Partida Rol por web

Partís hacia el castillo en medio de la noche estrellada y Recorréis la distancia entre la ciudad y el castillo sin impedimentos, la isla tras tantas batallas y saqueos ha quedado prácticamente arrasada, tardará tiempo en volver a llenarse de vida. Pasáis por el lugar donde tuvisteis el primer encuentro con el enemigo, aquí cayeron dos compañeros bajo las mazas Ogras, Truskaros, Smirnoff y el cabo Yrk, los cuales dieron sus vidas por la guardia, dejáis atrás tan lúgubre lugar.

Casi media hora después llegáis al linde de la arboleda, allí donde el enemigo taló los árboles alrededor del castillo para poder mejorar sus defensas y proveer de madera a los esclavos, los cuales liberasteis hace dos días, aniquilando a sus captores Ogros y salvando de una eterna esclavitud a la gente de la isla. Conforme os acercáis al castillo ya no veis en la lejanía columnas de humo, señal de que este ya no está activo. La vegetación se corta de golpe dejándoos ver un desolador paraje, nada crece a partir del punto donde fueron talados todos los árboles y arbustos.

Desde una posición privilegiada podéis ver como a los pies del castillo, se creó un campamento enorme. En un rápido vistazo, observáis como las chozas antes improvisadas con todo tipo de utensilios, están ahora medio caídas tras la huída de los esclavos y la vegetación que crecía cerca del castillo vue arrancada para crear las continuas hogueras y las débiles vallas ( apenas unos troncos para delimitar el campamento, con espacio para que un humanoide de tamaño mediano pueda pasar a traves de ellos ). No se ve por ninguna parte movimiento enemigo, ni amigo.

Estáis a unos 1000 metros del castillo. Los familiares sobrevuelan el terreno en círculo sobre vuestras cabezas para evitar ser sorprendidos, sois un grupo enorme, ruidoso y fácil de descubrir, de hecho sois 59, un número importante marchando todos juntos. Y además el curioso Darck que se ha agenciado un carro de dos ruedas para poder estudiar por el camino tirado por uno de los ciudadanos de la villa.

Tras escuchar el relato de su cuervo albino, Braedam se dispuso a comunicar lo que este le había susurrado al oido. Capitán Gardian! Casiopea me informa que
hay un grupo de goblins en el castillo, parecen estar buscando comida, cogen cosas del suelo y luego las tiran. No hay luces en ningún sitio, solo lejos hacia la montaña con agujero, donde el volcán.
Señor ¿cuáles son sus órdenes?
Avanzar, esas fueron las órdenes de su Señor. A unos 1000 metros del castillo el numeroso grupo hizo un alto para observar mejor la zona. La hechicera susurrando a su cuervo le conminó a alzar el vuelo y buscar cualquier señal de peligro. Volando majestuoso junto al halcón de Dóflar.

Los dos golems campantes suponían un pelgro serio para la isla, sin tener en cuenta al Pensante. Si se encontraban con alguno de ellos todo indicaba que les esperaba un combate largo y difícil. Por ahora tenían que acabar de limpiar el castillo. La noticia de los goblins no le sorprendió. Era normal que cuando alguien poderoso abandonaba su fortaleza, todas las alimañas acudían para salvajar cualquier cosa que encontrasen.

-Escuchad todos: en el castillo parece haber un grupo de goblins saqueadores. No os confiéis por ser goblins, pueden ser muy astutos tendiendo emboscadas a ingenuos que los infravaloran. Esta será una buena práctica para los milicianos. Aseguraos de que cada grupo esté bien coordinado. Tened los escudos preparados por si nos hacen una recibida inesperada a distancia o por los flancos.

-Doflar, Bráedam, hay algo más por los alrededores del castillo, tipo exploradores o similar, o están todos en el castillo?

