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KHARBUNDUSH

Historia
El rey Gudrisetr de Kentton, nombre añadido póstumamente, proveniente de Nolnigel donde era el menor de cuatro hermanos, fue enviado en busca de nuevos lugares para colonizar y se rebeló contra su propio reino, que de cualquier forma no tomó en cuenta la rabieta del príncipe y le cedieron el lugar. La construcción del castillo como primer pilar de la ciudad atrajo de la misma forma a trabajadores y curiosos, que fueron quienes conformaron la ciudad en los inicios, pudiendo todavía encontrarse descendientes de las mismas.

Ciudad y alrededores
Asentandose en las cercanías del mar de Gudrisetr, Kharbundush no fue construido por accidente en esa zona, atrayendo al primer rey, por sus hermosas llanuras y saludable tierra fértil.
Con el paso del tiempo, la ciudad creció rápidamente gracias al vergel en el que estaba ubicada, y si bien es sabido que tiene secretos ocultos, lo cual es de gran importancia para la gente de Kharbundush, es parte de su éxito como ciudad turística, lo que le proporciona una economía en auge, que se apoya principalmente en la hermosura de sus paisajes, siendo su mayor fortaleza la venta de remedios medicinales y drogas herbales de bajo nivel.

En apariencia desordenado, la arquitectura de Kharbundush se basa en la creencia de que una buena organización de los emplazamientos ayudará al fluir del viento, que es donde están las almas de los fallecidos, ayudándolos a encontrar el camino de vuelta a Ethel, donde serán acogidos y formarán parte del brillar del astro. Debido a esto, las calles están formadas no para producir buena armonía visual, sino para guiar el viento.
En el centro de la ciudad se encuentra la gran plaza, construida en el presente siglo, para actuar como un recordatorio de las luchas por las que ha pasado la gente de esta región. Está destinada a representar la luz y la oscuridad en la vida y cómo está presente en el tiempo. Su suelo es un enorme mosaico de piedra blanca y negra rodeando la estrella central de su bandera, creada con pequeños trozos metálicos y minerales. Pese a su gran hermosura, en las horas de más sol durante la época de calor, la estrella es un punto intocable por las altas temperaturas que alcanza, hecho totalmente a propósito por su creador, que mantiene que todo reino debe poseer una fuerza interna que impida a cualquiera alcanzarlo.

La ciudad en sí se ve hermosa con sus techos de madera de fresno, sus paredes de madera de pino y su relajante horizonte frente al mar, tiene un ambiente encantador que llega a todos los rincones de la ciudad, incluidas las partes más alejadas. Incluso con la desincronía de fachadas y los edificios aparentemente mal colocados, su casi homogeneidad produce una sensación agradable a cualquier persona que las observe, como si fuera un enorme bastión de troncos.

Lord Wine

La taberna más destacada es Lord Wine, que recientemente abrió sus puertas como posada, ampliandose a otro edificio extra. Desde fuera parece encantador, bien mantenido y encantador. Tablones de madera dura y pilares tallados conforman la mayor parte de la estructura exterior del edificio. Es difícil ver a través de las pequeñas ventanas con cortinas, pero los aplausos rítmicos y vítores se pueden escuchar fuera. Al entrar en la taberna a través de la antigua puerta de metal, se es recibido por aromas de carnes asadas y voces de risa ante el baile de un grupo de personas. Cuadradas, vigas de madera soportan el piso superior y las filas de pequeñas luces unidas a ellas. Las paredes están despejadas de todo, aunque los letreros muestran un montón de cosas que se usan para colgarse en las paredes, aunque probablemente hayan sido derribados por clientes que bebieron demasiado. La taberna está llena. Varias mesas largas están ocupadas por lo que parece ser todo el pueblo circundante. Las otras mesas más pequeñas también están ocupadas por personas que probablemente están llegando al punto de haber bebido demasiado, aunque a nadie parece importarle más compañía.
En el piso superior se encuentran las habitaciones de los huéspedes. No hay muchas pero se encuentran decoradas de forma individual, cada una con una apariencia más o menos diferente, todas con una cama de madera clara, una mesa con un par de sillas, un baúl y dos lámparas.

Aelford

Una humilde ciudad con campos hasta donde alcanza la vista. Sus aldeanos son expertos agricultores, panaderos y fabricación de objetos mediante el trenzado de paja y restos de cosecha, además de aprovechar las costas cercanas para encontrar marisco, pese a que esto tan solo es parte de la economía de un pequeño grupo de familias.

Aerisllundr

En mitad de una llanura enorme se encuentra la ciudad de Aerisllundr, rodeada de bastas praderas cubiertas de flores, con el bosque Irifehr al norte y el río Hone al sur, siendo el camino de unión entre Elwold y la zona sin reino de los lagos Laly y Lyle. Las casas de esta ciudad están realmente desordenadas y distantes, notándose muy facilmente cuales de ellas forman parte del asentamiento inicial, y volviendose más modernas y exhuberantes conforme se descubren más y más. La zona en la que está localizada le permite ser un punto extremadamente visitado, dada la cercanía con Labrygg y las hermosas vistas tanto de su alrededor como de los entornos naturales que la rodean.

Sus gentes son amables, aunque van siempre acelerados, corriendo de un lado para otro.

