Partida Rol por web

Rick tiene la mirada clavada en Diamante, que se ha interpuesto entre él y Rubí, como si se tratara de una ironía inconsciente o tal vez no tan inconsciente.

La visión del compañero del equipo aclara algunas nubes de la mente del capitán, pero como si atendiera a una llamada silenciosa, nada más estar libre su vista va directamente al corazón tallado en la madera por él mismo hace unos minutos.

Sin decir palabra ni expresar odio, miedo o cualquier otra emoción, Ricky sale a toda carrera de la biblioteca cuya puerta acaba de ser despejada, desapareciendo en la oscuridad y la lluvia.

Sales corriendo como alma quelleva el diablo preso de un pánico visceral. El frío te golpea y te aclara por un instante las ideas. Te paras una décima de segundo a las puertas de la biblioteca. Miras a la izquierda: el edificio principal. Miras a la derecha: negrura. Miras al frente: el pequeño jardín y tras él los árboles. El bosque.

La lluvia te empapa en segundos. Echas a correr hacia el bosque donde sus árboles se agitan por efecto del viento...

Pum, pum. Pum pum. Tu corazón está a punto de reventar.

Steve interrumpe la escena y se coloca entre las dos mujeres y el novio trastornado de una de ellas. No parece darse cuenta hasta que levanta la vista y comprueba como los tres le miran ahora. De repente, Rick reacciona de manera totalmente inesperada y sale corriendo de la biblioteca perdiéndose en la negrura de la noche. Sin duda vuelev a estar totalmente fuera de sí.

Elizabeth arquea una ceja sorprendida y gira sobre sí misma para observar la trayectoria del futbolista. Mira a su amiga un instante y de nuevo dirige la mirada hacia el lugar por el que acaba de desaparecer su novio.

- Creo que alguien debería ir por él - consigue decir al fin - Ha perdido la cabeza y se perderá ahí fuera - Aunque realmente no le importa lo que le pase, no quiere que su amiga sufra por aquel idiota. - Vamos, id por él!

Mira diractemente a Steve, como si fuese el más apropiado para tal tarea. Aunque tras el último incidente, ya nadie parece estar lo suficientemente cuerdo como actuar con coherencia.

Marcos agacha la cabeza y la mueve de un lado a otro en señal de negación.

Qué lejos queda mi juventud. Pero hay comportamientos que no comprendo.

Vuelve a mirar a Gregory.

El veneno de la araña que te picó está haciendo su efecto. Necesitamos encontrar antibióticos y un antídoto rápidamente. Ya que el loco de Rick va abriendo camino lo mejor para ti será que nos marchemos de esta casa ahora mismo para buscar atención médica. Tal y como estás, no creo que lo mejor sea seguir esperando.

El silencio que se había apoderado de la habitación mientras que Diamante esperaba a que Jimmy se levantara para llevarselo de allí, el sabría donde, hizo que el quarterback levantara la cabeza. Así se dió cuenta de que, sin quererlo, se había convertido en el centro de atención y las miradas de Rubí y Elizabeth caían sobre él y, al girarse, comprobó como Rick también lo observaba fijamente, sin decir ni una palabra, sin emitir ninguna emoción, sin hacer ningún gesto. De repente su compañero, echó a correr hacia el exterior. Se había quedado perplejo un instante, mientras miraba la puerta de la biblioteca tras la cual una manta de lluvia y negrura hizo que perdiera rapidamente de vista a Fabiano, hasta que Elizabeth pidió que lo siguieran...no había dicho nombres pero sus ojos negros le indicaban que debía ser él quien lo buscara.
Se relamió los labios intentando evitar la sequedad que atenazaba ahora su boca y parecía reflexionar sobre lo que Elizabeth le dijo mientras miraba el suelo. Cuando volvió a levantar la cabeza buscó a Rubí. Sus blancos dientes estaban ocultos pues la sonrisa jovial había desaparecido y su rostro tenía un caracter extraño, entre el dolor y la fragilidad, mientras fijaba sus verdes ojos en la novia de su amigo como si quisiera traspasarla, como si pretendiera leer sus pensamientos, interpretar sus emociones, sus sentimientos. Sus labios se entreabieron, iba a decir algo pero pronto volvieron a cerrarse, a la vez que se ponía de nuevo su sudadera y cubría su cabeza, protegiéndose también de las miradas de los demás. De nuevo, giró la cabeza hacía el lugar donde estaba Rubí pero la capucha y las llamas de la chimenea había cubierto su rostro de sombras. Echó a correr, como antes lo había hecho Rick, y desapareció engullido por la lluvia. El chapoteó de sus zancadas sobre los charcos del jardin sonaban tras el incesante goteo- GRANDULLÓN![B]- se escuchaba gritar-[B] DONDE COÑO VAS!!!

