Partida Rol por web

Tras limpiar la sala con éxito me acerqué a los cuerpos para inspeccionarlos más de cerca, agachándome al lado del que se había enfrentado conmigo. No parecían aberraciones, más bien cuerpos humanos malditos de una extraña sustancia que recorría su cuerpo.

Por si acaso no quería tocarlo al poder ser contagioso, incorporándome antes de seguir avanzando.

Mi cabeza rondaba varios pensamientos que no entendía, sobre todo el peso del collar en mi cuello. Acaricié con la yema de los dedos la superficie de la joya por encima de la ropa al estar escondido a ojo humano y me giré hacia Ratko, quien tenía el otro par.

Por mi parte no hubo conversación en el camino hasta llegar a la nueva sala, cuidando primero de que no salieran más enemigos esperando unos segundos, precavida, en el centro de la habitación.- Despejado, pero vigilad vuestros pasos.- Oteé el espacio, percatándome de las inscripciones y pinturas que decoraban las paredes, acercándome para intentar descifrar su significado.

Shany lanzó un bufido de aprobación, no por su ataque, sino por el de sus compañeros. Era curioso que ambos utilizaran elementos tan dispares, pero que causaron la misma destrucción. Sonrió complacida al ver como Rakto desintegraba a ese ser con su fuego, o la extraña pose con la que quedó el que Eärendil dejó a su enemigo. Asintió en su dirección aprobadoramente, sin agregar nada, continuando caminando con paso precavido y su arma lista.

Esperaba más enemigos, no un salón lleno de pinturas y grabados raros. Sus ojos fueron de uno a otro con gesto aburrido. La técnica y detalles de las pinturas le pasaron desapercibidos, pues el arte para ella eran solo pretensiones de los ricos. A pesar que su pueblo tenían grandes poetas o artistas, Shany prefería siempre el arte de la espada.

El demonio, una vez hubo sofocado su fuego interior, que crepitaba con fuerza cada vez que utilizaba la magia, caminó en silencio, atento como sus compañeras a cualquier peligro que volviera a manifestarse entre los recovecos de aquella mazmorra. Sin embargo para decepción de Shany y momento de reflexión de Earendil y el suyo propio. La sorpresa que les esperaba era un conjunto de pinturas.

Ratko se acercó sin miedo a la pared y las recorrió con suavidad con su diestra, tratando de saber si era capaz de reconocerlas u obtener información.

Dentro de las pinturas y las inscripciones pudiste interpretar un texto:

El demonio, se había quedado absorto con su pálida mano posada sobre los enigmáticos dibujos, durante unos segundos no dijo nada, pero finalmente comenzó a hablar... como si recitara a sí mismo algo que había leído en algún sitio, su voz aunque serena y en tono bajo, sonó con claridad pudiendo ser escuchada por sus compañeras. 

Los Fagósidos fueron realmente junto con los dragones su último intento por sabotear la 

creación de Lisun y tener más control sobre Alleriah de manera oculta. Más que una forma de 

vida los fagósidos son una plaga elaborados de la propia maldad que existía en el dios, cebada 

por sus celos y odio ante las criaturas que tanto amaba su pareja.

Las pinturas, aunque bonitas colgadas en su habitación del gremio, no le llamaron especialmente la atención. Así que fingió prestarles muchísima atención a quitar con un trapo eso negro que había quedado en su arma. Solo Ratko pudo sacar algo en claro de esos grabados, quizás dándole nombre a esa cosa negra que cubría a los enemigos. No le gustó nada la mención del “Dios”, siempre que algo se hacía en nombre a ellos había problemas.

Continuaron por un pasillo, donde no hubo trampas a pesar de que la Orumita esperara que algo saltara mientras caminaba por ahí, llegando al fin a una puerta cerrada. Ni siquiera detuvo su avance o intentó evaluar que tan fuerte era. Nada se interponía en el camino de Shany. Cuando quería algo, lo tomaba y pobre de aquel que quisiera impedirlo. Le dio una impresionante patada, haciendo saltar goznes y madera por todos lados. Quizás la puerta ya estuviera podrida o el que la construyó fuera mediocre… o la guerrera era en verdad alguien de temer.

