Partida Rol por web

Legado Oscuro I: Vitae

Capítulo III: Revelaciones

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30/08/2016, 17:18
Narrador

Cuando pasasteis por el portón que daba paso a la aldea a través de la empalizada, un escalofrío os recorrió la espalda. El silencio se había hecho dueño del lugar, y no se veía ni un alma en las calles, a pesar de ser bien entrada la mañana. No estabais acostumbrados a ver vuestro hogar de aquella forma. Os forzasteis a pensar que era normal, que la gente del pueblo y los soldados habían ido a ver qué había pasado en el río. Seguisteis avanzando y, a pesar de todo, no pudisteis quitaros aquella desagradable sensación de encima.

El Padre Claudio abría la marcha en silencio, encarando ya la plaza del pueblo, directo hacia la Iglesia. Parecía ausente, caminando como un autómata hacia las puertas de doble hoja que guardaban la casa de Dios. Cuando llegasteis a su altura, el clérigo abrió las puertas de par en par permitiéndoos pasar.

El interior estaba oscuro, era frío y estaba impregnado de un intenso aroma a incienso, como de costumbre; sólo la trémula luz de las velas alumbraba los muros y columnas de la nave principal. El cuerpo de Eric seguía tal y como lo habíais visto aquella mañana: reposaba plácidamente sobre un improvisado altar, cubierto por claras telas de lino.

El Padre torció hacia la derecha y se dirigió, tras cerrar de nuevo las puertas del templo, hacia la sacristía, dando por sentado que le seguiríais. Cuando todos estuvisteis dentro de la pequeña habitación, cerró la puerta y, despacio, encorvado, como si un enorme peso lo aplastara, se sentó tras un viejo y desvencijado escritorio. Se quedó mirándolo un momento, mientras alargaba la mano y acariciaba la madera noble ajada por los años de uso.

- Hace muchos años, cuando era un joven monje - empezó a decir, con voz cansada, casi en un susurro - trabajaba en el scriptorium de mi monasterio. Muchos volúmenes pasaban por entonces por mis manos. Escritos de Platón, Aristóteles y Sócrates. De Plinio y Horacio. Y algunos... algunos eran mucho más antiguos. Tanto, que, si no los manipulabas con cuidado, se deshacían entre los dedos... hechos polvo y cenizas.

Guardó silencio. No supisteis decir durante cuánto tiempo. Ibais a decir algo, intentando llamar la atención del antiguo monje cuando finalmente posó la mano en un lateral del escritorio. Ejerció una ligera presión y visteis cómo uno de los paneles de madera cedía. Retiró el panel y, del interior del hueco que dejó al descubierto, extrajo, con cuidado, un libro.

Se trataba de un tomo viejo y ajado, cubierto desigualmente de polvo y moho. Con delicadeza, el Padre Claudio lo depositó sobre el escritorio y lo abrió, despacio.

Esta es la copia que realicé de uno de esos libros. Lo que leí en él... - cerró los ojos y tragó saliva antes de continuar - baste decir que me aterró. Así que decidí... ocultarlo. Incluso de mis superiores.

Empezó a pasar las páginas de pergamino con delicadeza, pero cada vez con más urgencia, con un temor creciente que hacía que las manos le temblasen ligeramente. Hileras interminables de texto e ilustraciones pasaban ante vuestros ojos, sin que pudieras entender nada de lo que allí decía.

Finalmente el clérigo se detuvo en una página en concreto, con los ojos muy abiertos y los dedos crispados. La página estaba encabezada por la ilustración de una figura femenina, desnuda, en cuyo cuerpo se enroscaba una serpiente y que sostenía un búho con su brazo.

Más allá del Sagrado Jardín  - comenzó a leer - sólo habrá polvo y noche. Allí, lejos de Su luz, las bestias montesas se encontrarán con los gatos cervales, y el peludo gritará a su compañero; Ella también tendrá allí asiento, y hallará para sí reposo. Ahi Hay Lilitu.

