Partida Rol por web

Al cabo de un rato, una puerta de la habitacion se habre y entra la lider de la guardia escoltando a un chico bastante flojucho: se trata del Principe Aidem, actual monarca de Alberia. El chico intenta mostrar un porte elegante, digno de la realeza, pero se nota que la reciente muerte de su padre persiste, y, de manera inconsciente, se ve debil y cansado, quiza no ha comido en dias, y las ojeras de sus ojos indican que tampoco duerme bien.

Tras sentarse en una de las sillas y hacer un gesto cansado con la mano para que vosotros hagais lo propio, os dice con un tono de voz monotono, como si le importase todo poco o nada en absoluto, aunque en ningun momento os falta al respeto, por lo menos, de manera voluntaria:

-El lider de la Guardia me ha informado que 2 emisarios querian hablar conmigo, aun si para ello tendrian que echar la puerta abajo, aunque viendo vuestas pintas me figuro que hablaba de forma metaforica. Bueno, ¿y que es ese asunto tan importante que requiere mi presencia?

-Si te refieres a la Lider de la Guardia, supongo que estara en el cuartel, en el castillo.-dice encogiendose de hombros- aunque hace mucho que no la veo, por lo que no estoy muy segura...

"Solo es un niño" fue lo que se le pasó por la mente.

Acababa de entenderlo todo, la muerte reciente de el monarca anterior, seguramente de manera prematura por causas extrañas y la ascensión al poder de lo que álguien vería como la ruina del país, al no poder con la carga. Rebeldes y carroñeros intentarían hacer su agosto.

Hizo una reverencia con la cabeza para reconocer su saludo y, como en la última ocasión, dejó a Etien la primera toma de contacto, al fin y al cabo lo habían aceptado como cabeza del grupo y tenía una mejor formación política que él.

Si las cosas iban bien no tendría que usar sus poderes, era mejor no ariesgarse en estas situaciones. Y siempre podría redirigir la conversación.

- Muchas gracias por todo, buena mujer. - Le dije dedicándole otra sonrisa, esa mujer es de lo mas amable. - Está decidido entonces, vamos a ver a la líder de la guardia. - Pagué por todos y fui saliendo de la taberna, seguro de que mis compañeros me seguirían. Así que de camino al castillo, tal vez nos encontremos con el resto y podamos decirles lo del fallecimiento del monarca, si aun no lo saben.

Cumpliendo con la etiqueta, cuando entra me levanto y hago un profunda reverencia al joven monarca, cuando nos da permiso para sentarnos, tomo asiento y espero que nos de la palabra, cuando esto sucede procedo a hablar.

Antes de nada, expresarle nuestro profundo pésame, le ruego perdone la intrusión, en estos momentos de dolor y perdida, ojala hubiéramos llegado en mejores tiempos.

  La misión que nos trae aquí. es de vital importancia pues todo el futuro del mundo esta en juego, majestad, necesitamos tener acceso a una reliquia que se guarda en el tesoro real.  Apenas un segundo para centrar su atención.

Se que puede parecer que simplemente queremos apropiarnos de ello, pero no es así, si  su majestad  lo desea puedo informaros de todo lo acontecido hasta el momento y de todo cuanto sabemos.

Pero es largo y farragoso y no creo que estos momentos de dolor os apetezca escuchar a dos extraños mas de lo necesario, así pues, sin mas rodeos necesitamos algo que su majestad tiene y podemos ofrecerle bastante por ello en diferentes ámbitos.

Necesitamos que ponga a nuestra disposición a Caliburn, la espada de los reyes, ponga un precio.
 

Por un momento, el chico parecia que diria algo como "cogela y vete", pero antes de articular palabra alguna, cambio de idea y dijo lo siguiente:

-Quiero de vuelta a mi padre, Arthur, Monarca de Alberia. Traelo de vuelta y te dare aquello que me pidas.

Lautrec por su lado no siguió tanto el protocolo. AL fin y al cabo, acababa de ver que hablaban con un niño cansado. Sería mejor mostrar un poco de confianza.

