Partida Rol por web

En cuanto puso un pie delante del vallado, supo que tenía que haber dedicado unos segundos a detectar magia por el lugar. Hacer callar a los presos era tan urgente que se había olvidado de lo demás, y ahora ya daba igual el ruido que hicieran. Chasqueó la lengua, frustrado, mientras la zona se iluminaba y sonaba la alarma. 

Sin embargo, solo habían adelantado lo inevitable. Yendo como iban, habría sido raro que tardaran mucho en revelar que ya habían escapado. Harold, ya curado, le dio un par de vueltas a la cadena en torno a su brazo, cogiéndola con fuerza, notando su peso. Para aplastar los cráneos de los infieles, cualquier arma era buena. Rápidamente, se movió hacia la salida norte, mientras hablaba, sin alzar la voz pero con firmeza. 

-¿Qué opináis, compañeros, corremos a por ellos o les esperamos aquí? En todo caso, habrá que pelear. 

Dicho eso, recurrió a su poder, que seguía fuerte y claro en su interior, y el hilo restalló de energía cuando invocó el poder de Aengrist de nuevo. Aquel había sido otro de los errores de sus enemigos: creían que estaba derrotado, desarmado e indefenso, cuando ningún clérigo de Aengrist está nunca desarmado mientras le quede poder en su interior. Dibujó en el aire la runa que más solía emplear: Caerasaz, la sólida runa de la protección, cuatro trazos rectos y firmes como un escudo de acero. 

-Es la fe mi escudo, en ella me cobijo. Es la fe mi defensa, mi dios la roca tras la que nada puede dañarme. 

Inmediatamente, una luz azulada, como el sol filtrándose por entre el techo helado de una cueva ártica, le envolvió por completo, formando a veces runas heladas en su superficie con forma de escudos y placas. 

no habían alcanzado a acercarse a los prisioneros cuando una ruidosa alarma mágica suena y retumba en eco por toda la cueva, el plan de la emboscada fracaso en ese mismo instante, sin pensarlo mucho tiempo con sus dos manos alza pesada barra que cerraba la puerta y mirando a los ojos de ellos les dice esperan aquí esperando una muerte segura o se unen a nosotros e intentamos salir de esta sin esperar la respuesta de ellos corre y alcanza a Harold.

vamos enseguida hacia aquel lugar, señalando a donde se llevaron a la elfa que seguramente ya estaba muerta, matamos al ogro carnicero y nos hacemos con las armas que tenga

los guardias estaban fuertemente armados y ellos no tenían ni siquiera una daga para defenderse pero, qué más podían hacer? habían sido entrenados para erradicar la maldad no para doblegarse a ella y si debían morir lo harían peleando no arrodilados.

Agotado por el esfuerzo, con la piel perlada por el sudor, permaneció en el sitio en el que habían destrozado sus grilletes para volver a ser libres. Al secarse la frente con el antebrazo, se había dado cuenta de que ya no llevaba su máscara, y en esos momentos estaba demasiado perdido en pensamientos acerca de su pasado y viejas heridas, especialmente la quemadura que se extendía por toda su mejilla derecha, como para darse cuenta de nada más. Allí, entre los pliegues cicatrizados del hierro al rojo con el que le habían borrado su estigma, aún podían verse retazos de lo que había habido. Blanquecinas estrías en la piel formaban, si uno se fijaba bien y lograba unir las líneas correctamente, la antigua marca que había llevado grabada antes de que la Inquisición lo encontrara y le diera su tatuaje. No era otra cosa que un pentagrama, signo del...

La alarma le sacó de sus cavilaciones y le exhortó a mirar alrededor. Con los ojos entrecerrados, observó como Harold y Gerald se habían movido hacia el corral de esclavos, creyéndose a salvo tan solo por no llevar el peso de las cadenas. Craso error. Se daba cuenta de que aquello podía significar que su segunda oportunidad en aquél lugar podía terminar de una manera abrupta antes de lo que habían pensado, pero también de que no había vuelta atrás. Si querían salir de allí con vida, iban a tener que luchar. Y para eso necesitaban armas.

Aunque el plan de sus compañeros de lanzarse a la carga contra el ogro carnicero que habían visto antes era loable y sin duda épico, el hecho de correr por pasadizos llenos de enemigos, estando semidesnudos y desarmados, no era un gran plan para él. En absoluto.

