Partida Rol por web

Amanece de nuevo. Otro día más en en una ciudad que agoniza de dolor. Has visto en las calles muchas caras sombrías y como cada vez el mundo se ha ido volviendo más oscuro a tu alrededor. La policía se comporta de forma más tiránica por momentos, y puedes percibir que aquellos que cuidan de tu seguridad y portan armas están quizás demasiado tensos como para no representar un peligro de por si.

La noche anterior se te murió un paciente, o lo mataste si es lo que prefieres creer. Llegaste a casa y te tiraste agotado en la cama. Te olvidaste de cerrar la ventana y ahora sientes el frío en tus huesos. El nuevo día te sonríe con una llovizna tenue y mecida por el viento. A través de la ventana salpican las gotas dentro de la habitación.
Te desperezas dolorosamente...

   "Respiro dolorosamente y siento como el día me despierta, aún así lo que me despierta no es la luz, son las gotas que caen através de la ventana y golpean mi cara. - ¿que hora sería? ¿me he quedado dormido? Uff... me duele todo... - Me levanto del suelo y me visto. Posiblemente mañana tendré un resfriado pero es lo mínimo que merezco por lo de ayer. Aún así, será mejor prepararse, aunque no tenga ganas no puedo dejar de ir según lo que aprendí en la carrera.

   Edward se levanta, se ducha tras limpiar los rastros de sangre de la bañera y a toda prisa se viste para dirigirse hacia el hospital tras desayunar más bien poco. Al salir a la calle y tomar el metro se da cuenta como todo le parece más oscuro, como acompañando aquella tortura que sentía en si mismo. Tenía las manos manchadas de sangre y no podía quitarselo de la cabeza en el traqueteo del vagón."

Una niña pequeña de tan solo unos siete años se acerca al verte, su gesto es sereno como si de un adulto se tratase. Su madre extrañada se acerca a recogerla.-Katy. No molestes al señor-. La niña deposita un sobre entre tus piernas de forma discreta antes de volver a comportarse como es propio de su edad y recuperar la inocencia en el rostro. La madre tira de su manita alejandola de ti.

.-Ya esta hecho-. Dice un hombre mayor con barba refiriendose a otras tres personas que hay sentadas delante tuya. Los cuatro se levantan. Son un grupo heterogeneo. Un anciano, una mujer joven, un tipo con algun tipo de enfermedad grave, y un vagabundo borracho. Los cuatro se marchan del vagon.

   "Edward estaba bastante ausente esperando sentado en el vagón cuando de pronto se acerca aquella niña para dejarle el sobre. Curiosamente no se da cuenta de esto hasta que curioso, mira hacia el anciano que habla con el grupo de delante. Por un instante piensa que todo aquello había resultado si más no, bastante raro aunque de pronto se distrae al mover ligeramente el pie. El sobre cae al suelo y es entonces cuando se da cuenta de su presencia. Lo recoge y mira hacia un lado y otro para finalmente enfocar su mirada finalmente en este. Aunque indeciso, Edward decide abrirlo. - Que extraño... tal vez no debería. - piensa mientras sus manos se deslizan atraves de este buscando la solapa de este aunque finalmente, supone que no pasaría nada por abrirlo tras revisar que nadie le está mirando."

El sobre esta repleto de fotos. Tan pronto como lo abres te das cuenta de que el color dominante es el rojo. Reconoces las caras muy pronto. Es una broma macabra. Son aquellos que no pudiste salvar. Fotos y fotos tomadas en la morgue del hospital. Algunos te suenan incluso de hace meses. La mayoria estan todavia frescos y algunos de ellos ya revelan la apariencia cadaverica del rigor mortis

   "- ¿¡Pero que tipo de broma es esta!? - Edward mira alrededor buscando al culpable de aquello. Nunca había sido muy decidido pero de pronto siente que le arde algo dentro de él. Ya había pagado por ello bastante la noche anterior como para que encima se jartaran de él. Simplemente no iva a consentirlo. Busca a la niña que le puso el sobre cual rapaz busca a su presa. [Si sigue ahí, se acerca a por ella a preguntarle quien le había mandado entregarle aquél sobre.]"

