Partida Rol por web

Nakato rió con gran naturalidad, al escuchar el comentario de Okita, ya que veía como su idealismo nublaban los crudos hechos de nuestra sociedad, pero sin poner eso en el debate dijo -Claro, no hay que subyugar a nadie, todos están conformes con su lugar en este mundo... Al menos yo lo estoy- su sarcasmo reinaba en cada una de las palabras, pero algo de verdad tenia ya que no se imaginaba haciendo lo que sus inferiores harían.

Luego de cerrado el tema, paso un momento ensimismado, observando los arbustos moverse con suma belleza debido al pasar del viento, así como a aquellos que podaban y ornamentaban el lugar, mientras pensaba seriamente el la conversación planteada -¡Bien! ¿y ahora que?-

A Jin no se le escapó el pequeño rubor que la joven había revelado brevemente en su rostro. No pudo evitar sonreir de satisfacción. Los primeros acercamientos siempre eran los más difíciles y no quería meter la pata desde el principio. Con suerte tendría la oportunidad de conocerla mejor y decidir si su primera impresión fue acertada.

No obstante, no dejaba de mirar periódicamente a Haku para evaluar sus reacciones que, debido a su pétreo rostro, eran difíciles de escudriñar. Jin se preguntaba qué tipo de relación tendrían Midori y Haku. ¿Será algo más que su yojimbo? Si lo es, será mejor que me ande con cuidado... no quisiera enemistarme con él, ya que parece un hombre íntegro y leal y sería una pena perder a un potencial aliado así. pensó el joven sin dejar de mirar al Daidoji.

Fue en ese momento, cuando una pequeña desviación de la mirada de éste hacia Saburo-sama, alertó a Jin de la presencia del maestro y de su posible reacción si se fuesen sin permiso. Por ello, con cierta celeridad, pero sin llegar a correr en ningún momento, el Kakita se acercó al maduro duelista y le dijo, no sin antes inclinarse ampliamente, Doji Saburo-sama, me preguntaba si nos daríais permiso a mi y a mis nuevos compañeros para dar un paseo por los jardines por nuestra cuenta. Prometemos no alejarnos demasiado.

Jin estaba emocionado por la novedad del evento y podía leerse claramente en su cara a nada que alguien se fijase un poco. Esperaba con todo su corazón que el maestro les diese permiso para poder dar el paseo.

Reí un poco ante el sarcasmo de mi compañero, pues nuevamente volvíamos a coincidir, luego preguntaron que hacer.

Mire el cielo un rato y escuche el cantar de los pájaros para luego decir:

-"Ofrecería una partida de yogi, sin embargo  tenemos un trabajo que hacer, porque no hacemos una ronda para ver como va todo? De paso estiramos los pies..."- 

Okita suspiro. Siempre chocaba con la opiniones de la mayoria del clan, aunque fuese levemente.

-Estoy deacuerdo, un poco de movimiento nos despejara del aburrimiento.

-Adelante entonces- dicho esto, comenzó a caminar en dirección a una de las esquinas del hermoso jardín, permitiendo-le apreciar toda la vista que ofrecía, así como observar atentamente a los que trabajaban arduamente en el lugar.

Paseando entre los jardines, el aire llega cargado de dulces fragancia y agua. Parecía que no tardarían muchas horas en llover, pero para entonces ya podríais estar a cobijo relajándoos. Las ultimas horas de la tarde siempre son muy entretenidas de observar en los jardines escorpión: los paseos no suelen disfrutar de la compañia de mas de dos y se pueden intuir las palabras amables y las licencias artísticas. No es que esté abarrotado, pero es una tarde bastante populosa lo que indica ver varios grupos disfrutando de la naturaleza en plena ciudad.

