Partida Rol por web

De repente el cuerpo de Marcos se para, antes de llegar a hacerle nada a Eli. Sin duda Marcos quiere recuperar el control de su vehículo terrenal.

- Marcos, expulsa a quien sea que quiere usar tu cuerpo digo sin darme cuenta que esas palabras bien podría haber jurado que nunca saldrían de mi boca al ser un agnóstico convencido..

Aunque Marcos no ha llegado a hacerle nada, el gesto de su rostro es de dolor. Con los ojos todavía cerrados, se mantiene en pie a duras penas, sin soltar el diario de Miroslava.

- Está bien, lo haremos, pero sal del cuerpo de Marcos - Su exigencia no parece dirigida a nadie en concreto, sino que más bien habla para sí misma.

Sin más, el cuerpo de Marcos se desploma como un trapo sobre el suelo con un sonido sordo.

El silencio es tan intenso que hace daño. Todas las miradas confluyen en el cuerpo inerte del viejo, que permanece inmóvil y en una postura poco natural.

La situación es inquietante. Tanto Eliz, como Marcos y Rubí notan claramente que algo sobrenatural está sucediendo. De repente, el aliento de los presentes se condensa como si estuviérais en el exterior y la temperatura desciende en unos segundos hasta niveles árticos.

Dios... Y ahora, ¿qué?

Ver el cuerpo de Marcos tendido en el suelo sangrando hace que recupere un poco la compostura, y la gélida temperatura de la habitación me despierta del miedo atenazador que he sentido hace unos instantes. Salto hacia el bibliotecario e intento otra vez cubrir sus heridas con las vendas desparramadas por el suelo, hablándole como si pudiera oírme, palmeándole las mejillas, dándonle la mano...

Oh! mierda, Marcos!! ¿Que te ha pasado?

Intento poner su espalda apoyada en la cama, más o menos. Mark, ayúdame a incorporarlo, por favor.

Eli, que ha pasado? Que es lo que vamos a hacer? La angustia en mi voz se nota a las claras y no sé si va a gustarme la respuesta...

Abre los ojos y respira hondo tratando de recuperar el aliento. Marcos se desploma frente a ella, como si alguien hubiese cortado los hilos de la marioneta.

- Mierda - mira hacia todos los lados asustada, mientras se da un abrazo a sí misma para intentar calmar el frío sobrenatural - Está aquí, entre nosotros, y es el mismísimo demonio - Intenta hablar sin que le castañeteen los dientes - No dejéis que entre en vosotros. Impedídselo. Quiere que quememos el diario

Se acerca hasta Marcos sin soltar el preciado manuscrito y se agacha para comprobar su estado.

- Hay que volver a colocarle en la cama. Y tenemos que obligarle a mantenerse despierto como sea o volverá a poseerle.

Sin abrir la boca, me inclino y ayudo a Rubi a levantar a Marcos y volver a ponerlo en la cama.

Cita:

- ¿Y cómo se hace eso? pienso mientras mis músculos entran en calor por el esfuerzo de levantar al pobre Marcos.

La situación es realmente tensa. Marcos yace en el suelo y no sabeis si está vivo, o muerto. Para colmo la habitación se enfría sin explicación alguna y Elizabeth alerta de que hay algo en el ambiente que intenta tomar el control de vosotros.

La situación llega al límite cuando ese ser sobrenatural del que la gótica ha estado hablando se materializa sobre el cucuerpo de Marcos... Un rostro poco definido pero evidente en mitad de la nada.

Un rostro amenazador que pone vuestras mentes al borde del colapso nuevamente.

Joder!!!!!!

Estabámos Mark y yo poniendo a Marcos en la cama cuando aparece de la nada, entre Marcos y nosotros, el demonio del que hablaba Eli, ese ser que quiere ¿poseernos?

Pero cómo podemos impedirlo? Cómo podemos impedir que vuelve a entrar en el bibliotecario?

Aunque continuo estando aterrada y los nervios atenazan mi estómago, no sé de dónde saco las fuerzas para levantarme e interponerme entre este demonio o lo que sea y Eli. Poniendo todos los músculos en tensión y alerta, cojo la maza de tela dispuesta a dar una buena tunda a esa cosa.

No sé quien eres pero no harás más daño a ninguno de nosotros. Vuelve al infierno de donde has salido, maldito!!!

La aparición delante de nosotros, a pocos centímetros de nuestras caras, es algo inesperado, absolutamente. El golpe me sobresalta haciendo que vuelva a erguirme soltando las piernas de Marcos, las cuales golpean el suelo con fuerza. Afortunadamente, el cuerpo de Marcos sigue en el aire, por lo menos la parte superior del tronco, al estar entre los brazos de Rubi.

Dos pasos hacia atrás, separándome de la visión, dejan de manifiesto que mi silencio y la expresión de mi rostro son fieles muestras del golpe sorpresivo que ha tenido sobre mí.

Lo ves venir desde atrás pero no tienes tiempo de esquivarlo. Más que nada porque lo último que esperabas es que un estante del armario que habeis rodado para bloquear la puerta salga volando como un proyectil hacia tu cabeza impactando de forma brutal.

El resto amagais una esquiva inútil. Sabeis que si hubiera tenido como diana a cualquiera de vosotros os habría dado igual.

La madera cae al suelo con un ruido sordo y Rubí acusa el golpe al borde de la conmoción.

Vamos Elizabeth, quema el diario.

Cita:

E inmediatamente después siento un dolor en la cabeza, parece que algo me ha golpeado, la habitación da vueltas, apenas oigo nada, pierdo el equilibrio, cayendo de rodillas sobre el frío suelo. Todo me parece más borroso y no sé dónde están Eli o Mark, ni Marcos..