La niña te ve acercarte y dice sin más .-Señooor-. Y estira la mano hacia ti con inocencia. Dando un paso torpe

   "Al escuchar esa palabra se da cuenta entonces de lo que estaba haciendo. Entonces detiene su acometida severa e irracional sonriendo deshecho a la niña con las pocas fuerzas que le quedan. Luego mira hacia su madre intentando no quedar como un perturbado y extrañado vuelve a su asiento mientras se guarda aquellas fotos en el bolsillo interior de su chaqueta. - ¿De donde había salido ese sobre? - Edward mira a un lado y otro nuevamente para saber si le suena alguien conocido o algún familiar de alguno de los que aparecian en aquella foto, entonces se sienta mirando como el tren recorría los túneles de la ciudad a toda prisa mientras esperaba llegar a la parada del hospital. Al llegar al hospital solucionaría todo aquello, aunque para ello tuviera que esperar un poco más."

Bajas en tu parada y caminas hacia el hospital. Una berlina mercedes negra se detiene a tu lado en la calzada. La puerta trasera se abre.-Has obrado bien con esa niña. Incluso cuando te has tenido que enfrentar a tu peor debilidad has conservado la calma. Mi señor estara complacido-. Desde la puerta abierta asoma un anciano que recuerdas del metro.-Sube al coche y escucha todo lo que tengo que decirte, o puede que todo se te haga muy dificil. ¿Te has dado cuenta de cuantos meses llevamos siguiendote?-. Parece dejar claro que tratar de contrariarle seria una estupidez

   "Voy caminando por la calzada llegando ya al hospital. Lo cierto es que llegaba antes de tiempo, pero tras lo que pasó ayer, lo último que quiero es prepararme junto el resto de mis compañeros. Aún así, tengo la sensación que alguien me sigue, ese sobre me ha perturbado y realmente no entiendo que tipo de persona podría hacer algo así. Lo cierto es que empiezo a profundizar sobre mis pensamientos cuando de golpe, alguien me llama la atención. Miro a la berlina negra, me acerco y pienso. - ¿Ese anciano?

   Edward le escucha y no parece conseguir asimilar todo aquello. - ¿Quien era ese hombre? ¿A quien se refería con su señor? - esas tan solo son un par de preguntas que se le plantean por la cabeza, es entonces cuando escucha su última frase. Aquel hombre parecía tener todas las papeletas para ser aquel maníaco que le había sacado las fotos a todos sus pacientes que acabaron muertos. Lo cierto es que aquel hombre le intimida, pero aún así saca el sobre de su bolsillo interno y con cara de pocos amigos lo arroja al interior del vehículo. - ¿Esto es obra de vosotros? Seguro que sí. ¿Porqué demonios me estais haciendo esto, eh? ¿Soys familiares de alguno de ellos y quereis torturarme, no? - sus ojos se afilan bastante acusativos. Sabía que por su bien, tal vez sería mejor entrar en aquel coche sin preguntar. Los tiempos no estaban para andar exigiendo cosas pero aún así, tenía que aclarar todo aquello. Al menos por la duda que le carcomía en el interior de su alma."

.-No se haga el ingenuo. Ya se imaginara que esto es algo...más complicado-. Se impacienta .-Por favor. Entre en el coche. No podemos robarle tiempo, después de todo; ya se siente muerto-.

   "Sin lograr entender lo que estaba sucediendo, Edward se introduce en el vehículo con una incomodidad latente. Su mente no paraba de repetirle que no podía ni debía confiar en aquel hombre. Decía que le estaban siguiendo, pero ¿por que? De todas formas se adapta al asiento y mira al anciano que le había invitado tras cerrar la puerta a la espera que le diera alguna información de interés. No entendía ni que estaba haciendo en aquel coche."

