Partida Rol por web

Escena privada del personaje

Vale, los demás están usando todos Byakhee para hacer la ficha. Casi te diría que lo uses también, así las tengo todas en el mismo formato.

Si no sabes como va, avísame :)

Ok, he usado Byakhee en el pasado, asi que me bajo la ultima version y te mando el archivico, aparte de subir el PJ a la web, claro está ;-)

Ok, no corre prisa :)

Después de pensarlo, creo que voy a dejar a Nick como está. Me resulta más creíble que un informador del gobierno fuese un tipo "corrientucho" pero listo y con suerte, a que fuese un armario con patas que diese el cante por medio de las calles de egipto. Sería más un Humphrey Bogart que un Vin Diesel, un tío con labia y excepcional con una pistola en la mano.

Me parece estupendo :)

Además, es Cthulhu, tampoco es plan de cogerle demasiado cariño a un PJ
jejejejeje

Yo sigo tomándoles cariño a todos, aunque luego acaben desquiciados o, más comunmente, hechos trizas :P

Cuando tengas la ficha hecha me la envías :)

Por cierto, puedes poner la ficha tambien en las notas públicas de tu personaje. No creo que haya problema, los demás lo tienen puesto ya, no va a venir de uno :D

Lo que sabes acerca de los demas personajes

Brenda Farrow: Amiga. Te ayudó al volver de Egipto e incluso te envió algunos clientes. Restaura edificios antiguos y tiene cierta afición por las ciencias ocultas, aunque no te ha confesado nada al respecto.

Nathanian Moore: No le conoces
Louis Sheridan: Conoces su reputación como excelente guía de cuando estabas en el Cairo. No le conoces en persona.
Archival Kirkham: No le conoces
Mina Mordaunt: No la conoces
Henric Larsson: No le conoces
Ian MacConlom: No le conoces

Jo, que poco popular soy
jejeje

Jajaja xD

Lo que sabes acerca de Jackson Elias

Jackson Elias tiene 38 años, es de altura y corpulencia normales, con un color de piel oscuro. Tiene un aire amistoso y jovial y, desde su infancia como huérfano en Stratford aprendió a abrirse camino por sí mismo en la vida. No tiene parientes vivos ni dirección fija.

A tí te cae bien y valoras su amistad a pesar de que a veces transcurren meses e incluso años entre encuentros. Probablemente te sentirías muy molesto y buscarías venganza si algo le pasara. El mundo está mejor teniendo en él a Jackson.

Sus libros revelan y analizan a las sectas criminales. El más conocido es "Los hijos de la muerte", que expone las criminales costumbres de los Thugs de la India. Habla con facilidad de varios idiomas y siempre está viajando. Es una persona sociable y le gusta tomarse una copa de vez en cuando. Fuma en pipa. Es a la vez duro, estable y extremadamente puntual, y no le amedrentan ni las peleas ni los funcionarios. Carece de gran educación formal y sus obras, siempre muy trabajadas, parecen reflejar experiencias personales. Es algo secretista y nunca discute un proyecto hasta tener en la mano el texto definitivo.

Todos sus libros ilustran la manera en que las sectas manipulan los temores de sus seguidores. Como buen escéptico nunca ha hallado pruebas de poderes sobrenaturales, magia o dioses oscuros. La locura y los complejos de inferioridad caracterizan a los miembros de este tipo de sectas, complejos que compensan matando inocentes para sentirse poderosos o escogidos. Las sectas atraen a los débiles de carácter, aunque usualmente los dirigentes de las mismas suelen ser inteligentes y manipulativos. Cuando una secta deja de inspirar temor, desaparece.

Bibliografía

"Calaveras junto al río" (1910): expone las sectas de los cazadores de cabezas en la cuenca del Amazonas.
"Amos de las artes negras" (1912): analiza la sistematización del terror a través de las organizaciones sectarias; recibió buenas críticas por parte de Georges Sorel.
"El corazón humeante" (1915): la primera mitad discute sectas criminales de la historia maya; la segunda mitad analiza sectas actuales de Centroamérica.
"Hijos de la muerte" (1918): los thugs; Elias se infiltró en la secta y escribió un libro acerca de ella.
"Brujería en Inglaterra" (1920): analiza aquelarres en 9 diferentes condados de Inglaterra. Entrevista a algunas brujas inglesas en activo entre las cuales se halla una tal Rebeca West, aunque parte del material no es de excesiva relevancia.
"El poder negro" (1921): una amplicación de "El camino del terror", incluye entrevistas con diversos líderes anónimos de sectas.

Todos esos libros han sido publicados por Próspero Press de Nueva York, editados por el propietario Jonas Kensington, que es un buen amigo de Jackson Elías.

Más información adicional que me ira de coña para meterte en la partida ya mismo.

Jackson Elias fue uno de los que te ayudaron a volver a Estados Unidos. De vez en cuando te usaba como fuente para ciertos temas, siempre citándolo como anónimo.

