Partida Rol por web

Fabiano dirige una mirada a Elizabeth. Hay rencor, y un matiz de comprensión en sus ojos, pero parece un odio frio y seguramente provenga de instintos supervivientes y de la aversión que le provoca aquél horrible muñeco vudú cuyo poder ya ha sentido.

El grandullón, a pesar del hacha que sujeta, parece poco capaz de oponerse a voluntades ajenas, pero su impasible cara espera lo suficiente antes de reaccionar para que Mark se le adelante, y cuando mira al arquitecto parece incluso interesado en comprobar si muere de una descarga eléctrica o no.

Jimmy se incorporó con un suspiro abriendo los ojos de para en par con las pupilas dilatadas y la boca abiertas. Sus manos como garras se aferraban a los bordes de la mesa y tardóa al menos un minuto en darse cuenta de que estaba en la biblioteca, con sus hermanos. Había sido una pesadilla, la frigura que horas antes vió en el pasillo de la casa, junto a la cocina, ahora allanaba sus sueños sin permiso.

Joder... me estoy volviendo loco.

Con una mano sobre el pecho parece que trata de contener la galopante taquicardia mientras con la otra mano le hace un gesto a Steve, para quer sepa que esta bien.

Ha sido sólo una pesad¡lla, todo en orden.

Trata de maquillar su nerviosismo con una sonrisa torcida. La realidad es que queda poco para el alba y eso siempre es una mejoría.

Todo va bien, Jimmy -Se repitió a si mismo con para autoconvencerse. Pero algo no iba bien, podía sentirlo. Miro a su alrededor con un nudo en el estómago. Era Greg, estaba empeorando. De un salto se baja de la mesa para llegar hasta su hermano delirante.

Steve, creo que Greg esta muy jodido, cada vez va a peor...

El quarterback dió un pequeño respingo al escuchar el suspiro de su hermano al levantarse, siendo capaz de controlar la mano donde sujetaba la pistola que se había movido como si tuviera vida propia, frenándola antes de llegar a apuntar a Jimmy.

- Pobrecito el nene. Si quieres te puedo dar la mano mientras duermes y cantarne una nana si ves que no puedes dormir- Le hacía gracia cuando las tornas se cambiaban y él podía dar la brasa a Jimmy. Su hermano nunca dejaba pasar una buena situación para sacarle punta a todo y mofarse de él así que debía aprovechar las pocas oportunidades que él tenía para devolverselas. Sin embargo, no pudo mantener la sonrisa burlona cuando le avisó del estado de Greg.

- Ntsch! Tienes razón tio- le responde después de acercarse a Greg y ponerle la mano en la frente- Está ardiendo y sudando como un pollo. Las pastillas esas que le dimos no le han hecho una mierda.

Steve mira a su alrededor, como si pudiera encontrar a alguien a quien pedirle ayuda aún sabiendo que estaban sólos, que debían apañarselas por su cuenta. Se muerde el labio mientras piensa algo con lo que ayudar a su hermano para después levantarse y quitarse la sudadera, poniéndosela de nuevo una vez que coge la camiseta que llevaba debajo.

- Esto a lo mejor le hace algo, ¿no?- había sacado el brazo por la puerta para que la camiseta se empapara de la lluvia que seguía incesante en el exterior y se la había puesto en la frente a modo de compresa fría- No se me ocurre otra cosa...- confiesa preocupado.

Las preocupaciones y tribulaciones de los Skilton están absolutamente justificados. Los conocimientos médicos de ambos no llegan si quiera a un mínimo médico. Pero la realidad es que no hace falta ser un lumbreras para darse cuenta de que algo va realmente mal en el cuerpo de Greg.

La fiebre es altísima. Su frente está perlada de gotitas de sudor.

Un rápido vistazo a sus manos revela un hallazgo del mal agüero.

La araña...

De repente saltan todas las alarmas en las mentes de Steve y Jimmy: Veneno!

Ninguno de los dos ha dicho nada, pero es evidente que amnos han pensado lo mismo.

Compruebo la culata de la escopeta encontrada. Parece tener una forma bastante apropiada para lo que tengo en mente.

La palanca cuya función es servir de interruptor principal del cuadro eléctrico apunta hacia el suelo.. Hay que invertir esa dirección. Cogiendo el arma por la parte contraria tras haber comprobado que no lleva cartuchos en su interior, apoyo contra la palanca la culata de madera y de bajo hacia arriba intento poner en funcionamiento el sistema que lleva tanto tiempo inactivo.

Espero que tras activarlo, el sistema responda, aunque sólo sea durante unas horas.

El arquitecto se dispone a subir la palanca. Usa la culata de la escopeta para ello, usando la madera como material no conductor de electricidad y por tanto reduciendo las posibilidades de morir electrocutado.

Todos contienen la respiración por un momento ante la maniobra.

Spinner resopla dando a entender que la palanca no está precisamente engrasada. De repente CLANK!

Con un sonido seco, la palanca invierte su posición.