Doflar avanzaba en su posición, siguiendo las órdenes y tratando de contener el ansia viva que le recorría de arriba a abajo. No sabían dónde estaba el enemigo, por lo que habían múltiples probabilidades. Pensó que si el pensante se había retirado y escondido con sus dos golems, probablemente habría optado por alguna opción que cualquiera de ellos podría pensar, el problema era...¿cual? 

No tenía mucho sentido estar calentándose la cabeza cuando no tenían ninguna pista. Lo mejor era llegar al castillo, asegurarlo, y a partir de ahí comenzar a rastrear la isla. Quizá podrían pedir refuerzos. 

Se concentró en su Halcón y trató de leer sus emociones, sintiendo con él la alegría de volar, la tranquilidad de las alturas, el hambre del ejercicio...

- No parece haber nada más rodeando el castillo, señor. - contestó a su superior. 

Otra vez en el lugar, pero ahora estábamos más gente y parecía que podríamos recuperar el lugar, aunque luego teníamos que perseguir a los huídos que seguramente estarían reuniéndose con sus aliados del caos.

- Podemos inspeccionar el lugar y asegurarlo de forma medianamente rápida antes de proseguir en la búsqueda del pensante.

Mis chicos podemos inspeccionar una de las plantas y los demás pueden inspeccionar otras plantas, todos juntos lo podemos acabar de limpiar en un momento. Tendríamos que dejar aunque fuese una guarnición mínima para que no lo ocupe nadie ajeno, es una de nuestras bases de operaciones.

Miraba a los hombres bajo mi mando, las criaturas podrían ser un adiestramiento necesario para todos antes de enfrentarse a un rival más fuerte y del que no saldrían bien parados. Estaría bien que todos los nuevos guardias buscasen dentro.

Embajador Theodocius:

 Oculto en un hueco de su pierna encontráis dos virotes de ballesta explosivos y un rollo de pergamino.

Virotes explosivos: Parecen proyectiles normales forjados en acero. Poseen un encantamiento +1, pero al usarse contra objetos con índice de dureza o usarse contra gólems cuentan como un arma +3 e ignoran su dureza a la hora de calcular el daño (daño 2d8+3)

Rollo de pergamino: Un mapa descubre el complejo por entero, indicando al norte de la zona del laberinto la localización de las celdas, lugar donde estarán los prisioneros de la isla si aún siguen vivos, e indicando al norte de vuestra posición, justo en la última sala el lugar donde reside " el pensante ", también añade que existen tres terribles guardianes, dos gólems de carne y uno de piedra, avisando de la peligrosidad de estas criaturas. Además del mapa hay unas notas sobre " el pensante ".

" El pensante ": El engranaje pensante comenzó como un poco más que un conjunto de engranajes, cadenas y contrapesos. Theodocius quería mejorar el proceso que utilizaba para garantizar a los gólems su limitada independencia. Consultó un antiguo volumen sobre gólems y se decidió a fabricar el elemento pensante. y así lo hizo, pero realizando importantes modificaciones. En primer lugar, lo construyó a una escala mucho más grande de lo normal, para lograr una mente compleja, algo que no podría conseguir con prácticas mágicas normales. En segundo lugar, en lugar de crear un cerebro a partir de la esencia de la magia, Theodocius manufacturó sus grandes piezas utilizando construcciones mecánicas, fabricando así un producto más duradero, a un menor coste, y más fácil de producir. Por desgracia, Theodocius no tomó en cuenta una importante variable. La esencia mental de un gólem es normalmente creada a partir de la magia puesto que el proceso utilizado es infalible. Dado lo inestable de los gólems, utilizar variables no relacionadas con la magia en su fabricación tenía como consecuencia la poca fiabilidad del engranaje pensante. Theodocius pensaba contrarrestar este efecto utilizando objetos mágicos y artefactos históricos de honrables generales y brillantes héroes pasados. Pensó que componiendo la esencia física del engranaje pensante con objetos de naturaleza impecable, la esencia mental del ingenio iría en consonancia.

