Partida Rol por web

Al igual que los días pasan, las sociedades avanzan. Las naciones siguen con sus intrigas políticas, los reinados buscan nuevos objetivos que conquistar y en cambio, otros lugares más humildes se conforman con sobrevivir el día a día frente a un mundo que está plagado de amenazas.

En el caso de los gremios de aventureros, percibieron que algo estaba ocurriendo en el ambiente. ¿El qué?  Todavía era pronto para saberlo.

En el caso de los Nunca Olvidados, su etapa dorada seguía en auge: nuevos miembros llegaban a su puertas dispuestos a ceder sus servicios bajo promesas de techo, comida y dinero para llenar sus bolsillos, sin embargo a medida que pasaba el tiempo el número de encargos fue descendiendo.

Con temor, se indagó sobre si era algo generalizado o solo afectaba a vuestro gremio... y como dicen: mal de muchos, consuelo de tontos.

Aquel indicio de escasez de trabajo provocó que el ambiente fuese un poco más "delicado" en el gremio. Aunque nadie amenazaba por marcharse, sí que temían que las compañías de mercenarios ya no fuesen un recurso a seguir. ¿Era el final de una era dorada?

Poco a poco empiezan a surgir rumores: ¿hay una guerra a las puertas? ¿las naciones humanas están contando con sus mejores estrategas para dar algún tipo de golpe? ¿qué información hay en el aire que no ha llegado a oídos ni a los intereses de los otros gremios?

Ahora os encontráis casi a alta hora de la madrugada, poco antes de iros a descansar y en mitad de un debate sobre qué es lo que tiene que estar sucediendo...

Luego del fracaso con su primera misión en el gremio, Shany tuvo que buscar la forma de quitarse esa frustración del cuerpo. Se había quedado con las ganas de sangre luego de ser engañados y puestos en peligro adrede por ese maldito viejo. Así que al llegar al gremio, bebió hasta que su humor se volvió mucho más alegre, luego se volvió juguetón y pronto fogoso. Lo último que recuerda es arrastrar a alguien a una bodega, usando unos sacos de harina como cama. ¿Era Ratko? No estaba segura y tampoco preguntó o le dejó decir nada. Tampoco oyó que se quejase.

El tiempo pasó y la monotonía comenzaba a ser molesta. La orumita pareció “olvidar” el encuentro en la bodega o sencillamente había pasado página. Shany era famosa por no quedarse mucho tiempo en un solo lugar, por lo que cualquier excusa para hacer algo era bienvenida. Incuso se entretenía con interminables charlas y discusiones sobre la escasa variedad de trabajo, no por decir la total falta de ellos.

-Si hubiera una guerra, estarían peleándose por nuestras espadas- dijo muy segura-. Un montón de soldados gordos no sirven como guerreros hechos y derechos como nosotros. Tenemos experiencia y capacidad. Esto es otra cosa.

Ratko, al igual que Shany no había aceptado de buen grado lo ocurrido con el anciano, en su fuero interno sabía que aquello iba a traer consecuencias, por esa razón... y sólo por esa, acompaño a Shany en la bebida, bebiendo más de lo que era habitual en él, ya no supo decir si lo hizo por que la compañía de la orionita lo invitaba a no quedar mal delante de una mujer... o para quitarse el mal sabor de boca del fracaso... el caso es que sin saber como terminó arrastrado por alguien, recordaba que era un brazo femenino con la fuerza de más de un hombre y antes de que se terminara de darse cuenta de nada más se vio arrojado a una bodega... lo demás quedaría para la privacidad, que no hay tampoco necesidad de dar pelos y señales, sólo que tras aquello, el demonio estuvo varios días con dificultades para andar erguido y cierto animadversión a tomar bebidas espirituosas...

-Si hubiera una guerra, estarían peleándose por nuestras espadas- dijo muy segura-. Un montón de soldados gordos no sirven como guerreros hechos y derechos como nosotros. Tenemos experiencia y capacidad. Esto es otra cosa.