Siempre vigilantes posaís vuestros ojos en los demás samurais y sus sequitos deambulando, desgraciadamente no hay indicios de pendencias ni desacuerdos. Casi sin daros cuenta vais llegando cerca de las casas de baños cuando vuestra atención se desvía hacia unos cerezos; un hombre con las vestimentas de vuestros trabajadores se halla sentado descansando del duro trabajo. Pero aunque resten veinte pasos entre él y vosotros advertís movimientos de su cabeza que no concuerdan con alguien sentado. Al menos no sólo sentado...Puede que se halle dormido, o borracho o algo aún peor.

Al ser advertido sobre vuestra marcha, Saburo asiente de forma afable; posiblemente distraído con la idea; aún añade algo con voz neutra. Pasead si lo deseais, pero no hay que demorarse mucho. Cuando vuelva Chisato-san deberemos irnos. Esta noche tiene asuntos que tratar y no quisiéramos preocuparnos habiéndoos dejado sin más aquí. por lo menos sabremos que cenastéis con propiedad.

Trás ello invita a los que se quedan a compartir una lectura muy interesante que lleva consigo sobre la labor adecuada de los cartógrafos y como medir la geografía; según dice Saburo se trata de un librito entretenido a la par que instructivo.

Mientras tanto el viento mece las hojas y las flores con un suave baile y siseos reconfortantes cuandpo la luz va mermando y el cielo se torna rosado y añil...No sois los únicos que toman un paseo al final del día,  no son pocos los que lo hacen en intimidad.

Jin volvió con una sonrisa en la boca hacia donde estaban sus nuevos compañeros. Su paso, rápido, no podría ocultar su entusiasmo ni aunque quisiera, aunque aún conservaba cierta elegancia, como casi todos los movimientos del joven. Cuando apenas estaba a unos pocos pasos de los dos jóvenes, Jin se dirigió a ellos de forma escueta. Doji Saburo-sama nos ha dado permiso.

El Kakita recordaba bien las palabras de Saburo, aunque decidió que no eran tan importantes. Al fin y al cabo, si no se alejaban demasiado no habría nada de lo que preocuparse.

Con calma, pero asegurándose de que la hermosa joven le acompañase, se puso a dar pequeños pasos, tranquilo, disfrutando de la exuberancia de la vegetación que con mimo habían cuidado, durante generaciones, los jardineros del lugar, aunque mucho menos que la propia exuberancia de la propia joven. La marcha la cerraba el yojimbo Haku, atento como siempre a su deber, cosa que no le sorprendió a Jin, a pesar de haberle conocido minutos antes. Es demasido rígido. Debería disfrutar más de la vida. A pesar de sus pensamientos, prefirió no darle importancia y comenzó la conversación con Midori de forma afable. ¿Qué podéis contarme de vos, mi señora? Está claro que si os hubiese visto antes me acordaría de vuestra persona. La frase no tenía intenciones ocultas, salvo conocer genuinamente más a la hermosa joven, aunque Jin no podía evitar que las frases que dirigía a mujeres hermosas estuviesen exentas de cierto coqueteo.

La brisa perfumada era agradable de sentir en el cuerpo, seguramente sin nuestras mascaras se sentiría mucho mejor, pero el deber era el deber y solo caminaba con una sonrisa que prácticamente emulaba la de mi mascara.

Miraba a todos los presentes pasar cuando mis ojos y los de mis compañeros se posaron en el trabajador bajo el árbol.
En ese momento me detuve y dije al aire, aunque claramente refiriéndome a mis compañeros:

-"Deber...-dije mirando a Nakato- o Compasión..."-dije mirando a Okita, esperando a ver que hacia cada uno. 

Okita observo al trabajador dormido, con clara ofensa.

-Yo me encargara de el, hay una clara diferencia entre los que merecen compasion y los que no cumplen su funcion.

Tras eso, se acerca al empleado, y le propina una suave pero contundente patada a sus pies.

-¡Espabila!