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02/09/2016, 15:32
Elouan Leclair

Me siento nervioso. A pesar de que acabamos de entrar en el pueblo, no veo éste lugar como mi hogar. ¿Por qué me siento así? Miro a izquierda y derecha, esperando encontrar en cualquier momento a alguien lanzándose contra nosotros. Cojo el arco con mis manos y preparo una flecha... así de paranoico me siento en estos momentos. Trato de sonreírle a las chicas, pero mis labios tiemblan en una mueca forzada.

Llegamos a la iglesia y seguimos al Padre Claudio hacia la sacristía. Espero en silencio con paciencia (¡mucha paciencia!) a que el viejo diga o haga algo, pero no... el tiempo sigue pasando. Miro a las chicas de nuevo y doy un paso para decirle algo, cuando éste saca un libro grande y antiguo de un escondite secreto. Observo con ojos como platos, captando la imagen de la mujer desnuda. Carraspeo, intentando pensar en otra cosa, ¡pero ahora no puedo evitar desvestir con la mente a las dos mujeres que hay conmigo! Mierda, mierda, mierda... Sacudo la cabeza, intentando sacar de mi mente esos pensamientos impuros.

Por suerte, el Padre Claudio empieza a hablar y me concentro en sus palabras. Hasta que acaba. Guardo silencio durante un rato largo...

- No he entendido nada... -Sentencio, cruzándome de brazos.

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04/09/2016, 22:19
Daphné Sabineau

Qué sensación tan angustiante producida por la ausencia de almas. ¿Por qué no había nadie en la aldea? Estarán en el río o de camino a él -pensó, pero aún así no le satisfacía esa respuesta. Repasaba mentalmente la gente que había visto en el claro así como aquellos con los que se había cruzado-. No, todos no. Especialmente le preocupaba saber dónde estaba su familia. En cuanto averiguasen qué significaba aquello que habían escuchado en el bosque iría a buscarlos.

Casi sin darse cuenta cruzó el umbral de la iglesia, y la angustia que arrastraba lo atravesó con ella. Las llamas temblaban asustadas, como ellos. De hecho, podía afirmar que el único que no sentía miedo allí era el difunto Eric, apartado para siempre de las emociones que lo caracterizaban.

Le dejaron atrás y entraron en la sacristía. El Padre Claudio no hablaba. Daphné, como los otros, esperaba con educación, dando un respiro al abatido párroco que acariciaba la madera mientras le invadían recuerdos unidos a ese escritorio. Rompió el silencio, y entonces la nostalgia también abrazó a Daphné, puesto que la anciana y cansada voz del clérigo, susurrada en la oscuridad, le recordó a la de su propio abuelo. De niña, le había explicado historias, algunas inventadas, otras propias, antes de dormir. Sonrió levemente al ver por un instante el rostro de Eugène. Era como si el monje le hubiese brindado unos fugaces segundos de vida.

¿Quiénes son esos? Platón, Aristo..., Horacio... -arrugó la nariz y miró con disimulo a sus compañeros por si era la única que no sabía de ellos. Escuchaba con total atención, con interés y curiosidad siguiendo los movimientos del Padre Claudio con espectación. Le miró con un reflejo audaz en sus ojos y su sonrisa se acentuó brevemente mientras éste sacaba el libro de su escondrijo. Incluso el párroco ocultaba algún secreto, lo que le hacía más cercano y divertido-. Serán hombres sabios -concluyó.

Se vio atrapada, fascinada, a pesar de que no entendía nada. El Padre lo trataba con delicadeza. Caminó muy despacio, acercándose más, colocándose a su lado para no perder detalle. El libro era viejo y marcado por el tiempo, como su abuelo, y al igual que él, parecía que guardaba historias interesantes por contar. Pasaba ahora el hombre las hojas con mayor rapidez y el misterio no hacía más que aumentar. Finalmente se detuvo y leyó unas palabras a las que prestó total atención. Parecía referirse al Jardín del Edén y a los males que acechan fuera del mismo. Pero, ¿por qué eso atemorizaba al Padre? Ya conocían esa historia, ¿o no? ¿La Luz era Dios? ¿Por qué hablaba de animales? ¿Y a qué se refería con “El Peludo”? Miró un momento a Elouan, pero su pregunta dejó claro que él tampoco comprendía nada.

