Partida Rol por web

Las horas con los compañeros que el destino puso en nuestro camino habían sido tan curiosas como productivas. Nos hicieron conversar en nuevas lenguas aún por gestos, compartir nuestras pertenencias y pasar una agradable y segura velada.

La despedida fue lacónica y llena de buenos augurios, como corresponde a personas acostumbradas a los adioses, y pronto reemprendimos la marcha.

Nuestra misión nos seguía aguardando.

-¡Cierto, Erudiel! Ahora descansados es buen momento de adelantar un buen trecho, si la fortuna nos es propicia. Viento, Samman, no os despistéis... ¡Vamos! -los llamé, asegurándome de que nos seguían.

Tras una buena cena y unas horas de descanso tranquilo me siento descansado y con ganas de seguir el camino. Nos despedimos de los rohirrim y decidimos partir cuanto antes para aprovechar bien el día. Echo un vistazo a nuestro alrededor antes de empezar a caminar. 

- Si el día aguanta creo que podremos avanzar mucho más que ayer, aunque parte del camino aún estará embarrado no creo que nos dificulte demasiado el avanzar... - digo mientras me pongo a andar mientras les hago carantoñas a Viento y Samman, que corren a nuestro alrededor.

El camino se hace prácticamente solo sin la molestias de la lluvia pero también hace que más gente se eche al camino para aprovechar el buen tiempo así que por si acaso observo mi alrededor con cautela para estar preparados por si encontramos algún peligro u obstáculo.

La noche transcurrió sin ningún incidente con los rohirrim y todo el mundo parecía contento de empezar un nuevo día de caminata.
Wyrmir también, pero su desconfianza mostrada la noche anterior le había dejado con un poso de rabia hacia sí mismo.
El aire fresco de la mañana invitaba a pensar y el joven así lo hizo durante el primer rato del viaje.
Él habia salido a los caminos con el principal propósito de aprender y ensanchar sus conocimientos. ¿Acaso no eran esos jinetes algo digno de escuchar y recordar? ¿Acaso no podría haber aprendido de sus lanzas, sus armaduras y de sus palabras?
El joven pateó una rama que entorpecía el camino. Se habia comportado igual cómo lo hubiese hecho cualquier otro miembro de su família, y eso le avergonzaba.
“La próxima vez tendrás que sobreponerte a tus miedos, y demostrarte de verdad que puedes ser algo mejor de lo que has sido toda tu vida hasta hoy”.
Gusanoblanco levantó la mirada del suelo y siguió andanto junto a sus compañeros. Su corazón -y tambien sus pies- se sentían más aliviados ahora.

Pasada la tranquila guardia, no tardo en recostarme a mirar el cielo nocturno. Aún hoy me sorprende ver lo inmenso que resulta y no puedo sino recordar con una sonrisa cómo me asustaban de pequeño al decirme que al salir de los grandes recintos enanos me caería hacia arriba. Mentiría si dijera que la primera vez que salí en los viajes con mi padre no miraba con recelo el cielo.

Sin notarlo mis ojos se van cerrando y para cuando me doy cuenta la claridad del día me impide abrirlos de nuevo. Me siento un momento y estiro mis brazos y piernas. Mi boca se abre y cierra constantemente como si saboreara algo, y con los dedos pulgar e índice de una mano refriego mis ojos hacia mi nariz intentando hacer más fácil el poder ver.

Me levanto y veo cómo los rohirrim se han ido preparando, listos para seguir su rumbo. Les saludo a todos mientras comienzan la marcha y yo hago lo mío empenzando a juntar mis pertrechos.

Eruiel se muestra animada luego de despedir a los jinetes e igual humor parece mostrar el resto de nosotros. La noche ha sido agradable a pesar de la lluvia, nos ha permitido descansar bien.

"- ¡Aaaah!- grito de forma ahogada apretando mis dientes mientras continúo estirando mis extremidades-. Hay que mirar con buena cara el camino, maese hobbit. Seguramente llegaremos a destino hoy o, por lo menos, lo haremos a temprana hora mañana- agrego mientras me dispongo a continuar la marcha".