Cuando escucho el permiso de Doji Saburo no puedo evitar que una sonrisa se dibuje en mis labios. Por fin varía un poco la rutina de los últimos días. Cuando caminamos observo la majestuosidad de los jardines que nos rodean.. sin duda largas horas de esfuerzo les han debido dedicar..

Mis pensamientos se cortan al escuchar a Jin hablar.. y le miro con una tímida sonrisa. Me gusta la idea de poder entablar una conversación.. espontánea. Antes de contestar me giro para comprobar que Haku sigue con nosotros.

No creo que nos hayamos visto antes.. respondo con cortesía e inclino ligeramente la cabeza. Poco interés puede contener.. miro a Haku buscando el pronombre correcto para responder.. mi historia.. o mi vida miro a mi alrededor sin duda lo que si que puedo asegurar es que no imaginé nunca terminar aquí.. suspiro y vuelvo a mirar los jardines.

Sin duda podremos adquirir sabiduría en este lugar.. susurro admirando las flores.

Sigo a Midori como su sombra, a su espalda, sin separarme demasiado, pero sin entorpecerla. Observo la conversación con Jin. Cada vez me gusta menos la galantería evidente que demuestra. Aunque disfruto con las respuestas átonas de mi señora. De vez en cuando me tomo unos segundos para admirar el paisaje, y sigo la mirada de Midori hacia las flores. Se ven hermosas con la luz temprana del crepúsculo.

Sigo lanzando miradas a los rincones, buscando una amenaza. Buscando cualquier cosa extraña, que pueda llamar mi atención. Viendo la delicadeza con la que los jardineros del Escorpión cuidan ese lugar, sólo puedo pensar en que estén destinados a ocultar algo terrible tras sus bellos colores. Así que no consigo relajarme. El que el Kakita esté empeñado en hablar con Midori me da el margen necesario para poder ver la situación con perspectiva. Al menos puedo guardarme mis pensamientos para mi.

Al escuchar el comentario de Kyo-san, no dudo en reír, debido a que había captado el sentido del mismo y justo cuando iba a comentar, observo que Okita ya se adelantaba con pasos molestos y se detuvo en frente de aquel desdichado para propinarle una patada, visiblemente suave, con la intención de alertarle, por lo que Nakato ríe nuevamente.

-Sigue siendo compasivo- comento a Kyo en voz baja, para luego decir -Vamos a acompañarle- invitándole mientras caminaba tranquilamente. Justo al lado de Okita deseaba hacer un comentario sarcástico, pero entendió que no era el momento, ya que podría ofender a su compañero.

-"Kufufu"-fue la risilla tan característica que se escucho detrás de la mascara para luego asentir:.

-"Es verdad, vayamos a ver que pasa"- dije acompañándolo en su acercamiento y mirando con mas atención al hombre que yacía bajo el árbol.

Parecía evidente que Doji Midori no confiaba en Jin a tenor de sus respuestas algo vagas, pero el joven no quería darse por vencido, aunque tampoco quería importunarla. Sabía que las mejores conquistas siempre costaban y estaba dispuesto a demostrarle a ella y a Haku, quien a tenor de sus miradas no parecía aprobar el acercamiento a su protegida, que Kakita Jin era un hombre de honor y valor.

Decidió que lo mejor sería cambiar de alguna manera de tema de conversación, hacia algo más casual y que no la hiciese sentir tan "desnuda" ante un desconocido. El primer paso para que la joven confiase en él debería ser hacerla sentir cómoda en su presencia.

