Partida Rol por web

- Supongo que lo primero es que la guardia nos ponga al día de la situación en la ciudad; si creen que podemos ayudarles puede que nos confíen cosas como las horas de las guardias, el nivel de seguridad... Información que nos será útil si las negociaciones fracasan -comentó Nüll en voz baja, una vez fuera de la posada

Etien, una vez que han llegado al lugar y que el monarca declarara que permitia ese hechizo, murmura unas palabras y una misteriosa luz aparecio en la oscura cripta, envolviendo tanto a Etien como a Aidem en una enorme crisalida dorada. Al cabo de unos segundos, la luz se fue intensificando, y de pronto, desaparecio, dejando en el lugar de Etien y Aidem a una extraña persona de cabello dorado y baja estatura. Su rostro recordaba levemente a Etien, por el cabello, pero su altura y expresiones eran las de Aidem. Como si con este cambio las preocupaciones desaparecieran, el nuevo individuo se giro hacia la lapida de Arthur Roy, frente a la que recito un nuevo conjuro, presumiblemente para establecer comunicacion con él.

Todos los guardias presentes estaban rigidos, como si aquella explosion de magia les hubira congelado por alguna razon desconocida.

Ajeno a lo que sucedia a su alrededor, el resultado de la fusion estaba llevando a cabo una conversacion con el fantasma del antiguo monarca.

Frente a ti ves a un anciano fantasma, algo cansado, que inmediatamente reconoces como tu padre. Resulta raro verlo de nuevo, pues apenas unos dias atras lo estabas enterrando por culpa de aquella enfermedad que acabo con su vida de una forma bastante dolorosa... un momento, esos sintomas no coinciden con ninguna enfermedad mortal conocida, o por lo menos, en tu mente compartida no figura una enfermedad semejante. Sin embargo, el tiempo es vital, ya me ocupare despues de este asunto tan peculiar, un regicidio, a donde iremos a parar.

-Padre-decir "padre" con este cuerpo sienta raro, como si no fuera del todo apropiado llamarlo asi-o mejor dicho, Arthur Roy, monarca de Alberia, soy una criatura que fue creada con el proposito de reencontrarnos de nuevo. En este cuerpo habitamos Aiden Roy, tu hijo y un emisario de la Emperatriz, Etien Novodar, que ha sido tan amable de usar su magia para hacer posible este reencuentro. Como tu hijo, lamento haberme enfadado contigo, aquello que paso fue una tonteria, y me arrepiento profundamente de no haberte acompañado en tus ultimos momentos en vida.-unas timidas lagrimas brotan de tus ojos al recordar la noticia del mayordomo, a la vuelta de aquella escapada que hiciste, de la muerte de monarca.

El antiguo monarca, ante esta "visita" tan especial, solo tiene una respuesta posible:

-Aidem, eres el actual monarca de Alberia, asi que seca tus lagrimas y atiende a tu pueblo. Desde este lugar he podido ver todo tu terreno, ¿y que descubro? a un niño lloron que le encarga todo a la podre lider de la guardia, que ya paso por lo suyo. Hijo mio, claro que te perdono, ¿que clase de persona crees que soy? si has sido capaz de rasgar el velo entre la vida y la muerte para poder decirme eso, como quieres que no acepte tus disculpas-con una enorme sonrisa que hace latir tu corazon al verlo de nuevo, se lanza dispuesto a abrazarte, aunque sus brazos te atraviesan, quedando con una expresion comica en el rostro, que acaba provocando la risa de ambos.

Entre lloros y lagrimas, un pensamiento aparece rapidamente en tu cabeza: las 13 armas. Es cierto, tienes que reunirlas para poder salvar el mundo, asi que toda informacion es escasa, puesto que aun faltan 10, no ahora 9 armas que recuperar:

-Padre-aun sigue sonando raro-Tengo, o mas bien, el emisario tiene una mision muy importante: el mundo esta en peligro y si no se reunen las 13 armas de leyenda antes de 9 meses este sera destruido. La espada familiar, Caliburn, es una de ellas, y con el fin de saber mas de ella, ¿podrias contarme todo lo que sabes de ella? 

-Mmm, Caliburn, te puedo contar lo que se, pero me temo que no sere de mucha ayuda, pues se trata de solo leyendas:

Caliburn, la espada de Reyes, se dice que fue creada por Dioses para aquel que estuviera destiando a gobernar. Para su creacion, estos Dioses usar un fragmento de cielo, al cual tras dar forma arrojaron a Gaia en forma de espada, clavandose en una roca en el centro del Bosque Antiguo, actualmente conocido como Bosque de Glenda. Se decia que solo el elegido del mundo podria sacarla, obteniendo su poder y el titulo del mayor de los Heroes. Sus hazañas en combate son increibles, se cree que el portador nunca podria perder una batalla, pues tal es el poder de la espada que sus heridas dejaban de sangrar, su cuerpo no podia arder y tampoco podia sentir el frio del hielo, pues el destino del Portador es grande y nada puede evitar que se lleve a cabo.