Aunque ayer había llovido casi todo el día, en ningún momento fue lluvia intensa. Por lo que había algunos charcos en el camino y un poco de barro, pero fácilmente esquivables.

Eruiel se despidió de los Rohir con más alegría por lo encontrado que pena por que el encuentro diese a su fin. Con el mismo entusiasmo emprendió la marcha.

El mago también empieza con ganas de caminata en la nueva jornada. El mediado y el enano aún miran con algo de recelo al cielo, pero se muestran animados.

Quizá el joven Dunledino era el que tenía más nubarrones en su mente ¿Se dejaría contagiar en algún momento por la animosidad de sus compañeros? Tal vez se vea en los próximos días. Pero lo que parecía claro era que tenía ganas de aprender y desmarcarse de la actitud de sus familiares.

Dejáis el camino principal y tomáis el que va al este. Seguir en dirección sur os llevaría a dar un rodeo impresionante. La mañana es fresca y salvo el sonido de los pájaros y el movimiento en algún arbusto, fruto de algún pequeño animalillo, la jornada transcurre sin ninguna novedad, avanzando a buen ritmo. Al medio día llegáis a la altura de una vieja escultura semi soterrara por el paso del tiempo. Se trata de un busto, cuya cara ya ni se reconoce. Tal vez de alguna de las viajas glórias de Gondor.

En este punto el camino se bifurca en este o sur. Lo lógico sería seguir en dirección este.

El camino era agradable, tanto por compañía como por la naturaleza, que siempre me ponía de buen humor. El sentir la vitalidad de todo lo que nos rodea sube mi ánimo y mis ganas de continuar el camino.

-¡Viento, Samman! ¡No os alejéis mucho! -les dije a las pequeñas fieras. Ya se habían soltado mucho desde que dejamos la posada - Angainor, ¿es cosa mía o parecen algo más grandes? Se ve que la libertad del bosque les está sentando bien.

La bifurcación apareció caprichosa ante nuestros ojos, haciéndonos tomar una decisión con la que no contaba. Me quedé pensativo, observando la escultura ya curtida por los años y el clima.

-Al sur o al este.. El este parece el camino más corto. Pero dicen los sabios que "los atajos cortos traen atrasos largos".. ¿Qué pensáis vosotros?

Wyrmir se había quedado observando ese busto de piedra. La acariciaba con la mano, notando su áspero tacto.

Después de la pregunta de Lorgan se miró por un instante las opciones que tenían para continuar, y se decidió con simpleza.

Yo opino que mejor continuar por el este, aunque es cierto que no conozco de nada estos caminos. Si vosotros sabéis algo más de esta tierra y opináis al contrario, también me parecerá bien.

Dime Lorgan, -dijo ahora con más interés- ¿Eres gondoriano? ¿Qué crees que puede ser esta vieja marca? ¿Un tributo a un antiguo caballero? ¿Una demostración del poder de Gondor sobre estos caminos? Me pregunto de quién sería este rostro que tallaron hace tantos años.

El joven continuó mirando el pilón de piedra de forma pensativa. Los Imperios nacen, crecen y finalmente mueren, pero el Reino de Gondor parecía el más viejo de todos los que aún conservaban nombre. ¿Era eso lo mejor a lo que podían aspirar los humanos? ¿Quedaba algo de la vieja gloria de los antiguos señores del pasado? Wyrmir pasó de largo por fin de la runa esperando pensativamente a que el grupo terminara de tomar una decisión.

"- Si que parecen más grandes, pero es lo normal. Eran unos pequeños cachorros cuando comenzaron el viaje con nosotros y ahora son unos magníficos compañeros y futuros cazadores- contesto a Lorgan mirando con satisfacción y diversión a los Uncas que juguetean mientras caminamos".

Nos detenemos un momento ante la bifurcación y, al igual que Wyrmir, mi vista se centra en el busto que se alza en el lugar. De cierto modo, me da lástima ver cómo el tiempo o la acción de alguien ha hecho que se pierda la memoria sobre héroes o grandes personas entre los hombres. El rostro que ya no está no es otra cosa que un pedazo de historia que se desvanece.