—Lleváis aquí un tiempo —dijo acercándose a los pobres desdichados a los que acababan de liberar, y que en realidad no iban a servir de mucha ayuda en su estado. No físicamente, al menos; sus conocimientos, en cambio, podían tener algún valor—. ¿Sabéis dónde han podido guardar nuestras cosas?

El tiempo apremiaba, el sonido de aquella campana retumbaba en los corredores impeliéndoles a darse prisa. Tenían que apresurarse y no perder ni un segundo. Así que mientras esperaba una respuesta de aquellos diablos de ojos asustadizos, se giró hacia el semigigante.

—Coge la cadena* que nos hemos quitado. Tal vez no te sientas muy cómodo con ella como con tu espadón, pero será más útil que tus puños desnudos.

De nuevo desvió su atención, esta vez a Harold, que conjuraba unos metros más allá, y después a los prisioneros. Otra vez.

—¿Y bien?

El único que intenta hablar en medio del sonido de alarma mágico y de los gritos de los esclavos es Gerald, aunque enseguida se da cuenta de lo fallido de su intento, lejos de calmar a los esclavos, sus palabras nerviosas solo hacen que enervar más si cabe a los prisioneros, los cuales cada vez gritan más, unos pidiendo ayuda, otros una muerte rápida, la algarabía va en aumento hasta ser casi insorportable. 

Gerald desciende hasta el sur, se coloca delante de la puerta del corral de los esclavos y con su enorme fuerza levanta la barra, tirándola a un lado y dejando la puerta libre para los prisioneros, Harold se posiciona al norte, mientras que Damrod se queda en medio agarrando con fuerza un trozo de cadena. Es en ese momento cuando el enemigo hace acto de presencia. Del norte aparece el Ogro carnicero acompañado de uno de los Ogros guardias con armadura, por el este aparecen dos guaridas Ogros junto con dos zombies. Al ver aparecer a la guardia los esclavos se quedan dentro del redil incapaces de intentar ni siquiera escapar, la mayoría caen al suelo temblando de miedo e impotencia, otros lloran amargamente, mientras que un par ríen ya enloquecidos por el tiempo transcurrido desde su cautiverio.

Asalto 2

Damrod 23

Gerald 18

Harold 12

Ogros 7

Zombies 3

Los guardias habían llegado más rápido de lo que él había pensado, salir al encuentro del carnicero ya no era una opción sin armas, sin armaduras un leve atisbo de desesperación se le dibujó en el rostro del guerrero, por un breve momento de imagino derrotado, con su sangre derramada en el suelo de la cueva y sumándose a los cadaveres de sus hermanos pero las manos de unos de los prisioneros lo sujetan y entre lágrimas le pide que lo salven.

En qué mierda estoy pensando!! Furioso por ese momento de debilidad les dice a los prisioneros vayan hacia el fondo!! Y levantando la cabeza le grita al clérigo de Aengrist Harold retrocede los enfrentaremos acá! Girando su cabeza hacia Damrod le dice tráeme una cadena! No podían desperdiciar tiempo, la batalla ya les había alcanzado y él necesitaba prepararse.

Al igual que la vez pasada reúne reúne su poder psionico en su brazo izquierdo y de apoco se desprende de él en forma de un escudo con el símbolo de la inquisición translúcido que queda suspendido en en el aire frente a él. Dioses de todo lo bueno protéjannos con su poder para salir victoriosos de esta.

intenta reunir su poder psíquico pero los gritos de los presos no lo dejan poner en orden sus pensamientos.

Al final, el carnicero les ahorró la molestia de ir a por él. Antes de que pudieran salir de la cueva de la prisión, los ogros irrumpieron en ella. Frente a él, el carcelero con sus cuchillos y otro de los ogros guardianes, con sus sonrisas de satisfacción ante la muerte que estaban causando entre los presos, con sus barrigas repletas de carne de criaturas sacrificadas. 

Por la otra entrada, unos pequeños muertos vivientes y otros dos ogros. Sí, aquellos ogros parecían mejor equipados que los otros, pero Harold no les temía. En la superficie yacían más de dos docenas pudriéndose al sol, muertos por su mano y las de los guardias, y allí, en aquellas cuevas, yacía también el líder de los ogros, que tan fuerte y poderoso se había creído, antes de que los santos golpes de Gerald y su propia arma le destriparan. 

