Partida Rol por web

LEGIÓN

Prólogo: Quiénes somos

Cargando editor
Cargando editor
15/06/2010, 15:24
Director

Os despertáis sobresaltado y un poco sudorosos. Os cuesta bastante acostumbrar la vista a vuestro alrededor, como si llevarais décadas sin abrirlos, pero finalmente empezáis a distinguir lo que os rodea, unos más rápido que otros.

Os encontráis encerrados en una especie de probetas enormes e individuales, sujetos con un arnés que ahora resulta tremendamente molesto y anclado a las estrechas paredes que parecen formar una prisión de cristal a vuestro alrededor.
Además de eso, varios cables surgen de vuestros brazos, pecho y otras partes de vuestro cuerpo, seguramente suministrando suero y otro tipo de proteínas y sustancias necesarias... o puede que no. Una mascarilla os proporciona oxígeno de manera continuada, aunque ahora también empieza a sobraros y pronto os desprendéis de ella con pulso tembloroso.

Frente a vosotros, y en lo que se supone debe ser la puerta de apertura, hay unas letras inscritas:

aunque no tenéis demasiado tiempo para admirarlas porque justo entonces el cristal se abre con un chasquido que denota el cierre al vacío y los anclajes que os sujetaban quedan liberados, cayendo irremediablemente de bruces al suelo pues vuestros músculos apenas responden.

A vuestro alrededor otras cápsulas se están abriendo liberando a sus ocupantes pero no os reconocéis, es la primera que os veis. Lo más aterrador es darse cuenta de que ni siquiera sabéis dónde estáis o cómo habéis llegado hasta aquí pero al menos una escasa y básica ropa interior cubre vuestros cuerpos.
Además de eso, todos tenéis una pequeña marca, o tal vez tatuaje, en la muñeca izquierda. Un símbolo cuyo significado desconocéis por el momento *.

Os encontráis en un laboratorio completamente abandonado y en silencio excepto por vuestra propia presencia, algo oscuro y muy polvoriento. En la estancia en la que estáis cinco cápsulas que han abierto: de las tres primeras habéis surgido vosotros, la cuarta coronada con el nombre de "Epsilon" se encuentra vacía y de la quinta, "Kappa", sólo cae un cadáver putrefacto y en avanzado estado de descomposición.

A un par de metros de vuestra posición una pared que anteriormente debió estar acristalada os separa de un montón de máquinas, la mayoría de las cuáles permanecen apagadas. Distinguís monitores y varios paneles de control pero para ser sinceros parecen un tanto anticuados y oxidados... y aún así no os resultan extraños.
Es raro pero aunque no reconocéis de forma directa el lugar os resulta familiar y vuestro cerebro enseguida asimila que estáis ahí aunque todavía no comprendáis el porque.

El primero en levantarse con relativa facilidad es Karim, tras lo cuál distingue el sonido de unos solitarios pasos acercándose por un pasillo metálico al que se accede mediante una puerta lateral al otro lado del laboratorio.

Notas de juego

*Tenéis el símbolo de cada uno en vuestra descripción.

Cargando editor
15/06/2010, 17:37
Selene Ashford

Abro los ojos sobresaltada y la luz me nubla la vista así que tardo cierto tiempo en poder abrirlos correctamente. Parece que lleve años durmiendo para que tan poca luz pueda haberme dañado, pienso, y es que es así como me siento.

Me siento rara, noto que tengo algo en la cara y también algo que me oprime el pecho así que lo primero que hago al lograr ver con cierta claridad es estudiarme a mí misma y el lugar en el que estoy.
No comprendo nada, pero al parecer me estaban alargando la vida... ¿acaso he estado en coma? ¿Y por cuánto tiempo? Esto ni siquiera tiene pinta de ser o haber sido un hospital... pienso intentando mantener la calma por el momento.
Una máscara me suministra aire pero me la arranco de la cara con rapidez al no necesitarla ya. Al hacerlo veo en mi muñeca izquierda un símbolo que no conozco, como tatuado y sé que no me lo he tatuado yo.

De repente el arnés que me oprimía el pecho me suelta y los cables que estaban alimentándome se sueltan dejándome caer al frío suelo sin poderlo evitar. Me noto débil, ni tan siquiera he sido capaz de frenarme así que he caído casi de bruces.
Una vez en el suelo observo con detalle la habitación, como acostumbro a hacer desde pequeña, y veo que no soy la única en la misma situación, un hombre y otra mujer caen de sus "cápsulas". Les miro con miedo, ¿están en mi misma situación? ¿Acaso son ellos quienes me han hecho esto? ¿Qué es este lugar? las preguntas se agolpan en mi mente sin hallar respuesta y me siento muy débil...

