Partida Rol por web

camine con cuidado de no hacer mucho ruido queria dirigirme hacia las montañas seria un buen lugar al menos de momento, tenia bastante comida de momento, camine entre los arboles intentando bordear en todo lo posible el claro no queria quedar muy al descubierto

Comienzas a caminar con cuidado y sin prisa para no ser encontrada en dirección a la montaña. Estás lejos y al menos tardarás todo el día o parte del siguiente en llegar pero tienes comida y no te importa. Lo único que te está matando es la sed que tienes. Lo primordial sería buscar agua y lo sabes, así como también sabes que sin haber agua en la Cornucopia el resto estarán buscando también el líquido elemento.
Sea como sea, si al final del día no has bebido algo sabes que será duro pasar otra noche en condiciones aquí.

sigo caminando, esperando que en mi camino me encuentre algun riachuelo o similar de donde pueda conseguir un poco me ajusto la mochila mientras camino rezagada todo lo que puedo serena y concentrada en cualquier ruido a mi alrededor

estan muriendo muy rapido... sera el mismo el que los mata? ... o la misma...no creo que se vayan en grupo o si....esto es una mierda... yo no deveria estar aqui deveria estar con mi padre... espero que este bien, espero que pueda volver a verle...

sumida en mis pensamientos sigo caminando

Cuando ya llevas varias horas andando decides detenerte a comer algo e intentar reponer fuerzas aunque el beber agua es lo único que te importa ahora.
Antes de pararte a comer ojeas aquí y allá con detenimiento en busca de cualquier indicio de agua, cualquier mínima gota en alguna hoja... lo que sea, pero no tienes bue resultado. A pesar de que el escenario parece fértil y verde no hay pruebas de que los Vigilantes hayan hecho llover en los días anteriores al comienzo de los Juegos. Muy típico del Capitolio el no dar facilidades a los tributos...

Al parecer no estás del todo segura de ninguno de los modos que se te ocurren para encontrar agua así que terminas quedádote tal como estabas al principio, sin hallar rastro alguno de agua y caminando hacia la montaña que se ve a lo lejos imponente tras los árboles. Es fácil seguir el rumbo teniendo la montaña como objetivo pues no se va a mover de sitio, los Vigilantes aún no han sido capaces de crear una Arena cuyo paisaje cambiase en pocos días... pero de seguro andan en ello.

Un poco frustrada sigues caminando hasta que, en un mometo dado te paras, de frente te ha parecido ver algo que se mueve pero no tienes ni idea de qué puede ser. Quizá un animal o tal vez un tributo que camina en solitario como tú, sea lo que sea por mucho que intentas dedicarte a escuchar algo que te ayude a adivinarlo... o logras deducir qué o quién puede ser.

camino agazapandome caminando con sumo cuidado mientras intento vislumbrar  que es lo que tengo frente a mi, escondiendome entre los arboles y matorrales que veo a mi paso, va a ser una estancia muy larga en estos paraderos pienso mientras caminos intentando no hacer ningun ruido

Agudizas el oído todo lo que puedes a causa de la frustración y esta vez eres capaz de escuchar algo como una respiración poco humana, así que deduces fácilmente que se trata de un animal aunque sigues sin saber exactamente cuál puede ser. Quizá incluso sea un animal medio extinto o que solo existe en el Capitolio... con los Vigilantes nunca se sabe.

Tratas de esconderte sea lo que sea ese animal pero no lo consigues, sin embargo tienes tanto cuidado en moverte despacito y sigilosamente que puede que no seas advertida.

Me muevo con esmerado sigilo por entre los arbustos cercanos sin saber muy bien de qué huyo realmente hasta que dejo de escuchar el sonido que me aterraba. Sin embargo, el miedo no me deja pensar con claridad, es como si se hubiera apoderado de todos mis sentidos: siento que no oigo nada, ni siquiera el aire meciendo las ramas como lleva haciendo todo el día; he dejado de escuchar el extraño zumbido animal que me ha alejado de mi sitio pero siento que sigue estando cerca; incluso apenas siento el roce de las finas ramas bajas contra mi piel.

Por todo ello, me quedo inmóvil, esperando que todo pase, que mis músculos reaccionen y pueda volver a echar a andar sin ser escuchada por nadie o nada... De momento, queda esperar a que el miedo se marche y mis cinco sentidos vuelvan a la normalidad.