No, por mucho equipo y entrenamiento que tenga un ogro, no dejaba de ser una criatura estúpida y llevada solo por sus instintos. Nada podía ante el llameante poder de la Inquisición. 

Harold estuvo tentado de lanzarse directamente al combate, cargar contra el carnicero y destriparle como él había destripado a tantos otros. Sin embargo, Gerald había retrocedido hasta el vallado, y le llamaba para que fuese con él. Tenía razón, por supuesto: así era como habían derrotado a los ogros anteriormente, en un lugar en el que solo les podían atacar de frente, sin rodearles. Por ello, decidió no cargar, sino que se dio la vuelta y corrió hasta colocarse junto a Gerald. Señaló la barra que el semigigante había dejado caer. 

-Recógela y empléala, estoy seguro de que con tu fuerza destrozarás a nuestros enemigos. 

A continuación se dirigió a Damrod y le llamó. 

-¡Ven, resistiremos aquí!

No había servido de nada preguntar: estaban demasiado asustados; los ogros habían hecho un buen trabajo en aquél lugar, reduciendo a poco más que animales a los antiguos habitantes de la isla. Y es que sin duda esos eran los que no habían conseguido encontrar en la superficie, las primeras víctimas de aquél cruento alzamiento del caos.

Pese al horror que le producía, no perdió el tiempo. Con la cadena que había recogido, y que al parecer no iba a usar Gerald, retrocedió junto a los demás, al vallado. Allí, como en veces anteriores, tenían el terreno a su favor. Y también la voluntad. Para los que servían a la Inquisición, era suficiente.

Los tres Ogros guardias bajan sus enormes lanzas largas hechas especialmente para criaturas grandes como estas, estas armas puestas en horizontal alcanzan 20 pies de rango de amenaza, al hacer eso los esclavos gritan de terror a vuestras espaldas. Lentamente mientras os parapetáis en la zona de vallado de prisioneros, el enemigo va cercando la zona, hasta que con las lanzas amenazan cualquier zona de escapatoria, el Ogro carnicero saca de su pierna un enorme cuchillo aserrado y otro dentado en la otra pierna sonriendo, sus armas manchadas de sangre fresca relucen con la luz de la única antorcha que hay en esta zona. Tras ello se quedan quietos, esperando....

Asalto 3

Damrod 23

Gerald 18

Harold 12

Ogros 7

Zombies 3

Estos ogros parecían estar mejor entrenados habían cerrado las vías de escape y no se precipitaron a atacar, debían estar esperando a alguien más y eso a ellos no les convenía necesitamos sus armas pensaba esto mientras bajaba la mirada y veía la barra  de madera se tenía entre sus manos.

El semigigante intenta consentrarse para reunir su poder pero los gritos y lamentos de los prisioneros no lo dejan despejar la mente impidiéndole manifestar sus poderes.

Con el tiempo en su contra no podía esperar a calmar sus pensamientos, necesitaban sus armas lo más pronto posible y para eso debían romper sus defensas empezando por el eslabón el carnicero, esa mole de grasa era el más indicado para eliminar primero ya que tenía una gran cantidad de cuchillos alrededor de su cintura y dos más en sus manos que podían usar para atacar a los guardias que estaban más fuertemente armados.

Pedazo de mierda grasosa porque no vienes? Lo señala con la mano y lo reta a acercarse o es que solo te crees fuerte frente a los isleños?

Suspiró, masajeándose el tabique nasal, replanteándose lo que acababan de hacer. Mejor habría sido ahorcarse con las cadenas. Taponó con un dedo una de las salidas de la nariz y, a la vez, hizo fuerza para que un gargajo saliera por la otra. Tras repetir el proceso con la otra fosa, se crujió el cuello y miró a los ogros que empezaban a cercarles. Eran más inteligentes de lo que había pensado en un momento, lo cual era un problema, pero no tanto como se creían.