Cargando editor
16/06/2010, 00:50
Clarisse Abbot

[Véase el resto de mi historia...]

El arnés se soltó, igual que las vías, al tiempo que mi prisión se abría. Caí de bruces contra el suelo, sin estar segura de donde me encontraba. ¿Dónde estaba? ¿Qué hacía ahí? ¿Por qué no estaba en mi casa? Las preguntas comenzaron a agolparse en mi mente. Sin embargo lo peor fue darme cuenta de que aún no podía contestar a ninguna. ¿Qué me había pasado?

Aún tumbada sobre el piso miré a mi alrededor, perdida, tratando de encontrar alguna respuesta. Fue entonces cuando me di cuenta de que no estaba sola, aunque no conocía a ninguno de los otros. Un hombre y una mujer se encontraban junto a mí, con tan poca ropa como yo - ¿Quienes son? - Me encogí sobre mi mísma casi por instinto, abrazándome con ambos brazos. Me daba verguenza que me vieran semi-desnuda. Les miré de arriba a abajo, tratando de buscar algo que me resultara familiar, sin mucho éxito.

Fruncí el ceño al ver el cadáver y me llevé la mano al rostro tratando de amortiguar el olor. Pronto me distrajo ver la marca que tenía en mi muñeca - ¿Qué demonios es esto? - La miraba con la boca semiabierta. No entendía que hacía eso ahí. ¿Alguien me lo había hecho? ¿Quién? ¿Por qué? - ¿Qué está pasando? - me pregunté a mí misma mientras seguía observando la sala. El laboratorio, las cápsulas, los monitores y máquinas... todo me resultaba tan extraño y familiar a la vez. No entendía qué hacía todo eso allí, ni mucho menos que pintaba yo en medio. Después de dudar durante unos segundos, decidí dirigirme a aquellas personas. Aunque trataba de controlarme, el nerviosismo y el miedo se podía notar en mi voz:

- ¿Quiénes sois? - dije mirándoles con el ceño fruncido y cara de pocos amigos - ¿Qué se supone que está pasando aquí? ¿Qué es este sitio?

Cargando editor
16/06/2010, 13:04
Karim Cerna

Me sentía débil, como si me hubieran dado una paliza. Como si mi cuerpo hubiera pasado por un trauma físico importante.
Intente ponerme en pie, y aunque debería de resultarme sencillo, me costó horrores.

Algo no estaba bien. O mejor dicho, nada estaba bien. No debía estar allí, sabía, que tenía que estar en otro lugar.
La vista iba y venía, de borrosa a clara.

Unas mujeres, tiradas en el suelo, parecían tan echas polvo como lo estaba yo. No podían ser malas, no podían haberme hecho esto. No necesite pensarlo, simplemente sabia que estaban tan jodidas como yo. Sería mi subconsciente que sacaba datos de mí alrededor sin que yo fuera capaz de controlarlo.

El aire viciado de aquella sala, los olores que me resultaban extraños, aunque mi cuerpo no reaccionaba a ellos. Todo era extraño. Pero tenía que sobreponerme.

Me palpe los genitales, por instinto, casi sin darme cuenta. Tenía la sensación de que había sido la cobaya de alguien, de que me habían usado para algo. Algo malo, algo sucio. Estaba incomodo. Y un dolor fugaz se deslizo por mi espinazo acabando en mi estomago.

Intente hablar, decir algo.

Coff, coño, coff, coff, jo, der.

Aun no podía, porque aun había cosas en mi cuerpo que no se habían puesto en pie. Sin embargo, mi instinto seguía intacto. O al menos eso quería pensar.

Escuche pasos, no sabía bien donde, o que era. Pero me habían alarmado. Así que hice un gesto a las mujeres. No es que fuera el típico hombre protector, pero qué coño, aun estaban en el suelo, y aunque una hablaba, parecían jodidas igualmente. Se las notaba desconcertadas, de una manera que no se podía fingir. Estaban jodidas, eso lo sabía a ciencia cierta.

Así que les hice un gesto pidiendo silencio, y que escucharan. Tenía que contar con ellas.

Busque a tientas por la habitación, necesitaba algún arma. Una barra, una silla, algo que poder usar para defenderme, pues ahora mismo estaba en una situación peligrosa, independientemente de que hubiera o no peligro a la vista.

Agarre algo solido, que me transmitió seguridad, no es que fuera precisamente el mejor arma del mundo, pero al menos estaba seguro de que tenía algo con lo que enfrentarme a lo desconocido.