-¿Qué significa, Padre? -preguntó extrañada- ¿Quién es “Ella”? -giró la cabeza para ver el libro desde el mismo ángulo que el monje-. ¿Es... la mujer del dibujo?

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04/09/2016, 22:31
Justine Lesauvage

Caminé con pesar aferrada a Jean-Paul, sentía en sobre mí la muerte de Eric y la del joven Rey. Esas marcas... ha de ser un ritual pero... ¿de qué? ¿Para qué? Quien sea caza chicos jóvenes y sanos. Mis ojos se desviaron durante un instante al hombre al cual me agarraba con fuerza, como si quisiera fundirme con él. No es joven y muy sano no está.. aún... pensé para mi, casi buscando consolarme con aquel pensamiento.

Miré a Elouan. Caminaba cerca de nosotros junto a Daphné... todos en silencio. Él encaja... es joven, vivaz... sano... ¿Cómo alertarle sin causar pánico? Sin aterrarla a ella. Miré a Daphné, no hacía falta ser una bruja para leerla la mente. Sin duda estaría preocupada por su familia y su joven amiga.

El retorno al pueblo se hizo más corto, todos caminábamos en procesión tras el Padre Claudio. Al llegar a las puertas de la aldea, sentí el frío y el silencio del lugar en mi cuerpo. Por un instante olvidé que todos venían detrás nuestra y, sentí miedo, el cual me hizo clavar las uñas en el brazo de Jean-Paul durante unos instanes.

El pesar aumentó sobre mi cuando crucé las puertas de la iglesia. Ver nuevamente el cuerpo de Eric en aquel improvisado altar me hizo quebrarme por dentro otra vez. Procuré no mirarle más, centrando mi vista en los que caminaban delante mío, pero no pude evitar mirarle cuando pasamos a su lado.

Entré en la sacristía junto a los demás y escuché atenta el relato del padre Claudio, observando cada uno de sus gestos, haciéndome eco de su cansancio. Los nombres que mencionó, eran desconocidos por mi.. miré al resto por si sabían algo, pero ninguno pareció reaccionar a ellos. Guardó silencio y creí que era nuestro turno para preguntar, pero no fue así. Para mi sorpresa, un extraño libro surgió de un escondite secreto. Se le veía viejo pero a penas gastado. No se había leído mucho pensé viendo el estado de las hojas.

Al igual que el resto me acerqué a verlo. El Padre pasaba las páginas demasiado rápido para que las pudiese leer, incluso él tendría complicado leer algo... buscaba una página en concreto. Vi la imagen de aquella mujer desnuda, la serpiente... las palabras del padre leyendo aquellas palabras.

Eva no es.. dije en voz alta, casi de manera instintiva. Pero... no entiendo el significado... salvo que... alguien fuese sacado de El Paraiso antes que Nuestros Padres. Y aún así... no termino de encontrarle sentido.

Miré a la joven Daphné a los ojos, pues ella había entendido algo también en aquellas palabras... pero pronto me giré al Padre Claudio, esperando su respuesta.

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09/09/2016, 12:19
Padre Claudio

El Padre os escuchó atentamente a cada uno, en silencio, mientras Jean Paul se mantenía a vuestras espaldas, cerca de la puerta, manteniendo una actitud respetuosa y vigilando, desde su posición, la entrada de la Iglesia.

Cuando Justine acabó, giró el libro, despacio, para que lo pudierais ver bien, aunque sabiais que era bien consciente de que eris incapaces de leerlo. Todo en él parecía denotar cansancio, agotamiento. Abatido, cerró lo ojos antes de hablar.

