Ante la mirada de Ilse, decido ir yo primero. Antes de comenzar, le doy ánimo a Marti
Martin, confiamos en ti. Ante cualquier tipo de ruido raro, entra si lo ves necesario. Nos vemos en un rato!
Tras esas pocas palabras, como es habitual en mí, tomo el camino hacia la parte trasera de la nave tranquilamente, ya que si hubiese alguien acechando, hubiésemos sido advertidos por Adrian. Finalmente, cuando Kellen y yo llegamos la ventana que da entrada al laboratorio, me quedo parado un momento, sopesando la situación antes de entrar en la nave.
Bien. De acuerdo dijo Martin observando como Kellen e Isle se alejaban de su posición para rodear la nave. Cuando giraron la esquina del edificio salieron de su campo de visión. Martin les concedió un par de minutos. Pasado este tiempo salió del escondite y se colocó cerca de la puerta principal.
Busco por el lugar un par de piedars del tamaño de un puño y me las meto en el bolsillo. Luego espero a que se desarrollen los acontecimientos. Evidentemente vigilo si alguien se acerca asi como los vehiculos sospechosos que hubiera alrededor.
Tras unos minutos, vuelvo a aparecer en la puerta de la nave, seguido de Kellen, ambos con cara de pocos amigos.
Está bien, Martin. Los Templarios la han cagado, la ventana de la parte trasera, la que da al altillo, es inalcanzable y, además, tiene un tamaño ridículo, así que tenemos que entrar directamente por la puerta. En cualquier caso, creo que la mejor idea es que te sigas quedando aquí, por si es necesario que nos avises de algo que venga de fuera o te necesitamos como factor sorpresa. En cuanto des el visto bueno, entraremos.
Tras acabar de hablar, me situo en un lateral de la puerta y desenfundo el arma, preparada para entrar sin más dilación.
Estamos tardando demasiado en todo. Al paso que vamos, Penrod se muere de viejo antes de que entremos...
Todo parecía estar en silencio. Pasaron varios minutos y no ocurría nada. ¿Serían imaginaciones tuyas? No, había pasado mucho tiempo y habían sido contadas las veces que usabas el protocolo. Si tu instinto decía que pasaba algo no era para tomarselo a risa. Pero allí estabas, agachado junto al escritorio en la oscuridad de la nave sin que ocurriese nada.
Pero entonces lo viste, viste una sombra asomarse por uno de los tragaluces. Había alguien allí encaramado al tejado y observando. No tuviste tiempo a pensar mucho más. Sonó un golpe seco y la puerta se abrió de golpe...
Bajaste un poco por donde habías subido y observaste el interior. ¡Pero Penrod ya no estaba en su rincón! Lo buscaste y rápidamente encontraste su escondrijo. Estaba junto a su escritorio. En la parte de arriba de la nave. Una posición elevada, claro. De pronto te diste cuenta de que él te miraba fijamente. Pero aquello era lo de menhos pues tus compañeros siguiendo el plan, acababan de abrir la puerta de un golpe...
El grupo se replegó junto a la puerta manteniéndose en silencio. No había puerta trasera por lo que la única forma de entrar era por la única puerta. Adrian estaba en el canalón observando el interior. Martín coloco una pequeña carga explosiva alrededor de la puerta. Eran demasiado grandes como para tirarlas de una patada. Los demás os colocasteis a ambos lados.
No hubo más humo que el provocado por la pequeña explosión. Las puertas se abrieron de golpe, con un agujero en el centro. Rápidamente entron los tres agentes. Pero Penrod no estaba en la esquina donde se suponía que estaría...
Podeis continuar aunqeu daros cuenta cada uno de vuetsra situación por si no debeis postear a todos(por ejemplo adrian está fuera(yo le pongo lo que ve).
—Será cabrón—masculló rompiendo la ventana con el codo y preparandose para apuntar con su arma cargada en la mano al exagente. Los cristales rotos se clavaron en su ropa, pero aquello no pareció importar al agente. Estaba furioso con el jodido Penrod. Además, de ese modo su voz se expandiría mejor por la casa
—¡Esta en el laboratorio!...¡¡junto al esccritorio!! y usted no se mueva...o le meto dos tiros—gritó con su potente voz
Con la habilidad que he desarrollado al paso de los años avanzo por la sala en dirección hacia donde nos comenta Adrian que se encuentra Penrod.
Rodeo la mesa con cuidado acercándome al laboratorio con al escopeta en la mano listo para usarla si fuera necesario.
La respiración se había acelerado.
—Ni un paso más.
Una voz entrecortada resonó en la oscuridad de la amplia nave. Se notaba que Steindel llevaba tiempo sin hablar; su voz no salía limpia y tenía que articularla mucho para que se le entendiera.
—Se lo advierto, como de un sólo paso más volamos todos por los aires —añadió—. ¿Qué quieren de mi?
Penrod se echó al suelo. Desde su nueva posición no podía ver nada pero las palabras del hombre le habían hecho pensar que de algún modo debía de estar viéndole. ¿Cómo si no podía dispararle?
Desde el suelo el viejo intentaba controlar la respiración acelerada. No tenía nada, la amenaza era en vano pero podía hacerle ganar algo de tiempo.
—Piensa, piensa —se recriminaba internamente Penrod.
Conociendo a este tipo, dudo que se trate de un farol, así que habrá que actuar cuidadosamente y sin demasiados gestos raros, no vaya a ser que en un pestañeo hayamos volado por los aires.
Durante un segundo, observo impasible a Penrod para, a continuación, añadir una única palabra
Información -Tras ello, me paro a observar que se cuenta aquel hombre que tantos quebraderos de cabeza.
El viejo se rió. Una tos seca interrumpió la carcajada y un instante después respondió.
—Muy graciosa señorita —dijo insistiendo en la risa—. Tendrá que ser más precisa.
Steindel intercalaba tos y carcajada. No parecía estar enfermo pero sí que no hablaba con nadie en mucho tiempo.
Adrian sudaba mientras se mantenía precariamente a fuerza de pulso en la ventana, con la pistola apuntando a Penrod.
—Lo sabe perfectamente así que responda a la señorita—exigió con falsa amabilidad—Porque le advierto, señor Steindel, que si le meto un tiro en el estómago no le dará tiempo a activar ningun aparatito...y cantará... cantará mientras nos suplica que lo matemos.
Adrian no disfrutaba haciendo el papel de matón, pero sabía que lo hacía de puta madre.
No me sorprende lo más mínimo la actitud de Penrod, ya que sabía perfectamente que no iba a ser coser y cantar. Sólo nos quedaba armarnos de paciencia y esperar a que tuviese algún descuido del que poder tirar.
Efectivamente, sabe muy bien de que estamos hablando, así que comience a hablar, así esto terminará cuanto antes, que es lo que todos queremos.
Haz una tirada de atletismo, si la fallas deberás bajar al suelo o subirte al tejado por que no aguantas tanto tiempo :)
Motivo: atletismo
Tirada: 2d6
Resultado: 2(+2)=4, 3(+2)=5
Pues ya sabes, a bajar de ahí.
—Joder—Adrian tenía el brazo en completa tensión y sabía que si seguí mucho tiempo asi el brazo se sobrecalentaría. Finalmente decidió bajar de la ventana y acudir a la puerta con sus compañeros. El viejo no se escaparía por esa ventana.—Ahora os veo