Cargando editor
16/06/2010, 15:00
Director

Poco a poco las chicas se sienten capaces de incorporarse. Probablemente no podrían echarse a correr sin caerse de bruces pero recuperan las energías a un buen ritmo y dentro de pocos minutos seguro que están tan sanas "como siempre".

Por su parte Karim ya está en plenitud de sus fuerzas así que aprovecha ese factor para buscar por el laboratorio hasta hacerse con una pequeña barra metálica algo oxidada que encuentra por el suelo.
También hay sillas y otros utensilios abandonados pero ese parece el más fácil de manejar y le brinda algo de ventaja (aunque sea poca) al ser más extenso.

Así pues aguarda, expectante, y al prestar atención Clarisse y Selen también distinguen los pasos que se acercan con decisión hasta llegar a la única puerta abierta de la sala.

Notas de juego

*Falta otro post

*Equipo de Karim actualizado

Cargando editor
16/06/2010, 15:05
Phoena

Una mujer que debe rondar los cuarenta pero se conserva en buena forma se queda parada en el marco del portón de metal abierto. Su ropa resulta un tanto pintoresca dese vuestro punto de vista y desde luego no es una científica ni nada por el estilo, el voluminoso rifle de asalto que lleva sujeto entre sus manos lo deja claro.

-Vaya, vaya, qué tenemos aquí... ¿acabáis de salir de la probeta?- pregunta de forma retórica mientras levanta la vista hacia las cápsulas de las que habéis sido expulsados hace pocos segundos. Después de eso parece ponerse más a la defensiva, sujetando su arma con mayor firmeza mientras avanza un par de pasos.

-Será mejor que te relajes guapo, me parece que no tienes mucho que hacer con eso- dice de forma directa a Karim, aunque enseguida deja de acercarse hacia vosotros y se dirige a la zona llena de monitores y teclados.
-Seguro que tendréis un montón de preguntas pero no me apetece que me deis dolor de cabeza así que de uno en uno y en cuanto me canse ahí os quedáis- avisa de forma tajante y distante mientras se mete una pequeña caja que encuentra en una estantería en el bolsillo.

Después empieza a abrir cajones y armarios, al parecer desvalijando y saqueando el sitio sin pudor alguno, hasta que se topa con unas taquillas con vuestros símbolos y os lanza piezas de ropa para que podáis vestiros.
Las prendas están nuevas, se nota que no han sido usadas y están limpias, pero a su vez tienen un aspecto desgastado que deja evidenciado el paso del tiempo.

En cuanto cogéis la ropa que os corresponde os dais cuenta de que os va perfecta, como si alguien se hubiera tomado la molestia de hacérosla a medida.
Todos los conjuntos son muy sencillos: camisetas de tirantes de algodón, pantalones elásticos tejanos, botas y algún abrigo o chaqueta sin ningún tipo de marca o diseño destacable.

Notas de juego

*Podéis leer su descripción para +info

Cargando editor
17/06/2010, 17:12
Karim Cerna

El hombretón baja el tubo metálico, aunque no lo suelta. No es ningún estúpido, y sabe que incluso en su mejor día, luchar contra un rifle es una mala opción. Así que opta por callar y pensar.

Se da cuenta de que la mujer que acaba de entrar parece buscar algo, dinero quizás, aunque por su aspecto si buscara un cartón de vino tampoco le sorprendería.

Intento quedarse con los detalles. La mujer estaba claro que no comía demasiado, que hacía tiempo que no se duchaba, y tenía un karma que indicaba que llevaba luchando contra la vida durante demasiado tiempo.

Sus palabras le hicieron reflexionar. Salir de la probeta había dicho. Era una especia de nacer, porque ella daba por sentado que tendrían preguntas, y por dios que las tenia. Tenía muchas.

La ropa le fue cayendo al suelo, y ante la situación las dejo un segundo allí. Para luego soltar la barra y empezar a vestirse. Mientras se ponía la ropa pregunto, porque las otras dos mujeres parecían interesadas en tapar sus pudores, y el no podía dejar de darles la razón en esa prisa. Nunca era cómodo estar desnudo delante de desconocidos.

¿Donde estamos?

Una pregunta sencilla, aunque no era la primera que le venía a la cabeza. La primera que le rondaba, era si la extraña mujer que tenía el arma era de los buenos o de los malos, fueran quienes fueran estos. Y si aun no los había matado, estaba claro que no era de los malos, aunque eso tampoco la convertía en una de los buenos.

Sin embargo tenia más sentido preguntar dónde. El era norteamericano, y aquel lugar parecía sacado de alguna de esas pelis viejas de experimentos rusos de la guerra fría. Cosa que le ponía los pelos de punta.

