundos ya tenía responsabilidades, Hugo les dejo a Alicia a su cuidado y pretendía que dieran sus vidas por ella. James la miro, era una joven muy atractiva y tenia cierto encanto cuando estaba callada, pero de ahí a dar la vida…

-Haré lo posible para que no se meta en problemas- le dijo con un guiño al joven. Lo cierto es que también le agradaba la idea de ir con Clara y la abogada, en menos de un segundo estaba rodeado de mujeres. Pero las palabras de la abogada cortaron su alegría-. ¿Una semana sin comer?- dijo con una dulce sonrisa-. ¿Y como piensas defenderte si no tienes fuerza ni para levantarte? Si lo que dices es cierto, y esta locura esta en todo el mundo o solo en algunos países… ¿Cual crees que será su prioridad? ¿Nosotros o algún país poderoso en el cual hay cientos de miles de personas? Odio ser quien lo diga pero estamos al final de una larga lista de prioridades. Estamos solos. No sabemos cuanto vamos a estar encerrados en esta tumba flotante.

En todo momento no dejaba de sonreír, sus manos iban de un lado a otro acompañando cada palabra, poniendo énfasis en lo difícil de su situación. Necesitaba a todos atentos y dispuestos, seria estúpido pensar que estaban a salvo o que no necesitaban algo para luego terminar muertos por ello.

-Mi nombre es James Noyrit y quiero vivir- se presento con una suave inclinación de cabeza, señalo a la abogada diciendo-. ¿Tienes algún arma? Porque tengo una espada y un palo muy bonito que puede servir para defenderte.

Aunque a Judith le reventaba que le llevaran la contraria, el tal James tenía razón. La idea de un rescate, si la "plaga" se estaba expandiendo por otros países, era como mucho remota.

-Judith García, y quiero volver a casa. En tai-chi practicaba con una espada, pero solo en ejercicios de equilibrio y relajación. Si te sobra me sentiría más segura con ella, aunque sería mejor aún tener un valiente caballero a mi lado. -Añadió con una sorisa.

Respondió a su sonrisa con otra sonrisa radiante y le tendió su espada de repuesto diciendo:

-Pues solo me falta la armadura. Bueno, creo que todos estamos de acuerdo en lo que tenemos que hacer solamente nos falta tener el animo para hacerlo.

Observo a Clara quien sostenía la pistola con una confianza que solo podía tenerla alguien que sabe lo que esta haciendo. Se sentía mas tranquilo ahora, al parecer Judith sabia usar la espada, seguramente mejor que él, y Clara era obviamente una persona con experiencia. Solo quedaba Alicia quien a pesar de no poder defenderse (o eso parecía) tenia un brillo de inteligencia en los ojos que podía serles útil.

-Akira- miro al medico con una sonrisa-. Procura no morir, eres el único que sabe como vendar una herida. Piensa en nosotros antes de hacer algo estúpido.

Luego de eso se mentalizo para realizar la tarea que podía ayudarlos a sobrevivir un poco más.

-Dios James, trata de morir tú también…