Partida Rol por web

Las cavernas de Thracia

1. - La ciudad perdida

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09/03/2020, 00:43
Tobías

En lugar de marchar, como debiera haber hecho, la tigresa se limitó a dar vueltas por el campamento, sembrando el pavor entre los pobres supervivientes antes de regresar al seno del grupo. Ellos, a diferencia de los colonos, estaban emocionados por la deslumbrante transformación.

Tobías asintió a las expresiones de admiración de las dos mujeres. Era hermosa, tanto en movimiento como en reposo. Pero esas garras parecían capaces de destripar a un hombre de un solo golpe, las mandíbulas lo bastante fuertes como para triturar huesos, y si además del cuerpo de un animal tenía su instinto, sería capaz de usar las armas que los dioses le habían otorgado con una pericia que solo guerreros bien entrenados y experimentados podían soñar emular. Una belleza letal, aterradora.

Sin embargo, no sentía miedo. No sentía hostilidad en la postura de la tigresa, ni en su mirada, ni en su olor.

¿Es la primera vez? preguntó, sin poder contener la duda que le había asaltado cuando se transformó. Has dicho que nunca habías visto un tigre. ¿Te referías a otro, o tampoco a ti misma?

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09/03/2020, 12:20
Eldrid

Mientras los colonos se calmaban, situación complicada cuando un tigre enorme merodeaba por el claro muy animada, el grupo se acercó para admirar a la nueva Eldrid. La tigresa se dejó acariciar por Mayra, era como un gato, solo que enorme y extremadamente peligroso. Pero Eldrid no era en absoluto hostil, se tumbó sobre la hierba y estuvo jugando un rato con la hechicera hasta que se vio obligada a cambiar a una forma intermedia para comunicarse con los demás.

-Gracias -le dijo a Tobías-. No he visto a nadie como yo. Caín me enseñó a adoptar esta forma -le dijo a Mayra, con los ojos muy abiertos y brillantes-. No sabía que podía hacerlo. En la Torre me lo prohibieron. No me gustan los magos. Pero tú sí. Quiero salir a buscar gente. 

Dicho aquello, volvió a transformarse en tigre y se sentó, esperando, tal vez, una acción.

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10/03/2020, 09:09
Zachary Taylor

En ese momento apareció Zachary, seguido de un asustado Josephus, que señalaba a Eldrid con la cara pálida y parecía a punto de hacer saber a todos que lo que estaba pasando era "altamente irregular".

-Habéis dejado suelto al gato -comentó el explorador, manteniéndose bastante alejado de Eldrid-. ¿Le habéis quitado la argolla? Espero no tener que meterte en una jaula, a mí no me importa, pero si vienen más imperiales, vas a tener que portarte como una buena chica. No sé si me entiendes. 

Eldrid bostezó por toda respuesta, mostrando sus enormes colmillos.

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10/03/2020, 10:13
Mayra

Mayra sonrió cuando Eldrid dijo que ella era una excepción a su aversión a los magos.

No la culpaba. El cambio de forma de Eldrid daba miedo, porque era algo que sus colegas no podían controlar. Por eso le habían puesto era argolla. Ella creía en la diversidad, incluso si parte de esa diversidad resultaba fea o peligrosa. Lo que para uno era feo o peligroso, para otro era hermoso y natural. 

—Perdona por el revuelo, Zachary, ya nos íbamos —dijo Mayra y se dirigió a los demás—. ¿Verdad? Seguiremos el curso del río hasta la cascada, a ver si nos encontramos con algún nativo.

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10/03/2020, 14:18
Vika

Vika no era un monstruo. Consideraba a las otras razas peligrosas, pues no perseguían siempre los mismos objetivos del Imperio. Tenían otros puntos de vista y normalmente otros valores morales. Eso no les convertía directamente en seres malignos. Aunque algunos si lo eran, la mayor parte eran personas bienintencionadas. No obstante, si el Emperador y las leyes del Imperio habían previsto medidas contra ellos o más que contra ellos, contra su libre albedrío en el interior de las fronteras imperiales, era sin duda alguna por una buena causa; por conservar el equilibrio que imperaba.

