Partida Rol por web

tenía que darle la razón a Ziva. Curiosamente su pensamiento y el mío estaban más cercanos de lo que hubiera imaginado. Estoy fundamentalmente de acuerdo con lo expresado por ziva, ¡Joder, chicos! relajaos un poco y daos la paz. Ya no es el destino del mundo y la magia. Hemos compartido cosas, ¿y las vais a dejar escapar y que se malogren por unas cuantas palabras?.

¿Un don para el rencor y la humillación?

Istyar necesitó cerrar los ojos y respirar profundamente durante varios segundos para no decir lo que pensaba de ello. Estaba claro que ninguno veía los sacrificios que ella había hecho, las cosas que había dado. ¿Y todo su esfuerzo se resumía en que para aquella gente solo era reencorosa y se dedicaba a humillar?

Necesitó respirar otra vez. - Esta casa se buscó para ti. - capullo desagradecido.

Ni tan siquiera se sentía capaz de responder a Ziva. Le hubiese dicho que ella al menos tenía buena intención, pero por segunda vez en muy poco tiempo, cosa extraña, la presión en la garganta la avisaba que era mejor no hablar. 

Así pues, Istyar se da media vuelta y se va, prefiriendo un poco de soledad antes se escupir bilis.

Las palabras de León pillan a Ziva por sorpresa y, de nuevo, es algo visible para todos.
- Aún me queda mucho por aprender - murmura - No puedo perder así el control.

Luego interviene Istyar, y Ziva se pasa las manos por la cara, para luego agarrarse el puente de la nariz con dos dedos.

Frustración, desesperación y miedo son tres olores que se entretejen. La ira aparece en la sala, pero de una fuente diferente. Los olores son tan fuertes, tan intensos, que cuesta decidir de dónde viene cada uno. Pero ahí están.

¿Para mi?

El último comentario de Istyar ha sido capaz de dejar completamente fuera de juego a Michael, la mano se suelta del hombro de Ziva y cae a su costado mientras permanece unos segundos ahi, de pie, con una expresión en la cara bastante estúpida.

¿Que ha querido decir?

Pregunta al aire, sin mirar a nadie en concreto.

Leon simplemente se encogió de hombros.

Al cabo de un minuto asiente y empieza a recobrar la compostura.

Voy a salir

Necesito volar

Volveré por la noche. Por favor, decidle a Istyar que quiero hablar con ella cuando se encuentre con ánimo.

Dice mientras sube a su habitación.

Ziva sale de la cocina en silencio, siguiendo a Istyar, ignorando al resto. Parece estar como en shock.

Istyar- llama Ziva llendo tras la hermética. Su voz suena hueca y extraña, sobretodo tras haberla conocido preñada de emociones hace un momento.- Escúchame

Istyar no dice nada, pero tampoco se va. Se queda a la escucha.

Te equivocas en una cosa - directa, sin rodeos - no sacrificas nada por ninguno de nosotros - dice como si hubiese oído los pensamientos de Istyar hace un rato -, sacrificas cosas por el bien de la Misión - la mayúscula es casi tangible -. ¿Te has esforzado por lograr que los demás estén bien? - enumera -Perfecto, porque eso nos acerca a la Unidad y la Unidad es clave en todo esto. ¿Has empleado tu tiempo y tus recursos para que tengamos un techo? Lo mismo. ¿Has aceptado cuidar de la mascota de Michael para que él pueda estudiar en esa cueva? Precisamente por ello ha podido salvar la vida de ese gatito. - hay algo en su voz, una tensión que casi duele al oírla - Yo soporto la carga de tener que oír los pensamientos de todo el vecindario no por vosotros, sino por mantenernos seguros para poder llegar vivos al final de este camino que han trazado para nosotros, aún cuando eso implica escuchar lo que León piensa de mi y de mi pueblo ¿Se lo echo en cara? No, porque sólo serviría para pelearnos y distanciarnos. Yo no sacrifiqué el único recuerdo que me quedaba de mi madre - su mano va al cuello, dónde ves una tira de cuero dónde antes había una fina cadena de oro - por tener acceso a un Manantial, lo hice porque así lograría integrarme con vosotros, acercarnos todos a la Unidad.

