Partida Rol por web

.-Longshank...-. Os mira a los dos a uno y a otro sucesivamente y luego mantiene la vista sobre Edward al que se acerca como para contar un secreto .-No lo digas muy alto o vendra todo el Eliseo a hacerte preguntas y contarte su vida. Lo que vas a tener que aguantar...-.Acaba con una sonrisa burlona y luego mira a una mesa .-Es mejor que no os sirva nada. Aquellos son humanos adictos al beso-. Señala una puerta .-Se les acompaña hasta alli dentro donde discretamente podeis alimentaros. Incluso aqui conviene mantener cierta discreccion-.

   "El comentario de la camarera me intriga. Es cierto que esperaba cierta repercusión de él, se le veía un gran hombre (aunque suene extraño siendo vampiro), pero lo cierto es que realmente no se absolutamente nada acerca de su fama ya sea para bien o mal. Aquel consejo había parecido de lo más acertado, así que haré caso de él. 

   Levanto la vista y miro a Rocío con cierto temor que sospeche de mí. No parecía una amenaza pero el hecho es que a este lugar parece un lugar de reunión y no tengo asuntos pendientes por resolver, al menos por ahora. Lo mejor será desaparecer por donde he venido no vaya a ser que alguien averigüe de quien procedo y con ello empiecen los problemas. Tengo que saber quien es, aunque la única persona de confianza que conozco sea Ginis. Llevo mucho tiempo sin hablar y eso puede sonar algo raro. - Escucha, Rocío. Tengo que marcharme, además que aquí parece que no pinto nada. Ha sido una noche muy larga y ya he saciado mi sed. - Sonrío por cortesía y miro alrededor. Tan solo veo desconocidos con ocultas intenciones que moran por la noche pudiendo resultar amenazas contra mí. - Ha sido un placer. Si quieres puedo darte algo de dinero para que un taxi te lleve a casa. - La miro intentando no levantar demasiadas sospechas esperando el tiempo razonable para poder dar media vuelta con la esperanza que el tiempo en ese lugar no se alargue. La oferta de darla algo de dinero no se más que un gesto que compense la amenaza que fuera le espera. Esa vampiresa parecía peligrosa y los rasgos que aún quedaban de humanidad en Edward le hacían preocuparse por ella."

Vaya, parece que este muchacho es pupilo de alguien famoso... Al escuchar a la camarera no puedo evitar notar el temor que aparece en sus ojos. ¿Será que su sire es malo? ¿O tendrá muchos enemigos?. La idea de volver a alimentarme no me atrae por el momento, pero si ello lleva a compartir un rato más la velada con el extraño no me opongo. Más este decide marcharse casi de repente, lo cual lo vuelve aún más misterioso.

-¿Ya te vas? Aún es temprano... Gracias por la oferta, pero no estoy tan lejos- agrego con una sonrisa.

-¿Al menos me dejarás tu nombre? O como ubicarte... Me agradas, extraño, no quisiera perderte para siempre- le digo al tiempo que le guiño un ojo.

   "La miro y intento seguir impasible. Si siguiera siendo humano me quedaría con gusto, charlaríamos un rato, tal vez con suerte acabaría acompañándola a casa y a saber como acabaría la noche. No habría nada extraño, ni que sospechar, ni que ocultar. No se como comportarme y cada vez va a peor, parece que Longshank es un vampiro poderoso y su fama le precede. Es como si fuera el hijo único de una familia de clase alta y poco a poco las piezas cada vez lo dejan más claro. Coches elegantes, una gran mansión en el extrarradio, seguridad e incluso un criado. Para comportarme como debo tengo que conocerle un poco más y junto a él toda esta sociedad de jerarquia vampírica. Se de donde sacar las respuestas, aunque tal vez Ginis no diga más que lo que Longshank le ha permitido decir. No puedo hacer nada hasta no saber como debo comportarme, no. No puedo hacer nada más que aquello que creo justo. Una parte de mí me dice que Longshank me perdonará, una parte que tal vez solo sean hipótesis sin fundamento pero el tiempo me corregirá.