Y aquella mujer de verdad les iba a explicar cosas, bien podría explicar en donde estaban, porque así tendría la oportunidad de decir donde, y porque. O al menos eso esperaba, una buena explicación. Porque había mucha gente con la que debería de excusarse, o eso creía. Seguramente habría faltado al rodaje, y tendría gente del trabajo, o sus amigos y familia preocupados.

Pero evito centrarse en eso, y volvió a concentrarse en el ahora. Porque de algún modo intuía que aquello no era una broma.

Cargando editor
18/06/2010, 13:08
Selene Ashford

Había girado la cabeza tan rápido al escuchar la voz de la otra mujer haciéndonos preguntas que por un momento he pensado que se me desencajaría, pero no ha sido así. La observo un momento antes de responder al menos a la primera de sus preguntas pues para las otras no tengo respuestas y, de hecho, yo misma me las estoy haciendo aún... la mujer está tan semi-desnuda como lo estoy yo y eso la imcomoda en exceso, no puede ocultarlo. En cambio a mi no me importa demasiado ese aspecto sino más bien qué es lo que está pasando realmente y dónde demonios estamos... o por qué.

Antes de que de mi garganta pueda salir las palabras que tengo en la mente como respuesta percibo ruido de pasos cercanos y me pongo en alerta, asustada pero sin poder moverme, intento ir sacando las fuerzas que no tengo para huir si es lo que hiciera falta... lo que mucho me temo.

Para mi sorpresa, y la de quienes me rodean, una mujer cuarentona de mal aspecto y cara de pocos amigos irrumpe en la sala dejándome petrificada al ver que pora un rifle y que parece tener idea de cómo usarlo. No quiero morir. No ahora, no así ni aquí.o ¿Acabamos de salir de nuestras probetas? ¡Por Dios no soy una recién nacida ni mucho menos un experimento! Eh... eso último... quizá nos hayan convertido en cobayas de algún producto pero ¿cómo? ¿sin nuestro permiso?

No aparto la vista de la mujer armada, el hombre y la otra mujer semidesnudos han pasado a un segundo plano desde que ella entró y, para colmo, se puso a hablarnos de esa manera. No puedo hacer nada, aún así, salvo escucharla.
Abre cajones, mira en los aparatos oxidados... por sus movimientos casi parece una ladrona pero ello no concuerda con lo que nos está diciendo. Abre unas especie de taquillas en las que me parece ver que una de las puertas tiene el mismo extraño símbolo que he visto en mi muñeca; esas taquillas son como las de los vestuarios del polideportivo de Jacksonville al que suelo ir en verano, solo que mucho más viejas y roñosas.
La mujer las abre con fuerza y comienza a sacar y a tirarnos a su vez la ropa que hay dentro. Alargo la mano para coger la que ha lanzado cerca de mi y ahora que poco a poco he recobrado las fuerzas me dispongo a ponérmela como ya hacen los otros dos desconocidos. Parece que alguien podría haberme cogido las medidas pues me queda todo en su justa medida aunque cualquier talla pequeña de ropa suele quedarme bien sin problemas...

Oigo que el hombre también alza la voz y hace una pregunta importante y quedo a la espera de no perderme ni una sola sílaba de la respuesta que dará esa mujer aunque la pregunta que yo haría sería otra: ¿Qué estamos haciendo aquí?
Intento retener en mi mente esa pregunta tal cual para formularla si hay ocasión después.

Cargando editor
20/06/2010, 00:51
Clarisse Abbot

Mi voz enmudeció ante el gesto de silencio hecho por el hombre. Obedecí su orden sin saber a qué se debía, aunque no tardamos en descubrirlo. Aquella mujer que entró en la habitación era cuanto menos intimidante. El hecho de que estuviera armada no me dio buena espina. ¿Qué sitio era ese, en el que una mujer podía andar con un rifle en la mano sin que nadie le llamara la atención? - Ohh, dios... esto debe ser un secuestro... - pienso durante unos segundos, aunque pronto la idea se torna absurda. Si fuera un secuestro cualquiera, ¿Porqué ese laboratorio? ¿Porqué esas máquinas? ¿Qué hacíamos metidos en esos extraños aparatos? Nada tenía sentido, o al menos no todavía. Quizás esa extraña mujer se dignara a darnos las respuestas que aún no teníamos.

Cuando nos lanzó la ropa la tomé sin pensar. Cualquier cosa era mejor que andar desnuda. Me vestí con dificultad, pues aún me costaba mover mis músculos algo entumecidos. Una vez vestida me puse de pié, observando a la recién llegada y al hombre alternativamente. Traté de disimular mi desconcierto y mi desconfianza hacia los que allí se encontraban, al menos hasta que supiera algo más de lo que estaba pasando, y me dediqué solo a escuchar la respuesta de la mujer a la pregunta.