Lamentablemente el engranaje pensante desarrolló una malevolente inteligencia y rápidamente esquivó los instrumento de control que Theodocius había instalado en su estructura. Durante su primera semana de vida, el artefacto consumió muchas horas cuestionándose la razón de su propia existencia. Desarrollando un gran afecto por el conflicto, las guerras y las tácticas, pero haciéndolo de la manera más retorcida posible. El engranaje aprendió que los humanos eran débiles, egoístas y quejumbrosos. Así que decidió forjar su propio destino, construyendo su propio ejército, para que fuesen sus ojos, sus oídos y sus manos. Atacando de improviso a la guarnición, al darse cuenta que esto podía acarrear funestas consecuencias para el, pactó una alianza con los poderes del Caos a cambio de protección, el seguiría fabricando más autómatas hasta formar un ejercito, momento en el que entregaría la mitad a sus aliados y el tomaría la isla para seguir mejorándose hasta dominar el mundo.

Al parecer, un grupo de goblins había tomado el castillo.

-Puede que conozcan a nuestro prisionero -reflexioné en voz alta- Podríamos  usar eso para negociar.

-Me parecería imprudente dar por abandonado el campamento sin haberlo revisado antes...-dijo el joven cabo al resto del grupo.

-Nuestra comitiva es grande y facil  de localizar por un explorador mediocre. Y esas tiendas desvencijadas serían  un lugar ideal para plantear una emboscada- dijo como si estuviese pensando en voz alta.

-Mis muchachos y yo aseguraremos la zona, si os parece bien.

-Bien. Gracias, Doflar, solo quería asegurarme por completo. Y sí, Alfonso, a eso me refería antes con lo de inspeccionar el castillo. Que cada uno se dedique a una zona a fondo mientras el resto monta guardia fuera del castillo. También tendríamos que revisar por completo el sótano del castillo, ver si el Pensante no ha dejado nada atrás que nos pueda ser útil. De paso haríamos un poco de... limpieza con lo que quede ahí abajo.

Lo de dejar una guarnición mínima... -dejó ir un largo suspiro mientras se acariciaba la barba-. Lo veo un poco complicado ahora mismo. Hemos dejado la ciudad casi sin defensas. Si dejáramos aquí ni la mitad de los tropas que llevamos, quedarían los dos lugares igual de pobremente defendibles. No creo que podamos, de momento, asegurar esta posición como hace falta. Aunque usarla como una especie de torre de vigía también podría servir. Dudo que El Pensante regrese otra vez aquí sabiendo que nosotros habremos venido a afianzar esta posición.

Al cabo de un rato se dio cuenta de que estaba cavilando en voz alta. -Bueno, todo esto son pensamientos. Cuando hagamos una inspección del castillo, ya veremos. Por suerte, la reflexión de Doflar le permitió cambiar de tema, ligeramente. -No es mala idea, aunque teniendo en cuenta que estamos hablando de goblins, poco me hace pensar que tendremos alguna posibilidad de negociar con ellos, pero bueno, por probar que no falte.

El pensamiento de Cassius lo puso momentáneamente en alerta. -No te falta razón, Cassius. Aunque creo que los pájaros de nuestros magos los habrían visto pero nunca está de más. Bien me parece lo que propones. Iremos un poco más lentos hasta que volváis. No os alejéis mucho, no vaya a ser que seáis vosotros los emboscados.

-¡Ya lo habéis oido!. Dos conmigo y el resto dividíos en dos grupos de cuatro-gritó a su tropa mientras los separaba por grupos  señalándoles.

-Avanzaremos juntos, en formación de punta de flecha. Yo abriré el camino y los otros dos grupos a no más de  treinta pies. Mantenéos en guardia. ¡Vamos!

En cuanto todos estuvieron listos, se internaron en la zona.

Las ruedas del carro a tiro de mi caballo se detienen y me obligan a entreabrir el toldo para, primero mirar a mi cochero, y ver a donde habíamos llegado.

Escucho a la guardia, entiendo que aseguraran el campo según avanzan y así rápidamente pierdo el interés volviendo para continuar con mis estudios.