   Me giro ligeramente para mirar a Rocío y recuerdo lo que ha ocurrido hace poco. Me acerco a ella para que nadie escuche lo que tenga que decir, aunque en un lugar así parece imposible. La miro con amabilidad, tal vez me haya mostrado demasiado distante. - Me preocupa aquella mujer, Rocío. Parecía que estuviera dispuesta a arrancarte la piel. - Creo recordar algunos datos de ella aunque no estoy nada seguro. Siento como mi ceño se frunce y mi tono se preocupa, pero esa es la única forma en la que puedo preguntarla. - ¿Puedes decirme algo más de ella? ¿Como se llama? ¿Que es capaz de hacer? - Me estoy metiendo en problemas y no debería hacerlo. No eres ningún heroe, ni tienes superpoderes, eres un vampiro y aquella mujer tambien. Pero tengo que hacerlo, la idea que esa sea la única forma de no alejarme demasiado de algo que a mi parecer se filtra entre mis manos me obliga a hacer cuanto pueda. No quiero que nadie vaya a sufrir al menos si yo puedo tomar cartas en el asunto. Es cierto que hay algo de miedo en mí, pero lo que me mantiene firme es la sensación de hacer lo que creo esta bien, lo que me gustaría hacer si siguiera siendo humano aunque no tuviera valor suficiente. Pero para todo ello debo saber algo más acerca del tema."

La extraña forma de comportarse, fría y distante de a ratos y amable y protectora en otros momentos, no hace más que exitar mi curiosidad por el vampiro que tengo enfrente. ¿Quién eres? ¿De qué huyes? Te preocupas por mí, pero no confías, ¿me ves como a un enemigo?

Cuando se acerca para hablarme al oido, un suave revoloteo agita mi estómago. Me agrada su proximidad, a pesar de la distancia que mantiene con su trato. -Apenas sé nada de ella. Se hace llamar Shulke y es una toreador, como yo. Sospecho que trajo a este mundo a mi sire, por el control que ejercía sobre él, por la forma de tratarlo, como si fuera una mascota. Creo que no le agradó ver que conmigo no tenía tanto poder.- Aproximo mi cuerpo unos centímetros más hacia él, pero sin invadir su espacio personal en demasía. Después de lo de Shulke, buena falta me hace contar con un amigo y no quiero maldisponerlo. -Agradezco tu preocupación- lo miro profundamente a los ojos -pero no quiero ser una carga.- Mi mano se posa en su brazo, casi casualmente.

-No confías en mí, es lógico, ya que apenas me conoces y casi te meto en un lío. Pero no debes temer que vaya a dañarte... al menos no en forma intencional. Estoy muerta, pero aún me siento humana y hay cosas como el honor o la amistad que todavía significan mucho para mí.- Sin poder evitarlo, el rostro de Sophy en sus últimos momentos cruza ante mis ojos y una mueca de dolor transforma mi cara por unos instantes. Vaya amiga que resulté para ella... Espero que Mark esté bien.

-Si debes irte, hazlo. Yo estaré bien.

Vuelvo a sonreirle, esta vez de manera más sensual.

   "La observo y una vez más anhelo quedarme. Es cierto que sería una noche memorable pero ya bastantes experiencias había resultado tener aquel día como para andar en búsqueda de más. Me conozco, no ocurrirá nada mientras no la mire fíjamente a los ojos. Ya sabes cuanto querías y te ha dicho que no te metas. Tal vez no sea suficiente, pero eso ya no la incumbe o al menos no pide ayuda. Date la vuelta, toma distáncia y se cortés. Despídete amablemente y tal vez, en un futuro, puedas volverla a ver. Entonces mis ojos van a parar a los suyos y me someto sutilmente a su sonrisa. Siento mi cuerpo vibrar ligeramente aunque el roce de una persona cualquiera hace que vuelva frente a ella. Quieres volverla a ver, pero tal vez no ahí, tal vez en otra ocasión o, iluso de tí, en otro lugar como envueltos entre sábanas, pero debes ser más fuerte que eso así que me obligo a despertar de todo aquello aunque mi voz no muestre un total acuerdo.

