Partida Rol por web

Tu flecha no va muy precisa pero consigue impactar en su objetivo, y entre eso y la habilidad de tu herida pero fiera compañera, lográis tumbar a vuestro objetivo, que cae en el suelo jadeante y herido.

¿Que vas a hacer a continuación?

Una vez herido mi oponente en el suelo saco mi lanza y apunto con ella al cuello de mi oponente caido en el suelo.

Tranquilito... no te muevas que te puedes hacer daño...

Mientras miro fijamente a el ladrón le digo a mi compañera: Átalo bien... no queremos que se escape y puedan hacerle daño los lobos.

Ahora dirigiendome al gran tipo de la cicatriz le digo: Vamos a la taberna... seguro que una cerveza te sienta bien... tanto tiempo aquí arriba... tienes que tener la garganta seca...

Sira te hace caso sin rechistar. EL tipo protesta bastante pero nada puede hacer y tiene que acabar cediendo ante la mujer de los cuchillos. Acto seguido examina su herida y ella misma se la venda. No parece algo preocupante o al menos ello no lo da a entender.

Buen trabajo - se limita a decir. Y acto seguido emprendéis vuestro regreso.

Miro el horizonte y busco el camino de vuelta

Al principio estabas convencido de estar siguiendo correctamente el camino de vuelta pero pronto empiezas a darte cuenta de que no te suena de nada la zona. Por desgracia, para cuando quieres remediarlo, tres imponentes lobos se encuentran ante ti, observándote. Se mantienen silenciosos, sin mover un solo músculo, estudiando cada uno de vuestros movimientos. Todos os mantenéis inmóviles...

¿Que vas a hacer?

Sin pensarlo cojo mi lanza y rápido los envisto...

Fallas en tu ataque y los lobos ni siquiera se mueven. Siguen observandoos, sin perderos de vista ni un momento. Sira y vuestro prisionero parecen paralizados por el terror.

¿Cual es tu nombre? - resuena una voz en el interior de tu cabeza.

Mantengo mi brazo derecho extendido como avisando a Sira y al capturado de que no se mueva. Mientras escucho la voz...

Al principio crei estar en una locura... pero luego el instinto me hizo reaccionar... bajo mi lanza y respondo en mi interior...

Soy Rast Eagle... ¿Quienes sois vosotros?...¿Por qué puedo escucharos en mi cabeza? ... No pretendía atacaros ... solo defenderme...

El lobo mas grande del trío se acerca un poco a ti, con paso lento pero firme.

No somos lo que aparentamos ser - vuelve a retumbar la voz en tu cabeza - Mi nobre es Tuxhala, y al igual que mis compañeros estoy atrapado en este cuerpo. Necesitamos ayuda. ¿Nos ayudarás, joven Rast? La recompensa que obtendrás a cambio no conocerá límites...

Me arrodillo y acarició la frente del lobo que se acerca a mí, mientras sigo hablando en mi mente:

Si en verdad no sois lobos... ¿Qué sois?... ¿Cómo podría ayudaros?...

Digo mientras pienso en todo lo que me esta diciendo aquel lobo

El lobo se sienta frente a ti con tranquilidad. Sira y vuestro prisionero os observan, completamente inmóviles.

El mal está resurgiendo, joven Rast. Probablemente no comprendas que significa esto pero podemos ayudar a pararlo...
Una malvada hechicera nos transformó en lo que somos, años atrás... Nos condenó a vivir eternamente como animales. Habíamos aceptado ya nuestro destino pero entonces todo empezó a cambiar... El mal se acerca... Debemos matar a esa hechicera... ¿Nos ayudarás, joven Rast?

Sigo acariciando al lobo y pienos:

¿Y como puedo ayudaros?... Tan solo soy un cazador... la magia no es uno de mis fuertes...

¿Y quien es ella?... ¿Como la reconoceré?

Ah, joven Rast, la magia late fuerte dentro de ti... Y la reconocerás, podrás sentir su maldad...

Si de verdad quieres ayudarnos, reúnete en tres horas aquí con nosotros y obtendrás mas información. Asegúrate de cerrar tus asuntos pendientes, o al menos los mas urgentes...

Recuerda: tres horas...

No se porque hago esto... pero esta bien... volveré antes de 3 horas...

Me levanto y sin más miro a Sira y le digo:

Vayamos rápido a la taberna... tengo cosas que hacer después... y este charlatan debe de encontrarse con sus admiradores...

Sin más me di la vuelta y empecé a caminar en dirección al pueblo donde devía de entregar al hombre de la cara marcada...

Cuando vuelves a la taberna, Joe no cabe en si de la impresión.

Jo jo jo, lo has conseguido, nunca hubiera imaginado que... quiero decir que ¡nunca tuve duda alguna de que lo lograrías.

La guardia de la ciudad no tarda en aparecer para apresar al fugitivo, que se despide de ti con una frase que te quedará marcada: Nos volveremos a ver, amigo de los lobos...

La recompensa resulto ser muy buena, ni nada mas ni nada menos que dos relucientes monedas de oro.

Aún quedaba tiempo antes de volver, pero no era bueno demorarse demasiado...

Recojo la recompensa y la frase de la guardia... pues la guardaría dentro de mi cabeza.

Cojo una moneda de oro y le digo a Sira:

Toma... es justo que partamos la recompensa por la mitad... Aprieto la mano de sira en señal de gratitud y le digo antes de marcharme: Espero volver a cruzar nuestros caminos, eres una compañera leal y fiera... ahora debo irme...comprare algunas antes de partir de la ciudad... Fue un gusto compartir parte de este viaje contigo, Sira...

Me doy la vuelta y voy a la zona de comercio en busca alguna armadura, flechas y algo de vianda para el viaje...

Tras realizar las compras en el zoco de la ciudad, me equipé mi nueva armadura, enfundé las nuevas flechas en la aljaba, me tome mi preparado de hierbas... y comencé a andar hacía mi cita con aquellos lobos...

No sabía por qué pero sabía que debía hacerlo...