Partida Rol por web

Los que mataron a Elías son mienbros de una secta africana, me consta que le estan siguiendo, al igual que a nosotros. Son asesinos, le recomiendo que vaya armado y que desconfíe de todo africano con actitud sospechosa, especialmente ese de ahí que lee el periódico.

Disimuladamente hace un gesto con la cabeza para señalar al sectario que perseguía a Kensington.

Durante todo el entierro, miro nervioso a un lado y otro, fumando un cigarro tras otro mientras me froto las manos en un claro gesto de inquietud.

Luego, con Kensigton, no se diferencia mucho. El dinero no es algo que me preocupe en estos momentos, no cuando he leído un libro en el que se dice cómo alzar muertos vivientes, no señor.

Cuando se aleja el Sr. Kensigton, me giro al resto

Tengo algo que contaros. me enciendo otro cigarro

Como sabeis, estuve estudiando el manuscrito ese, algo que me arrepiento, se lo aseguro, pues en él se describía la forma de alzar muertos vivientes. Si, como lo oyen. ¡Levantar muertos vivientes! como los que vimos en el sótano, supongo.

Como si fuera otro detalle más de esta macabra situación, paso a otros datos, antes de que se me olviden

Mientras estudiaba, un botones me trajo una invitación para una conferencia con diapositivas, "El culto de la oscuridad en Polinesia y en el suroeste del Pacífico", impartida por el profesor doctor en Filosofía Anthony Cowles, titular del departamento de Antropología de la Universidad de Sidney y profesor adjunto de la cátedra "Polinesian Esoterica" de la Universidad de Miskatonic (Arkham, Massachussetts). Lamentablemente se celebró hace un par de días.

Fuí al Schuley Hall para ver si podía averiguar algo, pero no disponían de las diapositivas. Me dijeron que dicha información sólo la podría proporcionar el propio Doctor Cowles, el cual se le podría intentar localizar en la universidad de Miskatonic, en Arkham, Massachussetts.

Creo que habría que darse prisa, pues parece que el doctor Cowles pasa gran parte del año en Australia. Por suerte, se iba a quedar hasta inicios de verano en Nueva Inglaterra, porque tenía que hacer allí un seminario.

Kensington parece alarmarse ligeramente. Mira con un descaro excesivo hacia el tipo del periódico, pues no es precisamente un tipo acosrtumbrado a recibir estas noticias.

Eso significa que estoy en peligro... ¡¡¡y ustedes también, claro!!! Quizás deba ir a casa de mi hermana durante unos pocos días. Y ustedes deberían probablemente cambiarse de hotel. Intentaré perderle en el metropolitano y advertir a un policía. Contáctenme cuando sea necesario a través del señor Wheeler, mi secretario. Apunte el número de Wheeler teléfono de su domicilio: es el 7114.

Kensington parece algo alarmado, mientras habla con Bauberg. Finalmente asiente y le dice unas palabras en voz baja para seguidamente dirigirse hacia el Metropolitano.

Mientras tanto el grupo sigue charlando, y es Tyler quién toma la palabra (penejoteo desde ya, verdad?)

Naturalmente. Ese folleto se lo hice llegar yo. Estaba entre las páginas del libro que tenía Elías en su maleta. Puede que no signifique nada, pero el caso es que la posesión de ese manuscrito uindica que Elías estaba interesado en acudir a dicha conferencia. ¿Sois de Massachussetts, no? me parece que se impone una visita a vuestro estado antes de partir a ultramar.

Lo ha comprendido bastante bien. Ya sabe de que son capaces esos locos salvajes, toda precaución es poca.

Bauberg da una palmada en el hombro al editor.

Mucha suerte, nos pondremos en contacto a través de su ayudante. Si tiene problemas o necesita hablar con nosotros, hágalo a través de la policía. Pregunte por el Detective Tyler.

Con un cabeceo, el anticuario se despide y vuelve hasta sus compañeros. En los pocos pasos que les separan, la visión de algunos africanos en el entorno no hace más que aumentar la paranoia persecutoria.

Bauberg regresa de hablar con Kensigton algo nervioso, mirando a todas partes y con la frente perlada por la transpiración pese al frío invernal que les rodea.

Cuiando habla lo hace muy bajito de forma que el resto de sus compañeros tienen que esforzarse por saber lo que dice.

