Partida Rol por web

Ostia puta!

A punto estuvo Diamante de sufrir un infarto cuando vio aparecer a su hermano Jimmy. Entre el dolor que sufría y la preocupación de no saber quien le había agredido, aumentada por el hecho de que nadie le contestara tras la puerta, no se había percatado de su llegada.

- Sssssshhhhhh...-le pide cuando llega a su altura- ¿Que has dejado a Greg solo? - pregunta entre susurros- Joder Jimmy, tienes cojones, vamos entonces para allá - da un par de cojetadas, que coinciden con el momento de apoyo de uno de sus pies- Ayudame un poco tio- dice pasando su brazo por detrás de los hombros de su hermano para apoyarse en él al caminar- estos cabrones me han hecho polvo el pie- le explica. Al ver la mirada interrogativa de su hermano concluye la frase- Creo que ha sido el viejo, el de los libros, que está con los demás ahí dentro- ya había empezado a andar. Sabía que era peligroso estar más tiempo del debido allí y su voz solo podía ser escuchada por Jimmy de lo bajito que hablaba- No te acerques a nadie...están todos locos!

Jimmy encoge los hombros bajo la lluvia incesante.

¿Y qué esperabas? te escuché gritar y tuve que venir corriendo.

Pasa el brazo de su hermano por encima de su hombro para ayudarle a caminar.

Si no hubieras salido no te habría pasado nada. ¿Dices que están dentro..?¿dentro de donde?

La oscuridad aún se cernía sobre Greg. Entre sueños creía notar como algo húmedo tocaba su frente, como era movido... algo raspaba su garganta ¿Jim, Steve? ¿Donde estáis? Unos gritos sonaban en la lejanía, casi imperceptibles. ¿Le gritaban a el? Quería moverse, mirar alrededor, buscar a sus hermanos... Pero su cuerpo no respondía, y solo veía oscuridad.  Sentía el miedo de no poder hacer nada por sus hermanos. Aún inconsciente sentía la necesidad de cuidar de los suyos.

- Dentro del edificio principal, al otro lado de esas puertas- responde ausente Diamante.

La aparición de Jimmy sorprende al quaterback, que ayudado por su hermano mayor deshace el camino dirección a la biblioteca. Dados los acontecimientos, parece ser esta la mejor opción. Algo ha debido pasar para que ataquen de esta manera a Steve, y desde luego no sería la primera víctima psicológica de este sitio del demonio. Y si no... mira a Rick...

Con continuas y fugaces miradas a la retaguardia, el dúo cruza el espacio hasta la biblioteca, dejando atrás el porche del Convento, de ventanas y puertas cerradas, ocultando en su interior una maldad que parece haberse cobrado la cordura del resto de compañeros; si realmente son ellos los que están ahí...

Ya en la biblioteca, el calor de la chimenea encendida reconforta ciertamente el ánimo de Jimmy y Steve. Al lado del fuego yace Greg, semiincorporado y semiinconsciente... Pero con cierta mejoría.

Steve avanza con una visible cojera. Lleva una pistola en una mano.

La visión de su hermano mayor hace que casi olvide su propio dolor, dibujando una pequeña sonrisa en su rostro mientras se acerca a él, apenas sin poder apoyar en el suelo uno de sus pies, cuya zapatila tiene ahora unas ligeras manchas color rojo- Gregory!- exclama visiblemente reconfortado- ¿ya está bien de dormir, no? ¿qué?- le pregunta sentándose junto a él, con cuidado de no forzar el pie, junto a la chimenea- ¿como estás?
Sin embargo, no había olvidado lo ocurrido y, antes siquiera de que su hermano le responda le dice- Te lo digo porque tenemos que espabilar ya! Van a por nosotros

Greg comienza a recuperar poco a poco la consciencia. Ve a sus hermanos junto a el, aunque tarda un poco en enfocarlos. Más aún en recordar donde estaban. Los mira por unos segundos con cara de desconcierto.

¿Donde...?- mira alrededor, dándose cuenta de que ahora están en la biblioteca, pero no recuerda haber llegado-. ¿Que ha ocurrido?

Greg se incorpora poco a poco, llevandose la mano a la dolorida cabeza -Creo que estoy bien... mas o menos... Tu no tiene muy buena pinta, Steve- entonces se fija en la pistola que porta su hermano. Esa pistola le sonaba mucho-. ¿Quien va a por nosotros?