Sin embargo, cuando yo portaba la espada, no senti nada de eso, por eso digo que son solo leyendas. Ahora, mi querido hijo, tengo que despedirme, pues mi tiempo ha terminado ya. Solo permanecia en este mundo porque sentia que tenia que conocer a alguien importante para ayudarlo en su mision y ese debes ser tu, Etien Novodar. Espero haberte podido ayudar, mi querido amigo, al igual que espero no verte en mucho tiempo.

Y con esas ultimas palabras de despedia y una sonrisa en la cara, el espiritu del antiguo monarca fue haciendose mas tenue hasta finalmente, desaparecer.

Al cabo de apenas un minuto de silencio sepulcral en el cual el resultado de la fusion estuvo llevando una extraña conversacion en el idioma de la magia supuestamente con el difunto monarca, la luz volvio a aparecer en la sala, repitiendo el milagro de la crisalida y devolviendo a Etien y al joven monarca a sus respectivos cuerpos individuales.

Mientras caminais colina arriba, rumbo hacia el castillo, una misteriosa luz dorada emerge de entre el subsuelo. Por un momento, os quedasteis algo sorprendidos, pero al cabo de apenas un minuto, la misteriosa luz vuelve a manifestarse, volviendo a desaparecer instantes despues.

El castillo esta apenas a 30 metros delante de vosotros y los 2 guardias que estan en la puerta parece igual de sorprendidos que vosotros, pero no muestras señal de abandonar su puesto.

Majestad lamento profundamente vuestra perdida, especialmente por las circunstancias de la muerte de vuestro padre, es muy posible que estéis en peligro, si alguien atentó contra la vida de vuestro padre podría también atentar contra la vuestra.

Os recomiendo solicitéis ayuda e la emperatriz, yo mismo estaría dispuesto a ayudaros pero conocéis de la urgencia de mi misión.

Ahora debo pediros el arma.

Al ver la luz se detuvo en seco. La observó detenidamente "¿Qué demonios es eso?". Con la mirada busca un acceso a las alcantarillas de la ciudad. Eso no era normal, ni para unos simples traficantes o ladrones. 

Buscas alguna boca de cloaca o algo similar por la zona, pero no ves ningun acceso, es mas, parece, por la disposicion del terreno, que podia tratarse mas bien del sotano del castillo en vez de unas alcantiras

El chico, todavia con lagrimas en la cara, le hace un gesto a la Lider de la guardia, que te entrega la espada. Luego dice:

-Por favor, dejadme un rato solo...

Los guardias, sin necesidad de amenazas* os acompañan fuera de la cripta, con la espada ya en vuestro poder.

Me sorprendí cuando vi esa luz pero al parecer era algún tipo de fogonazo y no algo sobrenatural. De serlo, puede que mis compañeros lo vieran, pero un par de guardias normales ni se habrían dado cuenta. Parecía salir del sótano del castillo, de modo que me acerqué rápido pero sin parecer demasiado amenazador a los guardias.

- ¿Sabeis que ha sido eso? - Refiriéndome al fogonazo. - Si os están atacando podemos ayudaros. 

Nüll apretó los puños cuando vió aparecer la luz; estuvo a punto de desenfundar las armas, pero al ver a los guardias prefirió contenerse, no lo fueran a tomar como un ataque. ¿Que había sido aquello? ¿Tal vez tuviese algo que ver con el arma que iban a tratar de "recuperar"? Kisidan había comentado algo de que las armas "buscaban" a sus portadores.

Al acercaros al guardia, podeis distinguir, dentro del castillo, a vuestros compañeros escoltados por guardias. En sus manos llevan una espada que, desde esta distancia, parece estar hecha de oro.

Respondiendo a vuestra pregunta, uno de los guardias dice algo sorprendido:

-La verdad, no se que ha sido eso, pero si no ha sonado la campana de alarma no hay de que preocuparse. Ademas hace un rato largo entraron 2 agentes de la emperatriz, asi que seguramente eso tendra algo que ver con ellos-bajando un poco la voz,os dice en plan complice-Asi, entre nosotros, creo que tienen algo especial, porque con esos cuerpos esmirriados no creo que sujeten bien una buena espada, y menos el rubio.

Al parecer Etien y Lautrec ya tenían la espada. Se habían dado mucha prisa...

- Bien, estamos con ellos. - Dije sacando la identificación del la orden del cielo y mostrándola. - Íbamos a halar con la líder de la guardia, pero ya que estamos aquí, si no os importa iremos a hablar con ellos.

El guardia, como si se esperase esa respuesta, se hace a un lado para permitiros pasar.

En la entrada del castillo, los dos grupos de Alberia se han reunido de nuevo, y ahora con la espada del monarca en su poder.

Mira a sus dos compañeros sorprendida y al ver que los guardias le permiten el paso, se acerca a ellos -Vaya no esperaba que fuese tan fácil ¿cómo lo habéis conseguido?- mira el arma con curiosidad. 

- Supongo que el nuevo príncipe no estaría con muchas ganas de discutir tras la muerte de su padre -comentó Nüll sin mostrar sorpresa

Con buena voluntad, la verdad y una pizca de magia. En cuanto estéis listos partiremos para el bosque.

Sería conveniente que probarais vuestra afinidad y resonancia con el arma, digo entregándola a Lautrec.