- La mayoría de los textos tan antiguos son bastante crípticos. Parte del sentido se ha ido perdiendo con las sucesivas traducciones y copias. No os aconsejo buscarle un sentido literal a estas palabras. Sin embargo... parece claro que habla sobre un ser ancestral - abrió los ojos y extendió tembloroso el dedo para señalar la figura dibujada - Lilith, Madre de todos los Demonios. - bajó el dedo por la página hasta señalar la última sucesión de garabatos - Esto... esto es lo que oisteis. No sé qué significa. No conozco esta lengua, pero se me quedó grabado a fuego cuando lo leí por primer vez. Nunca lo había vuelto a ver, u oir, hasta hoy. No sé cómo Reynaud conocía esas palabras... pobre hijo mío - la voz del clérigo parecía quebrarse por momentos - Quizá perdiera el camino del Señor... no me di cuenta. No me di cuenta. Perdóname Altísimo, pues no he sabido velar por mi rebaño...

Notas de juego

Percepcion + Alerta a dif 7 (2 éxitos)

O bien

Percepcion + Empatía a dif 8 (1 éxito)

 

Para agilizar un poco, escribid el post como si no hubiesa pedido tiradas, y ya os diré algo en función de vuestro post y la tirada ;)

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09/09/2016, 12:51
Justine Lesauvage

Escuché atenta las palabras del Padre Claudio mientras observaba la escritura del libro, el cual nos dejaba ver sin ningún pudor. ¿Como es capaz de leer esto? Pensé al ver la escritura. No era la mejor de las lectoras del mundo, pero seguramente si de la aldea. Jean-Paul me estuvo enseñando mientras estuvo en cama y fueron varios libros los que acabé leyéndole, pero no era capaz de entender nada de aquello.

Por similitud, Lilitu será Lilith... susurré mirando la figura que señalaba el monje. Me quedé pensativa durante unos instantes, podría ser la expulsión de Lilith del Paraiso, pero... La voz del Padre Claudio se rompía, lo que me sacó de mis pensamientos. Vi como se castigaba una y otra vez por todo lo ocurrido, lo hizo con Eric y repetía con Reynaud. Padre... no es culpa suya. No creo que Reynaud perdiese el camino... Si lo hubiese hecho, él seguiría entre nosotros... y otro hubiese ocupado su lugar... Quizás fuese un preparativo para ese ritual atroz que se está desarrollando en nuestra pequeña aldea ..... dije tratando de aliviar el pesar de nuestro pastor, o se lo dijese el viento... añadí para ver la opinión del Padre al respecto, recordando aquel momento junto al río.

Luego miré a mis acompañantes, girándome para buscar la mirada de Jean Paul y dejarle de paso un sitio por si quería contemplar el libro durante unos instantes. Quizás el sepa leerlo.....

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción + empatia

Dificultad: 8

Tirada (4 dados): 7, 4, 10, 1

Éxitos: 0 Fallo

Notas de juego

Me la voy a jugar a la carta más alta (escrito antes de lanzar dados)

Me cago en su pu** madre!! Maldito 1!!!!! Me voy a llorar al rincón xD (escrito tras lanzar los dados)

 

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14/09/2016, 02:56
Elouan Leclair

"Ah, con que hablan de un ser ancestral" pienso, mirando el libro con expresión seria a pesar de que me estoy perdiendo la mitad. Entonces... ¿el enemigo es la mujer dibujada? Ladeo la cabeza, observando la ilustración. "Pues si es la mitad de atractiva que ese dibujo, yo me la...". Carraspeo, recordando que estoy en la casa del Señor. ¿Cómo puedo tener pensamientos impuros por una imagen?

Vuelvo a intentar concentrarme en la explicación del Padre.

¿Qué? ¿Reynaud? —miro desconcertado al Padre, sin recordar que yo había mentido diciendo que era él quien había oído esa frase. Sacudo la cabeza. ¿Qué importa eso? — A ver, a ver... que me está empezando a doler la cabeza... entonces las muertes de Rey y Eric, ¿son para un ritual para invocar a esa tal Lilith? —me quedo unos segundos en silencio al comprender una cosa, en caso de no estar equivocado: —¿...cuántas muertes más son necesarias...? Quizá, si necesitan a alguien más y sabemos qué tipos de objetivos buscan, podamos tenderles una trampa con un cebo y cazarles.