Pero aún así, Vika sabía apreciar la belleza en gente diferente. Aquella bestia, Eldird, y su forma animal eran un ser enormemente bello. Otras razas tenían también grandes cualidades, no solo estéticas. Vika lo sabía, no era idiota. Incluso, algunos miembros de otras razas habían sido aceptados dentro de las fuerzas del orden Imperiales e incluso conocía un caso de un cazador imperial de la raza enana. ¡Un cazador Imperial! 

No obstante, se tenía que mirar caso por caso. El de Eldird era el que tenía más fresco. Aquella bestia había sido de utilidad. Les había llevado hasta el campamento mediante el rastreo de las pistas que alguno de los moradores del mismo había dejado en el sendero trazado. Ahora había sido liberada y en vez de huir les seguía siendo fiel. Parecía evidente que podían confiar en ella, al menos por el momento, pero tampoco podían relajarse. Al fin y al cabo, Eldrid era una bestia, aunque a ellos les gustaba más que les llamaran cambiantes o eso creía Vika y como bestia era volátil, volátil y peligrosa.

Cuanto antes nos pongamos en marcha, antes resolveremos todo este asunto. - Respondió la sacerdotisa. - Por mi podemos seguir el curso del río, si. - Miró al resto. - ¿Nos ponemos en marcha?

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10/03/2020, 20:52
Tobías

¿Caín era otro hombre bestia como ella? Tal vez uno más experimentado, si le había enseñado cómo transformarse. Uno que la Torre no quería arriesgarse a perder, o que consideraban más difícil de controlar. Nadie que importara en aquel momento, en cualquier caso, ya que se encontraba en la otra punta del mundo.

A la llegada de Zachary, atraído por el tumulto, la respuesta de Mayra y Vika le cogiópor sorpresa. Era eso a lo que habían ido a Thracia, pero confiaba en que pasarían unos días en el campamento, ayudando en la defensa, recopilando víveres e información. Capturando a alguno de los nativos, si volvían a atacar. Ni siquiera sabían aún si el barco, y el resto de tripulantes y expedicionarios habían sobrevivido de alguna forma.

La expresión que le vino a la mente le hizo cruzar una mirada con Josephus Luisus. Altamente irregular…

¿Recuperasteis víveres del naufragio? preguntó. Yo no tengo nada de comer en la bolsa. Le gustaba estar preparado para lo que fuese a suceder, y gracias a su morral encantado, cargaba con todo lo que podía necesitar en la expedición. Salvo comida. Planeaba escamotear un saquillo de arenques en salazón y salchichas ahumadas, y llenar un odre de grog antes de atraque, pero la tormenta frustró sus planes. Sé cazar y pescar, y tengo buen ojo para los frutos y setas comestibles. Pero no soy un experto, y no conozco la fauna y la flora de este lugar. Y si los nativos nos están acechando… En el mejor de los casos, si nuestra suerte es extraordinaria, nos haría perder unas horas cada jornada de camino.

Estaba seguro de que todos podían imaginar bastantes cosas que podrían ir mal, en cualquier otro caso que no fuera el mejor.

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10/03/2020, 23:32
San Dámasor

La vitalidad con la que mis intrépidos compañeros se aprestan a la aventura resulta contagiosa incluso a pesar de la prudencia que alguno de ellos pueda mostrar.

—Los dioses nos pro-pro-proveerán —le aseguro a Tobías con una amistosa palmada en la espalda—. Siempre lo... hacen.

Confieso que soy una persona un tanto despreocupada pero lo cierto es que no tengo razones para ser de otra forma. De un modo u otro Rashiel siempre termina dándome lo que necesito y cuando no me lo da... bueno, entonces sería que no lo necesitaba tanto.

Por el momento me ha salvado de un naufragio y me ha rodeado de individuos maravillosos de los que aprender y con los que compartir lo poquito que yo sé.

—Va-vamos, Eldrid —la animo, rascándola detrás de sus orejas felinas—, busquemos a los ha... habitantes de la isla.