Con un tono impersonal empezó a hablar -Si lo que nos han dicho es verdad, devolver a vuestro padre está fuera de nuestro alcance. Pero... aunque mi colega insista en no molestaros hay algo que todavía no os hemos contado. Omitiendo detalles, para evitar el fin del mundo, un grupo de Lim Sidhe ha sido enviado a recuperar las trece armas de leyenda. Nosotros somos dos de esos Lim Sidhe, y por eso necesitamos ese tesoro. Sin embargo no es lo único que necesitamos. Podemos ayudaros a pasar por estos momentos si nos ayudáis a nosotros también.- Le sabía mal tirar de la esperanza de un niño, pero el destino del mundo era más importante, esperaba que Fenix estuviera en lo cierto -Y no quisiera daros falsas esperanzas, pero las leyendas dicen que alguna de esas armas es capaz de traer de vuelta a los muertos.-

El rostro de la Lider de la guardia muestra una expresion de sorpresa al oir eso de un artefacto capaz de devolver la vida a los muertos, aunque mantuvo la compostura y no dijo nada. El joven monarca, en cambio, si se mostro bastante interesado, e inmediatamente pregunto:

-¿Esta en vuestro poder tal arma? de ser asi os entrego la espada, y la mitad de mi reino si es necesario para volver a ver a mi padre-tras decir eso, le hace un gesto a la asombrada Lider, que, aun con la expresion de sorpresa en el rostro, sale de la sala en busca de susopicha arma.-Aunque espero que no sea una cruel mentira para obtener lo que buscais. Para asegurarnos, esperare a ver a ese artefacto en accion y luego os dare la espada.

Nada, el chico no entendía la situación, y su intento de que picara el anzuelo había salido mal -No, está en manos de la orden del cielo. Y no puedo saber si es una cruel mentira ni si es cierto, ni siquiera he visto nunca ninguna de esas armas por mi mismo. Solo digo lo que sabían algunos de mis compañeros sobre las leyendas populares. Si os lo nombro es solo para confiaros la importancia de la misión. Es el mundo a un lado de la balanza y al otro vuestros deseos. Ahora soys el monarca de una nación, y teneis más preocupaciones que las vuestras propias. Lo único que puedo ofreceros es ayuda a cambio de ayuda, no promesas que no se si podría cumplir.-

No sabéis lo que pedís, ahora mismo podría alzar a vuestro padre de entre los muertos, pero no sería el mismo, la muerte nos transforma, nos cambia, somos mortales, morimos porque así debe ser. 

 No os miento, lo se muy bien, una enorme tristeza embarga el risueño rostro de Etien, lo que si puedo hacer por vos aquí y ahora, si su espíritu aún no ha partido es que podáis hablar con él.

Dio un último trago a su copa de vino y se puso en pie. Se desperezó un poco y seguidamente cogió sus pertenencias que tenía allí con ella. Miró a la camarera y se despidió con la mano, después siguió a John con rapidez hasta ponerse a su lado. -¿Algún plan?

-¿Realmente podeis hacer eso?¿Podre hablar con mi padre otra vez? ya que no podeis traerlo a la vida, al menos podre despedirme como corresponde-Aunque empezo a hablar emocionado, a medida que salian las palabras de su boca, su rostro volvia a ponerser triste-¿Que necesitais para poder traerlo?-pregunta con un brillo de esperanza en los ojos

Lautrec calló esta vez. Realmente no sabía gran cosa sobre si se podían resucitar personas o no. Sería mejor que Etien llevara el asunto, si desarrollaban una relación amistosa al menos podría pedir ver el arma, a ver si descubrían algo. Y quizás ayudarlos un poco, al fin y al cabo era un niño en una situación que no parecía poder manejar, se sentía mal dejándolo tirado, además, tener de su parte a un monarca de una nación tan relacionada con los Sidhe sería beneficioso.

Se guardaría la sugerencia de pedir a sus enlaces que trajeran la vara para intentar usarla, si no funcionaba sería un gran fiasco.

Majestad llevadme ante su cuerpo, de hecho por ser vos y comprender vuestra perdida y dolor, haré algo mas para que podaís hablar directamente con él.

