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Las Brumas

Las Brumas: El Corazón de Amn

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25/04/2017, 15:55
'Dungeon Master'

Las autoridades no escatimaron en recompensa hacia los viajeros que defendieron la plaza contra Kerrigan, de quien nada volvió a saberse. Entregaron una recompensa de 400 monedas de oro a cada uno de ellos, incluidos los tempurianos, y concedieron un funeral por todo lo alto al semigigante. Se ofrecieron a llevar sus cenizas a su tierra natal, pero ante la... dificultad que eso conllevaba, las lanzaron al mar en una ceremonia Valkuriana.
También les ofrecieron pasaje en los siguientes barcos que regresaban a Azhkatla, en Amn, y alojamiento en el cuartel el tiempo que fuera necesario.

Para Osellë y Mólor no fue difícil pasar los dos días siguientes en Velen, pues se parecía bastante a sus mundos. Muy bullicioso y lleno de humanos para la elfa y extañamente alegre y animado para el mago, pero básicamente los oficios, la comida y la forma de vida era la misma... Quizá con más magia de la habitual, tanto arcana como clerical.

Osellë tuvo tiempo para relajarse y ser testigo de cómo los elfos silvanos del cercano bosque de Tezhyr convivían tranquilamente con los humanos y demás razas de aquella ciudad, incluso de pasear con su lobo, y permitir que Sûl conociese los bosques cercanos a Velen, pudiendo escapar de los suelos empedrados que comenzaban a agobiarle.

Mólor por su parte tuvo tiempo para relajarse y conocer a los ciudadanos y sobretodo a las ciudadanas de Velen con su inesperada racha de tiempo libre.

Para Riley fue distinto. Como si pasar de una población de catorce personas a una de quince mil no fuera suficiente cambio, la abundancia de agua potable era tal que podía sumergirse todo el tiempo que quisiera en un baño de agua dulce sin que nadie se extrañase, y para colmo, la variedad, sabor y abundancia de comida era aún más sorprendente. Verduras, frutas, aves, huevos, carne y... ¡pescado! se podía comprar en cualquier parte en aquella ciudad. Para terminar de asombrar, las mutaciones o 'razas' convivían entre sí sin apenas problemas o prejuicios, (apenas lo miraban más de una vez... y si lo hacían era por su rifle y su hacha) y aquella 'magia' que hacían algunas personas podía ser realmente sorprendente.

Pero para quien el cambio fue más drástico fue para Angela. No tanto porque fuera algo desconocido, ya que salvo por la magia y las distintas razas, era muy parecida a la Edad Media, si no por lo impensable, incomprensible de todo aquello, de estar allí, sin más electricidad que la de los rayos y sin más ondas que las de las piedras en el río. Una cosa era visitar una ciudad medieval y maravillarse con sus muros y los ropajes de época de los actores, otra cosa era tener que usar orinales, lavarse en un barreño con jabón natural hecho con mejor no saber qué y un cepillo de cola de caballo y demás cosas de la vida cotidiana. Por si fuera poco, con su aspecto daba inmediatamente 'el cante' allá donde fuera, por lo que continuamente era 'acosada' por gente que la confundía con un ángel y buscaba bendiciones para sus nonatos o neonatos y sanaciones milagrosas para enfermos y heridos, en cuanto se corrió la voz. Y la voz corrió rapidísimo en aquella ciudad atestada. 
Al ser testigo de la alarmante falta de higiene en el ámbito médico, los cirujanos militares y sacerdotes sanadores de las distintas naciones que participaban en la ofensiva contra los piratas fueron instruidos en la desinfección de material y manos, sirviéndose, voluntaria o involuntariamente de su 'aspecto'.

En cuanto a los tempurianos, Yaril·la pasó algo de tiempo con Mólor, y dio con un modo de hacerse entender un poco mejor, pero ni de lejos tenía aún la fluidez necesaria para realizar ninguna oración clerical. También aprendió de Angela acerca de la higiene y la desinfección y ya que conocía su origen fue con mucho la que más atención le prestó en su clase de medicina.
Hoglerruk se pasó la mayor parte del tiempo entrenando, bebiendo y saliendo de fiesta, y metiéndose en algunas peleas cuando la cantidad de alcohol excedía la recomendable.
Varken pasó tiempo tanto con su sacerdotisa, y tomando el papel de líder del grupo tempuriano dejado por Yaril·la, estuvo atendiendo las necesidades de los que 'oficialmente' eran sus protegidos hasta que llegasen a Candelero. 

Finalmente zarparon hacia el norte en un navío militar amniano que llevaba soldados que habían terminado su servicio, y traerían guerreros frescos para la campaña.

Durante el trayecto de varios días, y también durante su estancia en Velen, el grupo se fue conociendo mejor, habiendo entendido que les gustase o no, eran de los pocos que podían comprenderse mejor los unos a los otros, por no hablar de las... 'cosas extrañas' que podían acompañarles, como otras apariciones, sin ir más lejos Angela y Kerrigan.