De repente mis ojos se vuelven hacia el camino y la pregunta de Lorgan, así como las palabras de gusanoblanco, me hace preguntarme por la ruta a tomar.

"- Yo también creo que lo mejor será continuar hacia el este. Si bien no conozco la zona, por lo que veíamos en el mapa supongo que podremos hacer mejor viaje hasta tomar hacia el sudeste donde se levanta el túmulo- agrego esperando a ver si el resto se encuentra de acuerdo en el camino a tomar".

Me paro al lado de mis compañeros de viaje para decidir nuestro siguiente paso, y mientras comentamos el tamaño que están adquiriendo los uncas. Dentro de poco hasta podría usarlos de montura.

- Dentro de poco hasta podrían comer a este hobbit de un par de bocados, suerte que les hago carantoñas y les doy de comer... - digo sonriendo - ...opino al igual que vosotros que el camino del este me parece buena opción. Además si logramos acortar algo de tiempo al viaje, antes podremos disfrutar de la celebración de otra misión cumplida.

El camino del este al ser el más corto para nuestro destino puede que sea también más transitado, por lo que habría que extremar las precauciones.

- Puede que esta parte del camino sea más transitado que el otro, por lo que deberíamos ser más cautos. Si hay más gente es posible que haya maleantes y con los últimos asaltadores de caminos que conocimos acabamos tomando una pequeña fortaleza... - digo al recordar nuestra última aventura.

Feliz ante aquel inesperado encuentro, Eruiel caminó todo el trayecto canturreando y buscando el rastro de los mearas. No había llovido desde que se encontraran con los eorlingas, por lo que las huellas estarían allí. ¿Habrían regresado de aún más al sur o del este quizá?

Pero en su búsqueda, también buscó otros rastros, como las huellas de ignotos viajeros o criaturas que los habían precedido en el camino.

La perendhil canturreó durante todo el trayecto hasta la nueva bifurcación del camino. Una a una, antiguas baladas rohirrim fueron acompañando los pasos de los aventureros. Y en el ánimo de Eruiel brillaban mil estrellas con la intensidad de mil Anar surcando los cielos, al punto de que su rostro se iluminó radiante de felicidad.

Luego, mientras sus compañeros decidían continuar hacia el este, por el trayecto más corto según el mapa del pequeño kuduk, Eruiel escrutó ambos senderos con una mirada sonriente y una canción jugueteando en sus labios.

La mayor parte del grupo se decido por el más corto de los caminos, aunque este del este pronto comienza a serpentear en dirección sureste. 

Los Uncas no pierden la ocasión de olfatear de charco en charco, pronto no serán más que un poco de tierra mojada si no llueve más. 

Wyrmir lanza una pregunta a Lorgan sobre lo que podían ser aquellas ruinas. Eruiel parece distraida pero en realidad se fija bastante en lo que encuentra en su camino.

Por lo demás el día ha sido de los más tranquilo. No recordáis una jornada entera sin ver absolutamente a nadie. A excepción de algún rodeor corriendo a buscar refugio y que captó la atención inmediata de los Uncas.

Atardece cuando llegáis a las orillas de uno de los afluentes del Gilrain. Según el mapa aquel túmulo debe de estar a pocos kilómetros al otro lado del río. Podéis intentar buscar un lugar por el que vadear el río. O hacer noche por aquí, pensarlo e intentarlo al día siguiente. Debe de quedar una hora o así para la puesta de sol.

El caminar y las palabras de Wymir me trajeron amargos recuerdos del hogar que ya hace mucho que no frecuento. 

-A la sombra de Gondor nací y me crié, pero ya entonces la gloria de la Ciudadela Blanca había pasado hace mucho. Ni mi padre, ni el padre de éste podrían decirte quién es el ahí retratado. Siglos tiene, y el abandono hizo mella en su recuerdo. Costumbre fue el honrar a ilustres personajes con su efigie en eterna piedra, pero si no se guarda la memoria convierte su homenaje en mero mobiliario pétreo. Tal debió sucederle a eso que ahí yacía -dije, refiriéndome a la ya pasada escultura.

