Partida Rol por web

Tu hija asiente ante tu pregunta - ella me lee por las noches y juega conmigo y con los otros niños - dice mientras muestra una tierna sonrisa - ¡¡ Mira papi !! - dice reclamando tu atención y tirando de tu manga para mostrarte un dibujo que ella misma ha realizado.

- Esta soy yo - dice señalando hacia la chica de la derecha - este eres tú - dice riéndose y señalando al personaje de en medio - y esta es mami - dice poniendo su pequeño dedo índice sobre la figura de la izquierda, su rostro se vuelve confuso durante un momento - ¿y mami?.. ¿donde está mami?, Mahta me dice que vendrá que está trabajando pero yo quiero verle ¡¡ya!! - dijo, mientras sus ojos se volvían llorosos y su labio temblaba.

Tu padre asiente y sin más, se dirige tras la joven hacia el lugar que había indicado. Cuando entráis lo primero que véis son camillas.

- Debéis quedaros aquí hasta que sepa que no sois contagiosos, ¿entendéis?.. dentro hay niños, no sé realmente por qué Alexander os ha revelado nuestra ubicación sin antes preguntarme - se sinceró - tal y como están las cosas no es bueno ser tan idiota - masculló - os traeré algo de comer, no podéis salir de aquí sin mi permiso, ¿entendido? - su tono era autoritario, era evidente que vuestra presencia no era grata para ella. Hasta cierto punto, cuando mencionó el tema de que había niños en el campamento, se podía interpretar que su intención era la de protegerles a toda costa.

- Sí, tranquila, no somos una amenaza, como te he dicho sólo necesitamos un lugar en el que descansar - dijo tu padre, su rostro se mostraba apesadumbrado. Te miró y sonrió, asintiendo con la cabeza.

—Supongo que el considera que no somos ninguna amenaza, ademas en esta situación mientras mas aliados se puedan tener mucho mejor— Comentó sin ningun tipo de intimidación por la chica que los estaba guiando hacia el lugar en donde se darían cuenta por fin si su padre estaba infectado o no, algo que la ponía muy nerviosa si tenia que ser sincera con ella misma, pero en esos momentos no demostraba nada, no frente a alguien que parecía desconfiar de todo. Ella por otra parte estaba con sus sentidos alerta en todo momento —Descuida, aquí esperaremos entonces ¿Que tipo de exámenes se deben hacer para saber lo de la infección?— Preguntó una vez estuvieron dentro del lugar requerido, no sabia si era algo sanguíneo o si podían medir eso de otra manera, pero como fuera Kate miró a su padre y le regreso la sonrisa.

Al ver que no sacaba nada en claro de lo que estaba ocurriendo ahí fuera, decidió darse la vuelta y atender completamente a su hija.

- Que dibujo más bonito, me gusta mucho. ¿Me harás más como ese? - 

Cuando le preguntó por su madre, se congeló el tiempo para él unos segundos, y se quedó sin habla por un momento. No sabía realmente que contarle, lo había estado pensando, y deseaba que este momento no llegara nunca. 

- Verás cielo, la teniente tiene razón, ahora están cambiando muchas cosas, por eso hemos tenido que venir aquí donde estamos, y mamá todavía no podrá venir. Es posible que tardemos en verla, pero no te preocupes cariño, no me voy a separar de ti. -

Intentaba contestarle manteniendo un tono de voz lo mas neutro posible, para que no sospechara nada, odiaba mentirle, pero Alexander creía que todavía no era el momento de contarle la verdad, no hasta saber que estaba pasando.

- Y cuéntame, que más has estado haciendo, ¿hay muchos niños como tu? - Intentó cambiar de tema.

La joven se rió de forma cínica para luego posar su mirada en ti - Veo que no tienes ni idea de nada, para ser militar eres estrecha de miras. Bien sabes que después de lo que ha pasado es evidente que no nos podemos fiar de nadie, ¿y si sois terroristas?, ¿cómo me garantizas que puedo confiar en vosotros después de lo que ocurrió aquel día?, aún nadie sabe a ciencia cierta quién provocó esa explosión.. - suspiró - la única prueba posible es que esperéis aquí tres días, si alguno de los dos presenta síntomas no voy a dudar en echaros y.. en caso de que os volváis agresivos y pongáis en peligro este lugar, os mataré. Esto no es ningún juego, debo defender este lugar.

