Partida Rol por web

Se volvía primordial neutralizar a quien quiera que estuviera dormido en aquella sala. Nick esperaba que no hubiese nadie más morando las otras... ¿habitaciones? El detective se fijo si las puertas se abriesen hacia adentro de cada cuarto o, por el contrario, hacia el pasillo, en cuyo caso, la posibilidad de atrancarlas con sillas o muebles podría suponer una ventaja táctica.

De cualquier modo había que entrar en aquel cuarto. Si conseguían hacerlo sin ruidos podrían sorprender al durmiente y dejarle KO antes de que pudiese advertir el asalto. Pensó en atarlo y amordazarlo para efectuar un interrogatorio pero le resultó obvio que ni él ni el bueno de Shepard llevarían cuerdas encima para semejante empresa. Quizá con un buen golpe en la sesera* quedaría inconsciente dejando el registro a placer para los que esperaban en la planta inferior.

Un par de pasos más hicieron que Nick se pegara a la puerta desde la cual emanaban aquellos ronquidos.

- Duerme... duerme... - pensaba Nick como un mantra.

Un giro de muñeca calculado habría de ser suficiente para abrir el picaporte sin demasiado estruendo.**

Louis siguió a Nick hasta la puerta del durmiente. Solo una puerta les separaba del tipo en cuestión. Aferró con fuerza la pipa, en su mente barajaba todas las posibilidades que se podían dar a continuación y una de las más favorables para ellos era que pudieran entrar sin despertarle y luego dejarle KO y reducirle.
Sonrió. Si jugaban bien sus cartas podían salir de allí con lo que habían venido a buscar.

Las tres puertas del pasillo se abrían hacia el interior y la última, la que Nick probó, les mostró un lugar de muebles bajos, a oscuras, que olía a incienso recientemente apagado. Sobre un colchón o similar en el suelo, un bulto que dormía hasta hace un instante empezaba a moverse bajo las sábanas, como desperezándose. La entrada de Nick no debía haber sido lo bastante silenciosa...

El tiempo pasa dolorosamente despacio cuando se esperan noticias. Pero poor fin, de arriba llega un ruido, después de tanto silencio. Dos o tres pasos precipitados y un golpe.

-¿Qué está pasando allí arriba?- murmura Nathanian preocupado mientras sube despecio los primeros cuatro o cinco escalones de la escalera que los separa dle piso superior.

Despertado por el intento de golpe de Nick, Tewkik se mueve rápido como una pantera, en sorprendente buena forma para su aspecto rechoncho. Gira sobre sí mismo, rodando fuera de su catre y alcanzando algo bajo la cama. Cuando lo saca, veis que se trata de un bastón en forma de ankh egipció, ¡con la punta acabada en un afilado punzón de un palmo de largo!

-¡Quiénes son! ¡Fuera!-

De nuevo se escucha un ruido, el de algo o alguien rodando por el suelo y un segundo después, un grito, la voz de un desconocido:

-¡Quiénes son! ¡Fuera!-

Quieto, tira el arma o juro que te disparó dijo mientras Apuntaba con su 38mm al tipo
No me obligues - pero si tenía que hacerlo, lo haría,

-Mierda...- dice Nathanian mientras sube la escalera  decidido a echar una mano (entes de que los gritos alarmen a todo el vecindario)

El artista acompañó a Nate hacia el piso superior. Ya estaban tardando en encontrar problemas...

El detective había fallado el golpe. La oscuridad le dio una falsa impresión sobre la ubicación de la cabeza del sujeto y, al final, erró el envite. Afortunadamente Louis reaccionó rápido y, aunque el tipo se había puesto en posición de ataque, las armas de fuego que portaban los otros podrían llegar a mermar su determinación. Al menos Nick así lo esperaba. Amartilló el revólver y lo apuntó al cuerpo de Tewfik.

- Suelta eso... suéltalo, digo o te hago un ombligo nuevo. 

La premisa era la de no disparar a menos que fuese necesario. Un tiro se oiría en el silencio de la noche y el resto de habitaciones estaban por registrar. ¿Quién decía que no tendría algunos sicarios durmiendo pared con pared?

Tewfik pareció pensarlo, dudar durante un segundo a la vista de las armas de los asaltantes. Pero una suerte de determinación ocupó sus ojos y escupió una frase susurrada con ira:

¡RO'KAS YOTH!

El efecto es extraño e inmediato. Como si las palabras llevasen una fuerza invisible sobrenatural, Sheridan sintió un brusco impacto por toda su piel, a la que notó de repente tensa y húmeda, a la par que la sensación de haber recibido un puñetazo desde dentro se instalaba en su estómago y parecía no querer irse.

Mina se acercó a las escaleras tambien, pero permaneció de momento abajo, dispuesta a subir pero sin querer dejar desprotegida aún la retaguardia.

En pocos pasos, Henric y Nathanian llegaron a la planta superior, tras torcer en el rellano y ascender tres escalones más. Llegaron así a unsalón no muy amplio y abarrotado. Un diván, almohadas sobre alfombras, muebles bajos, un narguile, y varias lámparas colgando del techo, de tonos amarillos y azules suaves. Un radiador de aceite en el centro de la sala la mantienían a una temperatura decididamente egipcia. En una vitrina se exponían estatuillas de dioses egipcios y sobre una mesa, abierto, había un ejemplar del Corán. En una de las paredes destacaba un espejo con marco dorado, muy trabajado y en otra, un escritorio de persiana. Las únicas salidas del salón era un pasillo hacia la otra mitad de la planta y las dos ventanas que daban a la calle principal.

Precisamente del pasillo les llegaron las voces:

- Quieto, tira el arma o juro que te disparo. No me obligues. - esta parecía la voz de Louis.

- Suelta eso... suéltalo, digo o te hago un ombligo nuevo. - añadió Nick, procurando no alzar el tono.

En respuesta a ambos, una voz desconocida susurró algo con ira, algo que los recién llegados al piso no llegaron a entender bien, como si se tratase de un idioma extranjero.

Nathanian se colocó a un lado de la entrada al pasillo y dijo, sin gritar pero en un tono suficiente para pudiesen oírle:

-Escucha, gilipollas. No sabes cuántos somos. Ni dónde puede estar el resto ¿A cuantos crees que puedes matar antes de que lleguemos a ti? Tienes DOS opciones. Bajas de una vez esa puta arma y todos nos quedamos hablando tranquilos o no lo haces y te enfrentas a una muerte bastante agónica, larga y desproporcionada.-