Partida Rol por web

Bueno, eso está en las hemerotecas, pero déjame ver si tengo por aquí algún resumen.

La Expedición Carlyle zarpó de Nueva York en 1919 bajo la dirección de Roger Carlyle, de 24 años de edad, millonario y playboy quien, inexplicablemente, se apartó de su vida de vagancia para financiar y dirigir una expedición arqueológica a Egipto. Los principales miembros de la expedición eran sir Aubrey Penhew, de 54 años, notable egiptólogo, rico y miembro de la nobleza británica; Hypatia Masters, de 27 años, una bella muchacha perteneciente a la clase alta, además de ser una reconocida lingüista y fotógrafa; Jack “Brass” Brady, de 36 años, mercenario, experto en armas, confidente y guardaespaldas de Carlyle; y por último el doctor Robert Huston, de 52 años, psicoanalista de moda e intérprete de sueños.
La expedición abandonó Nueva York en dirección a Londres (donde ya se encontraba Penhew) y desde allí, al cabo de unas semanas, emprendieron camino hacia El Cairo. Utilizando esta ciudad como base, la expedición llevó a cabo una serie de excavaciones en el desierto, rumoreándose que consiguieron un importante hallazgo, pero negándose sus miembros a hacer declaraciones a la prensa. A continuación partieron hacia Mombasa, en Kenia, dirigiéndose después hacia Nairobi, en el interior.
En Nairobi, a principios de agosto, la expedición contrató a 20 porteadores nativos, internándose en las regiones menos habitadas. Al principio fueron vistos a menudo; sus últimas cartas llegaron a principios de septiembre, y después desaparecieron. En marzo de 1920, un nativo de la etnia kikuyu informó a las autoridades de Nairobi de que un grupo de hombres blancos se dirigía hacia la montaña del Viento negro, nombre local de uno de los picos más altos de Kenia. Más tarde circularon rumores de que la expedición había sido destruida por fuerzas inhumanas.
Al cabo de diez semanas de esfuerzos, una expedición de rescate financiada por Erica, la hermana de Roger, encontró los restos de la expedición. Los cadáveres de los porteadores estaban extraordinariamente bien conservados, si bien parecían haber sido despedazados por animales aunque el informe del forense no mencionaba huellas de dientes en los huesos. Los porteadores habían sido horriblemente masacrados y despedazados y el campamento destruido por completo, a lo que colaboraron las lluvias estacionales y el crecimiento de la maleza en los meses que siguieron al desastre. No se encontró rastro alguno de los blancos que dirigían la expedición, hecho que quedó confirmado al no encontrarse ningún cadáver con arreglos dentales. A pesar de algún informe que apuntaba a lo contrario, los cuerpos se hallaban esparcidos en campo abierto y no se había hecho esfuerzo alguno para ocultarlos.
El crimen se atribuyó a los nativos de la tribu nandi aunque algunas fuentes mencionaron que podría ser obra de una secta pagana (la Lengua Sangrienta), que tiene bastantes seguidores en la zona, pero las autoridades no dieron crédito a esa versión en el juicio posterior. Algunos nandi fueron ahorcados, los miembros de la expedición desaparecidos fueron declarados muertos, y el incidente fue olvidado, como cualquier crimen.

Ya, eso lo entiendo. Un montón de africanos muertos, unos ricachones desaparecidos. Cualquiera diría que una de esas tribus caníbales se los merendó. Pero no sabía que hicieran distinciones entre la comida, supongo que será por que están mas rellenos-dijo el detective con un humor ácido- esta bien pero, no todo puede ser tan sencillo. Dices que ahorcaron gente... ¿con qué pruebas? y lo más interesante de todo... has mencionado que había algunos informes que no coincidían. Se abandonó a un grupo de blancos ricos desaparecidos... ¿qué decían esos informes? ¿Nadie echó de menos a esta gente? Miembros de alguna empresa de Carlyle, familiares, socios... tiene que haber algo más-insistió.

