Partida Rol por web

Con tres goblins fuera de combate, solamente quedaba uno en pie para defender a aquel extraño elfo.

Stuart acribilló a dos goblins más mientras que Gendo alcanzó al elfo con su disparo. La bala de repente rebotó antes de tocarlo contra algo invisible sacando un destello al impactar y devolviéndosela a quien la disparó.

Ademas comenzó a pronunciar extrañas palabras que intentarian dañar la mente de Edariel. El goblin que quedaba se abalanzó sobre Edariel para detenerlo. 

De pronto, la munición que disparé rebota contra de mí mismo y consigo moverme un poco en el suelo para evitar que me llegue de lleno en el cráneo.

"¡Mierda!"

No sé qué clase de magia de mierda se echó ese elfo encima pero no me arriesgaré a que me devuelvan otra bala con un último goblin en pie, haciendo que la pelea entre los dos orejas puntiagudas no sea equitativa. Apunto mi arma al último goblin y disparo, intentando que el tiro impacte a pesar de lo mal disparado que fue.

El maldito traidor empleó su Magia pese a perder a la mayoría de sus escudos goblins.

Edariel estaba listo y descargó su energía contra él, esperando dañarle lo suficiente.

Stuart vuelve a maniobrar aquella pesada arma y mientras apunta ve como se desarrolla el combate, con Edariel corriendo para ponerse cerca del otro elfo y liberar de su cuerpo un estallído que por un instante ilumina gran parte de la cueva. Stuart entonces, al no querer volver a poner en riesgo a Edariel y por el mal ángulo de disparo que tenía, cambia la modalidad de disparo de la ametralladora para focalizar en un solo objetivo... el cual determinó que sería el último goblin que seguía en pie.

Gendo tenía al goblin en su mira, pero el tener que esquivar su propio disparo hizo que la trayectoria del proyectil errara el objetivo estrellándose contra la pared de roca de atrás. Tras una maldición el Ysoki analizó la escena casi de inmediato y reaccionó a tal situación. 

Con maestría cambió el modo de disparo apuntando al goblin que quedaba en pie acertandole en una de sus piernas. La salvaje criatura cayó al suelo incapaz de hacer nada pero viva todavía.

Sin embargo Edariel tenía vía libre hasta el elfo traidor. Se acercó descargando su nova con furia en una explosión de fuego y luz que pilló sorprendido al elfo, sin embargo algo extraño pasó, ya que el propio fuego que emanaba de Edriel implosionó al entrar en contacto con el elfo traidor, volvièndose en contra de su creador.

La Supernova alcanzó a su enemigo, que comenzó a retorcerse por el dolor de las llamas. No obstante, algo extraño pasó cuando Edariel vio rebotar su poder contra el elfo y sorprendido, no fue capaz de reaccionar.
Sintió el calor del cosmos abrasar su cuerpo, y se echó al suelo para sofocar las llamas.

Maldiciendo la Magia del traidor, se levantó y lanzó al ataque con su espada.

Aquel desgraciado elfo queda solo en combate ya, pero mis disparos y las luces extrañas que Edariel lanza le han rebotado, por lo que creo que dispararle es no solo inefectivo sino que peligroso para mi propia salud.

"Ahora vas a ver, hijo de puta."

Cabreado como solo yo puedo estarlo, me pongo de pie y guardo mi pistola, listo para comenzar a acercarme a él y darle algo a ver si puede devolvérmelo.

Stuart no podía continuar usando aquella ametralladora con Edariel estando a centimetros del enemigo, así que abandonó su posición y corrió hacia donde estaba Gendo que se había incorporado.

— No sé que se ha puesto encima, pero parece que es alguna especie de campo de fuerza reflector de energía, y parece que incluso energía cinética. Es probable que incluso con armas a cuerpo a cuerpo filosas o contundentes suceda el mismo efecto que con las balas... habría dicho de usar armas emisoras de energía, como armas de laser o eléctricas, pero si reflejó la energía de la explosión de Edariel creo que cualquier tipo de ataque será reflejado. — Le decía Stuart a Gendo. — Pero quizás si en lugar de atacarlo intentamos sujetarlo, o estrangularlo, y reducirlo contra el suelo... quizás podamos ignorar ese efecto repulsor.

-¡Maldito!-. Grita el elfo envuelto en llamas. A pesar de que estas también fueron reflejadas hacia su atacante como bien describió el análisis de Start, las ropas de Wayvar siguen ardiendo mientras este rueda por el suelo apagando las llamas.

Edariel se centró en sofocar las llamas y luego ya acabaría con el traidor.
Rodó por el suelo para apagarse.

Wayvar se incorporó con sus ropajes humeando. De sus labios salieron arcanas palabras y su mano brilló con una luz visible que penetró en su pecho. 

-¡Yo soy el guardián del bosque y ningún furtivo podrá impedirlo!.- Tras esto el elfo echó a correr por el túnel situado al norte, mientras Stuart ayudaba a Edariel a apagar su propio fuego.

El elfo desgraciado ese decide al parecer abandonar el combate. ¿Acaso cree que puede huir de nosotros sin consecuencias? ¡Pues no! No podrá huir tan fácil de nosotros y me encargaré de que pague por atacarnos, por creerse mejor que nosotros, por lo que sea que le hizo a Dave y... bueno, por ser un elfo marica.

Me muevo hacia la dirección en que me parece desea huir. Saco mi rifle, sabiendo que huirá como alma que persigue el diablo y tendré que hacer uso del alcance de una buena arma, cosa que la pistola no será capaz de conseguir.

El elfo traidor consiguió apagarse las llamas sobre su cuerpo y decidió huir.
Edariel se apagó su propio fuego ayudado por Stuart y se levantó con el rostro enojado.

¡No dejaré que huyas! le gritó comenzando a correr tras él mientras acumulaba energía gravitatoria esta vez.

El elfo comenzó a correr hacia el túnel siendo perseguido por todos. Mas adelante podíais distinguir una bifurcación en el propio túnel. Una ramificación tornaba hacia la izquierda mientars que otra continuaba mas o menos recta torciendo hacia la derecha.

El enemigo comienza a correr por el pasillo, lo que es precisamente la acción que imaginaba haría. Me muevo hacia él, para acortar un poco la distancia que nos separa y levanto mi rifle, listo para intentar detener su carrera.

 - "De esta no te libras tan fácil."

Apunto mi arma con cuidado y aprieto el gatillo, esperando calcinar su espalda porque es lo menos que se merece después de llegar con su prepotencia a matarnos sin otro motivo que defendernos o simplemente estar aquí.