- ¿Esto?- pregunta a Greg echando una rápida ojeada a su maltrecho pie- Esto no es nada...- esto no es nada, necesitaba escucharlo, aunque supiera que no era así, no se quería imaginar el dolor que sentiría cuando se enfriara, no sabía el tiempo que estaría sin poder andar correctamente pero lo que más le preocupaba era saber si le dejaría alguna secuela que le impediera correr, que le impediera jugar...- pero esos mierdas no me la vuelven a jugar. Han sido los otros, tios!- dice a sus hermanos lleno de rabia- creo que ha sido el bibliotecario, el Marcos ese, cuando lo encuentre...- aprieta la mandíbula fuertemente mientras gira la palma de la mano hacía arriba, donde tenía la pistola para verla mejor. Tenía claro qué hacer cuando tuviera al viejo frente a frente- Lo que está claro es que eran ellos, los demás, están en el convento y se les ha ido la olla, como a Rick, esa gente ataca a todo lo que se mueve y no saben lo que hacen. Menos mal que tengo ésto- dice levantando la mirada de la pistola, empuñándola con decisión- la encontré...-hace una pausa, mirando a Greg y a Jimmy por el rabillo del ojo- ...por ahí.

¿Como?

Jimmy trata inutilmente de encender el porro de maría que se le ha mojado al salir a buscar a su hermano bajo la lluvia. Finalmente lo lanza acbreado a la chimenea.

Me parece que el no tomar drogas es malísismo para la peña. No entiendo nada, ¿me estas diciendo que el maricón de Spinner ahora es una especie de psicópata ambulante?¿Y que eso? -dice señalando al pie de su hermano- ¿te lo ha hecho un viejo con asma?

El joven menea la cabeza tratando de despejarse, no entiende nada, desde luego. Se sienta para intentar pensar.

¿Donde es por ahí? si hay más armas nos van a hacer falta si lo que dices es cierto.

Greg termina de incorporarse, apoyándose en una mesa antes de poder sujetarse por su propio pie.

Jimmy, el revolver lo ha sacado de mi furgoneta- comenta Greg bajando la mirada, algo avergonzado. Sabía que Steve no había querido decirlo para no delatarlo delante de su hermano pequeño, y el mismo no se sentía orgulloso del ejemplo que podía estar dando a sus hermanos. Siempre hablando de paz y amor, y guardaba un revolver en la furgoneta. No, desde luego no era una buena enseñanza para sus hermanos. Pero esta no era una situación normal, y de nada servía andar ocultando esas cosas-. Y no, no hay más armas.

Greg hace un ademán de ir a quitarle el revolver a Steve, pero su mano se para antes de llegar al arma-. Bueno, será mejor que lo lleves tú. No creo que esté en condiciones de acertar a nadie. Pero que sepáis que esto está mal. Las armas son muy chuuuuungas. En cuanto salgamos de aquí tiraremos ese revolver, y no quiero que volváis a coger un arma en vuestra vida. ¿Entendido?

Y ahora, Steve, cálmate y cuenta con detalle lo que ha pasado. ¿Los has visto, o te imaginas que han sido ellos? ¿Te han atacado a posta o te han podido confundir con otra persona?¿Y como te han hecho lo del pie? ¿Un disparo, te han golpeado con algo...?
Greg espera a que su hermano de más detalles de lo ocurrido.

En efecto, Steve no había querido herir a su hermano mayor delante de su otro hermano. Era consciente de la vergüenza que debería estar pasando ahora mismo Greg y había intentado ahorrarle ese mal trago, aunque éste finalmente acabara aceptando que la pistola era suya.
Por un momento, cuando su hermano alargaba la mano hacia el arma, el brazo de Diamante se movió como para tendersela pero, al ver que éste se detuvo a medio camino, no puede evitar seguir sintiendo aquella sensación de seguridad, de valor infundido, y la guarda como si allí no hubiera pasado nada a su espalda, como había visto en las pelis de tios duros, justo bajo la cintura de sus vaqueros.
- Ya os lo he dicho- comienza a hablar entonces, encogiendo los hombros y levantando las palmas de sus manos como si ya hubiera contado la historia completa- El cabrón del bibliotecario me clavó un cristal enorme justo ahí- dice señalándose el empeine- Cuando fuí a la furgoneta vi a gente en el convento y me fuí directo hacia ellos, con dos cojones. Entonces, antes de que viera nada intentaron cerrarme la puerta en las narices pero yo fuí más rápido que ellos y puse el pie, dejando una rendija- mientras hablaba, podía verse la emoción del joven al rememorar cada una de las cosas que iba narrando. Sin duda, había experimentado una gran descarga de adrenalina- y entonces una tia dijo "Marcos, hincale algo en el pie" o algo asi, el caso es que entonces fue cuando me dí cuenta que eran ellos y les grité bien fuerte que era yo, que era Steve pero, literalmente se la sudó y fué cuando me destrozaron el pie. Me dejaron ahí fuera tirado como un perro y ni siquiera me preguntaron como estaba, no se inmutaron, sabían que era yo, se lo dije, coño!