El coche arranca. El conductor es el tipo enfermizo que le acompañaba al viejo en el metro.-Encantado de poder hablar con usted. Casi puedo decir... que es un honor-. Carraspea .-Ejem. A lo que vamos. Mi señor se ha interesado en usted y su supuesto potencial. Su interés no esta dentro de lo que usted definiria como común seguramente-. El coche se aleja de la zona del hospital .-Hasta que no anochezca no podra hablar con el, pero no se preocupe. Nos hemos encargado de que le dieran el día libre y ahora tiene tiempo para prepararse-.

   "Edward se incorpora suavemente en el asiento observando a aquel anciano. Su mirada le excrutaba de arriba a abajo como buscando alguna pista de quien se tratara puesto que él no parecía dispuesto a soltar prenda de la identidad el cual le buscaba así que se deshace inmerso en un mar de interrogantes. - ¿Potencial? - se preguntaba mientras el coche proseguía. Si las cosas ivan como decía, le esperaba un día completo resuelto entre dudas. - ¿Conozco a ese... señor? Entenderá que me siento un tanto acosado. Ustedes son los que me han hecho llegar ese sobre en el metro y no logro comprender. Necesito respuestas."

.-Vera. A lo que se va a enfrentar esta noche... No es facil de ser explicado de una forma sencilla. Ese sobre resuelve dos problemas: Por un lado nos ha servido a nosotros como la última de las muchas pruebas a las que se ha estado enfrentando durante estos meses, y por el otro para ir abriendole los ojos al poder con el que se va a encontrar-. El coche ha salido de la ciudad y va por una zona residencial. El viejo pone la cara de revelar que los reyes magos no existen a un niño .- ¿De verdad cree todavía, que los poderes ejecutivos de nuestro pais y del mundo no se ven influenciados por agentes externos? Mi señor. Tu señor... Es de los que tiran de los hilos invisibles a su favor, y preferimos creer que tambien en favor de la mayoria..-. Ves como atravesais una verja metalica que se cierra por detras y os moveis por un terreno rodeado de jardines. Hay individuos con traje de chaqueta armados en puntos estrategicos .-La matanza de Renton y el apagón de Seattle son para la inocente población hechos desafortunados de una simple guerra de bandas... Y sin embargo es el resultado de una guerra que se libra en las sombras ¿O a caso cree que iban a iniciar acciones violentas tantas bandas y grupos al tiempo por mera casualidad?-.

   "Voy obserbando por donde me lleva el coche y admito que una total incertidumbre se apodera de mí. Esto era inimaginable. - ¿Porqué yo? - Todo aquello parecía mucho más grande de lo que pudiera abarcar siempre. Parecía que aquel anciano sabía de lo que hablaba con tal credibilidad que me es imposible no pensar en la veracidad de sus palabras pero aún así. - ¿Que podía ofrecer yo? Todo esto parece demasiado grande. - De todas formas, dirijo la mirada hacia él sin poder dejar de oirle. Intento decirle algo. - No, claro que no... pero todo esto resulta de lo más sorprendente, señor."

.-Sorprenderte-. Muestra una sonrisa .- Eso es una suerte que tienen los de tu clan. La mayoria en vez de unas explicaciones se llevan un par de tortas y una conversión violenta. Pero mi señor no es así, salvo que se ofenda a su honor claro...-. Bajais del coche y entrais dentro de una mansión. El suelo es de marmol y cubierto por alfombras. En las paredes hay cuadros realistas exquisitos. Hay al menos dos pisos distinguibles por las escaleras del hall. Esperais en un salon, y mientras van pasando las horas te dice el viejo como debes comportarte .-Y recuerda, sobre todo siempre debes mostrar respeto...-. Se acerca un mayordomo .-El señor Longshank se ha despertado. Le espera en su despacho a usted solo-. Se refiere a ti