Para los viajeros, la visión de Azhkatla desde el mar era impresionante, difícilmente Angela podría resistir la tentación de hacerle algunas fotos. Una urbe de 130.000 habitantes que se triplica en temporada comercial, 'derramándose' desde una montaña dominada por un enorme complejo de altas cúpulas y torres doradas llamado Las Agujas Doradas, el mayor templo a Waukin del mundo.

Como en una perfecta metáfora de la vida en Amn, el templo a la diosa del comercio domina la ciudad, centro de poder de todo el país. La ciudad goza de unas altas murallas, aunque casas más pequeñas se extienden mucho más allá de ellas, y de un fuerte en el puerto. Éste puerto también merece una mención especial por su organización y tamaño. Banderas de casi cualquier país o ciudad-estado que tenga acceso al mar pueden verse en los mástiles de los veleros.

Una vez desembarcados, no perderse en Azhkatla resulta prácticamente imposible, y no hablamos solamente de sus grandes barrios y plazas que pueden hacerte perder la orientación... En cualquier mercado llaman la atención gran cantidad de objetos, alimentos y materias primas que en otros lugares son difíciles de ver. Escaparates llamativos, casas, parques y consejos gremiales hermosamente decorados, juglares y bardos ganándose la vida esquina sí esquina no pueden hacer que cualquiera pierda la noción del tiempo admirando la llamativa y pomposa ciudad. Incluso la gente llama la atención. Desde el más humilde al más ostentoso, todos tratan de destacar y de aparentar un nivel de vida -probablemente superior al que realmente tienen- y parecen estar bastante pendientes de los demás, a menudo en una forma de envidia bastante malsana.

Nueve de cada diez habitantes son humanos. Del resto destacan gnomos, semielfos y semiorcos, más que medianos o enanos. Llama la atención la forma de comerciar que tienen. Casi cualquier cosa es susceptible de ser regateada en el precio, desde embutidos a inmuebles. Por lo que explican los tempurianos, una irritante costumbre de los amnianos es regatear por todo. Es fácil encontrar precios 5 o 10 veces superiores al habitual, y el mercader te anima a regatear el precio en una especie de 'ritual' cotidiano que termina en el precio habitual, o un poco menor o mayor según la habilidad del comprador y el vendedor. Para los extranjeros resulta sumamente molesto.

El mayor mercado de Azhkatla (Y hay montones) es el Paseo de Waukin, un inmenso mercado con distintos niveles de terrazas, sobre las que hay más mercado, y bajo la que hay locales de artesanos, tabernas y demás. Llama la atención la falta de 'servicios' mágicos de casi cualquier tipo, salvo los clericales. Otros dioses venerados en Azhkatla son Lazhánder, Milil y Selûne. En el submundo de la ciudad... se adoran a otros más oscuros.

La temporada comercial está llegando a su punto álgido, por lo que la cantidad de gente en las calles es enorme, y pueden encontrarse muchos extranjeros en cualquier parte de la ciudad, buscando o vendiendo materiales.
Una vez en tierra firme, Varken explica unas cuantas cosas sobre la ciudad, sugiriendo buscar pronto una caravana o transporte que les lleve al norte. En temporada comercial, no es nada difícil, y con su aspecto, fácilmente pasan por mercenarios a los que contratar como protección ante los bandidos y otros peligros del viaje.

Otra opción es hacerse con un carro cómodo y un par de caballos con el dinero de la recompensa, y no tener que depender de nadie ni defender a ninguna caravana.

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26/04/2017, 15:30
'Dungeon Master'

Sophie ha estado muy interesada en Velen, aunque pocas de las prácticas y políticas de la ciudad son aplicables a Iowa.

La noche anterior a zarpar de Velen volvió a notar ese silbido psiónico intenso durante unos cuarenta segundos con escasas pero largas interrupciones, y otras dos veces más durante el viaje en barco. Sophie encontró rápidamente la correlación, el pitido sonaba cada aproximadamente 48 horas, y si todo seguía el mismo ritmo, ésa misma noche debería volver a 'sonar'.

No notó sin embargo ni rastro del poder psiónico de Kerrigan.

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13/09/2017, 17:21
Director

Notas de juego

¿Chic@s? XD

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14/09/2017, 13:57
Riley

No conseguía acostumbrarme a viajar sobre el agua. Cuando Wichita me dijo que el USS Iowa había sido un barco que viajaba por una inmensa extensión de agua no pude creerla, pero tras varios días encerrado en este cascarón de madera, habría preferido un lugar mucho más estable como el Iowa. El primer día a penas me separé de la borda, vaciando mi estómago una y otra vez, y aprendiendo por las malas el concepto de "barlovento". Afortunadamente, mi cuerpo está acostumbrado a la deshidratación, así que no debería tener muchos problemas por vomitar tanto... O eso es lo que me dijo Ángela. Seguramente ella sepa más de los efectos de ese mareo a largo plazo, pero habría podido asegurarle que sí me suponía un problema estar así.

El segundo día, el mareo desapareció. Parece que mi cerebro se acostumbró de alguna forma al vaivén del barco y todo dejó de dar vueltas constantemente, para el regocijo de los soldados amnianos del navío.