¿Irnos? ¿A dónde? Si nos pudiéramos ir ya nos habríamos largado, viejo! Y cómo que "tal y como estás"? ¿Antibióticos? ¿Antídotos?

Te paras un segundo en el dintel de la puerta de la biblioteca. No ves a Rick. La noche se lo ha tragado como un niño una pastilla de goma.

Hacia el edificio principal no puede haber ido... Es el último lugar al que querría volver. Solo hay dos opciones, de frente cruzando el jardín hacia el bosque o hacia la derecha paralelo a la biblioteca...

MIERDA!

Los ojos de su hermano al fin se encontraron con los suyos, pero la situación era muy confusa. Rick salió corriendo entre la lluvia, su otro hermano parecía afectado por la picadura y ese llanto de bebe que no paraba de sonar en su cabeza, de tal manera que ya no sabía si era una alucinación o un sonido verdadero.

En el centro de la habitación su hermano Steve era una figura imponente con el cuchillo en la mano, lleno de aparente cordura y valentía mientras goterones de agua se precipitaban desde su pelo rubio empapado. Y le estaba diciendo que fuera hacia él.

Jimmy, casi como un autómata se levanta, momentos después de que Fabiano corriese hacia la calle. Se acerca a su hermano, pero en ese momento Diamante corre también.

Mierda, esta si que es buena, jodida lluvia...

El más joven de los Skilton se acerca al montón de leña que habían hecho con las sillas rotas y coge una pata a modo de garrote, suspirando y con el pensamiento fustigado por la visión del espectro y el llanto del bebe, sale a la calle tratando de ver donde coño estaba su hermano.

Desde mi posición, escuchando a Marcos sobre la picadura a Greg, veo como sale corriendo Rick hacia la inmensidad de la noche. - Definitivamente, algo está alterando su comprotamiento

- Será mejor que alguien vaya a por él. Si sigue corriendo sin sentido, podría perderse. No está en condiciones, como todos sabemos. - Y más vale que vaya uno de sus amigos futbolistas.. Yo no voy a pegarme con él,, y seguro que me pegaría.

- Marcos, es difícil salir de aquí tal cual estamos y la noche que hace. Yo también considero que no debería quedarse.. ni él ni nadie. Pero no veo que tengamos opción ahora mismo.. le digo a mi amigo cuando ha terminado de inspeccionar a Greg.

Oh Dios, Rick, noooo... Que alguien vaya a por él por favor...

La joven habla a media voz, con los anegados en lágrimas, abatida, fatigada y hecha un trapo. Elizabeth le da la poca fuerza que le queda.

¿Qué nos está haciendo esta casa? ¿Qué quiere de nosotros la casa?

Rubí está definitivamente desesperada. Sus preguntas retóricas, no obstante, son interesantes para más de uno.

Mientras Marcos estaba inspeccionándole, los acontecimientos se suceden, con la inesperada salida de Rick al exterior. Todavía estaba pensando en lo que le había dicho Marcos, sobre conseguir un antídoto. ¿Pero dónde demonios iba a conseguir eso en esa maldita casa? No podían ir a ningún lado, sin gasolina en la furgoneta. El veneno tendría que seguir ahí...

Entonces ve como sus dos hermanos salen corriendo tras Rick. ¡Joder, lo que faltaba! Sin contestar a Marcos, Gregory se acerca a la puerta de la biblioteca. No estaba en condiciones de salir corriendo tras ellos, pero eran sus hermanos.

¡ESTEVE, JIMMY, VENIR AQUÍ, JODER!- su voz ya no era calmada, como solía ser habitual, si no que era la voz furiosa que solía utilizar hace años, cuando sus hermanos eran pequeños, y Gregory les abroncaba.