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción + Alerta

Dificultad: 7

Tirada (7 dados): 5, 5, 9, 5, 3, 4, 5

Éxitos: 1

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17/09/2016, 01:29
Daphné Sabineau

Miró extrañada a Justine. ¿Acaso era posible? Siempre había escuchado que el primer hombre fue Adán y la primera mujer Eva. Y ya puestos, que el primer demonio fue Lucifer, pero según había leído el Padre, parecía no ser así. Tras unos segundos negó con la cabeza. Demasiadas preocupaciones tenía ya como para invertir el tiempo en averiguar si la verdad de un libro era más cierta que la de otro.

Asintió cuando Justine consoló al monje con sabias palabras. Seguramente el párroco se sosegaría, sin embargo la inquietud crecía en el pecho de Daphné. Fue Elouan quien dio voz a sus preocupaciones. Llevaban dos muertes y seguramente el asesino continuaría torturando y dando muerte a más personas. ¿Cuántas? ¿Quiénes? ¿Acaso importaba la persona o sólo la cantidad de víctimas sacrificadas? No quería perder a nadie más y sentía un miedo atroz, especialmente por los suyos.

-Debemos detener ésto como sea. Y no podemos perder tiempo porque está claro que juega en nuestra contra. ¡Padre díganos qué hacer! -su voz sonaba desesperada- ¿Pueden el caballero Romuald y sus hombres ayudarnos?

Mientras esperaba respuesta su mente se hacía otras preguntas que en ese momento decidió no compartir. ¿Por qué sólo nosotros? ¿Por qué nadie más escuchó esas palabras? ¿Las escucharían también Eric y Reynaud antes de morir? ¿Y si... fuese lo que fuese... algo había despertado en el bosque?

Un escalofrío recorrió su espalda.

-Necesito encontrar a mi familia -dijo mirando fugazmente hacia la puerta. 

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción + Empatía

Dificultad: 8

Tirada (5 dados): 1, 2, 2, 7, 5

Éxitos: -1 Pifia

Notas de juego

Justine... creo que ese rincón es mío... ¬¬'

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18/09/2016, 19:03
Padre Claudio

El Padre, cabizbajo, miró alarmado a Justine y después a Elouan cuando ambos comentaron lo de aquel ritual.

- Dios bendito. ¿Entonces pensais que hay alguien realizando un ritual? Y si es asi... ¿Quién? Esto es un pueblo pequeño. Todos nos conocemos desde hace años. No conozco a nadie de aqui capaz de semejante... atrocidad. Y, según decís, el único que podía saber algo de todo esto es Reynaud. Y ahora esta muerto.

Ladeó la cabeza, de nuevo abatido, para contestar a Daphné.

Si la mano del infierno esta detrás de todo esto, no sé cómo hombres mundanos pueden ayudarnos. Ni siquiera alguien tan poderoso como el caballero Romuald. Me temo... me temo que sólo podemos rezar... y encomendarnos a Dios. Sí. Rezar y esperar que su infinita misericordia nos libre del Mal que nos acecha...

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18/09/2016, 19:14

Notas de juego

El pesar del Padre te abruma. Parece inundar toda la habitación. El dibujo de la mujer desnuda parece mirarte fijamente. Sus ojos estan clavados en los tuyos y de alguna forma sientes, ensimismada, que tu alma esta desnuda ante esa mirada

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18/09/2016, 19:17

Notas de juego

El dibujo de la mujer y las palabras del Padre te perturban. Tanto, que tienes que apartar la mirada durante un instante. Es sólo un instante, pero, durante ese momento, te parece ver a Elouan mirar de forma extraña, casi lasciva, la figura del dibujo del libro

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18/09/2016, 19:19

Notas de juego

Cuando consigues concentrarte, apartas la vista de la imagen del libro. En un acto de lucidez, das un vistazo alrededor. Sabes, porque algo te lo dice, que algo no encaja. Por el rabillo del ojo te parece ver al Padre hacerle un gesto a Jean Paul. Pero cuando centras tu vista en él está en la misma posición de abatimiento de siempre.