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15/03/2020, 12:14
Zachary Taylor

-No hemos salido del campamento -respondió Zachary a Tobías-. De momento tenemos víveres, si necesitas cualquier cosa podemos proveertela. Con ella al mando, tenéis la caza asegurada -comentó señalando a Eldrid, que se pasó la lengua por las fauces. Su forma bestial era enorme, peligrosa, si quisiera matarlos a todos, podría hacerlo. De eso no había ninguna duda-. A un par de kilómetros está la primera granja que los colonos construyeron, puede que en estos meses haya crecido algo, no hemos pasado por allí en varias semanas. De momento, solo podemos defendernos, somos Joshi y yo contra la isla, así que por el momento, solo contamos con vuestra ayuda. Nosotros os daremos comida y refugio y, a cambio, podéis mantener a raya a los atacantas, buscar nativos, parlamentar con ello y encontrar a Steinheil y sus hombres. ¿Es un trato justo?

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15/03/2020, 12:25
Vika

Si... - Dijo Vika. - Aunque no sé que pretenden que hagamos... - Alzó las cejas. No parecía haber entendido demasiado lo que pretendían de ellos. ¿Quería que fueran a buscar comida a aquella granja o que se quedaran en el campamento a defender a aquellas gentes? Desde luego, parada no se iba a quedar y si tenía que buscar a Steinheil y sus hombres y parlamentar con los nativos, no podía hacerlo desde el campamento. - Lo mejor será que nuestro grupo vaya a investigar. Si llegamos a la granja y hay comida, la traeremos. Pero aquí, en el campamento... - Se encogió de hombros. - No sé que podríamos hacer...

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15/03/2020, 13:17
San Dámasor

No podría estar más de acuerdo con la recta Vika. A menos que en este asentamiento tengan más heridos a los que atender, me temo que mi permanencia aquí resultaría más gravosa para Zachary y su grupo que de utilidad. Y, a mi edad, lo último que quiere sentirse uno es un estorbo que se come la comida de aquellos que la merecen más que él.

Quiero recorrer la isla y ver qué prodigios esconde, conocer a sus gentes y su cultura, aprender de ellos y ofrecerles algún consuelo si se sienten perdidos. Nunca me ha preocupado mucho tener un techo bajo el que dormir o una escudilla caliente de la que alimentarme y mucho menos ahora que mi vida se consume rápidamente como la llama de una vela.

Cuanto antes nos pongamos en camino, mejor para todos y Eldrid parece tan impaciente como yo mismo.

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15/03/2020, 18:49
Narrador

El grupo partió del campamento cuando lo tuvieron todo preparado y Eldrid encabezó la marcha, ansiosa por meterse de lleno en aquella jungla que, a esas horas, estaba rebosante de vida y actividad. Lo primero era llegar hasta el río y, una vez allí, seguir su curso lo más al norte posible. De modo que siguieron a la tigresa, que era la que parecía saber por dónde ir.

Enseguida encontraron la granja de los colonos, estaba bastante cerca. Hacía tiempo que nadie pasaba por allí, un cobertizo a medio construir estaba cubierto de hierbas de un metro de altura y la vegetación se estaba adueñando de todo. Los cultivos habían sido saqueados y no quedaba nada que pudieran utilizar. De modo que continuaron.

De día, la jungla rebosaba de actividad. El calor y la humedad seguían siendo constantes, pero ya estaban empezando a acostumbrarse al clima. Además, la comida y el descanso les había devuelto las fuerzas, de modo que la marcha fue muy buena. Eldrid iba en cabeza, se adelantaba al resto para abrir camino y después regresaba para guiarles. Su pelaje anaranjado se distuingía entre las hojas de los árboles y arbustos salvajes que crecían por cualquier parte. La vegetación era extraordinaria, de un verde muy oscuro y vibrante, el techo de la jungla estaba cubierto de ramas entrelazadas que ofrecían algo de sombra y ofrecían protección del sol. El ambiente estaba muy cargado, denso, los zumbidos de los mosquitos eran constantes. El suelo era de hierba y barro, escurridizo y poco firme, lleno de raíces. Las hojas de los arbustos eran tan altas que había que apartarlas con los brazos o cortarlas para abrirse paso. Algunos monos de pequeño tamaño chillaban y saltaban por encima de sus cabezas. Aves de vivos colores no dejaban de gorjear y sacudir las alas, sumando el ruido de sus parloteos con el de los monos. Vieron unas cuantas serpientes en los árboles, pero decidieron pasar de largo, la sensación de todo estaba vivo los asaltaba, porque por el momento solo se cruzaban con criaturas autóctonas e inofensivas. ¿Qué clase de depredadores habría por allí?