Cuando miro estos hermosos jardines, comienza el joven, no puedo evitar olvidarme, aunque sea por unos segundos de que mi tarea aquí no es pasear y admirar la belleza de todo lo que estos contienen. Dice dirigiendo una mirada directa a Midori. Por desgracia, hemos sido enviados aquí por nuestro Clan con un objetivo en mente. Un objetivo que a día de hoy desconozco. Y nada odio más que no saber qué va a ocurrir a continuación. Me gustan las sorpresas, no me malinterpretéis, pero estar en una ciudad como Ryoko Owari sin saber qué hace uno aquí ni qué pasará no es de mi agrado y estoy seguro que tampoco del vuestro. ¿Sabéis, mi dama, cuál es el objeto de nuestra presencia aquí? ¿Os han hablado de la razón por la cual estamos aquí, reunidos con Saburo? En ese momento, Jin recuerda algunas de las palabras del maestro. Al parecer, Doji Chisato-sama va a anunciar algo más tarde. Presiento que quizás obtengamos respuestas entonces, pero admito, no sin vergüenza, que siento una curiosidad irresistible por saber qué va a pasar. Por tanto, ¿sabéis vos algo?

Le miro extrañada. Al parecer hemos sido llevados hasta allí.. para algo que Jin tampoco sabe muy bien. Yo lo desconocía por completo.. giro mi mirada hacia Haku a modo de interrogación a ver si el conoce algo más de información.. no creo que nosotros fuéramos llamados.. pero sin duda es algo que Haku sabrá mejor.

Oh.. le digo a Jin deteniéndome un momento del paseo. No conocía.. bueno, no sabía que se requiriera de nuestra presencia.. suspiro y vuelvo a mirar a Jin Pero bueno.. supongo que  me habré despistado.. creo que últimamente tengo los pensamientos en otro sitio.. sonrío con timidez y un poco de sonrojo.

Con todos los acontecimientos acaecidos.. no me gustan las sorpresas..

Jin se detiene junto a la joven dama y la mira algo estupefacto. Mis disculpas. ¿Me estáis diciendo que vosotros tampoco sabíais nada? En ese momento, su mirada se alterna entre Midori y Haku. Confío en no haber metido la pata, pero creía que vosotros estaríais en mi misma situación...

A Jin le comenzaba a faltar aire. ¡Menuda metida de pata! Aún así se las arregló para que no se notase.

Creía que podríamos dar un agradable paseo, pero creo que será mejor volver a la plaza y esperar a que Doji Chisato-sama nos informe. Mis disculpas. Vuelve a disculparse el joven.

De alguna manera, el mundo parecía volverse en su contra y, durante unos segundos, el canto de un ave se pudo oir. El canto, precisamente en ese momento, recordaba de alguna manera a una risa. Kakita Jin comenzaba a sentir nauseas. Todo estaba saliendo razonablemente bien, no quería que el error o precipitación complicase las cosas.

Al sentir el golpe el hombre sale de su sopor de forma sorpresiva derramando parte del contenido de una botellita de sus manos. Al veros se pliega como una hoja sobre su vientre farfullando contrito.

Buenas tardes Soshi-sama, le agradezco hacerme recobrar las fuerzas que me ha arrebatado el calor y mi pequeño trabajo.

El hombre tendrá alrededor de cuarenta años, es muy delgado y de brazos fibrosos, aún así sus piernas parecen firmes y sus manos delicadas y hábiles...el resto de su cuerpo es lo suficientemente esperable en uno de su casta. Su voz es algo áspera pero bien educada en zalamerías.

No quiero importunarle con las insignificantes cosas de mi vida. Me sentía debil y fatigado; creí mejor sentarme un rato y dar un bocado y un sorbo, a arrojar inmundicias sobre unas flores tan hermosas por mi inexcusable debilidad.

Okita gimio, cansadamente.

-¿Eso que estabas bebiendo era alcohol o agua?

La voz de Okita era autorativa y firme, no esperaba ni toleraria mentiras.

Nakato mostraba una sonrisa muy amplia, ya que se podía mostrar su opinión en el debate anterior con aquel acto,pero su mascara ocultaba la misma, aun que simplemente salían escollos de una riza ahogada.

A pesar de que deseaba intervenir, no quería hacer algo que menoscabara la autoridad de su compañero, por lo que simplemente permanecía a su lado mirando la escena y deleitándose con la misma.