Vyktor sale del callejón planteándose su próximo movimiento. Podría avisar a los guardías, pero no sabía cuanto rato iban a tardar en hacerle caso... Ni si iban a detenerle para hacerle preguntas.
En cualquier caso era arriesgado, y no le interesaba que los guardias lo conocieran tanto aún. Esa noche había estado llena de emociones... Y parecía que se había ganado a un par de enemigos. Si al menos hubiera conseguido la cabeza... Pero ya era tarde para pensar en ello.
Echó una última ojeada a la plaza, dubitativo, y después cogió un camino que se alejará de ella. Con suerte esa noche encontraría a alguna victima despistada, pero más le valía que fuera lejos de allí.
Vyktor vio a Aedalus a la entrada del puerto al ir a salir. Iba enmascarado pero estaba bastante seguro de que era Aedalus.
Motivo: Percepción
Tirada: 1d10
Resultado: 7
Vyktor se detiene, extrañado al comprobar una vez más que es Aedalus el que estaba en el puerto. Según él había ido a la mansión... ¿Que motivos lo habían vuelto a llevar allí?
Vyktor se acerca al personaje que cree reconocer como Aedalus.
- Si que te has dado prisa por volver, aunque me temo que te has perdido la mayor parte del espectáculo.
A pesar de la tranquilidad con la que dice esto, Vyktor tiene un deje de preocupación en el tono. A parte de eso, se le nota algo más cansado de lo habitual.
Detrás de la máscara Viktor puede notar como Aedalus sonríe.
- No podía sacarme de la mente esa quimera de metal y tecnología. - Antes de continuar saco los guantes de debajo de la capa y de un movimiento de manos los dos encapuchados que me acompañan se les encienden los lentes de sus máscaras.
- Por lo que decidí seguir el rastro que deja la cabeza. Con algunos refuerzos. La verdad es que no me sorprende encontrarte aquí. Al fin y al cabo tienes más dotes de cazador que yo.
Guardándome las manos de nuevo en la capa pregunto extrañado. - ¿Qué clase de espectáculo has montado aquí?
- Uno que me temo que no ha terminado, pero siento decir que estoy fuera de escena ya... - Después continua con un tono más serio. - Se quien robó la cabeza y se donde estaba al menos hace un rato, el problema es que no está solo, tres desconocidos de la fiesta se han aliado con él, aunque es posible que a uno de ellos le quede poco para morir... También se que había alguien más espiado, pero hasta el momento no había hecho por aparecer.
Vyktor le comenta la situación con más detalle a Aedalus. Le habla del hombre que robo la cabeza, un hombre bajo de nacionalidad oriental que parecía tener la capacidad de convertirse en gato. Justo a él había una mujer enmascarada que tenía la habilidad de crear ilusiones, un hombre un arma, que es el malherido, y otro cuya identidad tampoco conocía. En todo caso, Vyktor se había visto obligado a huir cuando alguien había provocado un gran fogonazo de luz dentro de la sala.
- Te puedo indicar el camino, pero me temo que no pueda serte de ayuda ahí dentro.
- Entiendo. Veo que la situación está complicada. - Después de meditarlo un momento añado.
- No hace falta que me acompañes, no lo ves pero el que se llevo la cabeza dejó un rastro en el ambiente. -
-Los que quedan entonces. Lo toman o lo dejan. O tomen a su amigo o me da igual. -Se asoma a la ventana.- Se nos está haciendo tarde
- Nos vemos en la mansión. - Sentencia Vyktor, sin ningún rastro de pesar en la voz. Se despide con la mano, con una sonrisa confiada, y se da la vuelta para adentrarse en las calles que se alejan de la plaza.
"Aunque a lo mejor no te vuelva a ver."
Iba a ser insatisfactorio no contar con el apoyo de Aedalus en un futuro en caso de que fracasara... Pero también era cierto que no lo consideraba un individuo débil, y al menos le había allanado bastante el terreno. Habría que esperar que los desconocidos que iban con Cato no tuvieran más sorpresas preparadas.
Vyktor se encaminó algo más tranquilo, hacía las calles más solitarias de Agartha. Con un poco de suerte por el camino hacía la mansión se podría permitir su deseada cena.
Desde la oscuridad de la ciudad aparecen tres figuras encapuchadas. Tres personas con mascaras completas y grandes lentes dentro de los cuales hay un brillo intensamente rojo.
- Agartha es una ciudad de más de cien mil “cadáveres”.
- A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace una eternidad que me pudro.
- En la ciudad de las luces artificiales, la oscuridad se concentra y brota.
Las figuras se dirigen en al centro de la sala. Delante del cuerpo mutilado la figura del medio se baja la capucha ,con unas manos vestidas con unos guantes de grabados exquisitos, y añade.
- ¿Qué clase de ritual macabro ha tenido lugar aquí?
(me asusto al ver a los tres encapuchados, decido intentar escabullirme antes de que algo malo suceda)
El saber que los ninjas no son auténticos me relaja bastante, pero la situación sigue sin tener buen aspecto para mí, después del ataque mágico. Me planteo si mantener o no la posición, cuando aparecen las figuras encapuchadas. Me recoloco el pañuelo frente a la cara, para asegurarme de que no se me puede ver. Miro a mi alrededor en la habitación, por si acaso hay algo que me pueda guiar hacia la cabeza, o como mínimo, algo que usar como arma.
-Gracias a Dios que han llegado. Un extraño enmascarado ha estado haciendo toda clase de cosas extrañas. Diría que es uno de ESOS que hacen magia. Ha salido huyendo justo antes de llegar ustedes, como si les hubiese presentido llegar.
- Entiendo. - Dice la figura central.
Echando un vistazo al cuerpo mutilado comenta - Deberiamos llevar a este hombre al hospital. Parece que aún le queda un hilo de vida.
- En cualquier caso estoy siguiendo la cabeza de Ikarus. - Dice la figura del centro ahora mirando fijamente un punto al final de la sala.
- Voy a necesitar que seais mas sinceros. Aquí se halla la cabeza y hay 3 personas con disfraces de fiesta. ¿Habéis robado la cabeza? - Sentencia la figura central.
Motivo: Victoria huida
Tirada: 1d10
Resultado: 6(+3)=9
Motivo: Deimos destreza
Tirada: 1d10
Resultado: 6(+4)=10
Motivo: Daño Victoria
Tirada: 1d10
Resultado: 7
Victoria se precipita hacia la puerta pero, de un paso largo, uno de los encapuchados se interpone.
-¡Quietos!- dice con voz extraña, como con ecos.
Retira a Victoria de un golpe de una espada ancha. Ella se precipita contra el suelo, inconsciente por un momento.
-¡Quietos!
Dijo el otro encapuchado con voz metálica mientras cogía la pistola abandonada del suelo.
La señora china se desmaya. El joven tiembla.
-Venís de parte de él, ¿verdad? Es el fin... Yo robé la cabeza. Yo. Ten piedad, di que no la encontraste..ha tenido una vida dura, se merece una nueva vida...
En la habitación de arriba no hay gran cosa. Una lámpara, unos libros, la cama... quizá puedas incendiarlo todo con la lámpara, como idea.
También hay ganchos del puerto, de los de pasar mercancías de barcos pequeños. Son palos sólidos y moderadamente punzantes.