Partida Rol por web

En el registro de las casas no encontraron nada de relevancia. Tanta inspección para nada. Sin embargo, al final el edificio central si tenía elementos dignos de interés. Enormes huellas recorrían toda la zona, pero el coronel no logró identificar hacia donde se dirigían. Tampoco pudo descifrar que era ese pozo central, ni los pictogramas de la sala. 

¿Hay algo interesante?preguntó Henry mientras se acercaba a ver que era lo que causaba tanto alboroto a los mexicanos.

Las cosas definitivamente no iban para nada bien. Vosotros dos solos apenas teníais nada que hacer para desentrañar el objeto del campamento, ni las imágenes ni nada. Sólo gracias al ex soldado descubrísteis que en el fondo del pozo parecía haber algo, apenas os dio tiempo a ver qué era porque al acercaros, una serpiente de mediano tamaño emergió del círculo saltando hacia vosotros...

Al salir fuera vísteis a los dos mejicanos gritando en español junto a uno de las camionetas. Al fijaros bien vísteis que en realidad, la camioneta tenía el capó levantado y varios cables colgaban hacia el suelo.

- ¡NOS ROBARON NOS ROBARON!* gritaban en su idioma.

Algo extraño en el ambiente hace que os sintáis cansados mentalmente.

No sabía si era la visión de la camioneta con el capó levantado o los mexicanos hablando en ese idioma con aquel estridente acento, pero sintió la mente pesada y emborronada, tanto que no conseguía entender qué es lo que pasaba.

Hughie disparó nada mas ver aparecer aquella serpiente... pero erró en su disparo. 

El Doctor Call se sobresaltó al ver aparecer aquella serpiente del agujero. Era más grande lo habitual y también más hostil, por lo que decidió acabar con ella antes de que les mordiera. Preparado para lo peor, el doctor Call sacó su revólver en un abrir y cerrar de ojos y un cañonazo rompió el silencio... por desgracia, la bala fue a empotrarse en el suelo, mientras la serpiente continuaba avanzando hacia ellos...

Un cascabel asoma en la parte posterior de la serpiente, tras agitarlo un par de segundos mientras las balas pasaban de largo, la serpiente se lanza al ataque hacia el Doctor, pero éste se encuentra algo más lejos y la serpiente calcula mal, quedándose a varias decenas de centímetros del cuerpo del médico y cayendo al suelo a sus pies.

El doctor Call se apartó ligeramente de la trayectoria de la serpiente y acto seguido apuntó de nuevo con su arma para abatir al animal de una vez por todas. Esta vez el tiro fue certero y le dio de lleno a la serpiente.

El balanzo reventó a la serpiente, saltando varios trozos por los aires.

Al fin os asomáis al agujero para ver bien lo que hay dentro, resulta haber una caja de cuero bajo la que hay una lápida con inscripciones

Parece estar formado por una calavera humeante y varios dibujos geométricos que no sóis capaces de reconocer. Justo debajo, hay séis recipentes cerámicos.

Buen disparo, doctor- dijo Hughie mientras guardaba su arma. Tras esto, mira por el agujero para ver aquella extraña lápida.

Esto puede ser una pista- dice, sin saber muy bien que estaba mirando.

El Doctor Call observó detenidamente los objetos que habían encontrado antes de hacer nada: una caja de cuero, una lápida con inscripciones y un total de seis vasijas de cerámica. El doctor comprobó el contenido de los recipientes antes de coger uno de ellos y examinarlo más de cerca. Como las inscripciones no tenían ningún sentido para él, decidió después abrir aquella caja de cuero para ver qué contenía.

Al examinar las vasijas de cerca, os dáis cuenta de que realmente parecen más figuras humanas con un alto grado simbólico que una vasija de mesa corriente. Da toda la impresión, de que esas figuras tienen un componente ceremonial que no acabáis de vislumbrar, parecen figuras femeninas y son macizas, no son huecas para albergar líquidos.

En el interior de la caja de cuero hay un libro desgastadísimo, de aspecto antiquísimo y muy delicado. No lleva título, en la primera hoja leéis:

" De Whateley a mis queridos amigos  de la tribu Hotethk" y la firma de susodicho. Ese nombre ya os suena, debe tratarse de aquel misionero sobre el que leísteis*

No hay nada más a excepción de la lápida, el libro y las seis vasijas-figura femenina.

Ese Whateley era un misionero que vivió con la tribu durante algunos años en el Siglo XIX, al parecer desapareció sin dejar rastro. La propia tribu entera desapareció poco después, se dice que los ancianos habían muerto o quizás se perdieron. Practicaban magia pagana y se decía que tenían una lápida a la que llamaban Arco de Vlactos, que se decía que tenía el poder de conectar con los demonios o algo parecido. Adoraban dioses extraños (no recuerdas más de este particular) y lo más importante, fabricaban muñecas Kachinas en las que estaban guardadas las almas de los demonios.