Lograron llegar al río, Eldrid los condujo por un camino bastante sencillo y alcanzaron el borde. No había ni alma por allí, a excepción de lo que debía ser un caimán. Aunque, a decir verdad, ninguno sabía lo que era un caimán, solo vieron a un lagarto gigantesco agitarse molesto ante su llegada y sumergirse en el agua para flotar perezosamente siguiendo la estela del río. Eldrid adoptó su forma intermedia para poder hablar con ellos.

-Norte por allí -señaló-. No he encontrado nada que nos siga. Debemos continuar. Este lugar es muy ruidoso.

De modo que siguieron a la tigresa. Unas horas más tarde, habían avanzado tantos kilómetros que los pies dolían y el cansancio se hacía cada vez más evidente. Hicieron un receso para comer algo antes de seguir. El río era muy caudaloso, al menos por esa zona, el agua fresca aliviaba el calor y a medida que caía la tarde, la superficie brillaba con colores que ninguno había visto. Muchos animales desconocidos se acercaban a beber, pero era raro ver más fauna que la mujer tigre que los guiaba. El terreno comenzó a cambiar y el suelo, antes pastoso, comenzó a ser más firme y el barro pasó a convertirse en piedra. Helechos y líquenes volvían el suelo más resbaladizo, de modo que tenían que llevar más cuidado.

Concentrados en no pisar en falso, Eldrid les dio un susto de muerte saliendo de entre unas matas de repente para hacerles frenar, pues más adelante, el terreno se volvía escarpado.

-He visto algo -comentó, antes de volver a ser un tigre.

Los condujo hacia una pared rocosa, alejándose esta vez del curso del río, porque la zona era imposible de atravesar. La techumbre de hojas se fue despejando y los rayos del atardecer comenzaron a filtrarse. Las rocas y acantilados se volvieron frecuentes y por la parte superior, comenzaron a ver estrechas cascadas. Ascendieron por un montículo hasta que, de repente, se dieron cuenta de que aquello parecía una escalera natural. Para entonces ya habían visto lo que parecía un puente de madera que cruzaba al otro lado y mostraba una entrada labrada al interior de la montaña. 

-Ver esto -dijo la mujer.

Medio enterrado en musgo y carcomido por el paso del tiempo, descubieron una talla de piedra con la forma de un tigre. Estaba erosionada, pero se distinguía la forma felina.

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15/03/2020, 23:16
San Dámasor

Por no ser por la admirable guía de Eldrid y la paciente ayuda de Mayra, me hubiera resultado imposible llegar hasta este lugar ni en tres vidas tan largas como la que ya he vivido. Los animales, las plantas, los sonidos... todo en el camino me ha resultado tan atractivo que me hubiera quedado horas apreciándolo de no ser por infatigable estímulo de mis compañeros.

Sin embargo, para cuando llegamos a la decorada entrada de la montaña, me duelen tanto los pies que daría lo poco que tengo por poder sumergirlos en la fresca corriente del río que se ve a varios metros por debajo del puente de madera. La estructura parece un poco destartalada y no me ofrece mucha confianza. Temo que no sea capaz de soportar el peso de mis cargados amigos o de la formidable tigresa de modo que me ofrezco a ser el primero en aventurarme a cruzarlo. Si cede bajo mi peso... bueno, mejor yo que cualquiera de mis jóvenes compañeros, que todavía tienen toda la vida por delante.

No vamos a quedarnos aquí plantados después del largo camino que hemos recorrido para llegar. Con un poco de suerte, podremos sestear a la fresca sombra de esa cueva, lejos del húmedo calor asfixiante de la jungla.