   - Tengo demasiadas cosas pendientes aunque ninguna pinte tan bien como quedarme aquí contigo, pero no puedo seguir aquí. - Intento corresponder su gesto con bastante éxito sintiendo como la comodidad dibuja una sonrisa en mi cara. Creo en cada palabra que me dice, pero lamentablemente eso no cambia las cosas. Procuro no añadir nada, pero resulta un esfuerzo barato y gratuito. - Aún así, espero poder volverte a ver, Rocío Estrada. Y con la eternidad por delante supongo que puedo garantizar que nos volveremos a encontrar alguna de estas noches. Siento mucho marcharme así, aunque supongo que ambos hemos tenido bastantes experiencias por esta noche. - Un ligero movimiento traza el esbozo de acercarme a ella y darle un beso en la mejilla como despedida, tal vez precisamente lo extraño de la acción es lo que frustra el movimiento tornándolo un amago y devolviéndome a mi posición. Seguidamente hago un ligero signo a aprovación con la cabeza, siento que es algo frío pero aún así deseo que el momento de perderla de vista no llegue, sonrío sinceramente, tal vez con ciertas pinceladas de una confusión latente que ya arrastraba durante toda la noche. - Buenas noches, Rocío. - Mis pasos dan media vuelta y me dirijo hacia la salida perdiéndome entre la gente."

   "Edward sale del lugar y busca con sus ojos el coche de su fiel ayudante, Ginis. Cruza la calle dirigiéndose hacia él y rodeando el vehículo da unos pequeños golpes en el cristal del copiloto a la espera para entrar. Se había prometido que eso no quedaría ahí, no iva a tolerar que una persona como Schulke se saliera con la suya. Cuando el seguro se desliza entra en el coche y cierra la puerta a su paso observando nuevamente aquel rostro marcado por la edad aunque conserve el brillo provocado por la sangre de vampiro. Todo aquel proceso parecía fascinante, pero Edward estaba por otras cosas vigilando las cercanías para avistar a la causa de su preocupación. - Ginis, debeis hacerme un favor. ¿Sabeis algo de una toreador llamada Schulke? ¿Y sabes si ella es... peligrosa? - escuchándose a sí mismo se percató de lo sospechoso que resultaba todas aquellas preguntas. - No he tomado partida en ello, pero quisiera evitar un conflicto entre ella y otra persona que he conocido ahí dentro. ¿Podeis decirme algo al respecto? - Edward aguardaba respuestas a medida que vigilaba las cercanías tanto como el acceso a la puerta del Eliseo esperando que Rocío no saliera todavía en ese momento."

Al parecer mi compañero se ve sumido en un dilema interno. Algún extraño deber o simplemente la prudencia lo urgen a marcharse, pero sus gestos, su aceptación de mi proximidad, su agradable sonrisa indican que también le apetece quedarse. Es una pena que la razón gane la apuesta.

-Lo mismo digo, misterioso vampiro. Espero que volvamos a encontrarnos pronto. Supongo que siempre nos quedará este lugar- le digo, abarcando con un gesto el eliseo.

Cuando ya se va, amaga a despedirse con un beso, pero algo lo detiene. ¿Por que me temes? Apenas soy una niña ¿Sabes algo de mí que yo no? Esas preguntas pugnan por salir por mi boca, pero el tiempo que dudo entre pronunciarlas o no, decide por mí y el extraño se marcha, fundiéndose en la masa confusa de gente que allí circula, sin mirar atrás una sola vez.

-Que noche tan intensa- digo para mí misma. A pesar de todo lo nuevo, de los descubrimientos y de haber experimentado sensaciones que no imaginaba posibles, me siento muy sola... La eternidad es demasiado tiempo.

.-Señor. Casi todo vampiro es peligroso. La señora Shulke es...bastante irascible. Tiene bastante influencia entre los miembros del clan Toreador de la ciudad y suele abusar de ella para sus caprichos-. Se detiene un instante .- Rencorosa, megalomana, neurotica...Soy un sirviente y tales juicios no debieran salir de mi boca-.

