Partida Rol por web

Al ver que nadie decía nada, sugerí ir a por los ladrones. -Tal vez debamos regresar al distrito donde nos robaron, donde podremos empezar a investigar, ¿no creén?- Ese era el único indicio que teniamos. También podriamos visitar algún comerciante del mercado negro, para ver si habían llegado rumores de que apareció un vendedor con una wakizashi o pergaminos shugenjas.

- Mejor poner sobre aviso primero a los guardias. Así podremos evitar que salgan cosas del distrito. - sugirió.

No le gustaba particularmente la idea de merodear de noche, pero igualmente, pensaba que era lo correcto. Aún así sentía algo de hambre, debería haber traído algo. Lo más preocupante era proteger a Aiko en ese distrito, no estaba segura de que Hitomi pudiera ayudar en gran medida en caso de un problema de calibre distinto. Se irguió y miró a los escorpiones, sugiriendo una respuesta, ella no era quién regía a los guardias.

Dudé un poco de lo que decía la Mirumoto. Poner un aviso a los guardias haría que, tarde o temprano, algún magistrado se enterase, y de ahí la Yogo. -No creo que eso haga mucho efecto.- Le contesté finalmente. -Ryoko Owari es una ciudad muy grande y más de la mitad de la población son etas.- Informé a la dragón. -Los guardias no se pondrían a registrar a todo ciudadano que pase por las puertas, crearía un efecto embudo demasiado grande.

Hice una pausa, la cual aproveché para tomar aire. -Estamos parados aquí desde hace un tiempo ya. ¿Por qué no lo discutimos comiendo?- Sugerí. Los demás debían estar hambrientos a estas alturas, y yo también estaba empezando a sentirme vacía en el estómago. Si bien quería ponerme a trabajar cuanto antes, lo mejor sería reponer energías antes de seguir. Además, me ponía nerviosa discutir de esto ahí fuera donde cualquiera podía interesarse en nuestra conversación. Mejor ir a un lugar más privado.

Kasumi guardó silencio, asintiendo simplemente ante la respuesta de la Bayushi. Sospechaba el porqué no quería poner sobre aviso a la guardia, pero era algo que entendía perfectamente, simplemente intentaba evitar que los problemas se alimentasen de la falta de precaución. Por otro lado la idea de comer algo la animaba, alejando tales pensamientos.

- Bayushi Hitomi-san, es tu ciudad. - comentó haciendo entender su conformidad ante la propuesta de comer a la vez que su propio desconocimiento de a dónde debían desplazarse.

Relajó sus manos y apoyó una levemente en la empuñadura de la katana, en sus pensamientos empezaba a sobrar la desconfianza por el lugar. Esperaba pacientemente a que se iniciase la marcha, debido a que no era ella quien debía elegir hacia dónde ir.

El grupo abandona las dos puertas y la incomoda presencia de Sichi, para regresar a los muelles del Distrito Mercader, donde no tienen el menor inconveniente para encontrar una casa donde satisfacer sus deseos culinarios. El menu de Ryoko Owari es variado, pero sin duda se centra en el pescado fresco y el arroz, dos lujos en una ciudad tan adentro del continente. Igualmente abundan las especias y verduras seleccionadas, algunas propias de las tierras Escorpion, otras traidas del norte por los Unicornio, o de distintas partes del imperio mediante las caravanas. Para los modestos Dragon, acostumbrados a dietas sustanciosas pero sobrias, y mucho menos elaboradas, resulta un banquete elogiable.

Dados los nervios que tenía, no me había dado cuenta del hambre que tenía hasta que no me llegó el olor de la comida caliente.

