Partida Rol por web

Lealtades enfretadas

Flashback: 10 años antes

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13/08/2013, 13:28
Director

26 de Abril de 1986

Te encuentras en tu despacho revisando los papeles y copias de los manuscritos de Milo Braschi en busca de alguna coindencia que te de la pista de la relación entre La Revelación y las investigaciones que estais llevando a cabo en el B047. Tu asistente que suele estar contigo se a quedado en cama puesto que aquel día se había levantado con un fuerte dolor de cabeza por lo que el papeleo es un poco más dificultoso que de costumbre, pero no es un problema para ti, que estás completamente enfrascado en tus quehaceres.

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13/08/2013, 13:36
Director

26 de Abril de 1986

Os encontráis ambos en la "pecera", como acostumbráis a llamar a la garita de seguridad que hay cerca de la entrada del búnker. Es un día aburrido y no hacéis otra cosa que comprobaciones rutinarias para pasar el tiempo además de charlar entre vosotros mientras el tiempo pasa allí dentro.

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13/08/2013, 13:39
Director

26 de Abril de 1986

Te encuentras en tu área de trabajo cuando por fin terminas la muestra que Vadik te había pedido. Aquello te alegra por dos cosas, una que por fín has terminado y podrás dedicar el resto del día a descansar y dos que es una excusa para poder ir a ver a Vadik y estar un rato a solas con él, cosa bastante difícil normalmente debido a que el búnker no es muy grande  y tu marido os podría encontrar en cualquier momento.

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13/08/2013, 13:41
Director

26 de Abril de 1986

te encuentras en el laboratorio haciendo tu trabajo rutinario y observando a los sujetos experimentales que se encuentran en los tanques. El día viene siendo aburrido, aunque tu trabajo te apasiona y estudiar aquellas muestras, aquellos especímenes hacen que cada día en el búnker merezca la pena. Eso y Polina, desde que estáis juntos la vida en el búnker se ha vuelto mucho más cómoda y excitante para ti, lástima que no podáis pasar mucho tiempo a solas debido a la cercanía de su marido.

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13/08/2013, 14:01
Víctor Nóvikov

- Ayer leí en el periodico que un tipo se había tirado por la ventana tras sorprender a su mujer con otro en la cama. Ya sabes. Llegó de la fábrica un poco antes, abrió la puerta y !Zas! Se encontró con el pastel. El tipo se volvió loco y se tiró por la ventana. Vivia en un septimo asi que tuvieron que quitar los sesos del asfalto con una pala. - Victor era soltero de convicción. No creía en el matrimonio ni en sus absurdos formalismos. Solía adornar esta forma  de pensar con chistes sobre la vida matrimonial y con algun suceso como éste.

- La mujer se ha quedado con la casa, con el dinero que él había ahorrado trabajando en la fábrica y con su nuevo amante. ¿Te lo puedes creer?.-

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13/08/2013, 16:03
Polina Solóniov

Polina entró en el laboratorio de Vadik y sonrió al contemplar que, efectivamente estaba solo en la habitación. Los oscuros ojos del hombre, tan escasos en la Unión Soviética, habían enloquecido a la mujer desde el primer momento en que la miraron. Aunque era una firme defensora del comunismo y se había casado por amor reconocía que el matrimonio como institución acabaría desapareciendo y la alegraba. Era cuestión de tiempo al fin y al cabo, era otra manera de expresar "propiedad" y ella no quería ser de Vitaly. Quería ser uno con Vadik. Le amaba más de lo que jamás había amado a su marido. 

—Buenas tardes "camarada" Vadik— comenzó a decir con su armoniosa voz. Aunque estaba ya entrada en los cuarenta y llevaba en aquel bunker bastante tiempo, la mujer sabía mantener su aspecto impecable. Cuando en alguna conversación en los pocos ratos de ocio que tenían alguien preguntaba, ella mostraba una sonrisa de Mona Lisa y respondía que aquello eran trucos secretos de mujer... A Vadik le decía la verdad: era el placer que él la daba lo que mantenía su piel bella. —He completado la muestra que me pediste.