Tom se levanto, aseo y se vistió con su mejor traje, - las damas de la alta sociedad no mantienen reuniones con cualquieras, y menos si no has concertado una cita.- pasaba por su cabeza mientras se arreglaba. Bajo a desayunar al restaurante del hotel y pidió un taxi.
De camino evaluó sus posibilidades - es mejor contarle la verdad y abiertamente pedirle información del la expedición o mejor intentar sonsacarle la mayor cantidad de esta a base de alguna mentira. Y como llegaré hasta ella, la gente de su clase seguro que tiene servicio y no abrirá ella misma la puerta, como los convencería para que le dejaran pasar. A lo mejor ni siquiera estaba en su casa, en este caso dejaría el mensaje junto con la dirección de su hotel y a ver que pasaba.

Ding, Dong.
Un empleado le abrió la puerta. -¿Que desea?
Buenos días. ¿Esta la señorita Carlyle? Mi nombre es Thomas Stevens, trabajo para el escritor de prestigio Jackson Elías, famoso como sabrá por sus libros sobre sectas. Estamos realizando una investigación sobre la expedición Carlyle y tenemos datos que nos gustaría contrastar con su hermana y que pensamos que pueden ser de interés para ella. Por supuesto si tiene la amabilidad. -Siempre es mejor las verdades que las mentiras, aunque estas tengan pequeñas omisiones-

Por lo que leí, el gobierno de Su Graciosa Majestad Británica trincó a los primeros negros con cara de sospechosos que encontró por la zona, y les hizo un juicio sumarísimo. ¿Pruebas? ¿Quién necesita pruebas para ahorcar negros, allí o aquí? Piensa que todo eso sucedió a montones de kilómetros de Nairobi, es de esperar que haya inconsistencias en los informes; lo raro es que hubiera informes.

De hecho, la cosa no se empezó a mover hasta que llegó una expedición de rescate encabezada por la hermana de Carlyle. No descubrió (o no le dejaron descubrir) nada, y una vez que se hubo vuelto para aquí, montaron la pantomima de juicio, despacharon a unos cuantos negros problemáticos que tenían fichados, y aquí paz y allá gloria. Procedimiento estándar de cualquier departamento de policía que se precie.

El empleado sonríe y te contesta amablemente.

La señorita Carlyle no recibe sin cita previa, señor [mira tu tarjeta] Stevens. Envíele una petición por escrito, por favor, y le responderá.

No me preocupan los negros, pero si que no hubiese mas música por los ricachones-dijo Kenneth apagando el cigarro- la hermana de Carlyle... ¿sabes donde vive? Han pasado cinco años pero quizás todavía recuerde que hizo en Africa. Por cierto, ¿que me puedes contar delos otros miembros de la expedición?-sacó un bloc de notas y empezó a apuntar todo lo que estaban hablando antes de que se le olvidase- me han llamado la atención dos de ellos: el tal Brass y el doctor experto en sueños... ¿que pintaban ellos allí?-preguntó inquisitivo, aunque no creía que el bueno de Poole pudiera saberlo.

No se preocupe, ¿Me puede indicar donde entrego la petición?¿Puedo dejarsela a usted? Muchas Gracias.

Dicho esto Tom cogió un taxi, le indicó la dirección que le había indicado el empleado para dejar la solicitud de reunión con Erica Carlyle, una vez hecho esto le indicó al taxi la dirección de Walter Morrington.

¿Erica Carlyle? Vive en una mansión en Westchester, a media hora al norte del estado. Busca "Mansión Carlyle" en el listín de Westchester y ahí la encontrarás.

Brass Brady era una mezcla de guardaespaldas y chico para todo de Roger Carlyle. Le sacó de más de un apuro con los puños, cuando el nene se metía en camisa de once varas. Y el médico, déjame recordar, era una especie de loquero de lujo para ricos; psicoterapeuta, creo que lo llaman. Lo más probable es que estuviera tratando a Roger; tanto dinero no va bien para la cabeza.

La chica, Hipatia, era fotógrafa y había salido con Roger, según creo. Igual se la llevó para sus necesidades masculinas, por si las negras no resultaban de su agrado.