Aquellas largas lanzas eran perfectas para acabar con animales y otras bestias en carga. Él mismo, al fin y al cabo, las había usado cientos de veces —o la versión de su tamaño, al menos—, apuntalándolas en el suelo ante la embestida de alguna criatura a la que daba caza. Eran útiles también, como podía suponer, para mantener a distancia al enemigo, sobre todo cuando tus oponentes eran esclavos desnutridos y debilitados que apenas serían capaces de esquivar un puñetazo a cámara lenta. El problema llegaba cuando te enfrentabas a alguien ágil que pudiera esquivar la primera lanzada y colarse entre tus defensas. Aquellas lanzas se convertían en un estorbo cuando el enemigo estaba junto a ti. Algo del que él se iba a aprovechar en cuanto tuviera la oportunidad. El problema era que no veía un hueco en esos momentos, al menos no uno que no acabara con él, solo, junto a todos sus enemigos. Tenía que pensar, pero debía hacerlo a salvo. Y necesitaba que sus compañeros también lo estuvieran; allí, eran una presa fácil. Además de que ponían en peligro a los acobardados despojos humanos —aquello en lo que habían sido convertidos— que tenían a sus espaldas.

—Protegéos detrás de las piedras —dijo a sus compañeros, empezando a tener el germen de un plan en su cabeza. Él, mientras tanto, hizo lo mismo.

Un nuevo personaje entra en escena tras los Ogros del este, un semiorco cubierto con una cota de mallas ennegrecida de gran calidad con el símbolo del pentágono del Caos pintado en rojo, a su espalda un escudo grande de metal de gran calidad también ennegrecido y con el símbolo del Caos, colgando de su cintura una maza pesada con púas con la cabeza en forma de cráneo lleno de runas, una leve luz morada rodea la cabeza del arma. Sus pasos son firmes y nada más aparecer los Ogros le ceden el paso, tras el 8 ogros zombies le siguen, hasta que este les indica detenerse, los ocho se detienen de golpe, quedándose inertes. Colocándose 5 pies por delante del Ogro guardián 3, señala al Ogro carnicero - " Jy hou jou aanval, ons wil jou lewend maak " - El Ogro carnicero que ha recibido daño se para de golpe como amedrentado por su señor y el nuevo enemigo dirigiéndose a vosotros sigue diciendo - " Perdonad este momento tan tenso mis queridos enemigos " - Dice en un común tosco, se nota que no está acostumbrado a hablar normalmente en esta lengua. - " Habéis conseguido pasar parte de la prueba, así que sois candidatos para pasar a la siguiente parte, si queréis claro, si no es así os dejaremos con el ganado " - Espera unos segundos a ver si hay alguna reacción violenta - " Me llamo Tavik uno de los seis y vengo en representación de mi señor Koraagshag, avatar de Arioco en la tierra, representante máximo de su templo, único de su clase, mi cometido es ofreceros una oportunidad de vivir a cambio de un servicio a la causa, necesitamos un par de objetos y estos están en una zona restringida para gente de nuestro, digamos, alineamiento, traédnoslos y dejaremos en paz la superficie exterior de la isla, además de perdonaros la vida ¿ que os parece ? " - Ahora sí que calla para esperar vuestra respuesta, la situación es complicada, 8 Ogros zombificados, 3 Ogros guardias armados hasta los dientes, 1 Ogro carnicero y 2 zombis humanoides os rodean, además vete a saber cuanta gente más reside en este lugar. ¿ cual será la decisión final de nuestros héroes ? ¿ habrá llegado ya su fin ? ¿ que más vueltas de destino os esperan ?

Averiguar intenciones cd 9

Gerald dif 9 éxito ( más de 15 además corazonada )

- " Habéis conseguido pasar parte de la prueba, así que sois candidatos para pasar a la siguiente parte, si queréis claro, si no es así os dejaremos con el ganado " -

(Al parecer el tal Tavik dice la verdad)

 - " Me llamo Tavik uno de los seis y vengo en representación de mi señor Koraagshag, avatar de Arioco en la tierra, representante máximo de su templo, único de su clase, mi cometido es ofreceros una oportunidad de vivir a cambio de un servicio a la causa, necesitamos un par de objetos y estos están en una zona restringida para gente de nuestro, digamos, alineamiento, ( hasta aquí todo parece verdad ) traédnoslos y dejaremos en paz la superficie exterior de la isla, además de perdonaros la vida ¿ que os parece ? " - ( en esta última parte algo te dice que no es del todo sincero, pero al fin y al cabo todo es predicho por la corazonada que acabas de tener )

las palabras de Tavik parecen ser ciertas realmente necesita nuestra ayuda pero... perdonarnos la vida después de entrar y dejar cadáveres a nuestro paso? esto seguramente no lo iban a cumplir, de igual forma hacer lo que ellos decían era mejor que enfrentarlos ahora mismo -sin armas, sin armaduras- 

Gerald mira a Harold y a Damrod asintiendo con la cabeza y entre susurros les dice ''ayudemoslo'' diciendo esto en un tono sarcástico ahora mismo no tenemos oportunidad contra ellos, saben que moriría feliz junto a uds si no hubiera otra salida pero creo si necesita nuestra ayuda y al ''hacer'' vuelve a emplear ese tono sarcástico lo que quieren podríamos encontrar la manera de hacernos con nuestro equipo y devolverles el favor

apoya la gran barra contra el suelo y espera la aprobación de sus compañeros. 

