Partida Rol por web

Las cuatro estaciones de la ciencia demente: Aves de verano

Aves de verano

Cargando editor
17/06/2021, 21:48
Lewis "Lou" Jenkins

No podía negarlo, ver que las gaviotas y cormoranes se daban en retirada hizo que Lou se dejara llevar por la euforia de una prematura victoria. Comenzó a gritar y a alzar los brazos, hasta que Christine se le acercó y la escuchó hablar con preocupación.

- Oh oh... -dijo bajando los brazos al ver la nueva línea ofensiva de los pájaros.

Sintiendo que el peligro era ahora mayor de lo que había podido imaginar antes, se colocó cerca de Christine para protegerse mutuamente y agarró la camiseta con fuerza, esperando el momento de la verdad. Pero dicho momento no llegó. Cuando vio que se marchaban, se dio cuenta de lo tensos que se habían puestos sus hombros y su cuello. Se hubiese preocupado más de ello si no fuera porque el abrazo de Christine lo trajo de golpe al mundo real.

- Ojo, que'stoy sudao. -fue todo lo que se le ocurrió decir mientras sonreía con algo de nerviosismo. Miró la isla y pensó en la idea de ir hasta allí.- ¿Pero cómo llegamos? Necesitamos... -se rascó la cabeza- ¿En el puerto deportivo podríamos coger una barca? Tendríamos que venir con el resto, esos bichos no se andan con tonterías. -echó un ojo a los restos metálicos que habían quedado desperdigados tras la batalla y luego se volvió hacia Christine, con una gran sonrisa.- ¿Les llevamos estas cosas a las palomas? Y mañana podemos vernos todos, a ver qué han descubierto Chad y Rainbow, y los traemos a ver esto. ¿Qué te parece?

Cargando editor
18/06/2021, 13:49
Christine Roberts

No le importó a Christine abrazar a un Lou sudado con todo lo que habían pasado, necesitaba ese contacto físico ya que las aves podían ser muy aterradoras cuando se lo proponían. No obstante una pequeña revelación surgió allí mismo con todo lo que conlleva. Tal como comentó su amigo, no era fácil llegar a la Isla y también había que pensar en que todo peligro que se enfrenten allí, solos estarían. Aún así, la idea era buena. 

Si, hay un montón y creo que mis padres tienen acceso. Quizás me dejarían pasar con ustedes, por ser miembro del club y de esa manera "robar" la barca con más disimulo—comentó riendo por dentro, ya estaba hablando de cometer un delito—. Pero sí, mañana nos juntamos con los chicos y hablamos. Es una buena idea Lou, también lo de ayudarlas. Aunque deberíamos comprobar el estado de la paloma atacada y en caso de que no haya sobrevivido enterrarla para que nadie se la coma. 

Solemne como ella sola, no pudo evitar el hecho de hacer algo por aquella ave que fue atacada y que de alguna manera intentaron salvar. Además llevarle las cosas ayudará a tener su nido en condiciones y también averiguar algunas cosas. 

Sabes, quizás podríamos preguntarles a las palomas por esa isla. Algo quizás nos dicen ya que las hemos ayudado. 

Y mientras esperaba respuesta de Lou, fue a comprobar el estado del animal atacado. 

Cargando editor
18/06/2021, 16:47
Director

La paloma atacada estaba muerta, ya no podían hacer nada por ella. Los cormoranes y las gaviotas la habían picoteado hasta acabar con ella, la imagen no era nada agradable e incluso tuvieron que contener sus estómagos para no echar el helado que se habían comido hacía nada.

Christine y Lou barajaron la posibilidad de tomar prestada una de las barcas del muelle para acercarse a la isla donde las gaviotas tenían su nido y explorarla. Vista la actitud de aquellos pájaros tendrían que hacerlo con sumo cuidado para no recibir un picotazo. Coger la barca sería fácil, en el muelle conocían a los padres de Christine y ella sabía que siempre había alguna barcaza de pescadores que no estaba muy bien atada. Tan solo tendrían colarse a hurtadillas y disimular si les pillaban, montarse en la barca y remar hasta la isla.

Entre tanto, pasaron por el acantilado donde estaban las palomas, quienes no recibieron de buena gana la visita de la pareja aún a pesar de que ellos les habían defendido anteriormente. Las palomas estaban revolucionadas tras el ataque de las gaviotas, y empezaron a volar en círculos amenazantes alrededor de los dos muchachos. El acantilado era bastante escarpado, lleno de afiladas rocas y con una pendiente que se adivinaba complicada y peligrosa. Y las palomas estaban en lo más alto. Aún así, no cejaban en su empeño de defender el nido a toda costa, incluso de ellos.