Como si no hubiera querido decir la última frase, se calla de repente, los ojos abiertos de par en par como cuando descubres que has metido la pata hasta el fondo.

-

- Si, ya he comprendido que me he equivocado en muchas cosas. 

Hablar Desde la está desgarrando por dentro, así que inconscientemente su mente da un paso atrás, para hablar Sobre.

- ¿Qué es la unidad para ti, Ziva? Siempre me lo pregunto, pero siempre me corto cuando hay una oportunidad. ¿Qué sucedió el sXIX? 

A principios de ese siglo, Los Tegnósticos se dieron cuenta de las enormes reservas de Vim de Oriente Medio y quisieron hacerse con ella. Hubo una gran guerra contra nosotros en la que perdimos mucho: nuestros Manantiales, acceso a Reinos Legendarios, nuestros Qtubs... - explica con voz cansada - ¿No te viene una imagen de muchos pozos petrolíferos cuando piensas en esa zona del mundo? Eso fueron Manantiales. Lo siguen siendo, en cierto modo, pero ahora están... "Tecnificados" por así decirlo. El paradigma se estancó en apenas un siglo. - traga saliva - Nunca llegó ayuda de nuestros Hermanos del Concilio, así que los pocos que quedamos nos ocultamos para sobrevivir y proteger nuestras tierras a como diera lugar. - no parece haber rencor en su voz. Si es porque ella es demasiado joven como para haberlo vivido, porque no se lo inculcaron en su entrenamiento, porque ha decidido ignorarlo en pro de la Misión o porque está demasiado agotada para que le importe es difícil de decir.

La Unidad - prosigue - es una conexión. Conexiones entre personas, lugares, ideas. Una faceta de la Unidad, la que nos interesa a nosotros si no me equivoco, se encuentra en lo que aquí llaman "espíritu de equipo". Hay miembros de mi Tradición que realizaron rituales de Unidad con la Teluria: se Unieron con la Realidad de tal forma que ella misma olvidó que hubiera diferencia alguna entre cualquier parte suya y el mago, lo que hace que el mago "desaparezca" a ojos menos iluminados.

Istyar - sigue tras un breve silencio - no pretendo hacerte daño. Sólo intento darte perspectiva.

Istyar asiente despacio - Desde que nos contaron lo poco que sabía de los Sutiles, sabía que tuvo que pasar algo. No sabía el qué. Hay mucho orgullo en mi tradición, y eso es algo que no ha dejado de chocar frontalmente con mi forma de ser desde el primer día. 

Entonces la mira. - No soy... ni somos quien para salvar esa grieta... pero lo siento. Necesitaba decírtelo. Realmente siento que no fuéramos capaces, por las razones que fuesen, de aportar lo que ustedes necesitaron. No puedo hacer nada por cambiar el pasado, pero desde que intuí quien podía ser de quien nos hablaban nuestros sueños, sabía que querría apoyarte en lo que me fuera posible. Me siento en deuda contigo, aunque sea solo por la herencia que nos ha tocado vivir.

Suspira, perdiendo la vista en otra dirección - De la misma manera... sé que la historia no hace justicia a Heylel - Frunce el ceño - Y ni siquiera sé porqué. Algo hemos olvidado, no sé si conscientemente o no. Y era importante.

Guarda silencio unos momentos antes de seguir. - En ningún momento he menospreciado todo lo que has dado y aportado, Zyva. Al contrario. Te admiro. Seguro que sabes que es cierto. Y no solo a ti. De un modo o de otro, les quiero a todos... - Al decir esto, derrama una lágrima más que va a sumarse a los zurcos de todas las demás - Y quizás precisamente por eso no soporto que me menosprecien. No soporto que me amenazen con abandonarme. No lo soporto. 