-...Doflar, interesante expresión de poder... si uso el método alquímico y tan solo sostengo los céfiros menores y cambio las bajas esferas a un elemento propicio no habrá que imprimir gran voluntad para conjurarlo...- Pensaba mientras escribía un nuevo conjuro en mi libro.

Esperare aquí hasta que lleguen a las veras del castillo.

5 minutos después el primero en llegar tras atravesar el campamento abandonado sin incidentes es Cassius con su equipo. El resto de la guarida lo sigue a una distancia prudencial. Es entonces cuando desde lo alto del portón del castillo una cabeza se asoma ligeramente parapetada tras el pétreo muro del mismo.

- " Daardie indringende leër het ons kasteel binnegeval. Draai om of ly die gevolge " -

Grita en vuestra dirección.
(estáis a 100 pies de la entrada principal del castillo)

Cuando veo al goblin asomarse y hablar en su idioma, lamento no haber traído con nosotros a nuestro traductor.

Pero tenía que dejarlo cuidando al prisionero. No quería que los vecinos lo linchasen.

-Parece que la opción de negociar quedará descartada. A menos que nuestro comité de bienvenida hable común.

Vamos para el castillo con la precaución de no saber lo que habría, Cassius avanza en cabeza con su grupo de combate, le seguimos nosotros a cierta distancia y de flanco para estar hacia uno de los lados del grupo principal. Cuando nos acercábamos más llegó la sorpresa, un ser apareció en lo alto de los muros de nuestro castillo, un poco de tiempo y ya estaba profanado de nuevo por otras criaturas.

Nos hablan en su lengua y ninguno lo entendemos, estamos perplejos y pensando en lo que puede llevar esta nueva situación.

- Buscad todas las piedras posibles para lanzarlas con honda. Le dije a mis hombres, mientras esperamos lo que hacer mejor hacerse con una reserva de munición.

- Deberíamos inspeccionar la salida del pensante del lugar, podríamos meternos por allí al interior del castillo y salir por su espalda o por otro punto no tan complicado.

Por si puede entendernos, le grito al trasgo:

- El castillo es nuestro, dejadlo y marchaos en paz del lugar.

Lo que Bráedam sospechaba ocurrió. Al avanzar Cassius y el resto a menos de 100 pies apareció lo que parecía un gran trasgo sobre uno de los muros del castillo, ladrando palabras inteligibles para la mayoría de ellos. Agudizando el oído, la hechicera se concentro para intentar entender el sucio lenguaje del trasgo. Esperad! Quizá entienda algo de lo que dice! Aunque por sus gestos, no parece nada bueno!

Al escuchar la respuesta de Alfonso

- " Vosotros quietos que mis hombres os están apuntando con sus arcos, si os acercáis más caeréis bajo una lluvia mortífera de flechas. Este castillo tan majo es nuestro, cuando llegamos estaba abandonado, así que lo hemos tomado como residencia permanente ¿ queda claro ? " -

El gran trasgo mira amenazador a todos los reunidos, mientras os señala con el dedo.

Enseguida comprobáis por como le tiembla ligeramente la voz que está mintiendo.

El grito había funcionado y el trasgo hablaba nuestro idioma bastante fluido, aunque sus palabras decían mas cosas.

Miraba lo que fueron los imponentes muros del castillo y en lo que costaría cualquier asalto normal, pero no haríamos eso en esta ocasión, así como el caos se valió de subterfugios para tomarlo. Los chicos a pesar de ser novatos entendían la situación y se cubrieron con los escudos ante el ataque que profetizaban desde las almenas, podrían llegar lejos si les dejaban.

Me retiro lentamente sin dar la espalda hacia el resto de la gente, cuando estoy a una distancia prudencial hablo a los compañeros.

- Señor, está mintiendo, no creo que haya muchos ahí dentro, tenemos que entrar al castillo por donde no nos vean y recuperarlo.

Pienso en los lugares que no tienen muy bien los muros y en la salida que habrá dejado el pensante.