Partida Rol por web

- Creo que es pronto para asegurar que sean los habitantes del poblado los causantes del desprendimiento - replicó el Doctor Call.- No soy un experto pero creo que ha podido ocurrir de forma natural, el desfiladero no parece muy seguro... Bien, he hecho todo cuanto he podido con los medios y el tiempo del que dispongo, pero saben tan bien como yo que nuestra tarea no puede ser aplazada más tiempo. Debemos continuar pero no sé si están ustedes en condiciones de hacerlo. Como médico les diría que deben reposar, pero saben que nuestra situación es un tanto especial, de modo que si no se sienten con fuerzas para continuar, me aventuraré sólo en la zona del rodaje y quizás mañana se encuentren mejor para volver a intentar la escalada... en cualquier caso no parece buena idea retomar la subida de noche.

Hemos recorrido un largo viaje como para que nuestras heridas nos detengan ahora- intervino el coronel- e ir solo en este lugar no es lo mas aconsejable, doctor. Yo le acompañaré. No me encuentro tan mal después de todo.

Parecía que todos se habían olvidado del pobre y bueno de Henry. Sus heridas eran bastante más graves que la de los demás ya que, al ir en primer lufgar la avalancha le había dado de pleno. Además el doctor,Call sería muy bueno, pero no había tenido mucha suerte curandole las heridas. Henry trató de moverse y comprobó que probablemente tuviese alguna costilla rota. Mala cosa. Muy mala cosa. EL hombre ahogó un gemido mientras trataba de levantarse para apoyar  a Hughie.

Henry, no estás en condiciones de ir a ningún lado. Lo mejor es que te quedes aqui y descanses para recuperarte. Nosotros nos encargamos de investigar y te informaremos cuando acabemos. 

Henry asintió en silencio, tratando de no emitir ningún quejido. Moverse ahora más de lo conveniente eta una locura y correr delante de posibles monstruos serpenteantes eso era...bueno, el simple hecho de pensar en ello era desquiciante y bastantes shocks había tenido ya. Finalmente consiguió abrir la boca para graznar con dificultad.

Tened ...cuidado....serpientes...azul

- Yo puedo quedarme con Henry. Podemos instalarnos en los camerinos y recobrar fuerzas allí. - Hablaba más por él que por ella misma que se encontraba un poco mejor. - Podría ir al decorado donde se grabaron aquellas escenas.- La sola idea de ir allí sola  le puso el vello de punta.

- Aunque no me guste la idea, creo que es mejor no perder demasiado tiempo, sobre todo mientras ustedes estén heridos - dijo el doctor Call.- El señor McDonald y yo iremos al poblado, el señor Dewey y la señorita Malone se quedarán aquí, inspeccionen el lugar del rodaje sólo si se encuentran con fuerzas y sobre todo, no vayan solos a ninguna parte.

Dicho esto, el doctor Call revisó el equipo con el que contaban para estar más preparado para volver a subir al poblado, no quería que se repitiera el suceso del desprendimiento.

La noche transcurrió como suele ser habitual en un desierto, con un frío muy intenso. No había calefacción en los barracones y tuvísteis que taparos con las mantas que trajísteis en los jeeps. Aún así, varias veces os despertásteis a causa del frío. Por otro lado, un fuerte viento racheado no hacía más que aumentar la sensación térmica. Además el ruido era bastante desagradable y al golpear con las ventanas (había algunos vanos) las hacía silbar, con lo cual no puede hablarse de una noche tranquila.

El único que pudo dormir fue Henry, no sabéis muy bien si a causa del cansancio extremo o de sus lesiones. El caso es que cuando a la mañana siguiente estábais todos ojerosos y atolondrados, Henry estaba mejor que el día anterior.

Los guías se quedaron en el campamento, Marion y Henry (que caminaba regular) se dedicaron a registrar los decorados mientras Hughie y el Dr. Call volvían al poblado cargados con sus armas y equipo en sendas mochilas.

El corrimiento de tierras del día anterior os facilitó en buena medida el ascenso, hasta que sorprendentemente, casi en el mismo punto que el día anterior, volvió a sucederse otro derrumbamiento - de mucha menor entidad pues apenas había ya sedimentos arriba - que no hizo peligrar vuestra integridad, pero que vino precedido por una sensación extraña que os embargó a ambos, os mirásteis y asentísteis. Había algo, una presencia o una entidad que no quería que siguiéseis.

Compungidos pero determinados, subísteis por fin hasta el poblado. Llegásteis a la primera de la treintena de casas de adobe a las que se accedía por el tejado, ahora no sentíais nada, la presencia o no estaba o no se manifestaba. No se veía a nadie.

Mientras vuestros compañeros ascienden, dáis una batida por la torre en primer lugar sin encontrar nada de interés. Cuando salís fuera escucháis un ruido y al mirar hacia el poblado véis un segundo derrumbamiento de tierras, aunque esta vez fueron apenas un par de docenas de piedras y tierra que no alcanzaron a vuestros amigos.

