Partida Rol por web

La mujer fue apresada en el último sprint de Kislaya. Alzó los brazos a modo de rendición tras reconocer que no podía aguantar más el ritmo.

- Está... está bien... – dijo entre jadeos.

- Habéis ganado... me rindo... – esas últimas palabras fueron acompañadas de un gesto como el de arrodillarse en el suelo.

Estaba agotada, al igual que ustedes pero la victoria era vuestra.

- Supongo que habrá muchas cosas que querréis saber... pero estoy segura que vuestras cabezas tan solo contendrán mentiras y más mentiras... ¿ahora bien, qué vais a hacer conmigo? ¿matarme? ¿entregarme a ese hijo de mala madre? -

Se respiraba tensión en el ambiente. Teníais que decidir qué hacer con ella

Sin soltarla el brazo la hago bajar las escaleras y sentarla en el suelo del tunel, mientras yo me pongo en la salida del tunel bloqueando el paso por si acaso y me quedo de pie junto a ella.

- A ver... el que haya echado a todo correr en esta huida frenetica como comprendera me da que pensar... – tras mi toque percibi de ella mucha informacion, digo entre jadeos tambien tratando de calmarme y tomar aire - y corre usted muy rapido... - terminando en un - señora...

Tras respirar mas calmadamente y recuperar el resuello continuo hablando y decido interrogarla.

- Se equivoca no doy nada por sabido, y usted es inocente mientras no se demuestre lo contrario, y tanto derecho tiene usted como yo de merodear por esa casa tan lujosa que tuvo su esplendor y ya no.

En este pueblo ha habido un robo pero nadie habita esta aldea... y al veros tenia que seguiros... pero no pretendo mataros.

... ¿ que necesitais...? ese hombre que mencionais... ¿os maltrata? quiza os suene el nombre de... ¿Sir Roger? Por favor, de mujer a mujer, se que algo os sucede, siento que cargais con un dolor... terrible en vuestro corazón, digame que ayuda necesitais, que os sucede... ... para poder ayudaros y a cambio yo os pedire un favor.

Me muestro amable y cordial, estoy de pie me quedo mirándola a ella sentada en el suelo parece una victima mas que una culpable, mi voz suena franca y convincente... porque juego con ventaja y ya se quien es...

Mi aligerado paso mermó cuando los vi a la lejanía al resto de mercenarios atrapando a la mujer, rozando la bolsa donde guardaba el pergamino. Creía que el interrogatorio iba a ser duro, tal vez un poco drástico dado que intentaba aparentemente robar lo que buscábamos, pero comprobar cómo Kislaya hacía de guardia malo me hizo sacar una ligera sonrisa.

- Tengo el pergamino.- Anuncié en voz alta mientras me ponía a su lado, entregando a Ratko, quien parecía apartado, el enrollado pergamino que había encontrado, el cual contenía las escrituras de la mansión.- ¿Sabemos ya quién es y qué hacía aquí?

Ratko tuvo que respirar varias veces consecutivas para recuperar el resuello, eso de ser nigromante daba mucho misterio y era muy útil a la hora de ligar, por eso de ser una persona misteriosa... pero deporte, lo que se dice deporte, no se practicaba mucho y claro, luego a la hora de correr pues se iba todo el misterio, aún así consiguió enderezarse y articular alguna palabra y todo.

- No vamos a hacerte daño, sólo contesta... y dejaremos que te vayas.

De repente la mujer rompió a llorar. - No os fiéis de ese monstruo... – se quedó varios segundos sollozando, parecía que su voluntad se acababa de quebrar por completo.

- ¿Qué quería esta vez? ¿mi cabeza? ¿las escrituras de la casa? ¿las joyas? – parecía que sabía bien de lo que hablaba.

- No sois los primeros que vienen a por mí, pero en el momento que la verdad sale a la luz... todos huyen y lo dejan estar... ¿pero sabéis qué? Ya estoy cansada. Quiero acabar con esto – se reincorporó poco a poco.

- Roger es mi marido...o era... ese diablo me culpó por algo que solo los dioses pueden controlar... – su tono de voz se fue apagando poco a poco.

- Tenía un bebé... un hermoso bebé... pero sucumbió a una enfermedad desconocida... como soy de otras tierras no dudó en culparme a mí, a mi sangre, de ser quien ha introducido la enfermedad en el cuerpo de mi niño ¿qué clase de mente desquiciada puede pensar eso? – la historia os dio escalofríos.

- Desde ese momento no dejó de torturarme, tanto psicológicamente como físicamente... aunque yo sea más fuerte que él... su título nobiliario le hace tener recursos y contactos... ustedes sois la prueba de ello. Ha sabido hasta donde me escondía... yo solo quiero huir pero... no puedo desvincularme de la casa en Villa Risueña... aquí fue donde empezó todo... pero también donde acabó – acto seguido rompió a llorar de nuevo.

- Por favor... apelo a vuestra compasión... sé que hay opciones, no me las neguéis... – se quedó pensativa.