Cargando editor
19/06/2021, 12:09
Rainbow Murphy

En la tienda de disfraces Rainbow tenía un serio dilema. Porque tenía que buscar un disfraz que pudiera llevar con su casco y no era tan fácil como parecía. Le habría encantado ir de astronauta, pero por nada del mundo cambiaría su casco por aquel otro con visera. No ofrecía ninguna fiabilidad como reflector de hondas psiónicas y además su casco molaba demasiado. Mr Flopps trataba a su lado con la lengua fuera. Chad parecía totalmente inmerso en su búsqueda de un camuflaje perfecto. Al ver las opciones que le ofrecía, Rainbow lo tuvo claro. Cogió el sombrero de explorador y se lo puso en la cabeza. - Deberías ponerte este. Te queda genial - Mientras observaba con ojo clínico a su amigo le dio la sensación de que le faltaba algo. Miró alrededor y lo vio. ¡Un monóculo! - Toma esto también. ¡Perfecto! -. Entonces se le ocurrió una idea. Acababa de ver EL disfraz para Mr Flopps.

 - ¿¡No es genial!? ¡Tú de explorador y Mr Flopps de Rey de la Selva! - Nadie podría haber afirmado con seguridad cuál era el cazador y cuál la presa, aunque Rainbow parecía maravillada con la idea. Entonces lo vio sobre una estantería y se lo puso en la cabeza sonriente, con reverencia. Un sombrero de mariachi azul. Pequeñas borlas colgaban por los laterales y se movían acompasadamente al ritmo de su cabeza. Era un sombrero enorme, claramente destinado a un hombre adulto. Sin embargo, al ponérselo encima del casco le encajaba a la perfección. Lo cierto es que con él puesto Rainbow podía generar su propia sombra. Con un último toque final consistente en un bigote postizo de tamaño XXL se dirigió al pasillo donde había dejado a Chad con Mr Flopps. - ¿Qué os parece?¿No es lo más alucinante que hayáis visto en la vida?  -

*******

 Una vez dentro de la biblioteca, Rainbow estaba en pleno ataque de angustia pegada a la pared como una lapa cuando sintió una mano que le tapaba la boca. El bigote se desplazó por su labio superior quedando torcido hacia arriba por un lado mientras que el sombrero se deslizaba hacia delante tapándole la visión. Sin ver absolutamente nada las palabras de Chad parecieron contener un augurio fatal de muerte. 

Ay, Diossss... Ya vi-vi-viene... So-so-somos su cena, Rains... ¡Va-va-va- aaaa infectarnos con su labio leflorino! ¡No-nos uniremos a las filas mu-mutantes del Dr. Ze-zerg! ¿Sar-sargento? ¿Se-se-se sacrificaría usted por-por-por el equipo?

- ¿Dfóndfe? ¿Dfondfe eftá? - Su voz sonó amortiguada y con un extraño acento mientras miraba compulsivamente a ambos lados con el sombrero sobre los ojos. Manoteando consiguió subirse el sombrero y mirar a su alrededor. ¡Todavía no los habían descubierto, pero debían darse prisa! Con la angustia reflejada en los ojos y el bigote torcido Rainbow se puso a examinar los libros con frenético nerviosismo mientras Mr Flopps se acomodaba a su lado con toda tranquilidad. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Voy a forzar la tirada. Ha salido bien! Lo del +2 del casco se puede usar solo una vez? ¿Te da +2 a todo? ¿Cómo va exactamente? 

Cargando editor
19/06/2021, 17:07
Director

La situación se volvió tensa durante unos segundos en los que Chad creyó haber escuchado algo y se colgó del hombro de Rainbow para empujarla contra la pared, bajar su gigantesco sombrero mexicano y mover de un manotazo su bigote mientras le tapaba la boca hasta que el complemento postizo quedó colgando de un lado y hasta le dificultó el habla. Como solía ocurrir con ese tipo de bigotes postizos, ya no volvió a pegar como la primera vez en su labio superior y Rainbow tuvo que recolocárselo a cada rato a partir de entonces.