Dos noches antes de llegar a Azhkatla, tras reunirme con el resto de mis compañeros, retomé una conversación anterior. - ¿Recordáis lo que hablamos del patrón para la gente que aparece? - pregunté. - Desconozco si el lugar al que llegamos tiene algún sentido, pero he estado contando y hay un estallido psíquico cada 48 horas exactas... - Les comento. - Creo que no tiene nada que ver con Kerrigan - digo mirando a Ángela - pero tal vez esté relacionado con nuestra presencia aquí.

De momento no tengo más datos al respecto, así que la conversación no se extendió mucho.

Al día siguiente, la visión de Azhkatla  me dejó sin habla. Estaba acostumbrado a lugares pequeños y con poca gente; Velen ya me había parecido inmenso, pero esta ciudad era lo más inmenso que había visto nunca. Salvo los Yermos, claro, pero el desierto no está lleno de gente.

Al desembarcar, el puerto estaba tan abarrotado que casi costaba caminar. Tuve que recurrir a toda mi voluntad para no invocar un temblor que derribase a la gente a mi alrededor para poder tomar aire tranquilamente. - Será mejor que nos mantengamos juntos - comenté. - Y que salgamos de esta ciudad lo antes posible.

Observo a Varken cuando sugiere unirnos a una caravana. - ¿Acaso no podemos viajar al norte solos? ¿Caminando? - Parece que, por mucho que me esforzara, jamás iba a entender este mundo. Yo estaba acostumbrado a dejar Iowa casi a diario para adentrarme en los Yermos, y estaba convencido de que los peligros de esa región eran mucho peores que lo que podamos encontrar en estos verdes parajes. ¿Por qué se empeñaba la gente en viajar todos juntos? Parece que, hasta cierto punto, habían desarrollado una dependencia extraña por la vida en sociedad. Claro que, desde el punto de vista de Sophie, puede que seamos nosotros quienes la hemos perdido en nuestro mundo.

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18/09/2017, 13:54
Osellë

Sûl le estaba cogiendo tirria a moverse en barco. Se mantenía pegado a la noldor con la cola entre las patas y las orejas pegadas al cráneo, no había que tener el vínculo que elfa y bestia compartían para ver que el animal disfrutaba más en tierra firme que en cualquier otro lado, al menos ese malestar lo compartía con Riley y ayudó a Osellë a interesarse más por el menos agradable de sus compañeros aunque no por eso su relación se hizo más llevadera.

Prefería la compañía de Mol, Angela y ella eran demasiado distintas, sus mundos no tenían ningún parecido que hiciese un vínculo entre ambas que pudiese durar a los ojos de la elfa y, si bien había puesto interés en su vida y en los conocimientos que la doctora Ziegler compartía sobre sanación,a ojos de Osellë sólo la cordialidad salvaba aquel abismo cultural que se extendía entre ambas. Riley estaba demasiado ocupado en su malestar, del mismo modo que el lobo tampoco estaba receptivo a sus palabras así que la elfa se limitó a comprobar el estado de Varken y a tener charlas con el mago en el idioma que ambos compartían.

Cuando Azhkatla apareció al otro lado del mar Osellë estaba en cubierta, contemplando ausente una de sus muñecas y divagando para sí misma, entonces las palabras de los demás le hizo perder el hilo de sus pensamientos y vio la orgullosa ciudad costera que se revelaba ante sus ojos como un titán despertando tras un largo letargo.
No solo era imponente por su extensión sino por la belleza de sus edificios. La luz se reflejaba en destellos dorados de las torres y a medida que el barco se acercaba al puerto el viento llevaba a los viajeros el murmullo ajetreado de miles de ciudadanos viviendo sus vidas.

Cuando el barco atracó Osellë se preocupó más de no perder a Sûl manteniéndolo a su lado pese a la impaciencia del animal por abandonar el navío. Realmente era un lugar lleno de gente, las calles estaban atestadas y una angustia se apoderó de la noldor al encontrarse con tanta gente.

-Riley tiene razón-se apresuró a afirmar en la misma lengua que Riley hablaba cuando éste habló de abandonar la ciudad. Necesitaba espacio, necesitaba tiempo para tomar contacto con aquel lugar de forma progresiva.

-Un carro es más cómodo que ir andando-añadió a las ventajas que Varken exponía sobre conseguir uno en vez de unirse a una caravana replicando al nieto de la dichosa Wichita-y nos será más útil para descansar, no estaremos tan expuestos y llamaremos menos la atención que una caravana porque seremos menos... aunque también sería raro que fuésemos solos-frunció suavemente el ceño hasta que una pequeña arruga de preocupación se formó entre sus cejas. El barullo de la ciudad tampoco le dejaba exponer con claridad sus pensamientos y más en una lengua hosca y poco agraciada como en la que hablaba- una caravana también nos daría protección al brindársela nosotros...-cerró los ojos conteniendo el impulso de taparse los oídos, inspiró hondo y acarició la cabeza de Sûl cuando el lobo golpeó su mano con el hocico a modo de apoyo-cuánto nos costaría un carro y unos caballos.-y con "cuánto" quería decir "¿nos lo podemos permitir?".

