Partida Rol por web

Dejas de hablar esperando la respuesta airada y soez de tu hermano. Así han sido siempre las discusiones entre vosotros y ahora no va a cambiar. Discutir con Jimmy es siempre frustrante, y esta vez no será diferente.

Pero algo sutil capta tu atención, haciendo que olvides a Jimmy.

BOM! BOM!

Golpes... ¿Dónde?

Parecen venir del exterior. Suenan débiles, lejos... Pero no hay duda. Son golpes. Golpes fuertes...

Jimmy extiende los dedos índice de ambas manos y los observa, en un momento dado cierra los puños y esta vez el dedo que despliega después es el corazón.

Creo que no me ha quedado claro que dedo usar.

Le dice a su hermano mostrando la mano con el dedo  corazón extendido, haciendo ese característico "gesto de que te den". Sonrie de nuevo y dice.

Creo que no voy a probar tus técnicas de relajación, tio no me puedo creer que hagas eso. Y es que normal que luego te huela la boca a mierda. Joder, tienes que aficionarte más a los petas, que es lo que hace la gente normal para relajarse. Eso del dedo en el culo y en la boca... ¿te le enseñó tu novia Rick Fabiano?

Greg permanecía en la silla, sin moverse, con la cabeza aún hundida entre sus manos. Escuchaba la discusión de sus hermanos de fondo, y empezaban a ponerle dolor de cabeza, más aún.

Greg se levanta de la silla, muy lentamente, y se tumba sobre una mesa, mientras sus hermanos siguen lanzándose puyas. Intenta poner algo de paz.

Eeeeh, chicos... vamos... –levanta una mano, para dar énfasis a sus palabras, pero al momento la deja caer, sin fuerzas, llevándosela a la frente. Se queda callado por unos segundos interminables, tras lo cual habla con apenas un hilillo de voz-... venga, dejadlo ya...- si pretendía darle un tono autoritario, desde luego que no lo consigue. Apenas tiene fuerza para hablar. Vuelve a levantar la mano, dejándola alzada un instante, pareciendo que iba a volver a hablar-... que os jodan...- Greg cierra los ojos y se pone de lado en la mesa, demasiado cansado como para mediar entre sus hermanos.

- Me lo enseñó la tuya el día que me la tiré, no veas como gritaba la muy...- Steve, que no había hecho caso a la petición de Greg de dar su brazo a torcer y callarse, dejó la frase a medias, igual que el porro de maria, a medio camino de sus labios. Sus ojos se habían entornado y desplazado ligeramente hacía la derecha, donde estaba la puerta de la biblioteca. Después de un par de segundos completó el movimiento de su brazo para dar una última calada, dejando el porro en el filo de una mesa, con la boquilla hacia dentro. Esta vez apenas si llegó a toser.
Se levantó y, de nuevo dando saltitos con el pie que le quedaba bueno, llegó hasta la puerta, apoyando su cuerpo en el quicio de ésta y asomando la cabeza al exterior.

Jimmy sigue riendo, la vida de un fumeta consiste en discutir por cosas absurdas mientras te descojonas fumando hierba.

Es cierto todos la oimos gritar, decía "¡no siento nada Steve, me cago en tu puto micropene!", claro que eso fue en los escasos 30 segundos que duró la cosa.

jajaja

Es difícil de decir, pero jurarías que viene del edificio principal del convento... Donde te dispararon hace un rato.

Steve había dejado a su hermano hablando sólo como los locos. Había dado por concluída la tonta ,y cada vez más subida de tono, conversación pues su atención parecía estar ahora puesta en otro sitio. Estaba justo en la puerta de la biblioteca y aunque no decía nada parecía estar viendo o escuchando algo.
- ¿Greg? - llama a su hermano mayor, pasando de Jimmy, pues sabía que de éste no se podía obtener ninguna respuesta seria, pasara lo que pasara- Esos la están liando para allí- su brazo izquierdo señalaba a lo lejos y, aunque los otros dos Skilton no veían el convento desde dentro, parecía apuntar hacía esa dirección- ¿no lo oyes? Si parece que van a echar el edificio abajo...

Hummmm...- murmura Greg, sin abrir los ojos, cuando Steve le habla. Durante unos segundos no dice nada más, aunque finalmente parece hacer un amago de girar la cabeza en dirección a su hermano. Tan solo se queda en un amago.

No... no oigo nada, Steve. Solo un terrible zumbido en mi cabeza. Joder, creo que si me muevo un poco me voy, tios. Me voy a quedar un rato más aquí tumbado. Eso es, tumbado... sin hacer nada. Y no... no discutáis, ¿vale? Venga, a portar... portarse bien...- Greg murmura algo más, inaudible, antes de quedarse callado otra vez.

El momentáneo silencio y la alerta dejada por Steve permite a los hermanos Skilton captar el sonido del que habla el quaterback.

BOM! BOM!

Golpes rítmicos y enérgicos que efectivamente parecen venir del edificio principal del Convento...

Las bromas quedan fuera de lugar ante el golpeteo rítmico. La imaginación del joven Skilton abre cientos de posibilidades, recreando todo tipo de actos siniestros que pueden estar ocurriendo ahora mismo dentro de la casa maldita.