Cargando editor
20/06/2010, 15:13
Phoena

Los tres os vestís con cierta prisa, sobretodo las chicas, y Phoena parece divertida con esa actitud pero no dice nada y se limita a quitarse sus desgastadas botas sustituyéndolas por otras que encuentra en una de las taquillas.

-Esto es un complejo científico de experimentación, uno de los más grandes de todo el planeta, cerca de Washington's Colonial. Creo que hace veinte años o por ahí estaba en pleno apogeo, inventaron algunas vacunas y fármacos útiles y nos prometieron a todos que si les ayudábamos a financiarlos conseguirían liquidar a los bichos que pululan por la superficie...- explica a grandes rasgos dejando claro que tampoco es que conozca todos los detalles, o quizá es que simplemente no le apetece explayarse demasiado.
-Al final se quedaron con la pasta y no consiguieron nada, menuda sorpresa- sonríe con sarcasmo y entonces vuelve hasta la puerta por la que entró, deteniéndose junto a ella.

-Supongo que sois unas de sus muchas cobayas humanas, deberíais estar contentos de haber sobrevivido aunque el sitio se haya ido a la mierda... O quizá no- se encoge de hombros y sale nuevamente hacia el pasillo aprovechando el hecho de que sólo habéis hecho una pregunta.

Cargando editor
21/06/2010, 21:55
Clarisse Abbot

Escuché sus palabras atenta. La miraba con el ceño fruncido y sin comprender bien qué era lo que decía - ¿Comlejo científico? ¿Bichos? ¿Cobayas? ¿Pero de qué está hablando esta mujer? - las preguntas se acumulaban en mi mente, pero esperé con paciencia al momento adecuado para preguntar. Sin embargo aquella mujer tenía intenciones de marcharse sin contestarlas. Mis ojos se abrieron en una expresión de sorpresa al ver que se alejaba, y acto seguido me acerqué unos pasos.

- ¡Espera! - le dije, haciendole un gesto con la mano para que se quedara quieta - Por favor... - Traté de mirarla a los ojos, buscando algo de compasión en ellos - Ni siquiera nos has dicho tu nombre, y hay muchas cosas que todavía no sabemos... Necesito respuestas... ¿de qué experimentos hablas? ¿a qué te refieres con esos bichos? ¿y como es posible que seamos cobayas? Hasta el otro día me encontraba en mi casa con mi familia... ¿cómo puedo estar aquí ahora? ¿y porqué no hay más gente por aquí? Si esto fuera un experimento tendrían que haber científicos... profesionales... - señalé a mi alrededor, haciendo incapié en lo abandonado que parecía el sitio. Mi cara mostraba evidente desconcierto ante todas las dudas que quedaban aún en el aire.

Cargando editor
21/06/2010, 22:58
Karim Cerna

El negro sabía que allí había mucha verdad evidente, pero aun no estaba dispuesto a asumirla, o al menos no sin mas información.
Según parecía, o el estaba entendiendo, habían formado parte de un experimento de una gran compañía. Pero cuando había pasado eso, cuando había decidido el formar de ningún experimento.

No tenía sentido. O quizás tuviera demasiado sentido. El lugar en el que estaba no lo podían haber sacado de ningún decorado. No solo era lo que se veía a la vista. Era el sonido de las paredes, el olor de los muebles. La roña grabada a fuego en cada rincón. Para conseguir aquello, ni el mejor especialista en atrezo habría podido siquiera simularlo.

No, aquel sitio llevaba mucho abandonado. Y eso casaba con la información que la mujer ofrecía. Decía que hacía años que aquello dejo de ser útil. Años, unos 20 años. Eso eran muchos años.

Se miro de arriba abajo mientras se vestía. No podía haber envejecido. No era posible. Estiro los brazos y tenso los músculos de las piernas. No, estaba seguro. No había envejecido ni un solo año. Estaba en plenas condiciones, si es que se podía definir de esa manera. Sin embargo aquella ropa, olía a viejo. Olía a cerrado, a mucho tiempo encerrada en aquella taquilla.

Necesitaba saber en qué año se suponía que estaba ahora. Aunque temía la respuesta, necesitaba escucharla.

Pero había algo más en su cabeza, algo que también le había llamado la atención. Bichos. Dios, que pasaba. Es que había ocurrido un apocalipsis zombie o algo así. Y si era verdad, que era lo que estaban experimentando con ellos. Qué demonios le habían hecho.

Mientras seguía a la chica probeta y a la mujer. No se le ocurrió otra cosa que preguntar.