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21/09/2017, 19:23
Mólor Lóion

Durante los días que tuvimos que permanecer en Velen, el tiempo que no pasaba con la sacerdotisa, con Ángela o con Osellë, o estudiando cuento podía de la magia de aquel nuevo mundo, lo pasaba conociendo a la gente de la ciudad, aprendiendo lo posible de sus ciudadanos… y, siempre que podía, disfrutando de sus noches con las ciudadanas. Así pues, cuando, embarcamos y partimos de la ciudad, casi que fue la primera vez que pude descansar correctamente desde que llegué a aquel mundo.

Dicho esto, tampoco es que en el barco permaneciese demasiado tiempo ocioso, puesto que no por ir en barco dejé de sumergirme en los pergaminos, o de aprender lo que Ángela pudiese enseñarme de su forma de curar, claro que también tuve algo de tiempo para poder conversar con los que me acompañaban… o más bien con las que me acompañaban, puesto que la actitud de Riley me seguía resultando demasiado extraña como para poder acercarme, mientras que el comportamiento y las fiestas de Hogle no eran precisamente de mi estilo. Tal vez hubiese podido conversar con Varken, pero dado que debía estar hasta arriba de trabajo al encargarse de sustituir a Yaril·la, ni siquiera lo intenté.

¿Estallidos psíquicos?- le pregunté a Riley la vez que mencionó eso con todos reunidos -¿Qué son? ¿Los sentiste antes cuando aparecieron Ángela y Kerrigan?- pregunté.

Finalmente, y tras varios días en el mar, llegamos a nuestro destino… y superaba con creces cualquier cosa que hubiese podido imaginar. Ya sabía que era grande, que habría gran cantidad de gente y que el número de barcos en el puerto sería muy superior al de Velen… pero aun así, aquello estaba en una escala completamente diferente. No solo la propia ciudad era enorme y ostentosa con los reflejos dorados de sus torres y cupulas, sino que a pesar de la inmensidad de la ciudad, la gente parecía desbordarse de ella, como si la cantidad fuese demasiada como para poder acogerla en su interior.

Estoy de acuerdo con lo de salir cuanto antes- dije, algo agobiado, no solo por la cantidad de gente, sino por la frenética actividad con la que palpitaba la ciudad -Pero no con lo del carro -les dije -Tal vez sea más rápido que una caravana, pero no conocemos los caminos ni su situación, así que acabaríamos perdiéndonos o algo peor- dije, explicando mi punto de vista -Además de que no sé los demás, pero yo no tengo ni idea de llevar un carro- añadí.

Notas de juego

Me tomo la libertad de decir que tb paso ratos hablando con Angela y con Osellë, además, si mal no recuerdo, con Angela al final llegamos a un acuerdo de que me enseñaría algo de sus metodos de sanación.

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22/09/2017, 12:57
Riley

Las palabras de Molor me recordaron cómo había continuado la conversación en el barco.

- Con Kerrigan sí. Es la razón por la que pude localizarla, aunque entonces pensaba que era por su poder psiónico. Con Ángela... Bueno, nos apareció en las narices, así que más que un estallido psíquico lo noté físicamente - le había contestado. Pero desgraciadamente no tenía más información que darles por el momento.

Asentí a sus palabras.

- Por mi parte, también estoy más acostumbrado a caminar que a ir en un carro... o que a cualquier otro tipo de comodidad, ya puestos - dije mirando a la elfa. Parece que desde que salimos de Velen se había animado a hablar en un idioma común para variar. - Pero yo de viajes en este mundo no entiendo, y mucho menos con gente, así que lo que propongáis tendrá que valer.

Notas de juego

Master, te dejé unas preguntas en el off-topic el día 14, que se perdieron entre los posts de ayer. Échales un ojo, please.

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22/09/2017, 15:40
Varken

Varken sopesó las dudas de sus compañeros sobre si ir en caravana, a pie o por sus propios medios. Estaba consultando un mapa que habían comprado. Miró a Yaril·la, que le dejó, con un gesto, que tomara por ella la palabra.

Bueno... es temporada comercial. Las caravanas salen a diario hacia el norte, y también llegan a diario desde el norte... Y todas esas caravanas son a los bandidos como la miel a las moscas, así que, aunque no parezca que llevamos nada de valor, podríamos encontrarnos con problemas, y si no tenemos algún medio rápido de huir de ellos... Además, hasta Candelero hay unas... 250 millas, tardaríamos fácilmente un mes en llegar allí. En carro  o en caravana tardaríamos unos quince días, más o menos... Quizá un poco más en caravana, pero no mucho más. Si vamos a caballo... entre 5 y 10 dias, dependiendo de lo que les hagamos correr y la calidad de los corceles. 