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16/03/2020, 07:33
Vika

Aquel puente no le inspiraba confianza alguna a Vika. Se trataba de una construcción antigua y posiblemente no estaría en sus mejores momentos. No obstante, si conducía a aquella gruta y ésta era utilizada por los hombres bestia como refugio, templo o quien sabe para que utilizaban aquel lugar esas degenerdas bestias, el puente debería estar reforzado. ¡Algún mantenimiento tendría que tener! Fuera como fuera, no iba a arriesgarse demasiado en comprobarlo.

Tengo un cuerda bastante larga. - Habló la sacerdotisa. - Podría tratar de cruzar el puente sin la mayoría de mis pertenencias, por eso del peso... - Se encogió de hombros. - Una vez tengamos la cuerda pasada de lado a lado y atada a dos extremos seguros, al menos tendremos ese punto de apoyo. - Mientras decía aquello, se iba desembarazando de su equipo. Creía bastante evidente que esa era la mejor opción que tenían. - Supongo que estáis de acuerdo. ¿Verdad? - Y miró al resto esperando una respuesta antes de seguir desembarazándose de sus trastos.

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17/03/2020, 01:34
Tobías

La jungla, que había sido siniestra la noche anterior, resultaba hermosa bajo la luz del sol. Las hojas inmensas de verdes intensos, proyectando sombras triangulares que se entrecruzaban, dibujando formas singulares en la tierra. Troncos de cortezas escamosas abrazados por plantas trepadoras y musgo de colores. Follaje tan exuberante que parecía tragar a sus compañeros, que caminaban tan solo un par de metros por delante.

Tobías andaba dando vueltas sobre sí mismo, maravillándose con cada nueva vista, incapaz de mantenerse alerta ante las posibles amenazas de la jungla. No por primera vez, empero, la fortuna le acompañó, los acompañó a todos, y mantuvo el peligro fuera de su camino. Eldrid los guio de forma certera a través de la espesura, sorteando a los depredadores y sin encontrarse con ninguno de los nativos.

No llegaron hasta el nacimiento del río. Tuvieron que apartarse del cauce cuando la ribera se volvió impracticable. Si hubiesen sido gentes de mar, o de río, podrían haber fabricado un bote que les condujese hacia la cascada, pero ninguno de ellos lo era. El lugar al que Eldrid les condujo estaba al final de una escalera natural: un puente colgante de cuerda y madera sobre el abismo, que conectaba el montículo con una entrada excavada en la roca.

Vika se ofreció a cruzar el puente y asegurar una cuerda de lado a lado. El puente era viejo y endeble, pero cruzarlo le parecía a Tobías un asunto trivial, salvo quizás para Dámasor, y era improbable que fuera a desmoronarse a su paso, cuando era evidente que llevaba largo tiempo allí colgado. La boca de la gruta era más preocupante. Desde donde se encontraban, bajo la luz del sol, era imposible ver lo que les aguardaba en la penumbra al otro lado del umbral.

¿Podéis iluminar la entrada? preguntó, señalándola con un dedo.

No se opuso al ofrecimiento de Vika; la mujer parecía saber lo que llevaba entre manos. Mientras se preparaba para cruzar el puente, Tobías se acuclilló junto la estatua semihundida, que representaba algo que no hubiese podido identificar hasta aquel día.

¿Qué creéis que significa, aparte de lo evidente? Si los nativos podían adoptar la forma de aquellas bestias, tal vez representaba a uno de ellos, uno en concreto; algún líder o héroe. O tal vez, se dijo, no significaba nada especial, y el tallador tan solo quería reflejar la belleza de esas criaturas.

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17/03/2020, 09:46
Mayra

Mayra había disfrutado del paseo por la jungla tanto o más que Tobías, examinando con curiosidad cada planta y animalillo que no quisiera envenenarla, asesinarla o comerla y observando aún con más curiosidad, pero algo de cautela, aquellas criaturas que sí estaban dispuesto a hacerlo. 

—Por favor, Dámasor, deja que se ocupe Vika —depositando ambas manos sobre las manos callosas del anciano—, ella es una mujer de acción y sabrá cómo reaccionar si el puente de cuerda cede.