Se acercó a ti y te observó, quería ver si tenías sangre al igual que tu padre en algún lugar visible - necesito tu arma - dijo extendiendo la mano para que se la dieses. 

Frederick te miró sorprendido por la respuesta de la joven. No solo era ruda, sino que era bastante desagradable. Aún así no quiso empeorar la situación - De acuerdo, dásela Kate, no pasa nada. Sólo serán un par de días y podrán confiar en nosotros.

Sonrió un poco para ella misma al momento de escuchar a la otra mujer, tal vez la militar tenía razon y no sabia mucho, pero si algo era seguro era que Kate le encantaba usar el buen razonamiento en todo, ese que su padre le habia enseñado pero en esos momentos era incapaz de demostrar debido a toda esa situación —Si fuera un terrorista, asesinarte no sería un problema... considerando la situación ¿No te parece? Ademas... porque alguien que estuviera involucrado activamente en todo este caos tendría como acompañante a alguien que no tiene idea de si esta infectado o no— Mencionó con tranquilidad, mirando a la mujer con una confianza mucho mayor a cuando había entrado y es que realmente no cabía en su cabeza la posibilidad de que fueran ella y su padre terroristas, tan solo bastaba ver el estado anímico del hombre para darse cuenta del desgaste que tenía este.

Para cuando le pidió las armas, dudo un poco en darselas, pero mas que hacerlo de inmediato como su padre dijo y considerando todas las posibilidades que habia en la situación en general, Kate la miró atentamente por un momento, despues de haber visto al padre —Te puedo dar el rifle... pero no la pistola, si el esta infectado y no estas aqui, me debes dejar algo al menos para poder acabar con la situación rápidamente, no soy una amenaza, puedes preguntarle a Alexander, nos comunicamos luego de estar encerrados por semanas en los búnkeres— Comento, porque aunque le pesara con toda el alma (Cosa que no estaba demostrando al menos exteriormente) Si su padre se volvía agresivo, preferia ser ella mil veces la que acabara con la situacion antes que dejar a alguien como aquella mujer resolverlo a su manera. Debía tener todo cubierto aunque se tratara de su padre, a quien le dedico una rápida mirada para ver que tal estaba en esos momentos, sus expresiones decían mucho despues de todo.

La mirada de la joven se tornó en ira - Mira, seguramente si yo fuese terrorista haría lo mismo que tú y trataría de convencerme con estúpidos razonamientos. Así que hazte un favor y deja de hablar. ¿Crees que te encuentras en situación para rebatirme? - su mirada era desafiante. Si lo que quieres es llevar tu pistola, adelante - dijo señalando la puerta - ahí tenéis la puerta.

- Aquí estáis bajo mis órdenes, si no queréis acatarlas ya sabéis el camino de vuelta. Si por el contrario, tienes un poco de cordura, me darás todas tus armas y harás lo que yo te diga. - dijo elevando el tono ligeramente a modo de orden - ¿ De qué conoces a Alexander? ¿Te crees que por un cruce de palabras ya sois amigos?. De haber tenido un poco de cabeza, Alexander me habría dicho que vendríais, sin embargo, ¿lo ves por alguna parte? - dijo mirando de un lado a otro en tono de burla - yo no le veo. Si te tuviese en estima estaría aquí dando la cara por ti, ¿no crees?. ESO es lo que no me encaja. - dijo apuntándote con el arma.

- YO QUIERO SABER DONDE ESTA MAMI - dijo elevando el tono hasta que se le quebró la voz diciendo las últimas palabras hasta tornar en el llanto. Tus intentos por cambiar de tema habían sido en vano, ahora tu hija quería saber la verdad y no estaba dispuesta a otro cambio de tema en contestación.

- MA--MM--IIIII - gritó con todas sus fuerzas mientras las lágrimas llenaban sus mejillas. Soltó los lápices con los que estaba dibujando y se puso de pié mientras lloraba. 

De repente, fuera escuchaste elevar el tono a la Teniente Moreno, fuera lo que fuese lo que ocurría fuera no iba nada bien. Puede que Kate estuviese en problemas dado que no avisaste a la Teniente de que ellos llegarían a la base militar. 