Un ligero sonido a corriente estática envuelve el ambiente. Inconscientemente las miradas se dirigen al techo, en busca de respuesta en los bombillos.

Oscuridad.

El sonido eléctrico indica que algo ha ocurrido, pero desde luego no aquí abajo.

Las linternas siguen siendo vuestra fuente de luz.

¿Qué es eso?

Algo ha cambiado en el ambiente.

¿Luz?

El ambiente lumínico en el exterior ha cambiado. No es el amanecer, pero de repente, hay más luz.

Increíblemente parece que funciona.. Aunque sólo es, de momento, una suposición dado que aún nos rodea la oscuridad.

- Un interruptor. Estará, o debería estar, al lado de la puerta.

Y sin esperar respuesta, giro sobre mis talones y me dirijo hacia allí

Como un científico que se sabe cerca de un hallazgo importante, Spinner atraviesa el cuarto de herramientas en dos zancadas con un ínico objetivo en mente. El interruptor.

Click.

Oscuridad.

Click, click, click...

El arquitecto lo acciona compulsivamente varias veces sin resultado alguno.

Oscuridad.

Permanezco un par de segundos de pie, al lado del interruptor, recapacitando antes de darme por vencido. Nunca darse por vencido es una opción.

- El cuadro general parecía que funcionara,, Puede estar inservible el cableado hasta el interruptor.. o que no haya bombilla. Ésa es una posibilidad.

Levanto el haz de luz de la linterna hacia el techo, buscando un portalámparas vacío,, o una bombilla fundida. Algo que me dé esperanza y confirme que la luz funciona. Que lo que no funciona es la instalación en esa habitación..

El arquitecto ilumina al techo en busca de un bombillo.

Hay uno. Roto.

Cuelga inmóvil perpendicular al suelo. Ciego.

Como siempre Eli y Rick están a la defensiva, aunque las palabras de ella hacen mella. Sí, parece que Rick ya no es lo que era e incluso él mismo es consciente de ello muy en el fondo. No parece sorprenderse de sus palabras, lo cual me intriga. No sé cuando Eli pasó la línea de caerle mal y tenerle mucha rabia a no importarle que muera, ni cuál es la causa de ello.

Por si no tuviéramos bastantes problemas ya...

Y entretanto, Mark va en busca de la luz. Todos miramos al techo en busca de ella pero nada. Sigo a Mark, con la llave en la mano después de haber desechado el serrucho por incómodo, y desde un segundo plano somos testigos mudos de sus intentos de dar la luz con el interruptor y cómo, por último, ilumina una bombilla que debería dar luz pero permanece apagada.

¿Estaría fundida o sólo algo desencajada de la rosca? No sé si Mark llegaría hasta el techo así que busco con la mirada alguna silla o mesa que pueda servir de escalera.

- Por lo menos, eso prueba que puede que la luz funcione pienso en mi eterna visión positiva de las cosas..

- Bueno, quizás ahora haya luz en el resto de la casa.. Y si encontramos una bombilla, incluso podríamos cambiarla..

Aunque lo que realmente queremos todos es salir de allí, claro.

Las miradas de los dos hermanos se cruzaron llenas de preocupación. Su hermano mayor, que hasta hacía poco más o menos había ido aguantando, parecía haber claudicado finalmente a los efectos de la picadura. Lo peor es que no tenía ni idea de medicina y si realmente estuviera bajo los efectos de algún veneno no podían hacer nada. La solución era ir a un hospital y que allí lo atendieran como fuera, pero sin la furgoneta y siendo todavía las horas que eran... ¿quién iba a pasar por allí?

De pronto, un resplandor que pudo ver por el rabillo del ojo hizo que girara la cabeza hacia la puerta. El sol aún no había salido pero entonces, ¿que era? ¿unos focos? la furgoneta estaba fuera pero ¿quien podía haber encendido las luces...? los demás no han sido, desde luego...

- Ostia!- una idea absurda y totalmente irrealizable pasó por su mente, como si quisiera que fuera realidad- A lo mejor ha venido alguien a por nosotros, Jimmy! No hagas ruido que voy a ver...- dice ahora bajando la voz dirigiéndose hacía la ventana para ver que ocurría...

Lo que ves te deja helado y pegado al cristal de la ventana.

¿Cómo es posible?

El convento aparece iluminado. Tétricamente iluminado.

Fabiano examina con aire ausente el entorno. Sin abrir la boca, empieza a acercarse a la puerta de vuelta. El jugador de rugby no tiene paciencia ni intelecto para reacciones más sutiles, y posiblemente, armado con el hacha se sienta mucho más capaz de enfrentarse a cualquier destino que le espere.

Steve tuvo que pasar la mano varias veces por el cristal para quitar el vaho de su propia cara pegada casi a él. Seguramente se había equivocado y ningún coche había llegado hasta allí por el semblante de su rostro, que en lugar de expresar ilusión tenía un cierto tinte de preocupación. Sin embargo, no llegó a decir nada. Se acercó titubeante a la puerta de la biblioteca y, tras mirar unos segundo por la pared, empezó a tantearla como si buscara algo en ella...