Llevando las frágiles muestras metidas en los tubos de ensayo, cerró la puerta con una pierna. Uno de los protocolos de seguridad exigía que estas se cerrasen nada más entrar o salir. Un protocolo maravilloso. Mientras posaba la caja en la mesa, los azules ojos de la chica se iluminaron con intensidad y una tenue sonrisa apareció en su rostro cuando dejó caer su cabellera sobre un hombro.

—Espero que estés... satisfecho...

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13/08/2013, 16:46
Vadik Vorobiov

Vadik estaba solo en el laboratorio observando los especímenes que había dentro de los tanques y haciendo pequeñas anotaciones en su cuarderno. Hoy, era un día como otro cualquiera, sin nada aparentemente especial, pero la cara del científico desprendía tanta felicidad como solo puede hacerlo la de un hombre enamorado.

Su trabajo en aquel bunker le apasionaba igual que el primer día, pero recientemente una nueva ilusión había llegado a su vida, haciendo que las horas que pasaba dentro del bunker fuesen, sin duda, las mejores del día.

Como una brisa de aire fresco, Polina entró en el laboratorio e inmediantamente los oscuros ojos de Vadik brillaron de felicidad y deseo al verla aparecer, a sus cuarenta y pocos, conservaba una belleza y elegancia natural que ya quisieran para ellas muchas jovenes de veinte -Buenos días camarada Solóniov - le dijo protocolariamente mientras la puerta estaba abierta. Su relación solo tenía un pero, y era que Polina estaba casada con el jefe de seguridad del bunker. Lo que hacía que en público tuviesen que mantener las distancias- Déjela sobre el banco cerca de las placas de petri.

Al principio eso fue un pequeño inconveniente para Vadik, y no por quien fuese el esposo de su amada, sino porque es un firme creyente de los valores morales, pero como suele escucharse por ahí "uno no elige de quien se enamora" y él estaba perdidamente enamorado de su ayudante.

Cuando la puerta se cerró, el ambiente entre ellos, como no podía ser de otra manera, se relajó. Sonrió al ver como su rubio cabello caía sobre uno sus hombros- Sabes que siempre estoy satisfecho cuando estás a mi lado.- le dijo al acercarse donde ella se encontraba.

 

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13/08/2013, 23:28
Polina Solóniov

Con la puerta cerrada a sus espaldas, Polina enrojeció sin tratar de disimular lo mucho que la habían gustado aquellas palabras. La mujer acerco sus labios a la comisura de los labios de su amante besándolo suavemente en un rápido gesto de cariño como respuesta y se alejó. Vivían con una paranoia constante de que todo se echase a perder.

—No te haces una idea de las ganas que tengo de salir de aquí— confesó mientras colocaba las muestras con delicadeza profesional donde la habían indicado.— Una vez estemos fuera dará igual que me vaya, podré divorciarme y alejarme de Vitaly... Es tan... no sé... machista...

Aquella era una aseveración poco justa, puesto que Vitaly no había sido nunca un mal marido, pero si muy controlador. Polina hubiese aguantado esa actitud de no haber sido por los intensos sentimientos que habían invadido su espíritu en aquellos últimos tiempos. Había descubierto el significado de expresiones como "amor verdadero", "orgasmo múltiple" y sobre todo "pasión cegadora" Si el amor con Vitely había sido llano descendente, con Vadik había sido una explosión nuclear, como las bombas atómicas que los yankis habían tirado a los nipones. Intensa y con rescoldos ardientes que durarían siglos.

—Es una suerte que no nos haya descubierto ¿no crees? No quisiera hacerle daño, en el fondo no es mal hombre...

 

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14/08/2013, 21:05
Vitaly Sóloniov

—No sé porqué me cuentas esas cosas... sabes que no me gustan. 

