Partida Rol por web

Mamma Mia!. Esta se cruza con la compañía de "Il Cadavo" y la desgracian pa'siempre.

- Si, ¡Bien jodida!

Niego con la cabeza:

- Si te dejo sola en este estado y en una ciudad en fiestas, lo menos que vas a volver es con una bolsa de menos. Anda: acércate a esa esquina, apunta lejos de los pies y échalo. Te sentirás mejor y más rápido.

La acompaño, intentando que no sienta la tentación de zafarse de mi, por si termina cayendo el chapapote donde no debe. 

- Y después vamos a la posada a por una manzanilla con algo dulce, y esta noche duermes mejor que en toda la semana. 

Bueno: aunque solo sea por el mal trago, no se le ocurrirán ideas que la perjudiquen. 

- ¡Ánimo! ¡La próxima vez lo aguantarás mejor!

¿Cromo puede pasar la gente este mal rato?- Rapidamente me agarro del pelo por si acaso y intento contener a mi estomago para que no parezca una fuente.

Hago caso a las instrucciones de Gahetano y me alejo un poco de el para no mancharle por si acaso.

Tras un rato intentando contenerme, no aguanto la presion en mi estomago y acabo devolviendo el dulce y parte de la salchicha

Me tiro un rato largo tosiendo y asegurandome de que no me deje nada en el estomago. Cuando pasa un rato en el que no devuelvo nada, agarro un pañuelo de mi bolsillo y me limpio todo lo que haya podido ensuciar

Me volvere a la posada... Quedate aqui Gahetano, ya nos veremos alli para el concurso... Aunque supongo que lo vere desde lejosToso y me limpio un poco las lagrimas de los ojos con los dedos. Despues, saco mi odre y me limpio la boca y hago algunas gargaras. Bebo un poco y respiro.

Eres un sol Gahetano, creo que me voy a retirar por esta tarde.-Cof Cof-Gracias por este dia,¡nunca me lo he pasado tan bien!

Contento de que se haya aliviado por fin, la dejo alejarse pero no la pierdo de vista un rato. ¡Solo por si acaso!. Si me sigo empeñando en acompañarla va a pensarse lo que no es y, la verdad, ni los chicos de El Cadavo deberían sentirse muy atraídos por el olor posterior a un episodio gástrico externalizador. 

- ¡Lo mismo digo! Cuídate. Si necesitas algo, estaré en la sala común. 

Voy a ver si no me han quitado el sitio de los toneles. A lo mejor aún me puedo echar unas risas hoy. 

Los combates iban ajustándose a cada nueva ronda de lo que parecía estar siendo un sistema de clasificación, las sonrisas iban atenuándose entre los rivales y las mandíbulas tenían que apretarse cada vez más para tener que doblegar al contrincante. Finalmente el vencedor del concurso muestra su corona de oro alegremente al público, un varón joven de aspecto soldadesco al que más de una de las muchachas de las primeras filas del gigantesco corro le intenta seducir con pícaras miradas.

El andar por la plaza se convierte casi en un imposible tras la finalización de las luchas bretonianas, tras vomitinas y empujones parece ser imposible tomar un camino propio que no sea el que marca la muchedumbre hacia la taberna en la que os hospedasteis la noche anterior.

El sol ha desaparecido en el horizonte más allá de las murallas de Argalis, las lunas aún no se dejan ver en el firmamento, la noche es joven y los aldeanos aún continúan con ganas de celebración.

La algomeración me supera, sumado a mi malestar y que posiblemente la taberna este llena de gente, me desvio de la multitud e intento buscar un lugar mas tranquilo para poder respirar y reponerme.

Hay demasiada gente, espero no perderme...

Tras callejear un rato por las calles cercanas a la plaza vuelves a ella por un callejón que parecía un atajo, esta vez un poco más aireada gracias al espacio que encontraste en las calles secundarias. Precisamente sales a uno de los laterales de la plaza cercanos a tu posada.

Me digo a mi mismo que ese muchacho se va a gastar toda la corona en jabón y árnica. Luego me encamino a la posada. Intento apresurarme antes de que salga la gente en manada para llegar a tiempo de enterarme de lo del concurso. Como sea un torneo de Dardos, lo bordo. Como sea un torneo de a ver quien aguanta más bebiendo "Casi-Bugman" voy a tener que confundirme con la pared.

La puerta de vuestra posada parece la entrada a un partido de blood bowl, el pregonero se encuentra bajo el cartel con forma de pato subido a un taburete gritando:

- El concurso comenzará en breves instantes, quienes aún puedan resistir el peso del alcohol en sus tripas les animo a ocupar una de las sillas que se encuentran sobre el escenario.

Intento apartarme de la gente para poder respirar tranquila, ante las palabras del posadero, pongo las manos en la barriga y lucho por no recordar el mal rato de antes

Como puede haber gente con tanto aguante, mi madre.

Cuando consigo serenarme, intento apartar a la gente de forma amable para poder entrar en la posada y reposar en mi habitación

- ¡Porras! ¡Este día se ha propuesto emborracharme!

Pienso un instante, y luego me digo que, total, si la cerveza está tan aguada como hasta ahora -o es tan bretoniana como el resto del festival- una corona fácil es una corona fácil. Si me veo incapaz de disparar recto siempre puedo retirarme. Pido cambiar mi puesto en la sala común por una habitación individual, dejo la mayoría de mis cosas allí y bajo a apuntarme al concurso solo con la ropa, el cuero, la mitad de la bolsa y el cuchillo de la bota. 

...