Los hermanos aclaran en segundos lo sucedido. Demasiadas cosas que contar en muy poco tiempo. Si lo que el benjamín de los Skilton cuenta es cierto, los fantasmas de este endemoniado Convento suponen un problema menor. Ten miedo de los vivos... decía la abuela.

¿Qué debemos hacer? ¿Salir y enfrentarnos? ¿Buscar la manera de huir por nuestra propia cuenta? ¿Atrincherarnos y esperar?

La trascendencia de la herida de Steve aún no puede ser evaluada. Tal vez la carrera meteórica del quaterback haya sido sesgada por sus propios amigos. 

Hay que actuar en un sentido o en otro, pero debe ser ya. Como diría Greg en sus mejores tiempos: el que pega primero, pega dos veces... 

Jimmy le ofrece una silla a su hermano.

Siéntate y veamos ese pie, al menos tenemos con que curarte.

Coge la bolsa con el botiquín y se dispone a desinfectar y vendar la herida de su hermano, mietras le ayuda empapado y con voz cansada, refelxiona.

Realmente poco podemos hacer. Si nos vamos no llegaremos lejos, Greg con fiebre y Steve cojo... y por otro lado nefrentarnos a ellos es una locura. No podemos entrar y atacar a nuestros amigos, aunque me ponga hasta los ojos de canutos, no podría.

Con cuidado vuelve a poner la zapatilla en el pie de su hermano.

Tenemos que resistir aquí, al menos hasta que mejoreis un poco o sea de día. Nos atrincheraremos aquí.

Diamante apretó los ojos cuando el liquido desinfectante tomó contacto con la herida de su pie. No sólo por lo que le escocía, tampoco quería verla. Ahora, con la luz de la chimenea y en un rápido vistazo la había visto y había experimentado una desagradable sensación, un gran bajón anímico...tenìa muy mala pinta.- ¿ y que hora es a todo esto?- se pregunta mirando su reloj

Jimmy hace de tripas corazón y se enfrenta a la fea herida que tiene su hermano en el pie.

Joder... esto te va dejar secuela hermano. No se si volverás a correr como antes... piensa apenado y mordiéndose la lengua para no apenar más a Diamante. El mediano de los Skilton se ha visto obligado a ser el sanitario del grupo.

Steve mira el reloj.

Casi las cinco de la mañana. Queda poco para que amanezca... Aunque no se si eso cambiará algo la situación... Sin gasolina ni cobertura, no saldremos de aquí jamás... dice con voz queda.

El pie le duele mucho. Pero más le duele ahora la falta de esperanza y el bajón de adrenalina...

Greg echa un vistazo a Jim mientras este realiza las curas del pie de Steve, indicándole a momentos como proceder. Aunque el mareo y dolor de cabeza no le dejan concentrarse demasiado.

Mientras, sigue dándole vueltas a la explicación dada por su hermano.

¿Steve, y podría ser que pensasen que tu mismo habías entrado en un estado de locura parecido al de Rick, y que por eso intentasen impedir que entrases? No se, si ellos estuviesen en ese estado, no tendría mucho sentido que incluso hablasen entre ellos, dándose instrucciones, como has comentado. Estarían matándose entre ellos... o tal vez no, quien sabe...- Greg baja la cabeza, resignado. La verdad es que no sabían mucho de lo que estaba ocurriendo.

Entiende, Steve, que tenemos que estar muy seguros antes de emprender ninguna acción violenta contra ellos. Incluso si estuviesen en ese estado de locura, podría tener cura. Creo que tenemos que evitar cualquier enfrentamiento contra ellos, Jimmy tiene razón en eso. Esperemos a que amanezca, y tal vez lo veamos todo más claro.