Partida Rol por web

La verdad es que Penrod no parece poner muchos obstáculos a la hora de contestar a las preguntas.

Asiento levemente a Ilse sin apartar los ojos de Penrod.

-Señor Steindel, ¿usted ha estado allí después de perder la memoria?-le pregunto educadamente.

— Joder menos mal. Ya me estaba helando aqui. — hizo un esfuerzo por no tiritar mientras hablaba. El frio habia hecho estragos en  Martin y en verdad agradeció que la guardia en el exterior finalizara. Habia escuchado gran parte de la conversación que habian mantenido los demás dentro de la nave y estaba impaciente por largarse de alli de una vez por todas.

—Sí, claro —dijo cambiando el gesto de la cara—. Podría llevarles allí con los ojos cerrados.

Observó a Kellen extrañado y volvió a observar a la mujer.

—Caballero, en ningún momento les he dicho que haya perdido la memoria. Lo único que no recuerdo es qué pasó después del incidente pero, como ya les he dicho, desperté inconsciente así que poco puedo recordar.

Está bien, señor Steindel, le seguimos-Con la mano le mostré la puerta, cediéndole el liderazgo para que nos guiara al búnker, como él lo llamaba.

La verdad, ya no aguanto más con la curiosidad de sus sucesivas miradas, así que me doy media vuelta de nuevo para preguntarle acerca de este asunto que me carcome por dentro.

No he podido evitar fijarme en que no para de mirarme como si me conociera, cuando yo estoy segura de que no le he visto en mi vida, me podría explicar a qué se debe esto?

Penrod titubeó un instante tras la pregunta de Ilse pero pronto elaboró una respuesta.

—El caso es que yo también estoy convencido de no haberla visto nunca pero, no se, tengo una extraña sensación. Discúlpeme si la incomodo —se disculpó cortésmente.

Se dirigió hacia el estudio y cogió su abrigo. Rápidamente volvió a aparecer en la escalera y se encaminó de inmediato hacia la puerta.

—Vayamos.

Cojo mi arma sin intentción alguna de apuntar a Penrod, pero me niego a dejarla allí. Me gusta el rumbo que toman las cosas aunque ando algo espeso, tal vez el estar allí encerrados surante mucho tiempo o los vapores de ese laboratorio de Penrod.

Después dejo que salgan delante y me quedo rezagado sin quitarle la vista de encima al anciano.

Tras una dura conversación marcada por la tensión entre los agentes lograron llegar al quiz de la cuestión. El grupo salió escoltando a Penrod Steindel de aquella nave, que había sido durante los últimos años su refugio pero no salio esposado ni herido si no por su propio pie aunque, eso si, seguido de cerca por los ojos vigilantes de sus captores.