El susto lo había provocado una tubería que había sonado en el interior de los entresijos del edificio. Ya conocían que la calefacción en la escuela no era muy buena y solía fallar bastante a menudo y las tuberías eran viejas y hacían ruidos extraños, aunque obviamente esos sonidos se disimulaban más en pleno curso, con el alboroto generalizado que formaban los niños y niñas de la escuela. En aquellos momentos, con un silencio sepulcral en todo el edificio, la biblioteca daba una impresión bastante siniestra a decir verdad. Y especialmente sabiendo que el Pedorro Allen podía rondar por allí para cualquier tarea de mantenimiento. Pese a saber que solo había sido un susto, Chad estaba tan asustado que le temblaban las piernas y se pegaba a Rainbow como si ella fuera Wonder Woman y le pudiera defender de cualquier cosa con ayuda de su casco y los poderes que emanaban de él. Así a todo, no es que Rainbow tampoco estuviera muy entera. El único que estaba tan campante era Mr. Flopps, que agitaba la cola contento y de vez en cuando trataba de atrapar la melena de león con la boca.

Cuando se recompusieron, Rainbow devolvió su atención a la estantería de libros sobre pájaros que tenían delante y se percató de que había un libro que no concordaba con el resto y que debía estar en otra zona distinta de la biblioteca, pues tenía una enumeración diferente a los libros allí guardados. "Registro de naves magnetrínicas. Volumen IV. Europa del Este. Años 1975 - 1980" pudo leer Rainbow en el título del lomo del libro tras ladear la cabeza. A unos pocos tomos de aquel, Rainbow localizó otro libro: "Palomas, hábitos y comportamientos". Dentro había varias ilustraciones sobre las palomas y estaban detallados algunos de las diferentes especies que existían y sus diferentes comportamientos y costumbres. De aquel libro pudieron aprender que el comportamiento que habían visto en las palomas amigas de Kowalsky no era nada normal. En condiciones habituales, no deberían cooperar, ni comunicarse entre ellos. También encontraron otro libro en el que se hablaba de cómo utilizar los avances científicos en animales y se comentaba la dificultad de insertar microchips en sus cerebros, pues, según decía el libro, los cuerpos de los pájaros deberían rechazar antes o después los implantes electrónicos instalados en sus cabezas, matándolos en el proceso.

Notas de juego

El objeto distintivo da +2 dados a la tirada en toda acción en la que pueda usarse el objeto. Tiene que estar justificado su uso, claro.

Rains, tienes que elegir un estado por haber forzado la tirada y aplicártelo. Tú lo eliges y lo interpretas.

Cargando editor
21/06/2021, 15:00
Lewis "Lou" Jenkins

Lou asintió y siguió a Christine hasta la paloma caída. Por desgracia, no había nada que ellos pudieran hacer para ayudarle, así que Lou escarbó en la tierra con las manos e hizo una improvisada tumba para el animal, aunque intentó no mirarlo ni tocarlo demasiado. Su estado era, cuanto menos, desagradable.

De camino al acantilado, Lou fue recogiendo piezas de metal que le parecieron interesantes para dárselas a las palomas. Pero al acercarse a su zona, vio que su presencia no era todo lo bienvenida que hubiese esperado. Dejó de avanzar y dudó un instante, no quería acabar como el pobre animal que acababan de enterrar. 

- Hola -dijo finalmente, con toda la decisión que pudo acumular.- Soy Lou y esta es Christine, hemos conocido a una de vosotras hoy. Ko... Kol...-se giró hacia Christine.- ¿Cómo la llamó Chad? -se adelantó un par de pasos, dejó las piezas en el suelo y volvió junto a la chica.- Traemos cosas para el nido, se las hemos quitado. -señaló a la isla y a los pájaros que allí había.- ¿Qué está pasando allí? ¿Por qué os atacan?

Cargando editor
22/06/2021, 19:12
Director

Las palomas se lanzaron en picado sobre Lou y Christine como si fueran aves rapaces, pasaron a gran velocidad junto a sus cabezas, como advirtiéndoles de que no se acercaran. Una de ellas incluso picoteó el precioso pelo de Christine y le dio un buen tirón. Si el comportamiento anterior de las palomas era extraño, aquel sin duda era excepcional, pero comprensible, defendían su nido tras el altercado con las otras aves. Ellas también estaban alteradas, eran muchas y era difícil saber si Kowalsky estaría allí o si se habría olvidado de ellos. Mientras todo ocurría se escuchaban diversos gritos por parte de las palomas:

—¡Peligro! ¡Enemigos! ¡Fuera de aquí! — eran las consignas que más se repetían en sus voces metálicas.