Alhill

Este pequeño pueblecito es una muy nueva extensión del territorio de Elwold, construido hace menos de 50 años, cada pequeña casa de este tiene grandes labrados y marcas personales de las familias que en ellas viven. Es un lugar extremadamente pacífico y todavía no ha tenido ningún problema con su estancia, más allá de pequeños encontronazos con animales salvajes que no estaban acostumbrados a la presencia de un poblado en la zona.

El lago de Eimlas les suministra agua y parte de su alimento, aunque al ser tan pequeño, se mantienen perfectamente con la ganadería que llevan y las huertas que cultivan.

Bamor

Bamor es una pequeña ciudad enteramente agrícola que cuenta con ayuda de los pueblos cercanos. Su producción es bastante notable, por su clima fresco proveniente de las montañas, buenas precipitaciones y un gran crecimiento poblacional.

Por el increíble paso de gente que se está teniendo en Bamor los últimos años, y que no para de crecer, las localizaciones cercanas han comenzado a mandar apoyo para trabajar, permitiendo que la ciudad crezca increíblemente rápido, especialmente de forma comecial.

Beram

Sus gentes son cálidas y amables, pero les cuesta fiarse por completo de los desconocidos.

Bewic

Los habitantes de Bewic están increíblemente orgullosos de su pequeño pueblo, que cuenta con casas bien trabajadas, con estructuras sólidas y tejados robustos, rodeado de hermosas y verdes praderas donde pastan los rebaños de ovejas que los ganaderos del mismo tienen para alimento.

Aunque la carne casi siempre está disponible, el pueblo suele alimentarse más de leche, quesos y cecina que carne fresca, puesto que entre eso y los vegetales, cultivos e invertebrados de la zona, no requieren de esta, usándola para vender y con ello obtener ya sean materiales para sus viviendas o productos que no puedan conseguir fácilmente, como tintes o arcilla. Son muy buenos anfitriones, pero su orgullo a veces sobrepasa su ética.

Biorni

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Boar Forest

El enorme bosque Boar es realmente fácil encontrar pequeñas familias de jabalis corriendo entre los altos árboles de troncos blancos de grandes hojas verdes oscuras. En toda su extensión pueden encontrarse arbustos salvajes de frutas silvestres de tamaño pequeño, redondeado y color rojo brillante, en pequeños racimos. El canto de los pájaros ilumina el bosque y amortiguan casi completamente el aluvión de ruidos provenientes de la cercana aldea y de los animales que se mueven por entre la vegetación.

Cal'o'ah

Cal'o'ah era un pueblo realmente próspero tiempo atrás, pero conforme sus habitantes envejecieron y se perdió el ritmo de llegada de nuevos vecinos, comenzó a decaer lentamente hacia un casi final. Por suerte, el florecimiento de Bamor fue un remanente de agua fresca, con trabajos, alimento y una nueva esperanza los animó a seguir y no permitir que este se viniera abajo.

Los habitantes, todavía un número bastante bajo, envía a sus jóvenes a trabajar en Bamor, ya sea como mano de obra o sirvientes, lo que favorece la economía del pueblo y permite a los mayores cuidar de los niños mientras los adultos no tan energéticos se encargan de cultivos y ganado.

Cheamoor

Un pueblecito de apenas 100 personas donde la vida es sencilla y dictada por el día y las estaciones. Realmente cercana a la capital por lo que es un habitual punto de paso de mercaderes y viajeros, es un lugar que siempre te acoge con los brazos abiertos.

Doronde Sea

Pese a que realmente Elwold no es dueño de este mar, se considera que forma parte del reino a ojos de los historiadores, dada la casi cntinua presencia de embarcaciones del mismo.

Este pequeño mar de aguas frías, recoge innumerables especies de pequeños crustáceos marinos en las rocas que conforman su costa. Es complicado acceder en barco a la minúscula playa cercana a Biorni, por lo que se suelen utilizar con más habitualidad los laterales como escalera para subir. No es un acantilado demasiado profundo, pero lo suficiente para que una tormenta pueda destrozar el casco de cualquier navio que se encuentre demasiado cerca.
La playa está conformada por diminutos guijarros redondeados por el agua, de apenas unos milímetros de grosor, lo que le da una apariencia algo brusca y poco paradisíaca.

Dortharlon

dasdas

Fygrove

ddadsa

Gefalls

Al norte del mar Gudriseth y muy próximo a la capital del reino, se encuentra el pequeño y pintoresco pueblecito de Gefalls, casi en la desembocadura del río Xasa, justo en su última bifurcación. Contrario a todos los estándares arquitectónicos del lugar, sus casas tienen más altura que en otros lugares, lo que le dan una extraña apariencia de quedar alargadas, pero una vez acostumbrado al efecto visual, se destacan sus hermosas ornamentaciones tanto en puertas como contraventanas, que le dan un toque que hace que los ojos no paren de encontrar detalles.
Sus gentes no son demasiado llamativas, no así el lugar, siendo la mayor de las atracciones una noria de agua que da movimiento al molino de la pequeña aldea, idea traída desde un lugar extranjero por un mercader. No es muy grande, ni tampoco muy llamativo, pero el orgullo que muestran sus gentes y el claro cariño que han puesto a su construcción hace que sea imposible no decir un par de palabras hacia él.