También me recojo la coleta en un moño y lo pongo todo bajo un pañuelo en la cabeza, a ver si consigo parecer lo que soy y no lo que aparento, que los borrachos tienen la mano muy larga. ¡¿Quién me manda afeitarme esta mañana?!

- ¡Aquí! ¡Un voluntario! ¡¿Con qué empieza la primera ronda?! -digo con la voz más grave que puedo, pero sin exagerar.

Cuando Synd está a punto de llegar a las escaleras que conducen a las habitaciones de la planta superior escucha una voz entre el murmullo de los borrachos y los vítores impacientes por el inicio del concurso:

- ¡Aquí! ¡Un voluntario! ¡¿Con qué empieza la primera ronda?!

La joven reconoce la voz de Gahetano, aunque algo más grave de lo que ha sido hasta ahora. Al buscar el origen de la pregunta ve al estaliano subiendo los escalones que llevan hasta el escenario dispuesto para el espectáculo, su pelo recogido le da un aspecto más serio, más decidido, hasta el punto que por un segundo duda que sea su nuevo amigo.

Gahetano una vez en la larga mesa que ocupa el tablado, puede ver como las sillas que hay dispuestas se van llenando de concursantes. El primero se trata de un hombre que porta un escudo en su mano izquierda, su porte y sus vestimentas indican que se trata de alguien acostumbrado a luchar. Quizás un mercenario de Los Reinos Fronterizos, o ex militar, sus años muestran una veteranía que puede hacer pensar que ya no esté en las filas de ningún ejército. Cuando se sienta a la mesa, se desabrocha lentamente los amarres del escudo de su brazo izquierdo, y cuando posa su pieza defensiva en las patas de la silla, muestra un muñón a la altura del antebrazo con un remiendo en la camisa.

Otros dos participantes ocupan las sillas restantes, un joven atlético que Gahetano y todo el salón recuerda, se trata del vencedor de las luchas bretonianas, entre los cumplidos y ánimos del público se puede deducir que se llama Gobert. El otro individuo que ocupa la última silla parece ya bastante ebrio, rebosante de confianza se sienta en su lugar y pregunta:

- ¿Aquí es dónde se bebe gratis? - a continuación no puede contener el hipo y la clientela estalla en una sonora carcajada.

Vale: la competencia parece dura. No pasa "niente": estamos aquí para pasarlo bien y beber algo que nos haga salir la barba... de una maldita vez ya. 

Oigo a alguien entre el público dirigirse a mí como "estaliano" e inmediatamente giro la cabeza para fulminarlo con la mirada; pero el cobarde ya se ha confundido entre la multitud. Intento recordar la voz: ¡al próximo norteño "enterao" que me confunda lo rajo como un gorrino y lo dejo de comida para gatos! 

...

¡Schifosso! ¡Ahora estoy cabreado! ¡¿Y la priva, joder?!

Intento buscar un sitio apartado como unas escaleras o un banco para sentarme y,aguantando un poco el mareo, me quedo a observar el concurso.

Intento llamar la atención de Gahetano levantando la mano y respondiendo a su mirada con una sonrisa.

SUERTE AMIGO-grito con todas mis fuerzas-

Con los participantes sentados en la larga mesa las tres primeras rondas de cerveza se pasan realmente rápido, la camarera de la taberna sigue trayendo jarras de cerveza al mayor ritmo que puede, pues los concursantes se están bebiendo sus picheles prácticamente de un trago.

La gente anima desde todas las partes del salón, llega la cuarta jarra a la mesa y los concursantes empiezan a beber... Tanto al veterano manco como al borrachín parece que ya le están costando terminar con sus bebidas, sin embargo el apuesto campeón de luchas sigue sin problemas bebiendo, parece que el ejercicio físico le ha dejado seco como la cáscara de una nuez.

- A l'ante, atrás, al ccentro y p'adentro!

Si, en efecto: esta cerveza es pura agua. Me parece que está yendo de cabeza a la vejiga. 

Me termino la jarra y golpeo la mesa con ella. 

- ¡Aaaahhh! ¡Qué rica!

La dinámica del concurso continúa el joven alegre sigue tragando cerveza, cuando se acaba la última grita "¡¡Por Argalis!!" y todo el mundo aúpa sus jarras para brindar con el que parece el más cercano a los ciudadanos. Cuando golpea la mesa con su jarra vacía, parece haber retumbado más de lo normal, cuando Gahetano dirige su mirada hacia la izquierda ve que lo que ha golpeado contra la madera era la cabeza del concursante que ya subió ebrio al escenario. El veterano tullido parece que le va afectando poco a poco la bebida, la mirada se va perdiendo y muecas serias en su cara hacen notar que de un momento a otro será un rival menos en el concurso. 

Confiado en su suerte y en su hígado, Gahetano agarra la siguiente jarra y se la mete entre pecho y espalda con mango y todo.

Enseguida la sensación de los ácidos del estómago sobrerreaccionando y la pérdida parcial del control de los músculos del cuello  le indican que, probablemente ha estado tentando demasiado su suerte, teniendo en cuenta que no ha estado en un concurso de beber de verdad en su vida. 

- ¡Gue korra la birrra...! 

Con la siguiente ronda, llegan de nuevo las cervezas y con otro grito de "por Agalis" continua el concurso de beber cerveza, el manco veterano parece que le cuesta y casi se cae de la mesa, pero se mantiene mas o menos y a duras penas consigue terminar la cerveza, por lo que se levanta y se rinde del concurso, para luego caer por la cantidad de alcohol consumida, por el contrario, el campeon de la arena sigue aguantando la cerveza sin tener muchos problemas, por lo que solo quedan ellos dos, "la siguiente es un todo o nada" le dice al mercenario tileano mientras se trae la siguiente ronda.