El jefe de seguridad torció el gesto y frunció aún más su ya de por sí fruncido ceño. Trabajar en seguridad muchas veces era casi una cuestión de pose. Cierto era que aquellas instalaciones eran secretas y que los protocolos de seguridad que allí se mantenían eran mucho más que férreos pero, precisamente por todo aquello, la posibilidad de que unos locos descerebrados apareciesen por allí, kalashnikov en mano, era remota y casi ridícula. Pero un semblante enjuto, concentrado y una cara de pocos amigos te hacían simplemente bueno en tu trabajo... era lo que se esperaba de un encargado de seguridad.

—Muchas veces pienso que nos acercamos de manera irremisible al completo caos de la sociedad. Ya no se respeta el matrimonio o la familia. Ya no se respeta una mierda... - concluyó escupiendo las palabras. —Tanto da... mi Polina no es así. Ella nunca se atrevería a traicionarme. Jamás... No podría. No me malinterpretes. Vivo más tranquilo desde que trabajamos los dos aquí. En casa la tengo controlada y aquí también.

Vitaly profirió una sonrisa socarronamente desmesurada.

—Lo que me recuerda que debo ir a recogerla y tu te quedas aquí a chuparte el turno doble. Que te vaya bien, tovarisch!

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15/08/2013, 08:17
Víctor Nóvikov

—A la orden.— su mano estirada se fue hasta la ceja derecha en ese gesto militar de quien acaba de recibir una orden de un superior.

—No te preocupes, cuidaré de todo.—  inmitó con cierta ironía el fruncir de ceño  de Vitaly. Cuando el dieron este trabajo pensó que su mala suerte había hecho sus chanchullos habituales con su vida, sin embargo y pasado el tiempo, Victor creía que era el mejor trabajo honrado que uno podía tener. Controlar a unos cuantos cientificos era cosa sencilla y despues de tanto tiempo nada extraordinario había sucedido en el bunker.

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17/08/2013, 17:45
Penrod Steindel
Sólo para el director

Papeles y más papeles. Penrod se pasaba el día rodeado de papeles pero sabía que estaba cerca de su objetivo; el nexo de unión estaba ahí, sólo tenía que dar el paso, conseguir avanzar su conciencia para verlo.

Inconscientemente, casi por costumbre, pidió un documento a su asistente. Nunca levantaba la vista de los papeles, todo era automático y esa tarde no fue una excepción. La falta de respuesta alertó a Penrod y levantó la pista constatando la ausencia de su asistente. 

Se levantó de la mesa en busca del documento y quedó apoyado en la pared del estudio examinando su escritorio desde lejos. 

—¿Dónde está? —se preguntó

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18/08/2013, 15:44
Vadik Vorobiov

El pequeño beso de Polina le hizo recordar la noche anterior, cuando ambos tuvierón que quedarse a hacer horas extras, o al menos, eso fue lo que le contarón a Vitaly, y la felicidad volvió a invadirle.

- Claro amor mío, cuando terminemos este trabajo nos iremos. Podrás divorciarte de Vitaly y seremos libres para decidir nuestro destino. He oído que en el Krasnodar necesitan científicos competentes, y que la puesta de sol sobre el mar negro es un expectáculo digno de verse.

Vadik se acercó a su amada y retirándole el rubio pelo de su preciosa cara continuó- No te preocupes, no nos descubrirá. Ahora mismo está en la sala de guardia junto a Vicktor. Yo tampoco quiero hacerle daño, pero tratar de no acariciarte cuando te tengo tan cerca es algo que me cuesta cada día más. - Acercó sus labios a los de su ayudante para fundirse en un beso apasionado.

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18/08/2013, 16:57
Vitaly Sóloniov

Vitaly llevaba unos minutos esperando a las puertas del vestuario femenino. Ese solía ser el lugar en el que él y su mujer se encontraban justo antes de terminar sus turnos para volver al hogar conyugal después de una jornada de trabajo. Y no es que le molestase esperar... al fin y al cabo el trabajo de Vitaly consistía en poco más que estar en un lugar determinado más o menos alerta y sin hacer mucho más pero aquel silencio al otro lado de la puerta que lo separaba de su mujer no era en absoluto tranquilizador. ¿Se encontraría mal? 