En cuanto a precios... Bueno, habrá que regatear Dijo refunfuñando Pero si se pueden conseguir precios como los de otras partes, siete caballos podrían costarnos... Echó unas cuentas mentalmente unos 550 de oro. Un carro grande y cuatro caballos de tiro para llevarnos a los siete podría costar alrededor de 100 monedas. 
En cualquiera de los dos casos seguimos estando solos. Si nos contratan en una caravana, podríamos ganarnos unas cien monedas entre todos. 

No es mucho, pero nos ahorramos nuestro gasto y viajamos más seguros.

Miró a todo el grupo.
Nosotros no tenemos prisa por llegar, pe-
Yaril·la le dio un codazo, interrumpiéndole, e hizo un gesto como si se diera un golpe en la cabeza.

 K-K-Kerr-r...

Cierto, Kerrigan... Varken sacudió la cabeza. Cuanto antes lleguemos, antes podremos, quizá, descubrir algo sobre vosotros... y sobre ella. Pero vosotros decidís.

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25/09/2017, 18:23
Angela

 Perdida en la inmensidad de una ciudad salida de la fantasía, Angela se sumergió en sus propios sentimientos, algunos encontrados y enfrentados en las lágrimas que estaban a punto de brotar antes de ser apartadas por una sutil y sincera sonrisa de superación. El lugar era demasiado impresionante como para pararse a charlar sobre otras preocupaciones. En su curiosidad sin parangón buscaba herramientas útiles para el camino, despreocupada por los víveres o las medicinas. Enfrascada en su búsqueda de una mejoría de sus condiciones se permitió el lujo de disfrutar de un lugar así. A Ángela le encantaba la gente, y aquello era como un paraíso a pesar de que, era probable, que en algún lugar encontrase algo que no le gustase, sobretodo en lo referente a la higiene. 

 No iba a hacer un mundo de los defectos, parecía comprometida a grabar aquella monumental imagen y todos los datos que pudiese recabar en sus retinas, y si era falta, también en otra clase de elementos de captura menos naturales.

 Las palabras "Kerrigan" y "caballos" se repiten por encima del resto, hasta que consiguen llamar la atención de una doctora dispuesta a no dar la espalda a las personas que puedan necesitar de su ayuda.

 - No podemos malgastar nuestros recursos - recogió como propio lo que se insinuaba en la descripciones de actividades como el "regateo" 

 ¡Que emocionante!

 Les dedicó una delicada sonrisa con los ojos iluminados por la titánica ciudad.

 - Como tampoco deberíamos desdeñar la posibilidad de ayudar a otros en el transcurso de nuestro viaje, allá donde nos dirijamos.

 Si esto es una votación - rió bromeando entre dientes - voto por ejercer de escolta o de apoyo a un grupo preestablecido por autóctonos o nómadas. - levantó la mano para que quedase patente, con una postura agraciada, grácil y casi infantil, aunque apenas pudiese concebirse de ese modo dado su maduro aspecto.

 Tampoco descartaría desviarnos un poco llegado el caso si con eso podemos asegurar el buen ejercicio de la acción comercial. - obviamente se refería a asegurarse de que otras caravanas no eran asaltadas, si ya la conocían, la violencia no era la respuesta que buscaba, aunque podría interpretarse de ese modo - Sarah es un problema, pero no puede agotar todos nuestros esfuerzos.

 Si de algo estoy convencida es de que no estamos aquí por ella. Aunque podamos hacernos responsables de impedir un mal influjo de su presencia en este mundo.

 Podía presumir que algunos allí deseaban su exterminio, o al menos, su sometimiento. Sarah era asusto suyo, pero no podían pretender perseguirla de ese modo con la bandera de la venganza como estandarte, sólo había un baluarte posible para evitar un conflicto o paliar el existente, la justicia.

 ¿Qué decis?

 ¿Tratamos de unirnos a un grupo mayor? - se notaba emoción aventurera en su voz, pero no por egoísmo o deseo propio, sino con vistas a verlos crecer en algo que compartiesen como grupo, como equipo. Quizás, era una respuesta de su subconsciente a la pérdida de personas importantes con la que había sentido esos lazos.

 

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28/09/2017, 12:29
Riley

Observé un momento a Ángela. No terminaba de entender muy bien a qué se refería con malgastar recursos: esas monedas que nos habían dado eran de un metal brillante, pero bastante poco útil. Un sencillo mordisco había servido para dejar una marca, dejando claro que el material era demasiado blando para cualquier uso práctico, a pesar de que parecía bastante denso. Sin embargo, lo que yo consideraba recursos básicos, como agua y comida parecían demasiado abundantes en esta tierra como para que a nadie pudiera preocuparle malgastarlos.

- Esas caravanas nos llevarían el doble de tiempo que a caballo - comento, recuerdando las palabras de Varken. - Pero los corceles en los que iríamos más rápido... ¿cómo se conducen? En mi tierra pocos hemos tenido oportunidad de usar un vehículo, porque el combustible es escaso, y las primeras veces suele ser algo... errático - digo recordando la única vez que conduje un coche por los Yermos. Afortunadamente, es un terreno bastante plano, pero aún así estuvimos a punto de volcar en una ocasión. - Me temo que La duración del viaje a caballo va a depender más de nuestra habilidad que de la calidad de los animales y no sé si realmente no servirán para ganar mucho tiempo.