Nos fundiremos en solo ser y os dejare el dominio de ser creado, tendréis acceso a todos mi conocimientos y recuerdos, así como a mis artes mágicas, vos realizareis los encantamientos que os susurrare, y seréis vos quien habléis con vuestro padre, espero que entendáis lo que esto haciendo por vos, pues os mostrare hasta los rincones más oscuros de mi alma, me conoceréis tal vez mejor que yo mismo, os abriré las puertas mas íntimas de mi ser, hasta ahora jamas lo había hecho por nadie y dudo que lo vuelva ha hacer, pero vuestro dolor y la necesidad están por encima mí.

 Una vez que estemos ante el cuerpo de vuestro padre, lanzare un primer conjuro que nos fundirá en un solo ser, os otorgaré el dominio del ser resultante y os indicaré como proceder para realizar el conjuro  par hablar con el espíritu de vuestro padre y si aún esta presente en este mundo podréis hablar directamente vos con él.

 Os otorgare tanto tiempo como me sea posible.

  Y quedo a la espera de que el príncipe diga algo o actúe.
 

Por un lado, la idea de ver de nuevo a su padre es una cosa que valora bastante, sin embargo, el tener que fusionarse con alguien que acaba de "conocer", era una cosa que no terminaba de convencerle. Salta a la vista que el chico no entiende muy bien los fundamentos de la magia y ese asunto le molesta, pues, desde su punto de vista, estaba jugando con fuerzas que no conocia.

Tras unos minutos de silencio incomodo, la puerta se abre y aparece la Lider de la guardia portando una preciosa espada bastarda cuyo mango y vaina estaban decorados con numerosos grabados dorados, dando la impresion de ser una espada de oro. Esa interrupcion saco al joven monarca de sus pensamientos y dijo:

-Para poder hablar con mi padre, dijiste que tendriamos que ir al lugar donde descansa, por lo que tendremos que bajar a las catacumbas-os informa, dando a entender que tiene intencion de colaborar. Luego, señala la espada que porta la Lider y comenta- Esa es la espada que buscais, una vez que me haya despedido de mi padre, sera vuestra.

Así que Etien era capaz de hacer hablar a los muertos. Si que habían reunido una compañía especial para la misión.

Fue entonces cuando vio la espada. Si que parecía impresionante. Pero no sintió nada especial. No sabía si aquello de ser Lim Sidhe reaccionaría con todas las armas o solo con la que le correspondiese, y tampoco sabía que tenía que hacer para darse cuenta. Pero si accedían a dársela a cambio de los servicios de Etien entonces experimentaría un poco cuando la tuvieran.

Después podría proponerle algo de ayuda al joven.

-Gracias por su comprensión- fue lo único que dijo. Etien era el que estaba llevando la situación y el que debía seguir llevándola por el momento.

Majestad cuando gustéis, aun que cuanto antes mejor, ¿Cuanto tiempo hace desde el fallecimiento de vuestro Padre? digo mientras me levanto para ponerme en marcha.

 Parecéis turbado por la idea de la fusión, lo comprendo como dije jamás había hecho antes esto por nadie, y si os lo he propuesto es para que podáis verlo y escucharlo por vuestros ojos y oídos, pues de otra manera solo yo podría verle y oírle y os quedaría siempre la duda razonable de que fuera un charlatán que buscaba aprovecharse del dolor y la perdida de su majestad.
 

Salis de la sala por la puerta donde habian entrado antes el monarca y la lider, descubriendo, en su exterior, a cuatro guardias custodiando la entrada, listos para intervenir si fuera necesario. Con el joven monarca de lider, caminais por el interior del castillo, hasta llegar a una siniestra escalera de caracol que descendia a las entrañas de la montaña: la entrada a las catacumbas.

Caminais en silencio por un oscuro pasillo, adornado con las tumbas de antiguos monarcas, iluminados por un par de antorchas que llevan la Lider y uno de los guardias, hasta llegar a una lapida reciente. En ella se puede leer:

"Aqui yace Arthur Roy, monarca de Alberia" luego, en la linea inferior, indican la fecha de nacimiento y de su muerte, vivio cerca de 40 años y murio hace casi 3 dias.

-Hola Padre-dice Aidem a la tumba-Ya se que te prometi que no vendria otra vez, pero estos caballeros me han dicho que podian hacer que me vuelvas temporalmente, asi que lo siento por romper otra promesa.