Recorrísteis el resto del decorado, al margen de los barracones y la sala de banquetes sólo había una estancia de interés, un pequeño almacén que pusísteis patas arriba en un par de horas y descubrísteis dentro de una de las muchas cajas tres objetivos de una cámara cinematográfica, casi idénticos a los que os sacó Wintwood con la película. En otra caja encontrásteis un fusil del calibre .22 sin munición y una linterna que funcionaba.

Encima de feo, cojo—se quejó Henry—Ya lo decía mi difunta madre. A perro flaco, todo son pulgas.

El tono del hombre, carecía de amargura y parecía que la noche de sueño le había sentado bien. practicamente no recordaba nada desde la avalancha y pese a estar más serio que de costumbre, se notaba que hacía un considerable esfuerco por no estar demasiado taciturno delante dde la joven Marion. Cuando vio la escopeta Henry se la echó al hombro junto con la suya, más qe nada para que nadie que tuviese munición pudiese usarla contra ellos y cogió la linterna. Marion, preciosa. Guarda la pelicula y vamos a rver si encotramos un sitio donde verla

Típico de los hombres.

- Claro Henry.- Dijo con el tono de una abnegada esposa, casada ya por más de 50 años con su marido.

Con resignación dejó que Henry se quedara con todo y guardó las películas. Le siguió  para ver si encontraban donde verlas no sin cierta reticencia, pues el "hombre" había caído al ver la otra película.  No era como para recriminárselo pues ella misma había sentido una angustia como pocas veces en su vida. ¿Qué haría si Henry volvía a enloquecer sin el Doctor cerca? Sacudió la cabeza para alejar los espesos pensamientos que se le apelmazaban por haber dormido tan mal.

- Busquemos pero esperemos a los demás para verlas.

Tras el extraño presentimiento que no hacía más que confirmar que iban en la dirección correcta, el Doctor Call se tomó un momento para evaluar la magnitud del poblado que estaba ante sus ojos. Apenas una treintena de casas que parecían estar completamente deshabitadas. Si había allí alguna pista, la encontrarían.

Le hizo un gesto al soldado para que le siguiera y comenzó a registrar la primera de las casas, con el objetivo de continuar una por una hasta dar con algo de interés.

Tomémoslo con calma, doctor- dijo Hughie mientras se acercaban hacia la primera casa- esto puede llevarnos nuestro tiempo

En aquel sitio apenas quedaba ya nada. Lo más que vísteis en las casas, fueron restos rotos de cerámica y algunas semillas secas en algunas partes. Lo que sí os llamó la atención fueron enormes huellas que parecen humanas pero de un tamaño exagerado, había huellas por todas partes.

Lo único que os llamó la atención y por lo que sin duda valía la pena subir, era en una de las construcciones algo más grande que el resto, con una gran cámara central que contenía un hoyo justo en el centro y una serie de extraños pictogramas en las cuatro paredes de la sala.

Los pictogramas representan a un grupo de seres humanos bailando alrededor de un fuego junto a enormes criaturas humanoides negras con los ojos rojos y cuyas manos parecen pinzas de cangrejo.

Por más que miráis los objetivos tan similares a los de casa de Wintwood, no os explicáis si van montados en una cámara o pueden tener algún otro tipo de utilidad.

Entonces, escucháis a los dos mejicanos dar voces fuera. Parece que algo grave ocurre.

A Marion se le ocurre que quizás los objetivos no sirvan sólo para montarlos en una cámara, así que tomando un objetivo entre sus manos, se lo acerca a la cara y se pone a mirar a través de él, las cosas se ven casi iguales pero algunos objetos están distorsionados y algunos colores se ven más brillantes.

Mientras esto sucede, los mejicanos siguen gritando fuera.

El doctor Call registró las casas del poblado, pero lo único de interés que encontró fueron aquellas extrañas huellas. Era demasiado grandes como para un humano, y resultaba demasiado extraño que hubiera tantas si se trataba de animales, aunque Edward Call no era ningún experto en la materia, desde luego. En cualquier caso, junto al señor McDonald, trató de darle sentido al rastro, buscando quizás un patrón o si las huellas llevaban a algún otro sitio.

Se detuvieron en aquel edificio central y observaron el agujero del suelo tratando de darle sentido a los pictogramas que allí habían encontrado. Lamentó no contar con un experto en antropología o algo similar, pero se apuntó mentalmente que quizás era precisamente eso lo que su organizazión necesitaba, y después de lo del señor Sackleton quedaba claro que necesitarían reclutar nuevos efectivos para su causa.

- ¡Ahá!Interesante...- Dijo Marion al mirar a través de los objetivos. Sin embargo no había tiempo para eso ahora, sino que se apresuró a salir afuera donde se oía a los mexicanos gritar. 

¿Otro derrumbamiento?