No entendía el significado de las pinturas aunque repitiera la transcripción que nos dio Ratko continuamente, manteniéndome igual de confusa que la primera vez. ¿Fagósidos? ¿Lisun? – Tenía claro que quería investigar sobre ello por curiosidad o conocer más sobre Alleriah, pero ahora mismo no era el momento, teníamos una misión por delante.

El pasillo vacío hizo que continuara en mis cavilaciones hasta llegar a una puerta, mirando el picaporte para ver si podía abrirlo.

El demonio caminaba tratando de saber algo más acerca de lo que acababa de ver, si habían aparecido esas pinturas era por un motivo, quizás uno de los enemigos que les aguardaban más adelante o parte de un misterio a resolver, el caso es que la curiosidad de Ratko era grande y deseaba llegar al asunto, entonces una puerta cerrada se les interpuso en el camino.

Ratko observó como Shany le pegaba una poderosa patada a la puerta, esbozó una media sonrisa, aquella mujer era puro temperamento, pero él prefería otros métodos, como Earendil que se había puesto a mirar el picaporte, así que el demonio por su parte se puso a rebuscar entre sus ropas, portaba un broche que lo tenía prendido al hombro, con aquella aguja podría hacer una ganzúa.

Finalmente, tras conseguir abrir la puerta, encontrasteis lo que podría ser el hallazgo que justo estabais necesitando...

Parecía que el manantial estaba al final de la sala, pero había algo que os alertó. En él no había agua, o por lo menos no el agua convencional que esperarías de un lugar así.

El líquido que emanaba de la piedra centenaria era de color negro, opaco, pero mantenía la ligereza del agua más pura. Sin lugar a dudas no era un agua común, cualquier persona con dos dedos de frente se daría cuenta.

No es agua, no la toquéis.- Conocía demasiado bien mi elemento, había dominado los secretos del agua a tanto nivel que sentía el oleaje hablarme, una conexión que sólo los de mi propia raza podían entender. Sin embargo mirar aquella fuente no me decía nada, no sentía nada más que el desconcierto y la inquietud de saber que eso no era agua.

Al desconocer el contenido prefería no meter la mano. Habíamos entrado en una ruta prácticamente subterránea, luchado contra monstruos y descifrados pasillos, no me extrañaba que fuera algún tipo de magia oscura que pudiera derretir la piel o envenenar tu cuerpo.

Cogí el colgante que pendía de mi cuello, una de las dos joyas que teníamos que empapar, para cogerlo de las cadenas y descender lentamente en el líquido, dejando que la oscuridad lo tragara unos segundos antes de sacarlo.

Pasaron la puerta y llegaron justo a donde debían. Shany estaba acostumbrada a ver cualquier manantial como un verdadero tesoro, un regalo de los dioses para los viajeros que tienen el suficiente valor para cruzar el ardiente desierto… Pero eso no era ningún regalo de los dioses o al menos no de un dios que quisiera reconocer.

-Justo pensaba zambullirme…- torció el gesto arrugando la nariz mientras agregaba-. Se parece a lo que tenían los que matamos…

Después de todo era algo negro y misterioso, un viejo raro les había pedido buscarlo y sin duda era más peligroso de lo que les advirtió. Sin soltar su arma, dejó que la líder hiciera el primer movimiento. Calculó la mejor forma de cortar la cadena de un solo golpe en caso de que eso se moviera de forma que no debiera. Esperaba no tener que cortarle el brazo a Eärendil.

Si a Earendil no le gustó el "agüita negrita" a Ratko menos, aquello olía a magia oscura y todo lo que estuviera relacionado con ella era malo. En un primer momento pensó en dar la vuelta, pero una vez allí su natural curiosidad lo obligó a quedarse y a observar como la dama del agua sumergía el colgante sin mojarse las manos. El demonio decidió esperar a que terminara para hacer lo mismo, era posible que el colgante fuese imbuido de poder de aquella forma.

Los colgantes se sumergieron en aquella extraña agua sin que supusiese ningún tipo de problema, de hecho parecía que allí no había pasado nada más. Los colgantes incluso parecían estar secos una vez empapados en el agua.

¿Se había completado entonces la misión?