Cargando editor
22/06/2021, 19:51
Christine Roberts

—Kowalsky creo...—respondió a Lou.

Aquello siguió estando muy mal, de alguna manera era inevitable porque las palomas estaban a la defensiva y era evidente que los verían como un peligro inminente. Y así fue, no pudo siquiera cubrir su cabello que ya le habían dado un tirón. 

—¡No podemos con esto Lou! ¡Están muy hostiles!

Y tras comenzar a correr, cogió al pasar la mano de su amigo para salir rápido y juntos de allí. No sé podía estar cerca de su nido, su comportamiento era raro y ahora tenían motivos para estar así. 

Cargando editor
23/06/2021, 20:17
Lewis "Lou" Jenkins

- ¡Hey! -exclamó mientras intentaba espantar a la paloma que atacaba a Christine.

Estaba claro, la tensión era demasiado grande como para hacer amigos allí. En cuanto la chica le tomó la mano, salió corriendo con ella en dirección a las bicis. Desde allí, echó un último vistazo a la bizarra escena.

- Uff, ha ido de poco... ¿Te ha hecho daño? Deberíamos volver a casa, mañana le contaremos al resto lo que hemos visto y probaremos lo de la barca, ¿te parece? -se montó en su bici y esperó a Christine.- Va, te acompaño a casa. Bueno... Hasta cerca de tu casa.

Lou sabía que a los padres de Christine no les haría mucha gracia ver a su hija con un "paleto" como él. Se sintió un poco mal por ello, pero no quería meterla en un lío por aquello. Se contentaba con acomañarla hasta una manzana o dos de su casa y luego tomar otro camino hacia la granja.

Cargando editor
23/06/2021, 20:58
Christine Roberts

Negó con la cabeza ante la pregunta de Lou, fue más un susto que el daño en sí. 

No, estoy bien. Sólo que bueno me ha dejado extrañada el comportamiento de las palomas, algo anda mal. 

Una vez se subió a la bicicleta, escuchó la propuesta de su amigo ya que tenían planes para mañana y el objetivo era la isla hacia donde se fueron esas aves. Por ello con una media sonrisa, asintió conforme y habló:

Si, le decimos a los chicos—dijo convencida y agregó—. A mi casa si quieres, me gustaría. 

Christine no se avergonzaba al compartir tiempo con Lou y por ello, más allá de lo que puedan decir sus padres si la ven, ya sabían que ella se relacionaba con él. Por ello, contenta por retomar el viaje lo disfrutó un montón más allá de las dudas que estaban en su mente, en especial lo de las palomas que al parecer eran controladas por algo. ¡Todo muy extraño!

Lou... ¿Tú crees que alguien está haciendo experimentos con las aves?

Cargando editor
24/06/2021, 18:30
Director

Pasado el susto de las aves en la playa y la reacción defensiva de las palomas que les había obligado a salir corriendo de allí, Lou y Christine emprendieron un agradable paseo en bici de regreso a casa. Aunque no aflojaron el ritmo de sus pedaleadas hasta que no estuvieron algo alejados del acantilado y el lago. Charlando animadamente tras haber puesto una distancia segura de aquel lugar. Era evidente para cualquiera que los viera que Lou y Christine se llevaban especialmente bien, desde que se habían conocido en aquella pandilla habían hecho buenas migas, a pesar de venir de familias tan diferentes y opuestas en el estrato social de Boulder City. Ella, viviendo en la zona más alta del pueblo, donde mejores eran las casas, y él en una granja, apartada incluso del resto de la ciudad. Pero eso no impedía que su amistad fuera fuerte. Era lo bueno de ser niños, que miraban el mundo libres de prejuicios.

Para llegar a casa de Christine tomaron la calle principal de Boulder que ascendía en pendiente hasta lo alto del pueblo. Junto a ellos, en el tendido eléctrico que había entre los postes de madera que flanqueaban en camino, se habían posado varias urracas que los observaban fijamente mientras pasaban frente a ellos. Los fueron siguiendo con la mirada hasta que finalmente los niños se alejaron lo suficiente y doblaron en la calle de Christine.

Notas de juego

Como el otro grupo va algo más lento os dejo tiempo libre para utilizarlo como queráis. Podéis interactuar un poco más entre vosotros y luego sería interesante que plantearais una pequeña escena con vuestra familia, especialmente para Lou, que así puede quitarse el Estado.