El personal femenino en la base era más bien escaso por lo que siempre que Polina se estaba cambiando solía canturrear una balada triste y melancólica a la vez que se cambiaba de ropa. Como los perros de Paulov, para Vitaly la canción de su mujer significaba el comienzo de su tiempo libre. Pero hoy no había música... ni siquiera se la oía lavarse las manos o el repiqueteo de sus zapatos de tacón sobre el pavimento, aquellos que le hacían unas piernas hermosísimamente largas y elegantes no como el calzado de seguridad que imperaba en el personal de la base.

Vitaly llamó quedamente a la puerta... con suma timidez. Las posibilidades de toparse con otra fémina cambiándose de ropa eran escasísimas ya que no abundaban las mujeres en aquel lugar y, sin embargo, Vitaly decidió esperar sólo un poco más. Aunque... si realmente no había nadie allí adentro, ¿qué importaba si entraba en aquel lugar vetado a los hombres?

- ¿Polina...? - llamó mientras asomaba la cabeza. Efectivamente, allí no había ni un alma. ¿Se habría retrasado? A veces el tiempo en el trabajo pasaba deprisa. Generalmente cuando había gran cantidad de cosas qué hacer. - Seguro que Polina no era consciente de que ya había acabado su turno y seguiría absorta mirando por uno de esos microscopios. - pensó el vigilante de seguridad mientras caminaba hacia el laboratorio principal.

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18/08/2013, 17:34
Polina Solóniov

Justo cuando Polina iba a recibir el beso giró la cabeza hacia la puerta rapidamente, volviendo a tiempo de recibir el beso. Había creído oír...o mas bien *sentir* algo pero no era nada. Solo los ecos paranoides que una mujer que no fuese de ciencias hubiese tomado como intuición femenina. Finalmente, la mujer se abandonó a los labios de Vadik, mientras saboreaba con intensidad el aroma del futuro con él. El aroma a desinfectante  que destilaba el laboratorio no era el mejor afrodisíaco del mundo, pero era sin lugar a dudas el olor que le recordaba que su existencia iba mas allá de ser una científica o la mujer de un segurata. 

Dando la espalda a la puerta, Polina mordió con ternura el labio inferior de su amante y se dejó envolver en sus brazos. Si tan solo aquel momento pudiese durar eternamente, si tan solo...

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18/08/2013, 19:57
Vitaly Sóloniov

La visión dejó en estado de shock al agente de seguridad. Sus ojos como platos veían lo que estaban viendo pero su mente no podía procesarlo... no a él... no con "ese". Un ardor agrio le subió dese la boca del estómago hasta la base de su garganta como un reflujo ácido de la comida más picante e indigesta que uno pudiese imaginar hasta que toda aquella energía negra, odiosa y malsana se convirtió en una sola palabra.

- ¡Puta...! - chilló Vitaly con una voz estridente que sacó del ensimismamiento que compartían los amantes ocultos. Un ensalmo que ni siquiera el crujido de la puerta al abrirse había conseguido desvanecer. Los "cómos"... los "por qués" o incluso los "desde cuándo" se desvanecieron de la mente del vigilante en el mismo instante en el que aquellas cuatro letras salieron de sus labios esparciéndose por las paredes del laboratorio. El grito, sin duda, habría retumbado en toda la base... al fin y al cabo no era tan grande como para que sucediese lo contrario por lo que aquello se iba a converir en un hervidero en unos segundos. Pero a Vitaly Sòloniov poco le importaba. Muy poco ya que ni siquiera se molestó en cerrar la puerta tras de sí.