   "Edward vuelve la cabeza para mirar a Ginis unos segundos, después de observarle con complicidad la girar para ver la calle en la que todavía aguardaban. - Tranquilo, Ginis. Si tuviera que elegir un hombre en el que confiar esta noche, vuestro nombre aparecería al inicio de la lista. No temais por lo que no debeis de hacer delante mío. - Curiosamente, esos momentos con él en ese plan victoriano o propio de la aristocracia inglesa le resultaban de lo más cómodos. Todo funcionaba más rutinariamente, las opciones de elegir son un amplio abanico, pero de todas formas estan bastante determinadas. Edward dibuja una sonrisa torcida y poco verosímil en su cara, no le convencía lo que quería hacer pero de no ser así, probablemente lo estaría lamentando si ocurriese algo.

   En medicina siempre le habían dicho: esfuérzate en ello, pero no te impliques demasiado o te causará secuelas. Pero el hecho de mostrarse indiferente posiblemente sea aún más contundente. Pronto una idea le viene a la cabeza, si Schulke estaba por ahí no andaría lejos y una vez dentro del coche ya no le reconocería. - Ginis, arranca el coche y dad una vuelta a la manzana. Quiero ver si tengo que preocuparme por algo o podemos volver ya a casa, por favor. Busco a Schulke o a alguien que conozcais que pueda estar relacionada con ella del tipo... algún propósito ilícito. La integridad de una persona está en juego y me gustaría poder asegurar que sobreviva a esta noche con total certeza. - Sabía que Ginis obedecería sin preguntar, aunque en sus adentros se moría por tener un apoyo en sus titubeos sobre lo que hacer."

.-Si señor-. Ginis entra la limusina en el asiento del copiloto e indica al conductor que se ponga en marcha. No es necesario ir muy lejos...Tan pronto como el vehiculo da la vuelta a la esquina se aprecia un jeep rojo delante del cual Shulke esta dando indicaciones a dos tipos vestidos de forma extraña. Uno esta cargando una Uci y el otro lleva una escopeta de doble cañon superpuesto con culata de madera reclinada sobre el estomago y cogida con las dos manos. Shulke parece muy enfadada.

Ginis comenta .-Hasta que el Principe de la ciudad no reconoce a un vampiro mediante un proceso, este esta en un vacio legal. La muerte de un chiquillo solo importa a su sire; a su creador. Pero matar a Shulke... Eso iria contra las leyes de la Camarilla. Jack y yo le seguiremos a donde sea-. Dice señalando al conductor

   "Los músculos se me contraen pero intento disimularlo desde el asiento trasero. Pienso que si todavía me funcionase el corazón ahora me iría a cien por hora, aunque todo eso ahora no tiene nada de importancia. Miro hacia el jeep rojo unos segundos más pero sobretodo aquellos dos argumentos que le preocupaban, la uzi y la escopeta. Esos tipos eran profesionales, o al menos lo parecían dado que Edward aún no había visto a nadie así a excepción de en la tele, y Schulke parecía haberles pagado una buena cantidad para que llevaran a cabo el trabajo. Reuno el suficiente valor desobedeciendo las voces que retumban en mi cabeza. - Jack, vuelve a la entrada del Eliseo y espera con el coche arrancado. - Siento como mis manos tiemblan ligeramente, seguramente esos dos tíos serán vampiros, y no novatos precisamente. - Ginis, ellos tienen armas y seguramente experiencia. Nosotros no tenemos ni siquiera un solo plan sólido, agradezco vuestro sacrificio pero puede ser un suicidio y no quiero que nadie muera por mi culpa. Aunque si quereis seguirme la verdad es que estaré en deuda con vosotros. ¿Que es lo que tendría que hacer para presentarnos al Príncipe? ¿Seguramente entonces estaremos a salvo, no es cierto? ¿Y quien o qué es el Príncipe? - No hay mucho tiempo, así que simplemente escucho mientras nos dirigimos hacia la puerta principal. Serénate un poco y empieza a pensar como un vampiro. Aunque tal vez un vampiro sabría que lo más importante sería no entrometerse."

