Partida Rol por web

Mientras se debatía el plan a trazar, Sayron añadió:

¿Y a dónde narices ibamos a ir? Es absurdo que huyamos con el rabo entre las piernas, además - mirando a Blaster - sabes que no pienso irme sin ella. Lo sabes ¿verdad?

(Llevandote a parte)

Sayron, huir de la ciudad es la mejor opción. Pero no creas que me he olvidado de ella. Iremos a buscarla mientras Ludock y el otro muchacho, Locke, piensan un plan para sacarnos de aquí mañana. Huiremos todos juntos, ella también. No tenemos alternativa, no te haces una idea de a que nos enfrentamos.

Podemos ir ya mismo a buscarla ¿Te parece bien?

(Veis como Sayron y Blaster se alejan para comentar algo a solas)

Locke, se que te parecerá una locura, como todo lo que te propongo (Se ríe) pero no te haces una idea de cuanto vamos a ganar en esta operación. Ese tipo... - dice señalando a Blaster - Somos viejos conocidos. Tiene mas dinero del que crees. Y además está el colgante de la joven noble ¡Va a ser una gran operación, muchacho! Dime que necesitas e intentaré conseguirtelo.

Sayron agarra su espada sonriendo.

- ¿Por qué no lo has dicho antes? Vamonos ya.

El herrero no tiene idea de a dónde van, de a dónde irán después, ni nada de lo que sucede a su alrededor. Pero al menos sabía que tenían que proteger a los seres queridos, y permanecer juntos si querían sobrevivir.

Lo que necesito básicamente son cuatro disfraces de pordioseros y dos personas que estén dispuestas a hacerse pasar por nosotros. Yo podría buscar alguien para que se pusiera las ropas nobles mias y de Leina, que es lo que había pensado en un principio. Pero con la adquisición de tus dos nuevos amigos... no se si tendré tantos contactos que estén dispuestos a hacerme ese favor...

Puedes ver como Blaster y Sayron salen apresuradamente por la puerta, Blaster le hace señas a Ludock como diciendole que volverán luego.

Locke se va de casa de Ludock en busca de sus contactos. Es hora de cobrarme un par de favores.

Por muy bueno que fuera el plan, nadie estaba dispuesto a poner su vida en juego así como así. Por lo tanto, Locke volvió a casa de Ludock con las manos vacías y un enfado considerable. Desalentado por la negativa de sus contactos, el chico aun se agarra a la esperanza de poder hacer pasar a Leina y los otros dos por pordioseros y poder escapar de la ciudad antes de que diesen la voz de alarma.

Bien, Sayron, te planteo mi teoría. Si el rey hubiera capturado a... tu madre ¿No?, creo que nunca me has contado cual es tu relación con ella, pero continuo: Si el rey la hubiese capturado, creo que a estas alturas ya lo habriamos sabido... ¿se habrá escondido? ¿estará en algun lugar de la posada y no miramos bien antes, habrá ido a una taberna, estará por la calle...?

Estoy algo desorientado, no la conozco bien, no puedo imaginar como habrá reaccionado ante todo esto... ¿Tu que opinas?

La verdad es que Sayron no podía opinar. Conocía a su madre, pero sólo conocía lo que había visto. Ella no hablaba de su pasado. El herrero pensaba que su madre era de la ciudad de fuego, a lo mejor había ido a visitar a viejos conocidos.

En cualquier caso, la posada era el lugar que tenían que mirar, pues, aunque no estuviera allí, si no la habían capturado, era el punto de reunión.

- Vayamos a buscar mejor en la posada - dijo Sayron con una sonrisa - Gracias Blaster. Por todo.

(Llegais a la posada)

¿Donde miramos ahora? ¿Volvemos a la habitación? ¿Hablamos con el posadero?

(Blaster parecía continuar tan confuso como tu)

- Ve tú a hablar con el posadero, yo voy a mirar arriba. Así seremos más rápidos y podremos irnos cuanto antes. No me apetece nada quedarme aquí.

Sayron sube con rápidez a los aposentos para ir buscando a su madre. No grita, pero se anda con ojo, por si hubiera problemas esperando.

Te parece oir un ruido procedente de el armario que se encuentra en la habitación.

Corriendo, Sayron cruza la habitación a toda prisa hasta llegar al armario, una vez allí lo abre, o al menos trata de hacerlo... Pero siempre con los sentidos alerta por si no fuera quien esperaba que fuese.

Dentro de el armario encuentras a tu madre. Está extremadamente pálida. No es capaz de articular palabras inteligibles. Parece estar consumida por el miedo...

Con el brazo la abraza, para consolarla... Le ayuda a salir, y le acompaña a paso lento hacia la salida...

- Ya ha pasado todo, tranquila... ¿Qué sucedió? - dice en el tono más conciliador que le sale. - ¡Blaster, ya está!