Ratko que en ese momento se encontraba bebiendo una taza de té miró a Shany sin mirarla, recordando algo que lo hizo dar un sorbo más largo a su bebida. 

- Es posible que la guerra estalle en poco tiempo- pensó en voz alta recobrando su porte misterioso, ese que la orionita era capaz de cargarse en dos segundos

Sentía que me había fallado no sólo al gremio que lideraba, sino a mí misma.

Durante esos meses de escasez de trabajo, mientras nuevos reclutas pegaban a nuestras puertas y los más veteranos se perdían entre el consumo de alcohol y vicios sexuales, decidí apartarme a meditar, entrenar cuerpo y alma para fortalecer mi voluntad. Seguía sin saber qué extraño poder contenían esos collares, mejor dicho los manantiales, pero habían estado a punto de terminar con cientos de años de vida en un segundo.

Puede que en ese tiempo mis silencios fueran más prolongados y mi actitud enigmática creciera con la delicadeza de las olas, pero mantenía la mente en el misterioso poder al que nos habíamos enfrentado.

Lo único que logró cambiar mi foco de atención eran los continuos rumores de guerra y el inminente fin de los gremios. Ya habíamos pasado por una etapa de declive, renaciendo desde las cenizas y colocándonos en lo más alto pero, ¿podríamos hacerlo una segunda vez?

Tenemos que cambiar de foco.- Antes esperábamos a que las misiones vinieran a nosotros y puede que ese fuera nuestro fallo. Nosotros debíamos saber con antelación qué estaba pasando y, sobre todo, cómo podíamos formar parte de ello.- Mañana buscaremos información sobre esa guerra. Motivo, involucrados, cualquier dato que pueda resultar relevante.- Miré a todos y cada uno de los presentes mientras llenaba un vaso con agua, dándole un largo sorbo.

De repente, sin que pudierais haceros una idea lo que estaba a punto de suceder, un gran estruendo irrumpió entre las paredes de la sede.

Se escucharon gritos de algunos de vuestros compañeros a la vez que gritaban de manera efusiva

¡Nos atacan!

          ¡A las armas!

¡Están en la bodega!

Los gritos de alerta fueron el primer paso del que sería una pesadilla difícil de asimilar ¿estaban atacando al gremio? Sí, y de manera letal.

 - Están... están saliendo del suelo... - dijo uno de vuestros compañeros mientras caía al suelo en un charco de sangre. Tenía todo el cuerpo lleno de cortes.

Junto al ruido de la bodega, se añadió el sonido de cristales rotos. Fue entonces que os disteis cuentas de la amenaza, un grupo desconocido os estaba plantando cara directamente 

Con un poco más de tiempo analizasteis la situación. Un grupo de casi 10 encapuchados escuálidos, armados con espadas y cuchillas habían irrumpido tanto desde el subsuelo de la bodega como de las ventanas principales.

Al menos uno de vuestros compañeros había caído, ¿qué había que hacer ahora? ¡defender vuestro sitio!

El grupo reveló sus rasgos quitándose las capuchas y mostrando un aspecto bastante similar al de los Alvene pero... ¿quiénes eran exactamente?

Ante un grito de batalla, alzaron sus armas y se abalanzaron contra ustedes.

-Guerra- repitió la guerrera en su mente como si la palabra fuera nostálgica y le trajera recuerdos agradables. Las guerras entre tribus eran cosa seria, aunque normalmente se podían arreglar con algún matrimonio o exterminando a la otra… lo que resultara menos desagradable. Ratko podía tener razón y vieran las primeras estelas de esa posible guerra, aunque sin duda el plan de Eärendil era mucho más factible y divertido. Incluso la Orumita se levantó de donde estaba sentada dando un fuerte manotazo a la mesa a modo de aprobación. Justo cuando fueron atacados.