.- Me sorprende que no lo hayais adivinado aun...-. Comenta Ginis .-El Prinicipe es el mismo Longshank. Pero no puede reconoceros como miembro de la Camarilla de pleno hasta que hayais superado un periodo de prueba de varios años. Tiene que respetar las leyes y actuar con rectitud aun en su propio perjuicio-. El vehiculo se coloca cerca de la entrada del eliseo .-Si el asunto fuera contra vos bastaria el nombre de vuestro sire para hacer desistir a Shulke; pero no tiene porque llegar a mataros para alcanzar a la persona que desee silenciar. Ni siquiera vuestro sire seria severo con quien os haya dejado herido a consecuencia de una guerra en la que habeis entrado voluntariamente-.

   " - ¿Soy el vampiro del Principe de esta ciudad? - Esa pregunta no deja de punzar mi mente. Se que muchos aprovecharían esta posibilidad pero realmente, no creo que pueda valer nada en absoluto en esta situación, tal vez no sobreviva. Me estoy implicando demasiado y estoy a punto de cruzar el punto de no retorno. Miro a Ginis y su fidelidad me inspira. Por lo que él ha dicho, Schulke es algo más que una simple vampiro, tiene gran poder y importancia entre los de su clan. No había forma de resolver eso con un simple derramamiento de sangre, además, aún pudiendo no quería acabar con la vida de nadie. Tenía que llevar a Rocío ante Schulke para que la perdone, pero tal vez no lograría cruzar siquiera la puerta del Eliseo con esos dos matones de por medio. Por ahora tenía una ventaja, y era que ellos no le conocían de nada. Debía aprovechar eso, pero en la puerta había demasiada gente además que en el Eliseo estaba prohibido usar sus poderes. - Ginis, creo que se me ha ocurrido un plan pero para ello debemos interceptar a esos dos tipos antes que lleguen aquí. No quiero que levantemos la atención de nadie, quiero que ni siquiera ellos sepan que se han encontrado con nosotros. Sígueme, no hay tiempo que perder.  - Le miro y abro mi puerta.

   Esta vez, cuando salgo del coche siento el frío como un recuerdo de mi antigua vida. Curioso que tal vez mi vida acabe el mismo día que he renacido. Miro hacia el final de la calle por donde apareceran en cualquier momento los matones. Meto las manos en mis bolsillos para calmarme. No quiero causar inseguridad en el único amigo que considero sincero delatando mi nerviosismo con el ligero tembleque de mis manos. Empiezo la marcha hacia el extremo de la carretera y en cuanto siento la compañia de Ginis prosigo explicándole lo que necesito. - Se que es un tanto extraño pero, cuando nos encontremos cerca de ellos fingid estar ebrio y dispuesto a atacarme. Cuando les barremos el paso intentaré someter a uno de ellos con lo que me enseñasteis. Aprovecharemos la confusión para ocuparnos del otro. Por cierto, sentios libre de actuar como dicte vuestro instinto, confio más mi vida en vos que en mí mismo actualmente. - Le miro y me siento mucho más debil que él. Resulta extraño dado que en teoría un vampiro siempre es más poderoso que cualquier otro humano, pero me dejo de cavilaciones y prosigo con la marcha. Ahora solo quedaba una duda, quien les daría más oportunidades, ¿el hombre de la uzi o el de la escopeta?"

Cuando sales del eliseo un niño te mira con los ojos llenos de lagrimas .-¡Mama!-. Y se pone delante tuya con el gesto triste para que le prestes atención.

Ginis actua tal y como Edward le ha ordenado.-¡Maldito! ¡Robarle a un viejo su ginebra!. ¡Eso nunca!-. Hace el ademan como para avalanzarse sobre ti. El de la uci vestido de rudeboy apunta al viejo con su arma mientras se rie.-Humano tonto...Humano muerto-.

Al salir observo que un pequeño me llama confundiéndome con su madre. Sin poder evitar sentir ternura me acerco hasta él.

-¡Hola pequeñín! creo que me has confundido. ¿Como te llamas?- al tiempo que le hablo le sonrío, no quiero que se asuste de mí

.-Me. Me llamo...Me llamo Jack-. El niño se toma su tiempo para conseguir hablar sin tartamudear mientras se limpia las lagrimas.