   "Edward asiente despacio aún algo nervioso. No llegaba a comprender aquello que estaba sucediendo pero por lo visto pronto todo se aclararía, o al menos eso creía. Aún así, sigue al mayordomo en silencio tras despedirse del anciano. Si algo había aprendido era que no iva a sacar nada en claro de aquel anciano, de hecho, no sabía ni su nombre. De camino, contempla las paredes de la casa posiblemente decoradas por grandes cuadros de los cuales se fija en la medida de lo posible en cada uno de ellos mientras continua en esa lúgubre atmósfera. De hecho, si algo le sorprendía era como una mansión como esa, tan própia de las novelas europeas del siglo diecinueve, podía estar tan cerca de Seattle. Aún así, al llegar ante la puerta, se queda mirando al mayordomo para después adentrarse a través de esta esperando ver al señor del cual no habían dejado de hablar. Lo cierto es que su curiosidad se había despertado aunque si algo no parecía acabar de agradarle resultaban aquellas dos palabras. - ¿mi clan?"

Y allí lo ves. Inmovil. Mirando a través de la ventana los paisajes oscuros de la noche. Es un hombre mayor que aparenta de cuarenta a cuarentaicinco años. Su cuerpo impropio para su edad se nota robusto y fuerte. Viste un traje de chaqueta, y lo lleva con una dignidad señorial.

Aunque te da la espalda y no le has visto la cara, te embarga el respeto, y te hace sentir muy pequeño. Es como si un monarca o un gran jefe de estado estuviese ante ti. Sientes la extraña necesidad de arrodillarte ante su presencia, pero no sabes si eso le incomodaria.

.-Bienvenido-. Dice con una voz serena que retumba por toda la habitación .-Lamento que haya sido necesario causarte algunas molestias-. Tan pronto como se da la vuelta quedas hipnotizado por su grandeza. Si quisieras hablar no podrias. Estas paralizado .-Sientate pues he de contarte una historia-. Te sientas docilmente y el se mantiene de pie, erguido y sin hacer ningun movimiento innecesario.

.-Hace algo más de setecientos años. Un cruzado en nombre de la cristiandad fue a defender el camino de los peregrinos hacia Jerusalen en el Prinicipado de Antioquia. Como caballero y noble ingles partió al mando de unas decenas de hombres. Sus gestas han sido olvidadas por la historia. La defensa del Santo Sepulcro, las incursiones más alla del duro desierto...Todo. El tiempo al final acaba por borrar hasta el ultimo fragmento de lo que fuimos...Aquel caballero lucho durante diez años en aquellas tierras, y mientras se sucedian las batallas sus hombres morian hasta tal punto que sin una fuerza de valor en aquel reino perdio su importancia. Su labor habia terminado o eso pensaba, y empezó a pensar en volver...hasta que conoció a Charles de Crevighient. Este le regaló una responsabilidad. Antes de conocerle, el cruzado solo cuidaba de sus hombres. Ahora, debia unise a otros como el, para cuidar de la humanidad. De los vivos y los condenados... Y se esforzo por cumplir este cometido por el resto de su existencia-.

Notas como su mirada perfora tu mente. De pronto te encuentras allí, en Jerusalen. Ves a través de los ojos de Longshank. Eres longshank de noche en el desierto .Empuñas una espada con habilidad y fuerzas sobrehumanas. Decenas de enemigos de la crisitiandad caen ante tu poder. No luchas por la cristiandad. Tienes sobre el peso de tus hombros a los humanos y los cainitas, y tiene perfecto sentido para ti pensar así. Te sientes poderoso envuelto por la personalidad y poder del cruzado, que no es humano y casi se te asemeja a un dios...

De pronto vuelves en ti, y te das cuenta de que todos esos recuerdos no son tuyos. No eres Longshank sino Edward.

.-¿Lo empiezas a comprender?-.

El efecto sobre tu mente se va disipando