-Primer informe de la guerra- dijo Shany sacando su espada y arrojando una mesa a un lado de una patada, para que no pudieran flaquearle-. La guerra ya comenzó.

Hizo girar su arma de abajo hacia arriba, de forma ascendente, aprovechando su extensión para superar el poco alcance del arma de sus enemigos. Tenían pinta de ser asesinos y el que no supieran nada hasta tenerlos encima apoyaba esa teoría. También el que un compañero descansara sobre su propia sangre.

Los gritos nos pusieron a todos en alerta, agarrando el báculo con fuerza mientras estaba atenta de por dónde iban a venir.

Prácticamente estábamos rodeados, alzando la mano libre mientras empezaba a trazar la estrategia a seguir.- Cubrir los flancos y no hagáis tonterías.- Ordené a todos los integrantes, moviendo los dedos alrededor del arma para provocar una bola de agua.- Sólo necesitamos a uno con vida.- Estaba enfadada, mostrándolo en el rostro serio y la fuerza en la que apunté a uno de ellos mientras Shany se encargaba del primero, preguntándome porqué mi propia raza me estaría atacando.

Ratko se levantó de la silla poniéndose en guardia ante los primeros gritos, cuando vio caer a uno de sus compañeros ya estaba con la palma de la mano hacia arriba invocando la bola de fuego, en aquella ocasión, dada la premura de la situación el tiempo de invocación fue mucho más breve. 

Con la llama crepitando delante de él vio como Shany y Earendil acababan con dos de los atacantes por lo que el demonio, sin mediar palabra se apresuró a hacerse cargo de un tercero lanzando la bola de fuego con fuerza hacia su oponente.

La rápida actuación por parte de los miembros de Los Nunca Olvidados generó que el ataque inicial fuese repelido con bastante efectividad, sin embargo no sería de forma perfecta.

Cuando comenzasteis a evaluar los daños comprendisteis que la propia estructura del edificio fue dañada, pero eso no era lo peor, la terrible noticia llegó cuando se supo que uno de los compañeros había fallecido durante el asalto.

Hacía tiempo que no perdíais a ningún miembro entre vuestras filas, y siempre era doloroso pero no quedaba más remedio que seguir adelante. Intentasteis interrogar a aquellos que aún parecían estar vivos o rodeados, pero de manera impactante, aquellos Alvene preferían acabar con su propia vida antes que ser "rehenes".

¿Qué era lo que debíais hacer ahora? Algunos de vuestros compañeros intentaron explorar los túneles por donde surgió la amenaza, sin embargo de manera cuidadosa aquellos túneles estaban cerrados a los pocos metros de profundidad ¿era un ataque suicida al haberse cerrado su vía de escape?

El caos se estaba apoderando del lugar, pero todo se confirmó cuando uno de vuestros compañeros que estaba fuera de misión entró en la sede para informar de una terrible noticia.

 - ¡Las ciudades! - gritó Victoria. - ¡Las ciudades están siendo atacadas! - parecía que intentaba tomar aire. - Tanto Ardan como Stond están siendo asediadas... ¡está siendo un ataque sincronizado! - ella parecía herida ¿habría tenido que luchar también por el camino?

- Se están reuniendo fuerzas en Frostan, la capital del reino humano... por lo menos eso es lo que he oído. Jefa, creo que deberías ir allí para intentar enterarte de lo que sucede. Todo apunta a que están congregando a todo soldado y mercenario para improvisar un consejo de guerra -

En solo unos segundos la batalla acabó Shany era consciente de que habían tenido mucha suerte, en su ataque su intentó contratacarle, pero su experiencia le ayudó a salvarse del daño. No eran simples mercenarios, eran guerreros expertos. Corrió hasta los túneles abiertos, pero volvió al poco tiempo con cara molesta, todos estaban cerrados.