Una parte de mi en lo único que piensa es en salir corriendo, en abandonar antes de ser abandonada. Y al sentirme así me doy cuenta de que es algo que he hecho muchas veces en mi vida. Huir... 

Huir hacia delante diciéndome que lo que hago es avanzar. Darlo todo... y ahora alguien a quien quiero me desprecia solo por haber intentado defenderme. 

En días como este siento que la vida es una mierda - Sonríe por último, tratando de contenerse a sí misma distrayéndose mediante humor.

- Ni tú ni yo vivimos aquellos tiempos. Y yo, aunque mi rabino enloquecería sólo de oírme, no creo en el pecado hereditario. Sé que de haber sido por ti habríais hecho todo lo posible, así que olvidemos esa parte.

- No estoy de parte de Michael ni tuya. Es mas, tras el brillante consejo que le di - añade con tono avergonzado - casi ni debería abrir la boca al respecto, pero... Michael se quiere ir porque se sintió profundamente herido. - explica - Porque cuando intentó arreglar lo que pasó durante la visita de vuestros amigos, de algún modo, volvió a sentirse herido. Porque ahora mismo, cuando hablaba de intentar dejar las cosas lo mas tranquilas posibles (sí, yéndose, pero al menos evitaría mas choques de trenes), volvisteis a chocar - inspira antes de añadir con cierta seriedad -. No te confundas, si por mí fuera os estaría chocando las cabezas hasta que hicierais las paces: puedo entender cómo empezó todo esto (de nuevo, sin que por ello esté ni de lejos de acuerdo con ninguno de los dos) pero que aún colee la cosa me parece inadmisible. Y ahí tenéis la culpa los dos. - señala haciendo un gesto con las manos que te permite ver líneas rojas brillantes en ambas -El te dijo que creyó que le habías hecho todo el daño posible y, de todo lo que podías responderle, le dijiste que podrías haberle hecho mucho mas. Yo no sé si hubiera podido tener el temple de no saltarte al cuello ante semejante majadería, Istyar - definitivamente, no es una broma -. Una majadería tan grande como la suya al felicitarte por tu "don para la humillación". Si no sois capaces de dejar las cosas en paz sin echaros en cara el "tú dijiste, yo dije" esto no se va a arreglar en la vida.

- Zyva, insistir en que hablara conmigo anoche fue un error, pero todos podemos cometerlos, así que no te mortifiques por eso. Lo único que hay que comprender sobre eso es una lección para el futuro, o al menos yo lo veo así. Y esa lección pasa porque cuando esté verdaderamente enfadada con alguien, más vale que no se me acerque al menos en un día, y diga lo que diga en ese estado, no hay que tenerlo en cuenta. 

Lo que ha pasado hasta ahora es superable y así lo dejé claro hace un rato, pero si él se va probablemente ya no lo sea. 

No tengo más que decir al respecto.

Ziva suspira - Creo que Michael ha salido. Dijo que cuando estuvieras con ánimos, querría hablar contigo. - se frota las manos y descubre que las tiene ensangrentadas: se ha clavado las uñas en las palmas tan fuerte con la tensión que se las ha herido. - Joder... Voy a limpiarme... Y posiblemente también el reguero que habré dejado...

- Lo que yo opine o quiera es secundario, Ziva. En este momento, si ya ha tomado su decisión, no tengo nada más que hablar con él. Recuerda que no quiere verme la cara, y francamente, bajo esa premisa yo tampoco quiero saber nada más. 

Lo meteré todo debajo de na piedra y sansacabó. No quiero ni pensar en ello..

Ziva sube las escaleras en silencio, camino de su habitación.

Tras verla con la fregona - al parecer manchó el suelo de sangre - a Ziva no se la vuelve a ver el pelo en toda la mañana ni la tarde. Ni siquiera a las horas de comer. En su habitación el silencio es absoluto, y la puerta tiene el pestillo echado.