Eh, espera un segundo, si ahí fuera hay bichos. Dime al menos como conseguir un arma, ¿no?

Cargando editor
21/06/2010, 23:14
Selene Ashford

Antes de que se me olvidase la pregunta que rondaba por mi cabeza a pesar de que la mujer armada había respondido respecto al "dónde estamos", me levanté con algo de esfuerzo y conseguí ponerme en pie para dejar salir mi voz y preguntar:

- ¿Y qué hacemos exactamente aquí¿ ¿Qué pinta alguien como yo en un experimento? No recuerdo haberme ofrecido voluntaria para nada así... fuera cuando fuere... - logré decir finalmente con la voz algo temblorosa y de carrerilla, lo que demostraba que llevaba varios minutos con la misma frase rondándome por la cabeza hasta que la he escupido.

La otra mujer y el hombre que salieron de una probeta como en la que estaba yo metida mostraban el mismo desconcierto que yo, cosa que me hacía sentir un poco más segura pues no era la única que parecía estar en la misma situación... aunque también podrían ser actores... y esto una maldita broma de la televisión por parte de la perra de Sophie. Inconscientemente ante tal pensamiento me puse a buscar cámaras de video escondidas por los rincones... sin suerte.
De todos modos, si así hubiera sido, estaba todo muy logrado... me habrían tenido que obligar a hacer gimnasia varios días seguidos para hacerme sentir tan débil pero fuerte a la vez, para notar todos los músculos entumecidos. ¿Pero cuánto llevamos aquí? ¿Estamos bajo tierra y arriba hay "bichos"? ¿Bichos en plena Washington que nos matarán a todos? ¡Conseguir un arma! ¿Pero de qué película se han sacado todo esto? pienso en alto siguiendo al resto sin darme cuenta hasta que la mirada de alguno de ellos se cruza con la mía y me percato de que sigo con la boca abierta, de que lo que pensaba ha salido de mi boca sin yo quererlo. Arqueo una ceja al darme cuenta de ello y bajo la cabeza avergonzada aunque, sinceramente, espero obtener respuesta ya que se me ha escuchado.

Cargando editor
22/06/2010, 16:13
Phoena

La mujer se detiene cuando Clarisse insiste aunque no parece muy entusiasmada ante el aluvión de dudas y preguntas que empieza a caérsele encima así que entorna los ojos sin disimular.
-Phoena, me llama Phoena- resopla sonoramente y mira a ambos lados del pasillo en el que se encuentra en silencio.

-Chiquilla yo no soy un científico, por si no lo has notado, sólo puedo contaros lo poco que sé. Por ejemplo puedo confirmaros que si aquí dentro el ambiente está cargado y abandonado afuera es mucho peor. Kilómetros de absolutamente nada salpicados con animales salvajes y gente que sólo piensa en su propia supervivencia. Os aseguro que yo soy la más simpática de todos- sonríe con sarcasmo y después niega con la cabeza.

-No sé dónde crees que has estado o lo que crees que has vivido, no sé como funcionan esos cacharros,- apunta las probetas de las que acabáis de salir mirando directamente a Clarisse -pero te puedo garantizar que siempre habéis estado ahí metidos. De hecho os vi hace meses pero no conseguí sacaros así que ya ves- se encoge de hombros y después mira a Karim con una sonrisa ladeada.

-Un chico práctico, ¿eh? Armas es lo que todo el mundo busca así que no te será fácil dar con algo decente. Tendrás que buscar entre cadáveres o improvisar, te garantizo que la sala de seguridad hace tiempo que está vacía- después se encoge de hombros ante las tribulaciones de Selene.

-Nadie necesita vuestro permiso si os crearon ellos, ¿no lo entiendes? Si indagáis por alguno de esos informes y ordenadores quizá encontréis algo más de vuestro proyecto. Legión, según parece- y así es, pues en lo que sería la puerta de cada cápsula puede leerse ese nombre (que anteriormente leísteis desde dentro al revés sin comprenderlo). En la parte superior cada probeta es identificada además con el nombre de una letra griega: Alpha, Beta, Gamma, Epsilon y Kappa. Ahora ya sabéis que "espécimen" se supone que es cada uno de vosotros.

-Os acompañaré hasta uno de los almacenes de datos pero después me largo, ¿entendido?- retrocede hasta el pasillo y espera a que os decidáis y vayáis asimilando la información.
¿Es realmente posible todo lo queha dicho ? La verdad es que acabáis de despertar en este lugar y ya habéis olvidado muchos detalles (de momento los triviales) de vuestras "vidas pasadas".