Envainó su espada y se agachó sobre el camarada caído, murmuró unas palabras que nadie pudo oír y empapó el dedo incide con la sangre del muerto, luego dibujó un gesto con ella en su pecho y se levantó. No podían hacer mucho por él, solo darle los requerimientos fúnebres que habría querido y vengar su muerte.

Otra miembro del gremio apareció ensangrentada, agitada y con funestas noticias. En verdad era una guerra y no podían perder el tiempo. Shany miró con aprobación a la pelirroja añadiendo un:

-Espero que ellos hayan quedado peor- necesitaban a cada miembro capaz para afrontar este nuevo desafío. La guerrera flexionó su brazo con una amplia sonrisa-. Hay sangre que cobrar jefa. Tú decides.

Hacia demasiado tiempo que no perdíamos a alguien del gremio si no era por abandono, tanto que apenas me acordaba de sus rostros y, ahora, mis manos estaban manchadas de la sangre de uno de ellos.

Me acerqué al cuerpo al igual que Shany mirando fijamente las pupilas dilatadas del muerto, acercando la mano para bajar sus párpados sabiendo que mi magia de sanación no podía hacer nada. Si pudiera realizaría los rituales mortuarios de mi pueblo, devolviendo el cuerpo inerte al mar de donde surgió hace miles de años, pero ahora lo único que pensaba era en esos Alvenes que nos atacaron.

Respiré hondo mientras me incorporaba para comprobar los daños: Posiblemente el refugio ya no era seguro, había varios heridos y una única baja. Evidentemente podía haber sido peor, pero tenía que haber previsto un ataque, estar preparada para ello.

La entrada de la pelirroja hizo que alzara el rostro mientras la escuchaba, al igual que la sed de sangre de la Orumita. Giré el rostro para mirar una última vez al cadáver antes de tomar una decisión al respecto.

Esto no era un ataque aislado. Buscaban algo o alguien.- No dejaba de darle vueltas a esa idea. Dudaba que hubieran sido tan alocados como para atacarnos sin un plan previo, tal vez retenernos el tiempo suficiente como para que no nos diera tiempo a actuar.- Nos vamos a Frostan.- Fuera eso o no, nuestro compañero no moriría en vano.

Ratko apagó su fuego interno con cierta dificultad... una vez que lo encendía le pasaba como a la orumita, que le costaba trabajo no volver a utilizarlo pues la sensación de la magia recorriendo su cuerpo le resultaba estimulante, así como la adrenalina de verse inmerso en una lucha.

Sin embargo aquel demonio, a pesar de su naturaleza, no era inmune al sufrimiento y la pérdida de la vida humana... en especial de los que consideraba sus compañeros y el caído lo era, por eso a su modo le dedicó una pequeña despedida guardando silencio en señal de respeto y alguna antigua oración que había escuchado en algún lado, aunque no recordaba donde.

Tras aquello escuchó a ambas mujeres y con un leve suspiro añadió.

- A Frostan entonces.

JORNADA DE VIAJE

SEDE DE LOS NUNCA OLVIDADOS -> FROSTAN

Shany partió con lo básico, para siguiendo a sus compañeros y la promesa de derramar más sangre enemigo en venganza por el camarada caído. Ni siquiera esperar a las primeras luces del día, sino que se pusieron en marcha apenas juntaron sus pertenencias para el viaje. Por eso no le sorprendió ver salir los rayos del sol en el horizonte.

La orumita alzó la mano al astro, dejando que sus rayos se concentraran en su mano, como si pudiera contener su poder en la palma. Aun les quedaba un buen trayecto hasta la ciudad de Frostan y de momento el viaje había sido tranquilo. Aunque la idea de ser atacados por esos malditos elfos siempre rondaba al grupo.

-¿Sabemos algo de esos tipos?- preguntó de repente, jugueteando con la empuñadura de su arma, acariciándola como si estuviera confortándola por no estar enterrada en las entrañas de algún enemigo.