Cargando editor
25/06/2021, 12:58
Lewis "Lou" Jenkins

- Ahá. -asintió a la pregunta mientras pedaleaba.- Los chips no salen solos, alguien se los ha puesto. -miró a Christine con el ceño fruncido.- ¿Pero quién? ¿Y para qué? ¿Y por qué hacen nidos de metal?

La cabeza empezaba a darle vueltas con todo aquel asunto, y la subida final hasta el barrio de Christine parecía querer quitarle el resto del oxígeno que su cerebro necesitaba para funcionar. Allí vio a las urracas, que deberían haberle parecido algo de lo más normal, pero que ahora se miraba de forma recelosa. Visto lo visto ¿cómo sabía que aquellos no tenían también un chip? ¿Cómo sabía que si les hablaba no iban a contestarle con voz metálica? Cuando ya se alejaban, Lou se giró una última vez hacia ellos, con la sospecha de que los observaban. Ya en la calle de Christine, en la zona alta de la ciudad, Lou frenó la marcha y se quedó jugueteando con el manillar de su bici.

- Ha estado bien, ¿no? Bueno, el ataque de los pájaros no tanto, pero... No sé, me ha gustado... Emm... -viendo que, una vez más, su capacidad de hablar le dejaba en la estacada, inspiró profundamente y sonrió como un bobo.-  ¿Paso a buscarte mañana? Esta vez no llegaré tarde, lo prometo.

Cargando editor
25/06/2021, 13:54
Christine Roberts

Se quedó pensativa ante el comentario de Lou y no dudó en responder bastante rápido. 

—No será una conspiración del gobierno, no sé... Cómo si algo estuviera vigilando a la gente porque no entiendo el motivo de que esas aves tengan esas cosas encima. 

Era su pensamiento, que básicamente coincidía con el de su amigo, más allá de que la sospecha ya no quedó en las palomas, las gaviotas, sino que ahora las urracas que dieron la impresión de estar observando lo que hacían los niños. Incluso Lou las miró, ambos de alguna manera llegaron a la misma conclusión, era evidente. 

—Claro que estuvo bien, me gusta pasar tiempo contigo—confesó Christine un poco avergonzada y se acercó con su bicicleta—. ¿Qué te gustó?

No pudo evitar el hacer la pregunta, pero ante lo que siguió después, asintió con una sonrisa que le hizo brillar el rostro pese a estar toda desaliñada por el asunto de las aves. Más allá de que no le importaba, era feliz así. 

—Si... Te espero, como siempre. Gracias por estar conmigo. 

Iba a decir y "aceptarme" pero se cortó un poco. 

Cargando editor
27/06/2021, 10:10
Rainbow Murphy

El miedo es  más contagioso que las pulgas y los temblores de Chad parecían provocar en Rainbow una reacción refleja que hacía latir su corazón a mil por hora. Por un momento, recordó a Madame Havel y su triángulo invertido y siniestras figuras parecieron asomar por cada esquina, esconderse tras cada estantería, acechar tras el carrito de los libros. Por un instante miró con extrañeza el libro y su situación. Una vez había visto una película de espías rusos en la que se mandaban mensajes a través de los libros de la biblioteca de Nueva York. ¿Estaría alguien intentando comunicarse con aquel libro situado fuera de sitio? Rainbow pasó las páginas en busca de alguna anomalía y examino el hueco vacío de la estantería. Si el libro sobre "Registro de naves magnetrínicas" estaba aquí ¿qué libro habrían cambiado de lugar? ¿Y por qué? Así se lo explicó a su amigo Chad entre susurros. Más o menos. 

- Chad, espías. Hay espías. - Rainbow miró a su alrededor entre asustada y llena de sospecha. - Este libro está fuera de lugar. No debería estar aquí. Tal vez alguien está intentando mandar un mensaje... o tal intentan ocultar otro libro poniendo este en su sitio. - 

Sin embargo, un nuevo crujido de las tuberías la dejó paralizada en el sitio mirando a su alrededor con ojos desorbitados bajo el sombrero de mariachi. - Creo que estamos tentando a la suerte permaneciendo en este lugar maldito - dicho lo cual se agachó y abrazó a Mr Flopps en busca de consuelo. 

Notas de juego

Me aplico el estado asustada! No sé si para examinar los libros y la estantería hay que hacer alguna tirada. 