Me temo que los miembros de la secta ya se han reorganizado tras el ataque a la tienda de importaciones. Si os fijais un poco alrededor, veréis que hay una gran cantidad de africanos y la mayoría nos vigilan a nosotros o al Sr. Kensigton. Sabíamos que esto ocurriría, quieren recuperar sus pertenencias. Creo que lo ideal es abandonar la ciudad por unos días, podemos ir a ver a ese profesor en lo que concertamos una cita con la Sta. Carlyle.

El anticuario sube la solapa de su abrigo de paño, como si temiera que le leyesen los labios.

Sr. Tyler, esa recortada de la que me habló, me parece ahora mejor idea que nunca.

Alzar muertos vivientes!!! Y en un libro de la universidad de Harvard! Espero que no estuviera en la sección de libros fácilmente consultables...
No me extraña que estés tan intranquilo, Jean Philippe. Una lectura así podría hacer perder el raciocinio a cualquiera que no fuera emocionalmente fuerte. Afortunadamente no es tu caso.
Desde luego el título de la conferencia prometía y si Elias quería asistir tendría algo en mente. Quizás buscaba algún paralelismo entre algún culto de la Polinesia y esta secta africana.
Sí, parece que volvemos a Masssachusets. Soy de Boston. Si vamos a Arkham os puedo ofrecer mi apartamento para dormir. Al fin y al cabo no están muy lejos una ciudad de otra.
Paul, estimado amigo, que sean personas de raza negra no significa que sean africanos. Pero es verdad que éste no es un buen lugar para conversar, hace frío y no me gustan los cementerios. Volvemos al hotel a ver si ha llamado la srta. Carlye? Yo ya he tenido suficientes emociones fuertes para un día...

Paul se encoje de hombros.

Llámalos afroamericanos si quieres, africanos o negros. No soy racista ni tengo especial inetrés en la segregación, pero desde que unos cuantos AFRICANOS con machetes como mi brazo de largo trataron de convertirnos en steak tartare, obviando el tema de los zombies que dice Jean Phillipe, pues...pues creo que un poco de precaución no viene mal. Especialmente cuando he visto que uno de esos homebres de raza negra, seguía a Kensinton muy de cerca. Cuando me he acercado para advertirle, el africano ha hecho como que leía un periódico, ¿os lo podeis creer?, ya sería una casualidad que supiese leer.

El anticuario se frota las manos para entrar en calor y mira alrededor, paranóico.

Bueno vayamos al hotel y decidamos allí, pero yo voto por escondernos unos días o viajar.

Tyler aparecía pensativo mientras miraba de reojo a los supuestos miembros de este insano culto que acabó con la vida de Jackson Elías.
Y, ¿habéis pensado en cambiar de hotel? quizás ya están enterados de que la mayoría de vosotros os alojáis allí. No durmáis dos días seguidos en el mismo lugar y si estáis interesados en que visitemos al doctor Cowles, éste es el momento de hacerlo. Aunque aún nos quedan algunos detalles en Nueva York. No hemos hecho ninguna averiguación ni sobre Ms. Masters, ni sobre Sir Audrey Penhew ni sobre ninguno de los otros miembros de la expedición, salvo el Dr. Huston.

Girando la cabeza continuamente hacia todos lados, tiro la colilla al suelo y, tras apagarla de un pisotón

Después de la que hemos armado, debemos desaparecer unos días. Podemos aprovechar para ir a Boston, y tras esa reunión volver y alojarnos en otro hotel.
Si están tras nosotros será más dificil de seguirnos si nos vamos y volvemos que si simplemente nos cambiamos de hotel.

Paul asiente mostrando conformidad con el fotógrafo.

Desde luego viajar es más productivo que esconderse en una habitación de hotel y más ameno creo yo.

¿Abro la escena de Arkham university pues? ¿Abandonáis el hotel desde ya mismo?

¿Queréis depositar los objetos de la secta en unas taquillas en una estación de tren?

Tomas no dijo nada durante todo el funeral, solo se limitó a mirar cabizbajo y alicaído el ataud de su amigo mientras se introducía en el hoyo. Escuchó la conversación de negocios llevada entre el anticuario y el editor y a pesar de sentirse molesto, por estar discutiendo sobre dinero en medio de un funeral, no dijo nada. Tampoco dijo nada ante el comentario de Vinacci sobre el libro y eso que estaba muy interesado en su contenido. Su cabeza estaba dentro de ese hoyo, a diez metros bajo tierra, recordando sus aventuras en Haití y todo lo que había descubierto después, algo que nunca llegaría a contarle.