Las palabras creidas y altaneras de la militar que en esos momentos estaba frente a ella era algo que no le intimidó en lo mas mínimo, aunque realmente lo de Alexander si que tenía algo de logica, despues de todo no es que se conocieran mucho en esos momentos. Pensando en su situacion, tan solo pudo sonreír de manera mas burlona por ver la reacción y postura que habia adquirido la mujer, estaba completamente fuera de si, tanto como para ni siquiera entender un simple hecho lógico como el que ella le habia comentado, pero en esos momentos en los que su padre estaba a su lado y con una condición anímica horriblemente mal, ella debía ser la fuerte de la familia (La única que quedaba) La que diera la cara y es que si algo le habia enseñado su padre cuando todo era mas normal, era a no dejarse de nada ni de nadie y aunque lo mas lógico en esos momentos sería simplemente obedecer y darle las armas, ese no sería el caso.

No dijo nada, tan solo asintió un par de veces con la cabeza antes de tomar su pistola primeramente de la culata y de esta manera hacer el movimiento de que la extendía ante la mujer, de manera totalmente normal y es que realmente esto no era lo importante, lo importante fue que no le gusto nada que le apuntará con esa pistola, por lo que antes de siquiera terminar de extender el arma hacía la militar, terminó por intentar un movimiento rápido, uno en donde su prioridad era el desarmar a la mujer y apuntarle con su propia arma. Aunque al final con quitarsela y que volara lejos de ambas servía completamente. 

Cuando su hija empezó a llorar, se puso de rodillas para estar a su altura y le dijo:

- Tranquila cielo, no llores. Todavía no podremos ver a mamá, está en otro lugar al que no podemos ir. - 

Al escuchar el ruido de fuera, reconoció la voz de la teniente Moreno.

-Escucha cariño, ahora mismo como te he dicho, vamos a estar un tiempo sin ver a mama ¿Vale? Ahora tengo que ir a por una amiga que te voy a presentar, seguro que te va a encantar. ¿Quédate aquí un momento vale? Vuelvo enseguida.-

Se levantó y se dirigió hacia donde había escuchado a la Teniente Moreno, para explicar que había sido el que le había hecho venir, ya que era un lugar seguro.

Eliges ir a ver qué ocurre con Kate y la Teniente Moreno.

Tras salir de la habitación, los lloros de tu hija hacen evidente que lo que le has dicho no le ha servido de mucho. Aún así decides ir hacia donde se encuentran Kate y la Teniente Moreno, con un poco de suerte quizás consigas poner algo de orden en todo este caos. Por intuición te diriges hacia la puerta de salida, el pasillo podría considerarse un laberinto dado que todas las puertas son iguales. Aún así encuentras la puerta correcta y sales. Cuando te encuentras fuera, miras hacia tu izquierda, hay un campamento en el que parecen estar las mujeres discutiendo. A medida que te acercas las voces se hacen más y más evidentes. Lo que observas al llegar al campamento no es nada alentador. Kate y Marta están forcejeando, ambas tienen armas, hay un hombre de pié con el rostro desencajado mientras observa al igual que tú lo que ocurre.

- ¡Qué coño.. - atinó a decir la joven ante el intento de Kate por arrebatarle el arma. Grácilmente o más bien por pura suerte, consiguió evadir su técnica para quitarle el arma. Sin embargo, el forcejeo produce que el arma se dispare automáticamente, un sonido de cristal rompiéndose se hace evidente. La Teniente se detiene en seco mirando hacia Kate, le observa de arriba a abajo para comprobar si el arma ha impactado contra su torso. Un gesto de alivio se torna en su mirada al observar que está bien. Podría ser altanera y chulesca, pero no deseaba matar a nadie de forma tan gratuita.

Kate y Marta se encontraban aún mirándose la una a la otra. No se habían percatado de la presencia de Alexander, quien aún no había tenido tiempo para reaccionar dado que se encontraba a una distancia prudencial. El padre de Kate era el único que había permanecido callado y con el gesto claramente desencajado mientras observaba horrorizado la escena, sabía que si se entrometía podía hacer daño a su propia hija. Sin embargo, cuando la esperpéntica escena hubo finalizado, sólo una persona se dió cuenta de un hecho altamente relevante. La dirección hacia la que había ido la bala y el sonido de cristal roto que había dejado tras de sí.

- L-la bala ha a-atravesado una ve-ventana - dijo con los ojos abiertos como platos. - Kate, ¿estás bien?.. joder.. qué has hecho, ¿por qué has actuado así?.. - ésto último sólo lo pudo escuchar Kate.