Cargando editor
28/06/2021, 19:27
Lewis "Lou" Jenkins

Lou asintió y sonrió ampliamente. Comenzó a pedalear y giró la calle para encaminarse hacia su casa.

- ¡Gracias a ti, princesa! -gritó mientras se alejaba.

Cargando editor
28/06/2021, 19:36
Lewis "Lou" Jenkins

Ya que se encontraba en la parte alta de Boulder City, apenas tuvo que esforzarse para coger velocidad, lo cual le vino a la perfección. Así, tuvo más energías para centrarse en lo último que había dicho Christine. "Gracias por estar conmigo". Iba a resultar que Chad tenía razón y que estaban saliendo juntos, sin Lou saberlo. Se le puso cara de imbécil mientras bajaba como una bala por la carretera.

Ya en la granja, guardó la bici en el cobertizo y entró, asegurándose de lavarse bien las manos antes de que su madre le echara la bronca. Buscó entonces a su padre para explicarle lo que había estado haciendo con el tractor y cómo se había golpeado la cabeza al hacerle la puesta a punto. Lou sería un poco corto, pero no tanto como para decirle a su padre que había estado hablando con un pájaro. Cuando lo vio conveniente, no sin cierto reparo, cambió ligeramente el tema.

- Oye, Pá. Tú y mamá... ¿Cómo os conocisteis? Quiero decir... ¿Cómo le dijiste que se casara contigo?

Cargando editor
29/06/2021, 20:58
Chadwick Agathon

Chad se rascaba la palma de la mano con nerviosismo.

¡Maldita sea, Rains! ¿De qué diablos está hecho ese bigote, mi chalada amiga*? ¡Me está dando urticaria! ¡Dios! ¡Mira mi mano! ¡Pompitas! ¡Quítate eso de la cara, por Dios!dijo Chad todavía presa del pánico psicológico antes de tener un chispazo de genialidad. Oooooooooouh mama! Espera, espera... Sííííí... En caso de tener que poner pies en polvorosa, podemos dejarlo tirado como pista falsa... ¡Perseguirán al mexicano equivocado! ¡JA! ¡Toma eso, Dr. Zerg! ¡El Teniente Agathon es un genio del escapismo y de las tácticas evasivas!

Rains, ahora con el bigote torcido en un ángulo obtuso, le mostró el libro sobre naves magnetrínicas, advirtiéndole de que no pegaba nada en la estantería dedicada al estudio del mundo avícola. Chad no pudo más que estar de acuerdo con su amiga, así que mirando a izquierda y derecha, el intrépido -pero ahora acojonado- Chadwick Agathon valoró las opciones.

A ver si lo he entendido bien... ¿Estás insinuando que alguien ha ocultado un mensaje ultrasecreto en la biblioteca de Boulder City? Pero... Pero...—Chad parecía estar bajo los efectos de una granada aturdidora. ¿Por qué? ¿Quién haría algo así?

Dos niños normales habrían barajado quizás la hipótesis de algún gandul había pedido el libro del Registro de Naves Magnetrínicas en la biblioteca y luego lo había dejado donde más cerca le pillaba.

Dos niños normales.

¿Chad y Rains? Naaaaaaah.

Una conspiración gubernamental era lo más probable.

Espíassssss...—siseó Chadwick frunciendo el ceño y entornando sus brillantes y traviesos ojillos. Rápido. Coge el libro. Tengo un pálpito. Quizás sea importante. Busquemos el lugar en el que debería estar, por si hay otra pista oculta de alto nivel de espionaje. Cada vez estoy más seguro de querer visitar a ese tal Christopher Boyd... ¡Esconde algo! ¡Seguro, Rains! Pero... ¡Un momento! ¿Y si...? ¡Glups! ¿¡Y si los de la CIA van detrás de él!? ¡Rains, esto es muy... muy... MUY FUERTE!

Un sonido sospechoso que no provenía de ninguna parte en particular volvió a ponerle en guardia tras una sacudida refleja de su espinazo. Miró al ahora sargento leonado.

¿¿FlooooooOOOOOOoooooppssssss?? ¿¡Se puede saber por qué estás tan feliz!? ¡Detecta al enemigo en el perímetro, peludo!

Notas de juego

*N. del T. Directamente del mexicano ;-P

Si es necesaria tirada para indagar en ese otro libro que ha podido dar el cambiazo, you say, Boss.