Por su parte, jurarías que Jean Paul está incómodo. Nadie más parece reparar en él, pero vigila la puerta de la Iglesia de forma constante, casi obsesiva.

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20/09/2016, 18:16
Elouan Leclair

Guardo silencio, algo molesto con todo este asunto. Me froto la sien y suelto un largo suspiro, clavando la mirada en cierto punto del techo. «Yo no estoy hecho para esto...». Aún viendo las piezas, no veo el encaje. Y si veo lo que encaja, me falta la inteligencia para saber montarlo. Ni siquiera puedo llegar a sospechar de nadie, ya no, después de la cagada de sospechar de Reynaud y luego encontrarle abierto en canal.

Me quedo mirando al Padre Claudio, desviando la mirada hacia la puerta para luego volver a clavarla en él. No comento nada, pero al oír a Daphné mencionar que quiere ir a buscar a su familia, la cojo irreflexivamente de la mano para detenerla.

— Hmm... perdón... —me excuso, soltándola e indicándola que me acompañe un segundo. Me aparto de todos, para hablar con ella en privado, susurrando para que no nos oigan al estar a solo unos pasos.

Notas de juego

 

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20/09/2016, 18:30
Elouan Leclair

— Daphné... ¿no crees que hay algo raro aquí? El Padre Claudio, el libro misterioso del cual casualmente se acuerda cuando le decimos la frase... el viejo Jean-Paul... ¿no han empezado todos estos ataques poco después de su llegada? ¿y qué hace de guardaespaldas en la puerta? ¿Evita que alguien entre...? ¿O evita que salgamos? —Niego con la cabeza, un poco cansado de sospechar de todos y no saber nada. —¿Sabes? Vi discutir al Padre Claudio con Fiacre Chavanel, éste le decía al Padre que todo esto tenía que acabar...* Fue justo antes de que Eric muriese.

— ¿Sabes qué creo? Que el Padre Claudio sabe algo más. ¿Y si todo esto está orquestrado por Jean-Paul y el Padre Claudio?

Notas de juego

*Uy, olvidé la nota xD Con esto quería indicar que no recordaba si ya te lo había contado >< (últimamente tengo memoria pez)

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22/09/2016, 20:16
Justine Lesauvage

Continuo observando el libro mientras el Padre Claudio habla, noto el pesar y el dolor en sus palabras, los cuales se entremezclan con los míos. Seguía sin poder entender nada de lo que había escrito en aquellas viejas hojas, pero aquella mujer dibujada... Juraría que me está mirando.. Miré a mi alrededor unos instantes, todo parecía normal, dentro de la situación en la que estábamos. Jean-Paul seguía vigilando la entrada y tanto Daphné como Elouan escuchan las palabras del monje. Doy un paso más hacia el libro y vuelvo a mirar a aquella mujer.

Por un instante tengo la sensación de que sus ojos se han movido, clavándose en los míos... quiero apartar la mirada de ella, de aquel libro y de esa mjuer, pero no puedo... siento cierta.. atracción hacia ella que me impide dejar de mirarla. Noto que me mira y que empieza a leer mi interior, como si de un libro abierto me tratase. Cada capítulo de mi vida, cada decisión, cada pensamiento.. mis emociones y mis miedos... El dolor por todo lo que ocurría a mi alrededor. Ni tan si quiera fui capaz de ocultarla lo que ocurrió con Jean-Paul la noche pasada en el bosque. Me tenía completamente a su merced y yo no era capaz de separar mi mirada de ella ni de captar lo que ocurría a mi alrededor.

Sólo estábamos ella y yo y esa sensación tan extraña que no me permitía reaccionar.