Cargando editor
22/06/2010, 23:41
Selene Ashford

- ¿Nos crearon quiénes? No, no, no... yo tengo unos padres, unos hermanos... ¡una familia! Y un hogar y un trabajo estupendos... ¡Y sé que es real sin importar el tiempo que lleve metida en esa cápsula de plástico! - mis nervios empezaban a salir a flote, aunque era difícil la verdad es que la situación no era de lo más tranquila a pesar de que la mujer, esta tal Phoena, lo explicase como si fuera lo más normal del mundo. ¿No se da cuenta de que estamos completamente perdidos y de momento solo tenemos lo que ella puede decirnos o mostrarnos?

Mirar en un ordenador, comenta... y también lo de "Legión", que recuerdo haber leído en la puerta de mi "probeta" antes de salir de ella y darme de bruces contra el suelo. ¿Dónde está ese ordenador? Ah, bien, parece que nos va a llevar a alguno donde poder leer  ver algo sobre esta locura.
Cada vez estoy más segura de que esto de broma televisiva tiene poco... a menos que sea una creada por japoneses que ya se sabe que se pasan siempre de la raya con ese tipo de cosas., y eso me aterra. Noto mi cuerpo temblar inconscientemente y no es de frío, mientras me resigno y decido a seguir a la mujer donde quiera que nos vaya a llevar ahora.

Cargando editor
23/06/2010, 15:17
Karim Cerna

Karim cerró los ojos durante unos segundos. Necesitaba pensar.

Todo lo que estaban diciéndole lo ponía nervioso. Lo cabreaba. Era una locura, lo pensase como lo pensase.
Pero había tomado la decisión solo unos segundos atrás de enfrentarse a aquella situación con la cabeza fría. Y era lo que pensaba hacer.

Aunque estaba realmente desconsolado por la mera idea de que su vida no fuera su vida, de que Mama Hanna no hubiera existido nunca, y no le hubiera enseñado a ser un hombre de provecho. De que realmente aquella fuera la primera vez que respiraba con sus pulmones, o veía con sus verdaderos ojos. Por mucho que aquella idea, le pareciera una locura, no podía dejarse vencer por la desesperanza.

Así que pensó rápido. Tenía dos opciones, o bien lo creía a pies juntillas, o por otro lado, desechaba cada cosa en su ser que le decía que aquello tenía mucho de verdad.
Sin embargo, entendió, que daba lo mismo si quería o no quería creer en algo.

Aunque hubiera nacido en una probeta, aunque aquellos pasos fueran los primeros, en vez de otros pasos más, el ya tenía una personalidad. El ya era un hombre hecho y derecho. Sabía lo que quería de la vida, y lo que haría para salir adelante.
Fuera lo que fuera que lo había llevado hasta allí, el seguiría siendo él, hasta el día de su muerte. Tanto más daba si era ese mismo día, o dentro de cien años. Porque él era Karim Sebastian Oswald Cerna e iba a salir adelante.

Quería saber más, pero ahora lo que le importaba era aprender a salir adelante en lo que quiera que estuviera metido.
Volvió a abrir los ojos, con una mirada de determinación. Buscaría las respuestas y saldría adelante.

Muy bien, Phoena, yo soy Karim, te seguiré. Pero me gustaría que durante el rato que estés antes de dejarnos, nos explicaras algunas cosas, tomate tú tiempo, no quiero agobiarte. Así te deberé una, y puede que eso en este mundo signifique algo.

Empezó a caminar por el pasillo, ya seguro de sí mismo. No podía volver atrás, ni cambiar donde estaba. Así que solo podía ir hacia adelante.

Quizás puedas explicarme al menos, en qué año se supone que estamos, y que es lo que le ha pasado al mundo de ahí arriba.

No necesitaba explicar el porqué de aquellas preguntas, pues la mujer que los estaba guiando hacia su futuro, sabía perfectamente a que se enfrentaban unas personas que no sabían nada sobre el mundo en el que Vivian. Pero lograrían más de ella, preguntando ordenadamente que agobiándola dejando ver que estaban desconcertados.

Seguramente a aquella mujer le molestara mas tener que aguantar a gente histérica, que responder tranquilamente un puñado de preguntas. Y se imaginaba también, que la mujer no sería dios, y que habría cosas que ni ella podría saber explicar. Eso pasaba en cada negocio y en casa lugar del mundo que el recordaba. Había gente que sencillamente no necesitaban saber para vivir, y bien les podía haber tocado una persona así como guía.