Ayudó a las sacerdotisa de la Tríada como pudo, ayudándole a retirar las piezas de su armadura. Cuando se ató a la cuerda, ofreció la suya propia, y la unió a la de la ella, anudándola a un enorme árbol cercano. Dio un par de tirones para comprobar que estaba bien atado antes de responder a Tobías: Mayra era el tipo de persona que no podía dejar una pregunta sin contestar. 

—Es un tótem —reveló, mirando fugazmente a Tobías—, un animal de significado espiritual. El que has visto data de una cultura muy temprana de Thracia. 

Se encogió de hombros.

—Eso es lo evidente, ¿verdad? Lo siento. Mi madre podría hablarte durante una o dos horas sobre esa escultura, pero te encuentras frente a la Corvinus equivocada para ese tipo de detalles.

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18/03/2020, 00:42
Tobías

Tobías se quitó uno de los guanteletes y acarició el tótem con la yema de los dedos. La piedra era rugosa, su superficie cubierta por cavidades diminutas que succionaban y arañaban la piel blanda. Cuando lo tallaron, debió ser lisa, y tal vez la habían pintado con colores vibrantes, apropiados para un lugar como aquel. Se la imaginó de ese modo, en un patrón naranja y negro, como el pelaje de Eldrid.

¿Vendrá ella también cuando el Imperio haya asegurado la isla? preguntó. Él no estaba presente cuando Mayra mencionó a Zachary la desaparición de sus padres. Tal vez, pensaba, la joven maga había participado en la temprana expedición por influencia de su madre. En cuanto a que el Imperio tomaría el control de la isla, no le cabía ninguna duda. Si la deseaban lo bastante, enviarían alguno de sus ejércitos, y los nativos no podrían resistir su poderío.

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18/03/2020, 01:15
Mayra

Mayra abrió la boca para contestar y la cerró. 

Tobías había metido la pata, y no le gustaba que hubiera metido la pata. Hubiera preferido que ninguna de las palabras que ella hubiera dicho, o especialmente, las que no había dicho, indujeran a error a Tobías. 

Y, sin embargo, ahí estaban, flotando en el aire totalmente inapropiadas y ella debía contestarlas. Mayra bajó la vista, encontrando algo muy interesante que ver en la punta de sus botas.

—Mis padres desaparecieron en la última expedición que el Imperio hizo en Thracia —reveló, con un hilo de voz. 

Mayra desvió la mirada, como si quisiera encontrar el punto más alejado de los ojos de Tobías que estuviera al alcance de su línea de visión.

Por eso estoy aquí murmuró en unas palabras que sólo él pudo oír, con voz estrangulada.

Se separó de Tobías, huyendo de aquella sensación incómoda. Se dirigió, instintivamente, al anciano. Él siempre la hacía sentir bien. No tenía claro si era por su aura -a todas luces mágica-, o por la pura sensación altruista de ayudarle en todo lo que necesitara, pero eso no era lo importante. Lo importante era que la hacía sentir bien, y eso la podía ayudar a olvidar, durante un instante, la suerte que podían haber corrido sus padres en las profundidades de las cavernas de Thracia.

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18/03/2020, 08:27
Vika

Agradeció a Mayra que le ayudara a anudarse la cuerda alrededor de la cintura y también de que disuadiese a San Dámasor de su intención de querer cruzar el puente. Aunque no lo había dicho en voz alta, era evidente que eso pretendía. Ella no podría cargar en su consciencia el hecho de que aquel hombre santo se despeñase por el acantilado para tener una muerte terrible. No, ella tenía más posibilidades de salir airosa de aquello.

Vika fulminó con la mirada a Tobías. Ella tampoco sabía lo de los padres de Mayra y sin duda alguna el pobre Tobías no tenía la culpa, Vika lo sabía, pero aún así, le fulminó con la mirada. Si bien aquella joven tenía un fuerte carácter, en el fondo era una chica muy tierna y sensible, todo lo contrario a ella misma. Sin embargo, estaba convencida de que tenían que cuidar de aquella "mariposita". No en el sentido de que tuvieran que estar pendiente de ella y rescatarla continuamente, no. Ella era una mariposa, pero de las venenosas, si es que existían. Vika se refería con cuidar de Mayra en el sentido de tratar de tener una especial sensibilidad hacia ella, si, a eso se refería.