Tras un segundo de indecisión, Gregory sale corriendo tras sus hermanos. No podía dejarlos solos ahí fuera, por mucho que tuviese fiebre y el veneno de un bicho en su sangre. Eran sus hermanos y tenía que cuidarlos.

Cuando Greg salió de la biblioteca, sus ojos tardaron un poco en acostumbrarse a la oscura noche. El reflejo de un valiente rayo de luna que consiguió atravesar los nubarrones sobre la hoja del cuchillo de Steve delató la posición de éste. La sombra encapuchada en la que se había convertido estaba a pocos metros de distancia de la puerta, extendiendo su mano libre hacía Jimmy, que estaba llegando a él- Ten mucho cuidado con ese...- se escucha de boca de un serio Steve cuando los dos hermanos se unen.
El rubio de los Skilton parece desoir la llamada de Greg y se dirige no hacía la mansión, no hacía el bosque, sino que sigue hacía la derecha, paralelo a la biblioteca como si hubiera visto por allí a Rick. Sin embargo, esta vez no llega a ir corriendo sino que va dando rápidas y grandes zancadas, acompañadas de insistentes miradas hacía atras , hacía su hermano mayor. Sin duda está demorándose un poco invitándolo también a unirse a ellos...no debemos separarnos...había dicho él mismo en la mansión...debemos estar siempre juntos...

En unos segundos la mitad del grupo ha desaparecido del remanso de paz que hasta ahora había sido la biblioteca. Los hermanos Skilton a una deciden ir en busca del desquiciado Rick Fabiano. Rubí, Elizabeth, Mark y Marcos quedan en la biblioteca.

Como prueba de lo sucedido está la mesa volcada por Steve, y la puerta de cristal de la biblioteca abierta de par en par. El frío vuelve a apoderarse del habitáculo, pero esta vez es diferente, se trata de un frío natural. Una ráfaga de viento provoca que las llamas se agiten inquietas y que las páginas de los libros abiertos sobre la mesa pasen sin orden, animadas por los elementos. La lluvia cae fuera, y los árboles se agitan poco más allá del descuidado jardín.

Un nuevo suceso sin explicación ha roto al grupo en dos, tal vez de manera definitiva. Solo algunos permanecen medianamente centrados. Es el caso de Steve y de Elizabeth. Ambos dos saben que tiene que haber una explicación para lo que está sucediendo. Claro que buscan esa explicación en lugares opuestos de lo explicable...

Observa a los tres hermanos mientras desaparecen en la oscuridad de la noche. Una vez más, el grupo ha quedado dividido.

Se acerca hasta la puerta y la cierra para evitar que el frío anule de nuevo el trabajo conseguido hasta ahora por el fuego. Desde el cristal no puede verse nada, excepto la lluvia golpeando con fuerza el suelo hasta formar un espeso barro junto a la puerta. Más allá es imposible averiguar qué está pasando.

Vuelve hasta el lugar donde dejó a su amiga y se calienta un poco las manos con su propio aliento. Coge su cara entre ellas, colocando una en cada mejilla, y trata de esbozar un sonrisa.

- No tengas miedo, no te pasará nada. La casa no nos hará nada malo. Estamos contigo y no dejaremos que te hagan daño.

Acto seguido, acerca la cara que sujeta entre las manos hasta su hombro y termina dándole un cálido abrazo tranquilizador. Mientras tanto, con la mirada busca a Mark, que parece el único de los que permanecen en la biblioteca que aún se mantiene íntegro. Ahora que están solos tendrá que confiar en él.

Esto no nos puede estar pasando. Aquí estan pasando cosas muy raras. No me digas que la casa no nos hará daño. Ya sé que la casa no nos hará daño. Pero aquí dentro ha pasado algo terrible y de alguna manera algo quiere que el hecho siga enterrado en el devenir del tiempo. Dices que has oído a los muertos en esta casa. Que has sentido el dolor. Incluso hemos fotografiado a un fantasma al parecer hostil! Se escuchan llantos de bebés! Y para colmo salen sillas volando, me enveneno con una muñeca terrible, mi novio me ha pegado y alguien ha intentado estrangular al viejo. NO ME DIGAS QUE ME TRANQUILICE! NO VOY A TRANQUILIZARME! TENEMOS QUE SALIR DE AQUI O TERMINAREMOS MURIENDO UNO A UNO!!!