Cargando editor
23/06/2010, 19:34
Clarisse Abbot

Las palabras de aquella mujer fueron como una mazazo contra mi cabeza. No podía comprender lo que me decía. Era imposible. La medicina no era capaz de generar órganos completos, ni comprendía la estructura del Sistema Nervioso Central lo suficiente. Generar cuerpos humanos capaces de pensar y actuar por sí mismos era sencillamente irrealizable. La mujer debía estar equivocada, no había otra explicación. ¿Bichos? Tal vez ¿Pasar años ahí dentro? Quizás. Puede que acabáramos en coma por algún extraño motivo y nos estuvieran manteniendo con vida hasta lograr alguna solución. Había leído sobre el tema en algunas revistas. Criogenizar un cuerpo cuando aún está sano con el fin de esperar a que la ciencia sea capaz de remediar la enfermedad que sufre. Quién sabe, quizás ahora mismo me estuviera muriendo de un cáncer terminal. Ésa era una explicación más lógica y coherente, y no haber sido diseñados por algún laboratorio farmacéutico.

Sea como fuere, si fuimos incluidos en algún proyecto, debía constar en los registros, así que no estaba de más acompañar a aquella mujer a los almacenes de datos. Tal vez así pueda descubrir por qué Nick dejó que me enrolaran en todo este sin sentido. Quizás pueda incluso enviarle un mail para hacerle saber que estaba bien.

- Yo soy Clarisse, y me encantaría ver ese almacén de datos del que hablas - le respondí con seriedad en el rostro, mientras seguía sus pasos. Estaba decidida a descubrir la verdad de todo este asunto, fuera cual fuera. Si todo iba bien, quizás incluso pudiera volver a ver a mi familia.

Cargando editor
25/06/2010, 00:23
Phoena

Phoena ni siquiera se molesta en prestar atención a Selene cuando ésta empieza a replicar y a quejarse, está claro que no va a perder el tiempo en explicaciones redundantes que considera innecesarias, que no la creáis no es su problema.

-Pues estamos en el año 25 de la Nueva Era y al paso que vamos no creo ni que lleguemos al siglo- sonríe mordazmente y empieza a guiaros por pasillos en penumbra, algunos de los cuáles resultan tapiados por escombros y derrumbes del techo así que será mejor no pasar demasiado tiempo en aquel lugar.
Cruzáis varias puertas abiertas o incluso rotas además de oxidadas pero todas las salas parecen casi iguales: laboratorios, salas de monitorización, algunos camarotes... todo en el mismo estado de abandono y suciedad. Incluso os cruzáis con algún que otro cadáver (unos más descompuestos que otros) y no todos parecen ser científicos pero ninguno porta armas.

-Vinimos aquí cuando la Tierra se fue al garete por todo eso del cambio climático. Era el único planeta viable teniendo en cuenta el poco tiempo del que disponíamos pero resulta que después de empezar a instalarnos descubrieron que había unas bestias con más mala hostia de lo normal y demasiado difíciles de matar. Los llaman Vytrus. Yo prefiero llamarlos Bichos y ya está- se encoge de hombros y finalmente entra en una sala con algunos ordenadores de aspecto obsoleto todavía en funcionamiento además de algunos archivadores con folios desperdigados, aunque está claro que la mayor parte de los documentos han desaparecido o han sido destruidos.

-Nos arrasaron y ahora cada año nos extinguimos un poco más- se hace a un lado para dejaros espacio y dejar que rebusquéis e intentéis dar con información de utilidad.
Karim tiene claro que no sabrá desentrañar el funcionamiento de esos ordenadores que funcionan con comandos y aunque Selene sí ha visto alguna vez ese tipo de "sistema operativo", si es que puede llegar a denominarse así, tampoco está segura de poder dominarlo. Aunque evidentemente puede intentarlo.

Notas de juego

*Tirada de Informática dif 15. A no ser que saques varios críticos no lo conseguirás pero puedes probar.

Cargando editor
25/06/2010, 00:36
Director

Al acercarte a uno de los monitores algo se despierta dentro de ti, o mejor dicho dentro de tu cerebro.

En una fracción de segundo tienes claro el algoritmo y el lenguaje de programación empleados para ese sistema tan obsoleto con el que no habías tratado nunca, sencillamente ha surgido de ti de manera natural del mismo modo que has empezado a andar después de salir de la probeta.

No podrías explicar el cómo ni el porque pero estás convencida de que puedes trastear con esos ordenadores sin problema alguno.

Notas de juego

Ha despertado tu mutación biológica: inteligencia sobrehumana. Aprendes idiomas de cualquier tipo (incluyendo informáticos y/o tecnológicos) en cuestión de segundos. Asimilas información con rapidez insólita y puedes realizar cálculos que ni siquiera un ordenador potente sabría descifrar.

Tu INT pasa a ser 10 aumentando las habilidades relacionadas en +2. Obtienes pistas e ideas extras en las situaciones que requieren ingenio.