Abrazó entonces a Mayra y la aplastó contra su turgente y enorme pecho. Suerte que se había quitado previamente la armadura, o quizás no. Todo dependía de las preferencias de Mayra, se aplastada contra los senos de una enorme mujer o contra su dura coraza. Le acarició la nuca y trató de consolarla. No se le daba demasiado bien, se notaba que lo suyo no eran las habilidades sociales.

Tranquila Mayra... - Le dijo. - Haré todo lo que esté en mis manos para encontrar a tus padres... - Le dijo. Entonces la volteó y le miró a los ojos. - ¡Tienes que ser fuerte! ¿Me oyes? ¡Todo irá bien! 

Finalmente la soltó y se dio media vuelta, tomó aire y comenzó a caminar hacia el puente. Tarde o temprano tendría que cruzarlo. Ese era el momento.

- Tiradas (1)
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18/03/2020, 09:42
Tobías

Esa no era la respuesta que esperaba. Tobías entreabrió los labios, soltó aire y los cerró, sin saber qué decir a la mujer, y ella ya se alejaba en busca del consuelo de la presencia de Dámasor.

Lo siento, murmuró como única respuesta.

Qué podía haberle dicho. Los nativos capturaban, y tal vez sus padres, y todos sus compañeros, habían sufrido ese destino. De ser así, era posible que siguieran vivos en algún lugar de las ruinas, o de las cavernas que supuestamente habitaban los hombres bestia. Pero había muchas otras posibilidades. Vika podía ser más optimista, pero él creía que solo podían aspirar a descubrir el destino de los Corvinus, fuera cual fuere. Avivar el fuego de la esperanza era deshonesto. Mejor hubiera sido no haber dicho nada, no refrescar el recuerdo, pero ya era tarde.

De forma inevitable, volvió a acordarse de su propia madre. Como Mayra había perdido a sus padres, ella había perdido a su hijo.

Acarició por última vez la áspera superficie del tótem y se acercó al puente, donde la sacerdotisa ya estaba preparada. Preparó su honda y las balas de plomo. Era un pésimo tirador, pero desde allí, si Vika se encontraba con una emboscada, no podía hacer mucho más por ella.

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18/03/2020, 18:24
San Dámasor

La preocupación que demuestran por mí mis jóvenes compañeros resulta conmovedora y yo se lo agradezco entre torpes tartamudeos. No tengo ningún inconveniente en dejar que Vika, mucho más capacitada que yo, sea la primera en cruzar. Igual, con lo patoso que soy, terminaría de algún modo echando abajo el puente y malogrando sus opciones de seguir adelante. Definitivamente, su idea de cruzar aguzar asegurada por una soga es mucho mejor que mi iniciativa temeraria y poco reflexiva.

Me gusta escuchar a Mayra mientras habla de la estatua de piedra que hemos hallado, aunque no puedo evitar acercarme a Eldrid y susurrarle:

—Tú e-e-eres muchos más im...presionante —le aseguro, señalando la escultura—. Se-sería mejor que te hubieran co...gido a ti como-mo-mo-delo.

Distraído como estoy, hablando con la tigresa, no llego a oír la pregunta de Tobías pero sí la triste respuesta de Mayra. Es una jovencita tan valiente que a pesar de haber perdido aquí a sus padres, ha tenido el coraje de venir aquí a buscarlos o tal vez a probarse a sí misma que la fatalidad ajena no puede condicionar su vida. Por eso me sorprende que Vika se muestre tan maternal y protectora con ella, cuando yo lo único que siento es una enorme admiración y un profundo respeto.

Cuando Mayra se libera del cariñoso abrazo y se me acerca, yo no puedo evitar dedicarle una sonrisa cómplice tanto con mis labios como con mis arrugados ojos. Yo conozco un secreto que es importante que comparta con ella.

—Ellos están aquí —toco su frente con mi dedo índice y corazón extendidos— y aquí —añado, tocando su pecho con los mismos dedos—. Y siempre lo estarán para ti.

No necesito añadir nada más porque ella es una muchacha brillante y sin duda comprende mi escueto mensaje. Grandes explicaciones provocan en ocasiones grandes malentendidos.