Mirando al suelo se acerco a sus compañeros y dijo:

-Tendriamos que...-y levantando la cabeza, finalizó con sus ojos embriagados de furia-¡¡Vengarnos!!

Me parece que todos deberíamos tranquilizarnos un poco, Paul hablando de negros sectarios por todas partes, cambiar de hotel...

Chicos, no deberíamos dejarnos llevar por la paranoia de pensar que cada persona de raza negra es de una secta dispuesta a matarnos, aunque si os sentís más seguros cambiamos de hotel y listos. Aunque no tiene porqué ser esta misma noche.
Tengo pendiente la llamada de la señorita Carlye y, como bien ha dicho Tyler, aún nos faltan por investigar los otros miembros de la expedición.

Mañana a primera hora podemos adquirir los billetes para Boston y si no ha llamado el abogado de Carlye le telefonearé yo misma.

Tomas - le digo apoyando mi mano en su hombro- lo siento, amigo.

Moviendo la cabeza de un lado a otro escucho atónito las palabras de la señorita Marrows. Cuando finaliza, un gesto impulsivo me hace acercarme a ella y cogerle uno de sus brazos

¡nooo! no debemos de quedarnos ni una sola noche más. Esos negros sectarios, como has dicho, son capaces de hacer que los muertos se levanten, tenemos sus objetos sagrados y un libro que dice cómo hacerlo ¿qué crees que harán señorita?

yo se diré. Buscarnos para matarnos y recuperar lo que es suyo, eso harán. Yo no estoy dispuesto a esperarles en mi habitación, y si usted hubiera visto lo que yo, no se quedaría por aqui tan tranquila. parezco fuera de control y un tanto irracional, con los ojos inyectado de miedo.

Bauberg asiente con solemnidad.

No puedo estar más de acuerdo. Quedarnos esta noche en el hotel es riesgo, Jean Phillpe tiene razón, son capaces de cualquier cosa... Por favor Lindsey, entra en razón, creo que no soy alarmista normalmente, si ahora digo que estamos en peligro, es por algo.

A Tyler no le gusta eso de salir por patas de su territorio, así que ante la mención de ello arruga la nariz, pero según van sumándose apoyos a la idea decide que parece una decisión hecha por lo que con su mente práctica trata de ver que puede quedar por hacer antes de marcharse.

Bien señores, sepan que no es de mi agrado salir de la ciudad por culpa de unos fanáticos, pero también comprendo su preocupación. En cualquier caso sugiero que pongamos a buen recaudo los objetos que obtuvimos.... a mi parecer si los dejamos en comisaría son capaces de asaltarla y si nos los llevamos con nosotros nos seguirán hasta tenerlos en su poder ¿qué opinan, cual es mejor opción? yo casi prefiero cogerlos, al menos el libro, no dimos parte de su existencia.

Del resto de personas de la expedición, quizás fuera útil que diera orden de que mis agentes investigaran su localización, forma de contacto (teléfono) y si hacen alguna cosa especial o fuera de lo normal.

Más de ésto no creo, mis chicos no están preparados para llevar un caso donde los muertos vivientes son una realidad, y a mi me tomarían por loco.

Eup!
Ya estoy de nuevo con posibilidad de acceder a diario a la web, o casi a diario.

Parece que puedo seguir la partida aunque me queda releer parte de lo hecho hasta ahora y el guión de la partida, porque me puedo haber olvidado detalles importantes.

Parece que la opinión mayoritaria es la de ir a Nueva Inglaterra para olvidarse de todo por un rato y pasarse un ratillo por la universidad para localizar al Doctor Cowles, ¿verdad? Y además esta misma noche...

Me queda saber los afro-juguetes que os llevais a Nueva Inglaterra (si es que os los lleváis), las instrucciones que dejáis dadass en el hotel y la vigilancia de ¿los miembros de la expedición Carlyle? Lo digo porque todos estaban oficialmente fiambres, ¿menos Jack Brady, quizás, y eso solo si nos creemos las palabras de Elías?