Al dar el visto bueno, Tavik siempre rodeado de sus guardaespaldas zombies, manda al carnicero al norte y a uno de los guardias hacia el este, tras ello dos de los guardias siguen vigilando vuestros movimientos ( Guardias Ogros lanzan averiguar intenciones sobre vosotros todo el rato cd a superar con engaño si en algún momento lo queréis hacer es 8, el semiorco Tavik dif 14 ). Tras un par de minutos de explicación por parte del enviado, este pone en claro lo que va a ocurrir a partir de este momento.

- " Como bien sabéis estamos en un entramado de niveles dentro de este complejo situado en el interior del volcán, este lugar está conectado al inframundo en especial por este nivel, aquí está el gran templo dedicado a nuestro señor Arioco. Como estudiosos que sois del mundo espiritual que nos concierne sabéis que es normal situar un templo en un lugar que posea una naturaleza como podría deciros, potente y todo este complejo tiene una energía especial. Ahora bien, se podría decir que tenemos un problema que ya dura muchos años, encontramos un nivel más abajo de donde estamos ahora mismo, el cual está lleno de seguidores de Pyaray, el tentáculo susurrador de secretos imposibles y como podéis entender no podemos entrar en conflicto directo con ellos, ¿ por que os cuento esto ? bien, el tema es que ese nivel tiene acceso a otro inferior donde encontramos un lugar protegido por magia muy poderosa, magia que afecta especialmente a los seguidores del Caos y que tras mandar a muchos esclavos, hemos descubierto que no afecta a los Legales Buenos, y en eso que ¡ plas ! sin quererlo ni desearlo, llegan hasta nosotros tres seguidores de la Ley y encima son buenos ¡ toma ! ¿ que como lo sabemos ? cuando estábais dormiditos lanzamos un detectar alineamiento y ¡ vuala !, parece que nuestros dioses se quieren poner de acuerdo, ya sabéis ese conocido dicho que dice algo así como los dioses los crían y ellos se juntan o ese otro que dice los designios de nuestros dioses son inescrutables, como son estos dioses, eh, ¡ hay que joderse con sus designios ! " - hace un paréntesis, rebusca en la ropa de uno de los zombies sacando una cantimplora, le da un sorbo, mira al zombie y le dice - " anda majo, ponte a cuatro patas que estoy cansado " - acto seguido se pone a cuatro patas sirviendo de silla a vuestro interlocutor - " ¿ como íbamos ? ¡ a sí ! pensaréis, y si tiene un ejército para que nos necesitan, pues mira, es que las relaciones entre sectas es complicada por decir algo, nuestro señor Koraagshag tiene un acuerdo con el líder de la otra secta para no, digamos enfrentarnos entre nosotros. Necesitamos que entréis en su templo, accedáis al nivel inferior y allí entréis en la zona prohibida para nosotros, recojáis un insignificante llave y nos la traigáis, fácil verdad, os indicaremos en un mapa como proceder y os confiaremos vuestro equipo por si encontráis resistencia " - Da otro trago mientras os mira fijamente - " Seguro que estáis pensando en traicionarnos, sí sí, no pongáis cara de halfling apunto de ir a la olla, estamos seguro de ello, os acompañará invisible uno de nuestros servidores, el cual no hará nada para ayudaros, ya que en ese nivel tenemos las manos atadas, se llama Balcoth y se asegurará de que si encontráis la llave la devolváis a nosotros, después de eso, os piráis de aquí y santas pascuas, ¿ alguna pregunta ? enseguida vendrá Balcoth a presentarse " -

Tavik, tavik, ¿ de que os suena ese nombre ? el caso es que no deja de daros vueltas ese nombre en vuestra cabeza. Saber local dif 20.

Conocer la secta de Pyaray Saber Religión dif 20

Reconocer el nombre de Balcoth Saber Planos dif 20