Disclaimer: Llevo varios días queriendo escribir a tope, pero tengo CU hecha mixtos tras unos días en la playa y esperaba haber podido postear mucho antes, pero no pudo ser. Vamos poniéndonos al día ;)

Me partí de la risa con los disfraces que eligió Rains. ¡Grande, Double G.!

Cargando editor
30/06/2021, 17:05
Director

Los dos muchachos continuaron en la biblioteca indagando entre los libros a pesar de todavía les temblaban las piernas por el susto que las cañerías del edificio de la escuela les había dado. Incluso sentían un nudo en el estómago de tan asustados que estaban, pero su voluntad y su curiosidad era más dura que el miedo que sentían, y allí permanecieron estoicamente hasta que pudieran sacar toda la información posible del lugar. Información, lo que se decía información, había a raudales en aquel pilar del conocimiento de la comunidad de Boulder City. Cantidades ingentes de libros de todas las temáticas imaginables que tardarían años en leer al completo, algunos muy extraños como ese registro de naves magnetrínicas. Pero a pesar de todo no había ninguno sobre cómo implantar chips en la cabeza de las palomas, y ninguno hacia mención a tales operaciones, a excepción de lo que Rainbow había encontrado en el otro libro, y que no decía mucho más del tema.

Sintiéndose dos agentes infiltrados en una peli de espías, Rainbow y Chad siguieron la numeración del libro sobre las naves magnetrínicas en busca de algún libro que ocupara su lugar, como un mensaje oculto o algo así. Pero su decepción fue grande cuando lo único que encontraron allí fue el hueco del libro faltante, entre "Registro de naves magnetrínicas. Volumen III. Europa del Este. Años 1970 - 1975" y  "Registro de naves magnetrínicas. Volumen V. Suecia. Años 1960 - 1970 (parte 1)". No había ningún otro libro que pudiera darles alguna pista, ni tampoco mensajes ocultos. Lo más probable era que alguien hubiera cogido el libro de una estantería, hubiera visto el peñazo de cifras de códigos y relaciones con modelos de naves y lo hubiera dejado donde los pájaros al pasar por allí arrepentido de su elección. O también pudiera haber pasado que Pedorro Allen no se tomara muy en serio su trabajo como bibliotecario interino y no le importara el desorden de las estanterías de la biblioteca ni el código de ordenación puesto en marcha por la anterior bibliotecaria.

Notas de juego

No es necesario tirar, os he dado toda la información disponible.

Cargando editor
30/06/2021, 17:43
Director

La relación de Lou con su padre era especial. Muchos niños tenían buenas relaciones con sus padres porque eran comprensivos, les compraban cosas que les gustaban y en la hora de la comida les contaban qué tal les había ido el día, pero no mantenían una relación como aquella. El padre de Lou era su colega. No era un viejo carroza de los que renegaban de los chavales de ahora y añoraban tiempos más sencillos en los que los muchachos no tenían la cara pálida debido a que la única luz que recibían era la que reflejaba la pantalla del televisor donde tenían enchufada su Nintendo, ni tampoco se quejaba de que antes con unas pocas monedas pudiera ir al cine, comprar un par de botellas de Coca-Cola y todavía le sobrara dinero para ir a la bolera. Que va, el padre de Lou le había llevado alguna vez a las recreativas de Boulder e incluso todavía mantenía sus iniciales ostentando el récord en la máquina del Space Invaders. El padre de Lou no se sentaba frente al televisor al caer la noche y se olvidaba de tener una conversación civilizada con el resto de la familia. No. Él conversaba con todos, les escuchaba, les aconsejaba y les contaba sus preocupaciones. Bien era cierto también que exigía trabajo duro en la granja familiar, pero lo compensaba con el afecto que les brindaba a cambio. Su padre se llevaba bien también con los hermanos de Lou, a pesar de que estos eran unos idiotas integrales, pero la relación con Lou era superior a todas las demás. Hasta el punto de que le había confiado las llaves del tractor a Lou antes que a ningún otro.

Su padre le hizo la ristra de preguntas rutinarias sobre el mantenimiento del tractor que solía hacerle habitualmente. Comentaron algunas cosas sobre el tema, como que pronto había que cambiar la correa de transmisión y que aquello iba a costarles un buen pico, y luego se partió de risa cuando Lou le contó que se había dado un golpe. Preocupado en verdad, le revisó la cabeza y le puso algo de hielo que cogió de la nevera junto a una Bud que abrió sentándose en el porche junto a Lou para continuar charlando hasta que su madre les llamara a comer.