Me vuelvo hacia la paladín y asiento.

- Sin embargo, Yaril·la tiene razón. Kerrigan puede volar, lo que le da una mayor velocidad que a nosotros. Eso siempre y cuando sepa que tiene que dirigirse a Candelero para investigar qué es lo que nos está trayendo aquí... - comento. - ¿Ha podido encontrar a alguien que le dé esa información? ¿O de quien pueda leer la mente para tener ese concimiento? - añado mirando a Angela de soslayo.

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28/09/2017, 16:30
Mólor Lóion

No creo que tengamos que preocuparnos por que Kerrigan llegue antes que nosotros a Candelero- dije cuando Riley menciono esa posibilidad -Por lo que sabemos, bien podría estar a 200 millas en dirección contraria, y además si es tan inteligente como creemos,  después de ser derrotada, lo más seguro es que permanezca oculta hasta que reponga sus fuerzas- les dije… y aunque no lo mencioné, era evidente a que me refería con reponer fuerzas.

Seguramente busque algún pueblo pequeño y aislado donde pueda crear más de esos monstruos- pensé, notando un escalofrío al recordar a aquellas criaturas.

Evidentemente, contra antes lleguemos a Candelero, mejor- continué -Pero yo no sé llevar un carro, y por lo que ha dicho, Riley ni siquiera sabe montar, por lo que al final, casi tardaríamos lo mismo que en caravana… eso si no nos cruzamos con bandidos- les dije -Así que creo que lo mejor será buscar una caravana- dije -Además, seguro que si ha habido más llegadas, o si se ha visto a Kerrigan, los comerciantes y los guardias sabrán algo, aunque sea rumores- añadí.

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29/09/2017, 09:54
Osellë

Osellë no era avariciosa así que la ganancia económica no era una motivación aunque la amenaza de ser un blanco fácil en los caminos era suficiente como para seguir meditando las opciones. Riley no sabía llevar carros por la falta de combustible, fuera lo que fuese eso, Angela hablaba mucho, había olvidado cuál era la opinión de la doctora al seguir ésta con una exposición de pensamientos que se iban de lo que ella prefería hacer y se adentraban en mostrar puntos de vista.

Miró al lobo y éste le devolvió la mirada pero si la noldor esperaba respuesta de él o una ayuda se llevó una decepción.

-Busquemos una caravana entonces-Suspiró en su idioma dejando caer los hombros. Tampoco es que, a esas alturas de la conversación, hubiese otra opción viable que no acabase con un gasto del dinero que tenían en una carreta volcada a un lado del camino por la inexperiencia de los que habían intentado llevarla.

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30/09/2017, 15:02
'Dungeon Master'

El grupo decide finalmente unirse a una caravana que viaje ligera. No es difícil encontrar una caravana que viaje hacia el norte y quiera la protección del grupo. Por si un grupo de tempurianos, un mago, una arquera elfa y Riley con su hacha no fueran suficientemente disuasorios, el añadido del 'ángel' mejora enormemente el aspecto de la guardia de la caravana, que ya contaba con algunos jinetes ligeros y una decena de mercenarios del Puño Llameante.

Esta organización mercenaria es una de las mejores valoradas en lo que a ética se refiere, y cuentan con buen equipamiento y entrenamiento. Allá hacia donde la caravana se dirige, más allá de la frontera de Amn, pequeños condados gobiernan más o menos una región que nunca termina de estar tranquila. Estos condados no pueden permitirse grandes ejércitos que mantengan a raya a monstruos y bandidos, por lo que la ciudad más grande de la zona, Puerta de Báldur, es también la sede de un ejército mercenario que junto con la guardia y la milicia, mantienen el orden en parte de la región de la Costa de la Espada.

Por supuesto, son mercenarios, pero según la opinión de Hoglerruk y Varken, de lo más éticos. No aceptan encargos de dudosa moralidad, muchos de ellos adoran a dioses bondadosos, e incluso hay guerreros sagrados entre sus filas. Yaril·la opina que como guerreros de alquiler, deberían luchar por Tempus, que se equivocan sirviendo como mercenarios mientras siguen a dioses como Torm de la Jucticia o Helmo de los Guardianes... pero en el fondo hacen la mitad el trabajo de un mercenario y la mitad de un miliciano. 

El trayecto en caravana es cómodo, viajando la mayor parte del tiempo sentados, compartiendo cháchara con mercaderes, mercenarios y mozos de carga. A mitad de trayecto, la caravana pasó al lado de los restos de un par de carretas de algunos comerciantes que no tuvieron tanta suerte. A juzgar por el estado de descomposición de las mulas, llevaba días abandonada, a la espera de que alguien la desguazase y la llevase a alguna parte. No había restos de cuerpos ni del material robado, aunque las lonas aún tenían manchas de sangre, y quedaban dos flechas clavadas en los cuerpos de uno de los animales.