Vale, lo estoy oyendo y no mola nada de nada...

El pensamiento racional se impone muy poco a poco a la imaginación, desbordada y alimentada por una noche de pánico. Jimmy se frota las manos junto al fuego para entrar en calor y se pasa las manos por la cabellera.

Creo que deben estar tratando de echar una puerta abajo...

¿Y si el resto del grupo trataba de esconderse de Rick? esa mala bestia puede estar intentado echar la puerta abajo para vete tu a saber que burrada.

Greg escucha finalmente los ruidos. Se lleva las manos a las orejas, pues cada golpe retumba en su dolorida cabeza como un martillo.

¿Joder, que demonios es eso? Mierda, yo solo quiero dormir un poco. ¿Veis algo desde la puerta?

Greg continúa tumbado. La última vez que se había intentado levantar casi pierde el sentido, por lo que mejor no forzar la maquinaria.

Steve asoma la cabeza por la puerta de la biblioteca, intentando ver algo desde allí, aunque están demasiado lejos y la negrura de la noche parece borrar todo lo que está a más de diez metros del joven deportista- Puf, yo no veo nada, eh!- informa a sus hermanos, que habían tardado bastante en escuchar aquellos golpes- A lo mejor es lo que dice Jimmy- dice encogiendo los hombros, firmando la paz entre ellos sin darse cuenta ni siquiera al darle la razón- De todas formas no podemos acercarnos, cualquiera se fia de esa gente otra vez- Diamante no pudó evitar mirar de nuevo su pie, dolorido aún bajo la zapatilla que había cambiado su color por un ligero tono rojo- Duermete si quieres Greg, que ya me quedo yo aquí echando un ojo por si las moscas...

Jimmy se levanta y aviva el fuego. Por fin algo de confort, por fin algo de comodidad y seguridad. Aunque los ruidos le asustaban y le intrigaban a la vez, el joven tenía claro que no iba a jugársela de nuevo para satisfacer su curiosidad. Aunque el hambre ya era otra cosa.

Steve tengo hambre.

Dice con cara seria, como si acabara de hacer una cruz con los dedos en mitad de un juego de niños.

Venga, dejame la pipa y volveré en un momento con algo de comida.

Cita:

Aquella frase que surgió de pronto entre el silencio que había vuelto a enlazar a los Skilton hizo que Diamante volviera la cabeza hacia sus hermanos. Mientras Greg intentaba conciliar el sueño y Jimmy se relajaba, Steve se había encargado de vigilar desde la puerta como había prometido. Desde allí había prestado atención a todos los sonidos que escuchaba, las gotas sobre las hojas secas, las ramas chocando por la fuera del viento, unas contra otras, de los arboles de los que habían conseguido salir no hacía mucho, pero fundamentalmente a los golpes que llegaban del imponente convento. Lo que allí estuviese ocurriendo no quería saberlo. ¿para qué arriesgarse? ahora estaban bien, resguardados, entrando en calor, tranquilos...los demás, según Steve pensaba, estaban allí pero ¿que podían hacer ellos? más aún con la enfermedad de Greg y la propia cojera de Diamante...mala suerte...¿que se le va a hacer...?

- No empecemos otra vez, macho - responde a su hermano, sin ganas de volver a discutir- Ya escuchaste a Greg antes, me dijo que la guardara yo, pero no te preocupes, te acompaño- se ofrece haciendole un gesto con la mano para que se acerque a él- lo único que me tengo que apoyar en tí- le dice sonriendo - Vamos a pillar algo de comer, Greg!- avisa a su hermano mayor levantando algo la voz para que pudiera escucharle- Te quedas solo, ¿Vale?

El hambre despierta voraz ahora que por fin llega la tranquilidad a la escena. El fuego chisporrotea vivo en la chimenea, el calor va entrando poco a poco en los huesos, eliminando la humedad y el frío. Demasiadas horas bajo la lluvia, demasiadas horas sometidos a un estrés permanente. Demasiado tiempo temiendo por el devenir de sus propias vidas.

Finalmente Steve cede medianamente a la petición de Greg. Irán los dos, y tomarán algo de comer de la furgoneta. Melocotones en almíbar, salchichón, pan bizcochado, Coca Cola Light. Chocolate! Como perros de Paulov, las glándulas salivares comienzan a secretar descontroladamente ante la imagen del "papeo".

Greg se quedará solo. Desvalido y desprotegido... Pero será solo un momento. Ir y venir. Nada más.

Aunque ello implique acercarse de nuevo al edificio principal del Convento y a los golpes rítmicos que siguen sonando.

Jimmy ofrece su hombro como apoyo para su hermano.

Vamos cojo manteca, tengo tanta hambre que me comería un tejón cagando.

Una vez que Steve se agarra comienzan a caminar bajo la lluvia y en plena oscuridad, van directos hacia la furgoneta.

Y pasando de ir a ver al grupete de pirados ese, cogemos la comida, me das la pipa y volvemos a la biblioteca, ¿hace?