Con la misma furia se desplazó por la estancia como si emanara una ira incontenible hasta que llegó a dónde estaba su esposa y, sin atender a razones le propinó un sonoro golpe con el dorso de la mano que la desplazó varios metros dejándole una herida abierta en el labio de la mujer. Ese labio que sólo apenas unos segundos atrás estaba besando aquel pedazo de mierda de Vadik Vorobiov.

- Tú... - dijo en tono amenazante al científico con demasiada rabia como para expresarla con un termino inteligible. De hecho, tal vez la única manera de expresar el fuego ciego que le recorría era sacando el arma y apuntando a aquel hijo de puta directamente a la cara. Así lo hizo Vitaly... respiro hondo...

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18/08/2013, 20:38
Polina Solóniov

Con un agudo chillido, Polina tropezó y dio contra las placas de petri y la caja de muestras que había llevado a Vadik minutos antes. La caja se rompió en mil pedazos produciendo un gran ruido. Polina, levantandose del suelo, mientras se maldecía a si misma. La habían pillado y su trabajo se había ido al garete. ¿Acaso podía pasar algo peor? La sangre caía espesa del labio de la mujer. No era un corte profundo pero sangraba mucho y aquella noche se hincharía de lo lindo. En aquel momento se giró hacia su marido con las palabras típicas de "no es lo que parece" en los labios cuando vio la pistola...y como su esposo apuntaba directamente a la cabeza de su amado.

—¡Vit! ¡No!— la mujer le miraba con ojos aterrados y las manos levantadas levemente intentando tranquilizar a su marido. Con un hilo de voz añadió — él no tiene la culpa, fui yo...no... no le hagas daño...

Si creía aquello quizás su marido se serenase y calmase su ira golpeandola de nuevo, sin llegar a mayores. No creía que fuese tan estúpido como para disparar y sentenciarse a sí mismo a muerte (la Gran Madre Rusia no perdonaría una traición como la de matar a un camarada).

—Vit.. por favor.. baja el arma. 

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18/08/2013, 20:56
Vitaly Sóloniov

Como un pesado engranaje que hace que las cosas funcionen, el llanto de su esposa, sus palabras... sus ruegos. Todo acabó por encajar. Aquello era la respuesta a cualquier pregunta que fuese necesaria o no hacer. Polina estaba enamorada de Vadik. No había sido un momento aislado... ni siquiera un equívoco. Polina querían defenderle... salvarle. Había verdadera pasión en su voz... verdadera urgencia.

Vitaly miró a los ojos a su mujer. Los suyos aún estaban ciegos de rabia pero focalizaron el deseo en los de su esposa en una décima de segundo. Un principio de lágrima, la pupila inflamándose henchida de miedo... aquello era lo que tenía que pasar. Vitaly realmente disfrutó mirando a los ojos de su mujer mientras accionaba el gatillo de su pistola. El sonido del disparo hizo que su mujer expresase el mayor horror en una fracción de segundo. La sangre salpicó violentamente contrastando con el pulcro color blanco que dominaba el laboratorio.

Por contra, nadie miró a los ojos de Vadik cuando estos dieron su último vistazo al mundo de los vivos. No era un castigo proporcional pero algo es algo.

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18/08/2013, 23:19
Vadik Vorobiov

Aún no había podido sentir Vadik el dulce aroma de su amada ni ese cosquilleo en los labios que le producían sus besos cuando su marido entró en el laboratorio rompiendo de ese modo el bello momento que estaban viviendo en aquel lugar tan poco romántico pero que para los dos enamorados era un auténtico refugio donde habían compartido los mejores momentos de su vida.

Vitaly sufrió lo que médicamente se denomina enajenación mental transitoria, ya que inmediatamente le propinó un golpe a Polina partiéndole el labio y cuando Vadik se interpuso entre ellos sacó una pistola y le apuntó a la cabeza.