El jefe de la caravana ordenó aumentar la alerta desde aquél momento, y desde entonces y hasta que llegaron a un terreno más abierto y con mejor visibilidad, las guardias nocturnas eran más numerosas y largas.

Finalmente, tras pasar por algunas aldeas y el pueblo de Beregost y tras diez días de viaje, llegaron a la intersección donde debían separarse. A la caravana le restaban cinco días para llegar a Puerta de Báldur hacia el Norte, y a los compañeros unos dos o tres hacia la costa, a pie, hasta la Ciudadela del Conocimiento, el Alcázar de la Candela, la Fortaleza del Saber...

Aquél lugar tenía muchos nombres, el más común...

Candelero.

Llegaron en una intranquila noche donde el mar batía con fuerza las rocas que afloraban bajo el sendero que llevaba a la fortaleza. 

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02/10/2017, 00:15
Bibliotecario tranquilo

Una reja metálica cerraba la entrada al fuerte, vigilada por dos guardias armados con alabardas y equipados con armaduras de placas. Parecían bastante sorprendidos de ver a un grupo tan pintoresco llegar a aquellas horas de la noche, pero tras identificarles y anotarles, les dejaron pasar al patio del fuerte, alrededor del cual habían pequeñas tiendas de artesanos que vivían en el fuerte, un templo al dios del Saber, Oghma, una taberna, una posada, un colmado... como si de una pequeña ciudad se tratase.

Por supuesto, también podían ir al Alcázar a regularizar su visita, cosa que hicieron de inmediato, encontrándose en la 'recepción' con un apático bibliotecario, al que hubo que carraspearle varias veces para que levantase la mirada del manuscrito que estaba leyendo.

Con un suspiro nada disimulado, miró al grupo. Al contrario que la inmensa mayoría de la gente, que solía sorprenderse mucho con el aspecto de la 'comitiva', la rección del hombre fue un breve levantamiento de la ceja izquierda, que pronto volvió a su posición original. Al comprobar, tras unos incómodos segundos de silencio, que esperaban un saludo, procedió a él como si le hastiara el trato humano.

Bienvenidos. Dijo sin sentimiento alguno de hospitalidad. ¿Tienen pase o invitación?

Notas de juego

Plano general

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02/10/2017, 00:32
Sophie

Sophie había estado en algunos momentos muy callada, pero por lo general animaba a Riley a tratar de escuchar conversaciones ajenas, y después trataba de sacar conclusiones y meditar sobre lo que había oído de forma que pudiera trasladarlo de algún modo a Iowa, aunque la mayoría de las conversaciones no eran demasiado interesantes.

Cada 48 horas, Riley volvía a sentir aquél 'ruido' psiónico, invariablemente. Toca de nuevo ese ruido en apenas unas horas.

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03/10/2017, 17:58
Mólor Lóion

Al final, tras discutirlo entre todos, se decidió que nos uniríamos a una caravana que fuese hacía el norte, y dada la composición del grupo, no nos costó demasiado encontrar una que fuese en esa dirección y que además requiriese de nuestros servicios.

Por suerte para nosotros, viaje resultó ser tranquilo, ya el encuentro con los restos de varias carretas a mitad del trayecto indicaba que no siempre era así, por lo que pude aprovechar el tiempo para seguir estudiando los hechizos que había conseguido n Velen, así como también para aprender lo posible de aquel mundo a través de las conversaciones con los mercaderes, mercenarios y mozos de carga que formaban la caravana. Así fueron pasando los días, hasta que llegó el momento de separarnos de la caravana y poner rumbo a Candelero.

El lugar, más que una inmensa biblioteca o ciudad del saber cómo había imaginado que sería, parecía, al menos desde el exterior, una fortaleza, a pesar de lo cual, nos dejaron entrar sin demasiados problemas. El interior, también era distinto a como lo había imaginado, con un templo, tiendas, posada e incluso una taberna, como si fuese una ciudad como cualquier otra… lo la diferencia que en el centro de esta se hallaba dominado por el Alcázar, al cual nos dirigimos directamente nada más entrar.

¿Pase?- pregunté en voz alta sin poder evitarlo tras escuchar al hombre que se encontraba en la recepción -¿Tenemos algo de eso?- les pregunté a Yari·la y a Varken.

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05/10/2017, 14:15
Varken

Varken y Yaril·la pusieron la misma cara de sorpresa que Mólor. Al bibliotecario se le cerró un párpado al escucharlo, pero antes de que volviera la vista a su libro, Varken preguntó:

¿Cómo conseguimos un pase?

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05/10/2017, 14:29
Bibliotecario tranquilo

El bibliotecario miró a Varken y respondió.

Para acceder a la biblioteca hay que ser un Maestre, realizar un pago de 25 monedas de oro por persona y día, o contribuir a la propia biblioteca con un tomo valioso. Clases especiales y tomos mágicos, aparte.

Y no se permiten animales.