—Pues fue en un baile. Esto fue antes de hacernos con esta granja. Yo volvía de la Guerra, y en el pueblo habían hecho una fiesta para los que regresábamos. La verdad es que no iba a ir, había perdido algunos amigos en la guerra y no tenía muchas ganas, pero Diablos, menos mal que fui porque allí estaba tu madre. Hijo, si te digo que me pareció ver un ángel no me creerías. Quedé prendado de ella en ese mismo momento y supe que tenía que moverme antes que alguno de mis otros compañeros me la levantara. Pero tenía que ser sutil, ¿entiendes? A las mujeres les gusta ser seducidas, no les gusta que un bruto llegue y les suelte cualquier tontería, hijo. Hay que ser sutil, disimular un poco y hacerles ver que te interesan pero que es probable que tengas otras opciones en tu menú, ¿sabes, hijo? Aunque si le preguntas a tu madre te contará esa absurda historia que le cuenta a sus amigas de que yo estaba mirándola tan embobado que no le quedó mas remedio que venir a decirme algo. Pero tú a eso ni caso, ¿vale, hijo? El punto es que la hice reír con unos cuantos chistes y tonterías de las mías, ya sabes su padre podía hacer reír a cualquiera si se lo proponía, tenía ese don natural. Una vez llegó un tipo echando humo por las orejas porque su hermano mayor le había roto las ventanas con una pelota de béisbol y diez minutos más tarde estaban en el porche tomando cervezas y contándose la vida el uno al otro a carcajada viva. Aunque supongo que tu madre se debía oler algo. Las mujeres tienen un sexto sentido para eso, hijo. Ellas lo saben antes incluso que tú. Pues como te iba diciendo, en el baile solo estuvimos un par de canciones. Después nos escapamos y pasamos toda la noche hablando y conociéndonos en un banco que había junto al mirador del lago. Allí mismo, cerca del puerto. Nos imaginamos lo bonito que sería tener una granja en esta zona y ya ves que cumplimos nuestro sueño. Después estuvimos saliendo durante un tiempo. La iba a buscar a su casa y, maldita sea, tu abuelo era terco como una mula. Me costó metérmelo en el bolsillo pero lo hice. Al final incluso me prestaba su viejo Chrysler para sacar a tu madre por ahí. Y bueno nada, después de un año saliendo invité a tu madre a un viaje a Nueva York y en lo alto de la Estatua de la Libertad se lo propuse y me dijo que sí. Menos mal, porque me había dejado todos los ahorros en ese viaje y en el anillo.

Su padre fue a por otra Bud y el sonido efervescente de la lata dio paso a que su padre le comentara lo insólito de lo que había visto aquel mismo día.

—Te lo juro, muchacho. Una carretilla entera he conseguido llenar. Una carretilla entera de cadáveres de pájaros. Todos picoteados hasta la muerte. Que barbaridad. Es como si se hubiera desatado una guerra entre aves o algo así. Jamás vi nada igual. 

Notas de juego

Te quito el estado.

Cargando editor
30/06/2021, 18:38
Director

Cuando Lou se despidió de ella y la dejó en la puerta de su casa, Christine temía que sus padres pudieran haberlos visto llegando. No porque se avergonzara de Lou y de sus nuevos amigos, sino porque se temía que su madre le soltaría el discurso sobre que ella era especial y debía juntarse con otro tipo de niños, concretamente unas niñas que a Christine no le caían demasiado bien. Pero ¿cómo podía hacerle entender a su madre que ella no quería estar simulando que tomaba el té con esas niñas tontas cuando estaba con sus amigos de verdad en una importante misión para salvar la Tierra de los planes del malvado Doctor Zerg?

Cuando entró en casa su madre estaba llorando, pero esta vez no era por una de las habituales discusiones que mantenía con su padre. Su madre estaba frente a la jaula de su vieja lorita Doris, la cual estaba llena de plumas y sangre. Su madre le contó entre sollozos que un pajarraco feo había llegado y matado a picotazos a Doris. La madre de Christine estaba muy afectada, porque junto a sus plantas, aquella lora era lo que la salvaba de las grises tardes en las que se sentía encerrada en aquella casa. Christine también echaría en falta a la pobre Doris, que se sabía todas las canciones de los Beatles y a veces las cantaba con ellas.