El científico iba a hablar, en un tono sosegado para intentar convencer a Vitaly del error que estaba cometiendo, podría guardar su arma y nadie tendría que saber lo que había ocurrido. El y Polina podrían separarse semanas después alegando disparidad de caracteres o similar, no habría denuncias por amenazas con agravante de arma de fuego ni nada parecido, Vitaly solo tenía que guarda su arma, darse la vuelta y su vergüenza quedaría oculta.

¡Sí!. Eso era lo que le propondría, un hombre como el guarda de seguridad querría salvaguardar su hombría a toda costa y evitar que los demás compañeros se enteraran que era un vulgar cornudo.

Pero la realidad fue más rápida que sus pensamientos, pues en solo unos segundos su amada estaba rogando a su marido que no le disparara y un instante después un fogonazó salió de la boca del arma de Vitaly Soloniov.

Eso fue lo último que vio en su vida Vadik Vorobiov, uno de los mejores y más brillantes químicos que vio nacer la gran madre Rusia, días antes de poder hacer un descubrimiento que podría haber decantado la guerra fría a favor del comunismo, en lugar del lado del capitalismo yankee.

Su cuerpo, ya sin vida, cayó al suelo inerte, como a una marioneta a la que de repente cortan sus cuerdas y comenzó a sangrar profundamente formando un gran charco rojo en el suelo.

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18/08/2013, 23:59
Polina Solóniov

El sonido del disparo hizo que Polina se encogiese de puro espanto.El eco resonaba por el bunker. Las largas piernas de la científico temblaban y luchaba por sostenerse y recuperar el aire que había perdido al ver entrar a su marido. Poco a poco fue desviando la mirada hacia el cadaver de Vadik y vio la flor escarlata en el cuerpo de su amado. El olor a sangre inundaba el ambiente pero no era ese olor la causa de su mareo... no. Era la idea, la certeza, de que jamás volvería a ver a su amado...y de que jamás se perdonaría su muerte.

—Vadik...amor mío—alcanzó a murmurar en shock. La mujer sentía las lagrimas brotando de sus ojos, y también sentía los ojos de su marido clavados en ella. Alimentándose de ella. Ahora entendía perfectamente a Anna Karenina, solo que el final de aquel manido libro había sido menos trágico, al fin y al cabo la muerte de Anna había sido decidida por ella misma, no arrebatada brutalmente. 

—¡¡Vitaly!!—exclamó con horror al principio para luego convertirse en una ira descontrolada y vacia— ¡MALDITO BASTARDO! ¡LE HAS MATADO! ¡¡¡CERDO IMPOTENTE Y ESTERIL!!! 

Sin pensar en que su marido podía volver a disparar sobre ella, la mujer empezó a arrojarle todos los tubos de ensayo y objetos que encontró en la habitación, incluyendo un frasco de ácido que se estrelló contra su brazo haciendole una quemadura leve. Sin embargo, la mujer no reparo en aquello y siguió maldiciendo y arrojando cosas. Durante unos segundos paró y se quedó mirandolo fijamente, con los ojos reflejando odio, ira y sobre todo desolación. 

—¡Mátame! ¡Cobarde!— exclamó con sincera desesperación. Sin su amor la vida no tenía sentido y aunque saliesen de allí tendría que contestar muchas preguntas para acabar siendo ejecutada o encarcelada. Era mejor la muerte así que seguiría provocandole. Ciega de rabia, agarró otra vez una botella de cristal y la estrello contra la pared —Demuestranos lo macho que eres.

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19/08/2013, 07:56
Víctor Nóvikov

Estuvo a punto de caerse de espaldas cuando el eco de un estruendo llegó hasta la pecera. Victor se levantó de la silla rapidamente. Dejó el periodico encima de la mesa. Salió y cerro la puerta de la sala de guardia. Dudó un momento. El rastro sonoro había sido distorsionado tras rebotar en las estrechas paredes del bunker. Sus oidos tardaron un rato en sintonizar con unos gritos que provenían del despacho de Vorobiov. Giró a la derecha y caminó despacio deseando que solo fuera un archivador que se habia caido al suelo por accidente. ¿Que podria ser si no?