Miró primero a Sûl, y antes de volver a mirar al libro, pasó sus ojos por Hoglerruk de arriba abajo, lo que hizo que el bárbaro resoplase irritado.

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05/10/2017, 18:01
Angela

- Disculpe. - espetó con cierto grado de autoridad en el timbre de su voz, reflejo de una edad que no aparentaba en absoluto, un producto de la ciencia que a vista de alguien como el que se sentaba frente a ellos sería sólo posible a través de lo que habían llamado magia. Podía percibirse en su tono cierta calma que no disculpaba lo que se había mostrado como una falta de respeto o palabras desafortunadas.

- Si se refiere al reino Animalia o metazoa, según las categorías de clasificación clásicas, en referencia a los organismos que presentan características como la nutrición heterótrofa o la disposición regular en las estructuras de sus cuerpos, tal vez, deba recordar que los humanos, como usted, pertenecen a ese grupo. - No deseaba aleccionarle, pero sí recordar que él era tan animal como Sûl, y era una queja, desde la lógica científica a una prohibición que debía englobar, consecuentemente, a todo el grupo, incluido el propio bibliotecario. - Este espécimen en concreto, posee además, rasgos que podrían identificarlo como un ser cultural, en la medida en la que se comporta como un ente simbiótico en relación con uno de nuestros acompañantes.

 Tendrá que ser más claro en la diferenciación, a menos que quiera verse expuesto ante su comunidad como una persona incapaz de discernir cuestiones fundamentales como la que ha planteado, quizás por ignorancia.

 Sabía que aquella clase de intervenciones solían provocar una reacción negativa y no facilitaría el acceso a menos que se tratase de un hombre lo suficientemente inteligente como para desear una conversación civilizada enfocada a los problemas que el propio uso del lenguaje había generado en su intervención. La voz de Angela, aunque autoritaria, tenía cierto grado de humildad y se mostraba seria pero amable, al menos en la parte en la que no insinuaba que pudiesen estar hablando con una persona ignorante, en cualquier caso, sólo se había puesto al nivel de sus gestos y sus palabras.

 - Nos trae aquí un designio divino, pero tenía la esperanza de que también el azar procurase la posibilidad de ampliar nuestros conocimientos y brindar los nuestros, o nuestro mecenazgo, a esta hermosa biblioteca. - apeló a su deseo de ampliar el lugar, con conocimientos o dinero, pensando que tal vez lo segundo llamase su atención. Algo estaba claro, sin Sûl era dificil que contribuyesen en absoluto.

 - El dinero no es un problema. - le advirtió, previsto que los confundiría con personas con ánimo de ahorrarse unas monedas. No eran usureros. - pero tendrá que ceder en lo referente a nuestro compañero. - se refirió al lobo. 

Para Angela, todos eran tan animales como Sûl, y para ella suponía un problema entender esa clase de discriminación. No obstante, sabía a la perfección que el bibliotecario quería evitar la suciedad que suele ligarse a algunos animales. - Podemos asegurar que no causará ningún problema, en cualquier caso, nos haremos responsables de nuestros propios actos, como no podría ser de otra forma.

 Estuvo tentada a ofrecerle ciertas nociones de empatía, pero respiró profundamente para ponerse en su lugar. Con educación y un tono angelical continuó:

 - ¿Puede mostrarnos algún documento que asegure que la biblioteca es la beneficiaria de nuestro pago, si así elegimos acceder? - Lo último que necesitaban es pagar a un tipo que había aprovechado la situación.

 Debía tener en cuenta que podían ser muy insistentes, y no eran personas con las que bastasen unas cuantas espadas como para amedrentarlos, lo cierto es que en lo referente a hechizos Angela desconocía si tendrían la capacidad de expulsarlos a la fuerza.

 En cualquier caso su lenguaje corporal y su estado general trataban de inspirar serenidad y no un ataque contra el propio bibliotecario. Algo dificil porque lo que le había molestado a la mujer con aspecto de ángel era el trato de aquel hombre como "funcionario", tenía el honor de representar a aquel lugar siendo el primer rostro visible, podía aprender tanto de la gente que visitase el lugar, crecer tanto como persona, que casi lo envidiaba. Sin embargo estaba allí, expuesto como un cuadro desgastado o polvoriento como un libro olvidado.

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05/10/2017, 19:46
Bibliotecario tranquilo

Hamdiana, por lo que veo. Respondió a Angela, sin que ella supiera a qué se refería, gratamente sorprendido de que alguien respondiera con un lenguaje científico. Yo soy más de la clasificación de Núrmond. 'Humanoides', 'Animales', 'Bestias', y 'Extraplanarios'. No seré yo quien insista en que no es usted un animal, si es lo que piensa.

En cualquier caso, ningún 'ser' que no sea capaz hablar y contemplar las más elementales normas de conducta no tienen permitido el paso, y tampoco tiene mucha necesidad de ingresar a la biblioteca un 'ser' incapaz de leer, aunque si quieren pagar por él también, les extenderé el recibo como a cualquier otro.

Y obviamente, cualquier desperfecto les será cobrado... con o sin canis lupus.