Esperé a que llegase la comida para empezar a discutir sobre qué curso de acción tomar, ya que era mejor abordar el tema cuando todos se sientan un poco mejor con su estómago. Finalmente, abordé nuevamente el tema. -Creo que lo mejor sería empezar a investigar esta noche.- Dije, mientras dejaba los palillos al costado del plato de sushi. -Como mencioné antes, cuanto más tiempo tardemos en empezar, más lejos estarán los objetos que perdimos.-

Pasan largos minutos mientras esperas, pero finalmente da frutos. Ves salir al ronin de la tienda, y luego a un segundo, mas fornido. Es Susurro quien les abre. Los dos miran circunspectos a los lados, pero no parece que te detecten aunque sus ojos pasan por encima de tu escondite con atencion... o no lo revelan. Luego se separan. El mas delgado va tras tus colegas. El fornido, da vuelta la esquina y enfila hacia el Oeste, hacia el rio... o quizas, al distrito Pescador. 

Susurro cierra apenas se van, y la tienda queda aislada nuevamente, mientras la tarde cae. El distrito se torna ligeramente mas movido. Hay mucho trafico hacia las puertas. Las luces de pequeños bares y posadas indica porque esta zona es mas popular que el resto del distrito Mercader, a la hora nocturna.

-Cualquier actividad que nos permita recuperar cuanto antes los pergaminos cuenta con mi apoyo.+apoya, con tono amargo+ Preferiria tambien que no dieramos aviso de esto, por ahora. Pero si de nuestras actividades... al menos de donde estaremos. No podemos ignorar ni a Mirumoto-sama ni a vuestra superiora.

Quizás se muestren capaces de darse cuenta de que van tras ellos, pero por el momento yo debía seguir a aquel que había tomado la otra dirección. Será interesante ver dónde acaba y en el supuesto de perderlo, siempre podía volver a por el mercader.

Si el ronin se da cuenta que lo sigues, lo disimula bien. Camina como un conocedor de la zona, sin mirar a los lados, recto hacia donde sea su meta. Pronto ves que en efecto, estan llegando al puente del Filo del Momento, que conduce al distrito Pescador. 

De pronto empiezas a notar que te resulta mas dificil seguir al hombre. El gentio es mas cerrado, a estas horas donde la gente honesta va a la cama y los otros a sus diversiones. Ademas, a diferencia de ti y tus ropajes rojos, el viste con una indumentaria vulgar de ronin, pantalones anchos de un gris amarronado y chaqueta negra, cosas que no ayudan a que resalte. Se puede volver un problema. 

Por fortuna logras cruzar sin perderlo, pero te esta sacando ya casi una calle de ventaja. De momento, continua hacia el Oeste, hasta que de pronto dobla hacia el Sur en un callejoncito de esos abundantes en el area.

Y es aquí dónde empiezan los auténticos problemas, cuando por un instante pierdes de vista a aquel a quién persigues y del que puedes esperar una emboscada en cualquier momento. Es por ello que decido pasar de largo el callejón, lanzando una pequeña mirada de soslayo con el único pretesto de saber si continúa en él o si está tomando precauciones al ser consciente de que podemos seguirle.

El ronin en efecto va hacia el sur, pero ahora lo hace al trote y ya te esta sacando casi 2 calles de ventaja!! Es evidente que te ha detectado. Su cuerpo es apenas una sombra entre las demas de la estrecha callejuela.

No hay muchas opciones. Si no sigues por los callejones y luego gira o hace cualquier maniobra en el laberinto, lo perderas irremediablemente. Pero si es mas calmo en sus acciones, luego doblara hacia la derecha, para ir hacia la calle principal mas proxima y confundirse entre la gente. Claro, a menos que vire a la izquierda y gane los muelles para confundirte... No hay manera de saberlo con certeza

¡Maldita rata!

Pienso antes de darme cuenta que he empezado a correr dejando de lado cualquier intento de permanecer oculto y únicamente pretendiendo cazarlo aunque fuera al vuelo.

No solo corre con ventaja sino que tambien es rapido. La distancia no hace mas que crecer, aunque de momento no vira ni a izquierda ni derecha, internandose profundamente en los callejones. Los ruidos de las vias mas transitadas estan alejandose. Pronto estaras metido en el centro de la zona de almacenes...