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24/09/2016, 12:37
Daphné Sabineau

Todo era un caos. Un caos insoportable y abrumador. Nada tenía sentido, y aunque pudiera haber una explicación para todo aquéllo, jamás la habría para entender que alguien pudiese hacer tanto daño a dos personas. No había tanta crueldad en el mundo para reunirla en una sola persona capaz de cometer esas atrocidades. Saldría por la puerta y buscaría a su familia. Esa era la intención que tenía, y en el justo instante en que levantó un pie del suelo para dirigirse a la salida, Elouan le cogió de la mano. Parecía haber leído su mente. Le miró sorprendida, como si regresase de sus pensamientos de nuevo a la sacristía y asintió cuando le pidió que le acompañase.

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24/09/2016, 15:13
Daphné Sabineau

Tenía la mente llena de remolinos. Miró extrañada a Elouan, como queriendo comprobar que estaba bien. Intentó responder a sus preguntas aunque ella estaba lejos de tener una respuesta, tan sólo pensamientos, sospechas y miedos. En cualquier caso, tenía la sensación de que todo se resolvería demasiado tarde, pero no dejaría de intentar averiguar qué ocurría y hacer lo posible para proteger a la gente de la maldad que se había cernido sobre el amable pueblo de Sérezin.

-Creo que Jean-Paul hace guardia por si llega cualquiera, especialmente los soldados. Es peligroso para el Padre conservar un libro así, de hecho, seguro que lo llevarían preso por hereje. Y tienes razón, sí, me parece extraño. Me pregunto por qué nos ha enseñado el libro. Se ha arriesgado a que podamos delatarle. ¿A cambio de qué? Si piensa que ninguna persona puede detener esto, ¿para qué nos lo muestra? El padre acaba de decir que el único que sabía algo acerca del ritual era Reynaud, pero no es cierto. Él también lo sabe, puesto que tiene el libro, y Jean-Paul no parece sorprendido. ¿Por qué no quiere la ayuda de los soldados? Me resulta extraño teniendo en cuenta que rezar puede hacerse tanto si nos ayuda Romuald como si no.

-Si está metido en esto tendría sentido que no enviase a nadie a buscar el cáliz para celebrar la misa. Eric debió morir durante la misma o poco tiempo antes. No me fijé quién faltaba.

-He pensado que ambos crímenes se han cometido de noche, o a punto de caer la noche, o al alba, pero no a plena luz del día. ¿No? Eric estaba en la iglesia porque le envió el Padre, pero ¿qué hacía Reynaud fuera de casa de noche, tras lo ocurrido? ¿También le enviaría alguien a hacer algo? ¿A quién obedecería? ¿Por quién saldría? -miró seria a su amigo- Sobretodo Elouan, si llega la noche y alguien te pide que abandones tu hogar, no lo hagas. Creo que van a sucederse más muertes.

Llevaban un rato hablando. Seguramente poco, aunque cuando se hace algo a escondidas la percepción temporal tiende a extenderse. Lo último que necesitaban era que sospechasen de lo que hablaban. -Voy a abrazarte y haz ver que me consuelas -dijo para darse una coartada para disimular.

-También pienso en la brutalidad de los crímenes -prosiguió-. Reynaud era muy fuerte, realmente fuerte. ¿Una sola persona tendría tanta fuerza para hacerle todo eso? ¿Y para colgarle de ese tronco? Tal vez fueron dos personas. ¿Dos personas fuertes como los hermanos Chastel? -se sintió fatal por un instante- Siento ser tan mal pensada. Me cuesta creer que nadie pueda hacer algo así y me duele sospechar sin pruebas, pero, no podemos fiarnos de nadie y ellos son fuertes y obedecerían a cualquier autoridad, ¿no crees? Hicieron guardia en la iglesia durante la noche, pero pudieron ausentarse sin que nadie se diera cuenta, puesto que Jacques había ordenado preventivamente que nadie saliese de casa.

-Y además... tenemos tu descubrimiento. Quien sea que tiene un campamento provisional en el bosque... un extraño o uno más entre nosotros.