Al poco tiempo de llegar a Nueva York, Jackson Elias te presentó a Henric Larsson. Henric es un pintor sueco que ha vivido mejores épocas. Sus cuadros estuvieron de moda una temporada pero en estos momentos no vende mucho. Os veis a menudo, para charlar y tal, y aunque te preocupa en cierta forma su faceta depresiva, en el fondo es un tio majo y te cae bien.

¿Cómo lo ves? ¿Te parece aceptable para Nick? ¿Preferirías cambiar algo?

Si te parece bien os meto a los dos en una escena ya mismo y podeis empezar a perder cordura rolear :P

Me parece bien, seguro que al bueno de Nick le viene bien un coleguita que sea más expresivo que él y al que considere que no tiene una agenda propia. Eso sí, discretamente, tras un tiempo, habrá hecho alguna indagación sobre el artista. Ya le han traicionado antes y Nick no se fía de nadie. Pobrecito. ;-)

Una cosica, y yo de Carlyle que sé exactamente? porque Elias me habrá mandado un telegrama sobre él por algún motivo...

Nada concreto. Básicamente lo que hay en la info de la partida:

Cuando el playboy Roger Carlyle se encontró con la mujer africana su suerte cambió... a peor. Cada mañana relataba extraños sueños recurrentes llenos de símbolos egipcios y llamadas místicas.

Aunque nunca había estado interesado en la historia ni en la arqueología de Egipto, organizó de repente una expedición arqueológica a aquel antiguo pais. Sus amigos quedaron extrañados y las columnas de Ecos de Sociedad de los periódicos, fascinadas. Nadie imaginaba que la expedición tuviera tan terrible final pocos meses más tarde.

Acabo de darme cuenta de que Nick no tiene ningún punto en Conducir Automóvil :D

Me he tomado la libertad de mover 15 puntitos de Fotografía, que todavía no la habías usado, a Conducir, quedando en 35. No es Fitipaldi pero por lo menos tiene carnet xD

Si te parece mal avísame jejeje.

Me parece perfecto, gracias.

Que leche nos vamos a pegar
XDDD

El detective se alejó del cementerio de Wall Street en un cómo segundo plano. No tenían ganas de cháchara… ni con sus compañeros ni con la recién llegada ya que poco le importaba confraternizar con ella de forma antinaturalmente temprana. Se encargaría de averiguar si esa mujer tenía algo que ocultar o si, por el contrario, estaba limpia y se podía confiar en ella. Confianza… de hecho ahora era lo único que importaba. Y ese era el trabajo de Nick… hurgar hasta hallar la mierda.

Conforme sus pasos avanzaban, la discreta irritación que en sus ojos habían provocado unas pocas lágrimas vertidas durante el sepelio bajo el ala de su sombrero, convenientemente calado, fue cesando. El frio de la mañana le hizo arrebujarse en su gabardina y sufrir un escalofrío espasmódico. Por muy duro que se sea, uno nunca se acostumbra a enterrar a un amigo asesinado.

Por fin llegó a su coche, se subió rápidamente y se tomó unos instantes apoyado en el volante antes de arrancarlo. En su mente se fraguaba toda una cantidad de lugares en los que preguntar, tipos que podrían esclarecer cualquier cosa turbia que hubiese sobre la señorita Archer y ciertas “teclas” que debía tocar y ver qué tal sonaban. Igualmente debía sacar algo de tiempo para arreglar sus asuntos… hacer la maleta, cortarse el pelo y dejar listos unos cuantos temas. Uno nunca puede saber qué le depara un viaje así, cuándo regresará o si lo hará de una pieza. ¡Demonios…! – maldijo para sí. De un modo o de otro aquel viaje desembocaba en Egipto. De pronto aquella idea se hizo más presente e inminente de lo que pudo parecer antes. Una mezcla de deseo y a la vez aversión le invadió mientras recorría las calles de Manhattan. La ciudad de El Cairo le seguía atrayendo de un modo magnético… no le gustó tener que dejarla, y mucho menos el modo en el que lo hizo, pero también sentía algo parecido a una repugnancia visceral ante lo que allí presenció. Como un fantasma que hubiera que exorcizar. Pronto descubriría cómo reaccionaba su cuerpo y su mente al regresar a sus calles… a su desierto.

Vendería el coche… conocía a un tipo que al que le sería fácil encasquetarlo y, aunque no estaba por la labor de meterse en una farragosa negociación, aceptaría casi cualquier cantidad razonable que le pudiese ayudar a financiar todo aquello. El viaje que estaba a punto de comenzar no era un caso sino más bien algo de corte personal y, aunque la Carlyle pudiera sufragar todo aquello de forma inocua para su economía, Nick no era de esos detectives que piden adelantos. Uno nunca sabe… Además estaba el asunto de Lucy, esa pobre mujer estaba a punto traer al mundo una criatura y quedarse sin trabajo. Todo de una vez. Le daría una buena paga de “despido” y trataría de que su marido, un tipo majo, pudiese llevar todos los trastos del despacho del detective a la casa de este. Así podría ahorrarse el alquiler de las sucesivas semanas. Si sus huesos debían dar con una maldita duna a miles de kilómetros de su casa, como poco lo mejor era no dejar marrones.

Santo cielo… y para todo eso tenía apenas un día.