Bueno, los lios de faldas que se trajese el señor Carlyle no son cosa mía, aunque creo que debería hacer una visita a su hermana, esta historia cada vez se pone mas interesante-dijo levantándose de la silla- ¿Recuerdas algo más? Algo que quizás te resultase extraño en su momento como los informes que mencionabas...

Tom  bajo del taxi, recordaba aquella calle. ¿Cuanto tiempo hacía, tres o cuatro días? Había pasado tanto tiempo metido en hemerotecas que ya no se acordaba. Tal vez no le había ido la búsqueda demasiado bien, pero mientras la señorita Carlyle le concedia una vista, era el momento de poner en común sus pesquisas con alguien del grupo y Walter era el único del que conocía su dirección.

Ding, Dong. Toco el timbre mientras esperaba a que le abrierán la puerta.

No hay nada más, dice el teniente.

Ha sido un placer verte, Kenny. Cuídate si vas detrás de asuntos de ese tipo, no suelen traer nada bueno.

En ese momento suena el timbre.

-Disculpe,ahora continuamos, voy abrir.

Abriendo la puerta de la slaita, y saliendo hacia la puerta de la calle.

Abre la puerta, enfundando en un batin color burdeos, con filos dorados, enocntrandose a uno de sus invitados del otro dia.

-Buenas tardes, Sr. Stevens. Pase por favor, estaba tomando el té en compañia del Sr. Howard. Adelante.

Indicandole el paso a la salita del otro día, mientras, observa el exterior, por si aparecierán mas visitantes.

Reaparece en la salita, en compañia del Sr. Stevens, que puede observar como se encuentra sentando el Sr. Howard.

- Recuerda al Sr. Howard del otro día. Sientese Sr. Stevens. ¿una taza de té?.

Vertiendo el dorado liquido de la humenante tétera, en uno de los servicios.

-¿leche o limón?. El Sr. Howard y yo estabamos empezando a comentar sobre nuestras diversas indagaciones, sobre el asunto que nos reunió el otro dia..

Tranquilo Pool* sabes que yo siempre ando con ojo*-bromeó Kenneth calándose el sombrero y saliendo de allí. Quizás sería buena idea ir a visitar a la hermana de Carlyle, seguramente ella tendría algo más de interés por saber que fue de su hermano y quizás averiguase algo en su viaje. Estaba claro que los detectives de New york no habían ido hasta allí para averiguar nada.

Así que ese fue el final de la expedición. Pienso mientras releo con calma la noticia. Irónico, los que se iban de caza acabaron cazados. Mi primera intención es abandonar la biblioteca e intentar contactar con la familia o con las autoridades que llevaron el caso, por si obtuvieron más detalles, pero viendo al empleado del lugar pienso que me echaría de menos si me marcho ya.

Decido pasar la tarde buscando más información en el mismo lugar por si hay alguna noticia posterior del caso.

Buenos días Sr. Howard - digo mientras hago un gesto de saludo inclinando un poco la cabeza hacia donde esta sentado Philip.

Me temo que el té no se encuentra entre mis placeres Sr. Morrington. - mientras tomo asiento en uno de los sofás de la sala -Aunque si tuviera café se lo agradecería enormemente, fuera no hace un tiempo primaveral precisamente.

No quisiera estropear su conversación, aunque he de reconocer que el motivo de mi visita era exactamente el mismo. - Acabo mi frase esperando a que mis contertulios continuen hablando, no quiero llegar y acaparar la conversación.

Durante la noche, a pesar del cansancio, le doy vueltas al desafortunado fin de la expedición. Cuando por fin el sueño me llama a su mundo onírico, aparecen en mi mente extrañas imágenes en las que se mezclan los negros incivilizados con las calles de Nueva York.

Cuando se hace de día intento buscar a un antiguo policía que trabajó en Arkham un tiempo. Era otro más de tantos agentes de cerebro estrecho pero tuve ocasión de estar en un par de casos que llevaba y quizás me recuerde y pueda orientarme sobre quién llevó la investigación, pues es muy probable que se mandase a alguien desde aquí, teniendo en cuenta que un niño rico había sido víctima de tal ataque.