Se apartó un instante de Elouan como si sollozase y asentía como si valorase sus palabras de consuelo, luego volvió a abrazarle. Ventajas de ser una blandengue. Todos dan por hecho que necesito atención constante. Enseguida continuó hablando con su amigo, explicándole la breve conversación que había tenido con el párroco.

-Antes, junto al río, le pregunté al Padre qué ocurría con Jean-Paul y dijo que no era oportuno hablar sobre él allí pero que creía que no tenía que ver con las muertes. También le pregunté acerca de los soldados y respondió que no tenía idea del motivo de su presencia en Sérezin ni sus intenciones. Solo me comentó que Romuald le dijo que se irían hoy. Lo cierto es que el hombre parece muy afectado, y si está orquestando esto, creo que es a su pesar, o eso o está loco, pero parece que realmente le afecta todo este mal. Tal vez se vea obligado o esté pagando una deuda.

-Respecto a Jean-Paul, no sé qué pensar. Está claro que el Padre confía en él o no se habría arriesgado a mostrarle este secreto. Se acercó a mí en la iglesia, cuando los Tavernier lloraban el cuerpo de su hijo. Me he fijado que poco le afecta la visión de las víctimas. Le pregunté si creía que atraparían al asesino y dijo que no lo veía probable, que si él le hubiese matado habría huído del pueblo. ¿Y si Jean-Paul había hecho un pacto con el diablo para recuperarse? Todos decían que había sido un milagro. ¿Qué relación tenía con el Padre Claudio?

-Y sobre la discusión con Fiacre no sé qué pensar. Si decían que debían acabar con algo, da la sensación de que podría ser algo que lleva tiempo sucediendo en el pueblo, y los crímenes aún no habían comenzado. Podría ser cualquier cosa, o en el peor de los casos, si hablasen del ritual, significaría que previo a los crímenes tendrían que haber hecho otros preparativos que se habían alargado. Tal vez podamos averiguar de qué pasos consta exactamente el ritual.

Estaba bastante angustiada. Esperaba que los soldados no se fuesen como había dicho el Padre. En realidad era poco probable dado los acontecimientos, pero la experiencia le hacía no esperar nada por más ético, honesto o razonable que fuese.

Había algo más que quería decirle a Elouan y no sabía bien cómo. Era una tontería. O no. Esperaba que no se lo tomase a mal.

-Una cosa más. Antes... te vi mirar ese dibujo y estabas extraño. ¿Te encuentras bien?

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24/09/2016, 16:03
Narrador

La tensión del momento era palpable. Los jóvenes Daphné y Elouan se apartaron a un lado para hablar en privado. En varias ocasiones se abrazaron mientras susurraban, buscando quizá consuelo en el contacto con un ser querido. La escena era casi entrañable, de no ser por las dos muertes que acosaban sus mentes, omnipresentes en sus pensamientos, en sus vivos y latientes corazones.

Por un momento pareció que el propio Jean Paul, que había permanecido tenso junto a la puerta, vigilando, se relajaba, y miró a Justine con renovada ternura. Avanzó un par de pasos hacia la mujer y pareció que iba a hablar cuando se paró en seco y miró hacia la entrada de la Iglesia. Antes de que hablara ya supisteis lo que iba a decir, pues el murmullo de gente se colaba en el interior del santo recinto.

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24/09/2016, 16:08
Jean Paul Lestrange

- Creo que será mejor que dejemos esta conversación para otro momento. Ya viene gente. Salgamos a la nave principal. Es menos sospechoso si nos ven velando por Eric que aqui dentro, murmurando.

Sin más, el hombre se dirigió decididamente hacia la entrada de la Iglesia, arrastrando aún la cojera que lo había caracterizado desde que lo conocierais.

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24/09/2016, 16:11
Narrador

Sí, era indudable que la gente del pueblo empezaba a volver a la villa. El murmullo incesante de voces, con un tono cenizo, pesado, mezcla de pesar, temor y alarma, no hacía más que crecer.

Por lo que podíais oir, parecía que se estaban congregando en la plaza, justo a las puertas de la Iglesia. Al sonido de las voces pronto se le unieron el de los cascos de caballos al paso.