Te mueves tan despacio que solamente escuchas el sonido de tus pasos sobre la tierra húmeda mientras intentas esquivar las hojas secas. Pero estás tan concentrada en no hacer ruido que has dejado de escuchar esa respiración que te puso alerta. No sabes si se ha marchado fuera lo que fuera o si sigue ahí pero ya no lo oyes.
Sea como sea, sigues agachada caminando despacio hasta que llegas a un claro donde sabes que, si alguien o algo está cerca y al tanto, te verá. No todos los animales que el Capitolio suelta en la Arena son más inteligentes de lo normal, pero no sabes con exactitud qué era lo que estaba por los alrededores.

Alexandra pasa con sumo cuidado cerca, muy cerca del lugar del que procedía la respiración agitada que había escuchado hacía apenas unos momentos.
Y cuando ya poco a poco se aleja del lugar concreto oye un fuerte ruido, un gruñido que no es capaz de reconocer pero que le hiela la sangre y la hace quedarse inmóvil sin saber cómo reaccionar. No sabía con exactitud de dónde procedía aquel casi gutural sonido pero por lo que había visto en anteriores Juegos y lo aprendido durante las clases sobre animales en el centro de entrenamiento... rápidamente supo que lo que andaba cerca no era un anima cualquiera, de hecho no podía considerársele ni siquiera eso.

Con aspecto de lobo, pero con un tamaño enorme, apareció frente a ella un muto de pelaje rubio y mirada cazadora. No sabría decir con exactitud si era el miedo o la locura pero le parecía ver algo de su fallecido compañero de Distrito en aquel animal.

Las piernas me flaquean ante semejante visión y el cuerpo se me paraliza cuando mi mente asocia al enorme muto que tengo delante con mi compañero de Distrito caído.
En su mirada veo que sus intenciones no son exactamente buenas así que mi primera reacción, a pesar del terror, cuando veo que va a abalanzarse sobre mí en cuanto le de el tiempo suficiente para hacerlo, es lanzarle uno de mis cuchillos.

Desgraciadamente veo cómo el cuchillo pasa de largo sobre el pelaje rubio del animal y cae unos metros más atrás del mismo.
Entonces caigo en la cuenta de que seguramente no tendré posibilidades de salir viva de esta pelea contra el que parece ser el fallecido James.

El animal se abalanza sobre tí con toda la fuerza que es capaz de reunir. Parece que ni siquiera se ha percatado del cuchillo que has lanzado pretendiendo alcanzarle.

Te arrolla sin que puedas evitarlo aunque lo ves venir y aunque no llega a tirarte al suelo el mordisco profundo que te deja en la pierna izquierda te hace ver las estrellas.

Una vez tienes el aliento asqueroso del muto casi sobre ti intentas acuchillarlo en el cuello que te queda cerca y será más dañino pero el mordisco en la pierna te hace casi retorcerte de dolor y gritas horrorizada al ver que nuevamente has desperdiciado la oportunidad de dañar al animal y poder deshacerte de él y de su olor a muerte.

El animal de aspecto lobuno asesta de nuevo su puñalada a través de sus afilados colmillos en la pierna derecha de Alexandra, aunque esta vez el forcejeo de la chica por librarse de él hace que sea menos profundo aunque igual de doloroso.

A la tercera va la vencida, o al menos eso es lo que debería haber pensado Alex al ver como su tercer intento de dañar al muto tenía éxito al fin. El cuchillo de la muchacha se hunde en el abdomen del animal que se aparta rápidamente de encima de ella para aullar de dolor antes de volver al ataque con más furia que antes.

El muto, desconfiado ahora tras haber recibido la cuchillada, se acerca a Alex lo suficiente como para poder alargar una de sus patas delanteras y arañar a la muchacha con sus garras en el cuerpo pero no la hace nada pues el chaleco kevlar es el que se lleva la peor parte: unos cuantos arañazos bien visibles en su parte delantera ahora se ven con claridad.

Sorprendida por haberse librado del tremendo arañazo del muto Alexandra vuelve a la carga para atacarlo, ahuyentarlo a base de hacerle ver que puede con él o l que sea, defenderse es lo único que puede hacer. Esos animales son más rápidos que un rayo, los ha visto en otros Juegos. Sin embargo, el cuchillo pasa cerca del animal sin que le toque.

El muto, de pronto como más confiado se intenta poner a dos patas sin lograrlo del todo pero ello ayuda a que el supuesto animal llegue a arañar con fuerza la cara de la tributo que rápidamente se lleva las manos a la cara horrorizada intentando no soltar el cuchillo que tiene aferrado a pesar del dolor.