Llegando al río, surge la ocasión de atravesarlo o hacer noche.

-Amigos, opino que mejor es hacer noche en este lado, y enfrentarnos al río y al túmulo con la luz del sol a nuestro favor. En terreno desconocido, mejor tener luz que oscuridad. ¿Qué opináis?

- Creo que podríamos acampar por aquí cerca si os parece bien, demasiado cerca del río no es bueno por si hay riada con estas lluvias. No sabemos si está lloviendo en lo alto y pueda traernos más agua de la recomendable. - comento - Además tenemos tiempo para preparar un buen campamento y un buen fuego con el que calentarnos y hasta un poco de luz todavía para ver si encontramos algo comestible.

Mi intención es salir a forrajear un poco a ver si encuentro setas como encontramos la noche anterior, si no me dedicaré a cocinar la comida que traemos para mejorar su sabor y sentirnos un poco más en casa.

- Además el sitio parece tranquilo, no nos hemos cruzado con nadie en toda la jornada...habrá que hacer guardias para evitar sustos. Puede que al no haber presencia humana haya animales salvajes campando a sus anchas...

Wyrmir escuchó atentamente las palabras de Lorgan. Poco a poco el joven empezaba a vislumbrar la majestuosidad del Reino de Gondor, y la antigüedad de su soberanía.

Finalmente, cuando el Sol ya se tornaba anaranjado, encontraron un pequeño rio.

Es una pena que no podamos aprovechar toda la jornada para avanzar -dijo un tanto desilusionado- pero está claro que no podemos cruzar el rio por aquí, y tampoco tenemos tiempo para encontrar un paso y luego aún otro sitio para acampar.

Las palabras del hechicero le hicieron pensar: él tampoco quería llegar al túmulo a la hora del atardecer.

Aun sentía una gran desconfianza hacía el humano, pero de momento no había hecho nada que le hiciese dudar de su compañía. ¿Y si no era un mago de verdad? ¿Y si tan solo era un hombre sabio? De bien seguro que llegados a la tumba subterránea y para bien o para mal, todas esas preguntas hallarían respuesta.

El atardecer de otro día llega y si bien aún no nos encontramos en nuestro destino, poco trayecto falta. Cerca del río me quedo observando el afluente y, aunque de otras aguas se trata, de repente a mi memoria llega aquel corto período en el que compartía viajes con Hallatan y el resto de la tripulación. Una hermosa e interesante experiencia, sin duda.

Me sumo a mis compañeros que ya se encuentran discutiendo si continuar la marcha o detenernos a esperar el Sol de la próxima mañana.

"- Es verdad, hubiese sido bueno haber llegado ya y ver qué se cuece en el túmulo. Pero también estoy de acuerdo que llegar con luz nos permite evitar encontrarnos con sorpresas allí- opino mientras me saco mi mochila relajándome un poco-. Ya que la idea es hacer campamento por la noche, sería bueno que partamos para ver si encontramos qué comer, maese hobbit- digo a Mut-. Los Uncas podrán acompañarnos y es probable que mi vista no se vea tan afectada, pero aún así la noche no nos dejará encontrar nada si no comenzamos ahora- concluyo".

Las últimas luces del día los encontró a la vera de un río. El grupo decidió pasar la noche allí  y, mientras organizaban el campamento, Eruiel aprovechó para recorrer la zona en busca de algún rastro de actividad. Después ayudaría a ultimar los preparativos.

La proximidad del agua muchas veces atraía diversas criaturas, y a los hombres. Tanto unas como otros, podían ser inofensivos o no. Pero nunca estaba de más cerciorarse, más aún si pernoctarían al raso, a la luz de las estrellas.

Pero antes de explorar los alrededores, Eruiel tomó entre sus dedos un terrón de tierra y lo arrojó al aire observando cómo y dónde caía, e hizo esto cuatro veces rodeando el campamento, mientras recitaba en rohírric:

"...feower tyrf on feower healfa þæs landes, and gemearca hu hy ær stodon."