- Podéis dejarme libre... y ya me encargaré yo de resolver esto a mi manera o... podéis ser ustedes quienes me libréis de ese monstruo... seguro que no se lo ve venir -

Había vivido en mis propias carnes un amor prohibido y castigado por los dioses, separándome de todo aquello que anhelaba. Podía entender en cierta medida que quisiera escapar, pero si algo nos diferenciaba es que yo acepté mi destino y no miré atrás. Los humanos son seres irracionales.- Miré a mis compañeros, en especial a Kislaya. Había pasado tanto tiempo a su lado que imaginaba su respuesta, completamente contraria a la mía.

Me adelanté antes que al resto y sujeté a la misteriosa mujer del brazo. Vendrás con nosotros.- Fueron mis únicas palabras, delimitando mi decisión. No teníamos la misión de acabar con ella, sólo devolver los pergaminos con las escrituras y regresar, así que si ella tenía algo que ver en la ecuación la entregaría con la mercancía.

Cuando llego Ratko a pesar de lo que habia corrido y no ser de aspecto de trabajar en el campo... se le veia agil y en forma fisica, le observo un instante. En mi pensamiento iba circulando la idea de dejarla ir coincidiendo con el semidemonio cuando la mujer empezo a romper en lagrimas.

- Si, exacto, quiere las escrituras de la casa – le contesto mirandola con tristeza y prosigo - parece una venganza pasional... señora creo que ... - entonces, cuando justo estaba decidida a dejarla ir... pues aquella declaracion arrojo luz a mis dudas, de repente ya junto a Earendil tomo la decision, y como era la lider guarde silencio observandola un momento a la mujer y desviando la vista acto seguido a Earendil y asumiendo lo que ahora debiamos hacer, mire cuando la cogia por el brazo y solté mi opinion asi a bote pronto mirando a la mujer ya de pie sujeta por la lider de nuestro grupo y con amabilidad le digo - tendras que venir con nosotros en condicion de testigo y por tu relacion con nuestro cliente, solo queremos resolver esto... no te lo tomes a mal, no queremos hacerte daño.

El demonio miraba a la mujer como queriendo ver si mentía o decía al verdad, tras el análisis concluyó en que tampoco le importaba mucho, su misión era sencilla... devolver las escrituras a Sir Roger y recibir el dinero que tanto necesitaban. Entonces antes de que ninguno de ellos hiciese nada, Eärendil lo resolvió todo cogiendo a la mujer por el brazo e indicándole que debía acompañarlos, inmediatamente miró a Kislaya, consciente de que ella no estaría de acuerdo con la azul, sin embargo y pese a sus dudas, la antigua princesa optó por dejar que continuaran con la misión que les habían encomendado. 

Ratko, sin tener nada que añadir puesto que estaba de acuerdo en no complicarse la vida, siguió a sus compañeras.

- ¡Nunca! - gritó la mujer zafándose de Eärendil, la cual la había agarrado para llevarla ante Sir Roger, vuestro contratista.

- Prefiero morir aquí y ahora antes que regresar con él - de repente, aquella mujer demostró que no era una simple ladronzuela, en ella había un potencial más fuerte de lo que podíais imaginar. Sacó de su espalda dos kukris que movió con soltura.

- Sois o ustedes o yo, no es nada personal - aquella mujer había elegido su destino. Prefería mataros a vosotros antes que regresar. Lo podíais notar en su mirada: iba en serio.

- Que así sea.

Agité el báculo a mi alrededor, dándole vueltas y moviendo las manos al unísono creando una especie de baile visual que pocos entenderían, invocando volutas mágicas que luego, con un impulso, lancé en su dirección.

Le digo a Ratko y a Earendil lo que percibí con mi poder -  Es su mujer y tenía una hija, la cual murió de una enfermedad y ese bebé es también del Sr. Roger... y la casa que hemos registrado es la antigua casa donde vivía ella con su bebé y su marido.

Ratko se echó a un lado cuando la mujer optó por hacerles frente... 

- ¿Por qué siempre elijen la opción más difícil?- dijo con cierta desgana mientras alzaba su diestra delante suyo giraba la mano hasta ponerla con la palma hacia arriba con cierta pereza, al tiempo que recitaba unas palabras- Puede que diga la verdad Kislaya... pero no nos deja opción, podía haber tratado de convencernos por el camino de otra manera- le respondió a su compañera mientras una llama de fuego azul se materializaba sobre la palma de su mano y terminaba por arrojarla a la mujer.

El demonio se mostró impasible una vez que hubo lanzado la bola de fuego, era como si al conjurar su poder parte de su humanidad entrara en letargo.

Los humanos era de carne débil y aquella mujer no era una excepción. Quizás Ratko se debía haber contenido pero cuando conjuraba la bola de fuego le costaba mucho trabajo, así pues asistió impasible a la muerte de la humana sin señal de remordimiento.

- Las escrituras...- susurró con voz extraña mientras poco a poco iba volviendo a la normalidad

Observé sin inmutarme demasiado cómo la mujer se desintegraba en el fuego de Ratko, perdiéndome en el baile de las llamas antes de que se consumieran, un recuerdo de hace años que cada vez parecía más reciente. Cerré un segundo los ojos, un modo de concentrarme y escuchar el crepitar de las llamas una última vez antes de abrirlos, girándome para tenderle al demonio las escrituras.

- En el baúl había más cosas, pero sólo nos interesa esto.