Partida Rol por web

Con un repentino descenso de las temperaturas, llega una de las fechas favoritas de todo niño norteamericano: Halloween.
Las casas del vecindario parecen competir entre sí por ver cuál tiene la decoración mas terrorífica - si bien algunos acaban pareciendo competir por el título de decorado mas barroco de tanto que recargan. Algunos se limitan a las clásicas telarañas y jack-o-lanterns, otros convierten su jardín frontal en un minicementerio; muchos compraron elementos exclusivamente para esta decoración, otros reciclaron los de las navidades pasadas con unos toques de pintura que resultan en renos sangrantes y duendecillos zombies.
La noche se presenta particularmente fría y nubosa, pero las predicciones meteorológicas descartaron precipitaciones de ningún tipo. Los críos rezan porque sea así.

Y por fin llegó el día. Rachel había estado bastante pesada insistiendo a los demás que debían disfrazarse y asistir juntos a alguna fiesta para adultos en un pub pero no sabía si los habría convencido. Este año ella había elegido un disfraz de bruja pero fuera de lo típico se había fijado en la estética de las Keegan (bastón incluido) como pequeña homenaje/concesión a los recuerdos de Evelyn.

La decoración había quedado más espartana de lo que le habría gustado pero con lo justos que iban de dinero dedicándose a sus estudios tampoco quería despilfarrar. Dentro de casa había puesto calabazas para colocarles velas, sobre todo en las ventanas delanteras; telarañas en las esquinas; algunas araña de pega e incluso había modificado el timbre para que sonara como un aullido cuando llamaran. En el exterior había puesto una mano cortada colgando sujetando el tirardor, una lápida al lado de la acera y algunas telarañas.

Esto es lo único que hay, pero vamos, si va a estar muy apurado... tampoco puedo hacerlo todo en un dia... tu decides

A lo largo de la tarde Michael ha vuelto a casa con una gran cesta de fruta y se  ha metido en la cocina a elaborar diversas tartas, pasteles, dulces y cupcakes a base de manzanas, calabazas, naranjas y zanahorias. Los desperdicios de fruta y algunas piezas de fruta enteras las ha dejado en el tejado para que se alimenten los animales.

En la entrada de la casa, por fuera, hay una sección estrecha  de madera con varios símbolos de fertilidad y abundancia y una especie de cuerno grabado en el centro, todo ello hecho de manera esquemática y algo tosca. Frente al trozo de madera hay una fuente de cristal repleta de fruta a modo de frutero, ofreciéndose a aquellos que se acerquen a la puerta.

Halloween era una fiesta para los niños, y si bien iba a ser entreetenido verlos aparecer sentía una punzada de dolor nostálgico al no tener a ninguno cerca al que acompañar en sus correrías de truco o trato.

Era cierto que los adultos y sobre todos lso jovenes tendían cada vez más a organziar fiestas con la excusa pero, no era una gran excusa.

Había traído varias bolsas de diferentes dulces y caramelos para que pudiéramos repartir y ayudaba a decorar de forma espeluznante el exterior y el hall de la casa. Y no terminaba de decidirme por un disfraz con el que recibirlos. Más tarde nos dedicaríamos a nuestros rituales. Y mi incapacidad para tratar con lso espíritus me ponía los nervios a flor de piel. ¿veríamso ahora a toda clase de espectros errantes?

Ziva, ataviada con un disfraz de esqueleto fácilmente calificable como "de los chinos" ha abierto la puerta a la primera llamada de críos a la caza de caramelos. Los críos han salido disparados entre gritos de pavor. Cuando se vuelve hacia el salón encogiéndose de hombros en inocente gesto de incomprensión, veis que lleva su máscara puesta.

Rachel lleva una túnica echa de lino basto roja con un cordel trenzado de color oro viejo. Encima vista una capa con capucha de color negro y medias mangas. Se ha dejado el pelo suelto y ha reducido sus rizos sin llegar a alisárselo. La sombra de ojos va en tonos tierra y lleva una especie de diadema en la frente. Unas botas de piel blanda cubren sus pies, parecen bastante cómodas.

- Puede que eso sea demasiado terrorífico para los niños jajajaja

Fiel a las nuevas modas y al punk mas energico Leon había escogido el disfraz de ultima hora del fiestero. Rasgó alguna ropa muy usada, casi para trapo y se maquillo de muerto sangrante. El zombi no falla. Había intentado implicar a Moonchild pero la impericia con el maquillaje de Leon auguraba que no habría un pavo zombi o un auténtico "RobotChicken" junto a Leon.

Reía ante el uso de la másacra de Ziva ¿la habría activado?, no me extrañaría anda.

¿Al final haremos algo para celebrar éste velo fino de la muerte?

Michael dijo algo para la media noche de honrar a los difuntos, creo - dice ziva, su voz tenebrosa y tétricamente hueca tras la máscara, mientras deja el bol de caramelos en el taburete junto a la puerta.

Michael ha invertido un par de horas, mientras se hornean las tartas, en  prepararse para la noche. Lleva un chaleco hecho de pieles de factura bastante tosca, una especie de faldellín que llega hasta medio muslo y la cara y el cuerpo pintados con ceniza y algún pigmento rojo tipo sangre. Se ha afeitado la cabeza dejandose solo una franja en el centro a modo de cresta y en las manos lleva una especie de cetro con un cráneo humano en un extremo y pequeños cordeles en el palo y la empuñadura de los que cuelgan pequeñas piedras plumas y huesos, que hacen un ruido un poco inquietante cuando chocan entre sí.

Lleva su habitual zurrón en el que ha metido dulces, frutas y caramelos para repartir y trocar con otros caminantes de la noche.

Después de mirarse en el espejo piensa

Al menos luego no me voy a tener que cambiar de ropa

Tras ello baja la escalera.

Yo ya casi estoy. Cuando me digais.

Por mí vale - dice Ziva con esa voz tan espeluznante - Pero como al volver me encuentre la casa llena de huevo y papel higiénico por no abrirles la puerta para darles caramelos, no seré yo la que lo limpie
Sus últimas palabras no sabríais decir si son una amenaza mas para el resto de vosotros o para los críos que se atrevieran a engorrinar la fachada. Para quien fuera, el miedo queda garantizado, eso seguro.

Después de muchos días enfrascada en el trabajo con aspecto grisáceo, casi se diría que Istiarem había rejuvenecido. Su sonrisa radiante hacía que el resto de su disfraz, tan conseguido como cabría esperar de una licenciada en bellas artes, perdiera seriedad. 

La túnica, que en algún momento podría haber sido de los chinos, había sido modificada y retocada imitando todo lo fielmente que el bajo presupuesto podía ofrecer, el aspecto que daría una nazgul mujer con rostro. Incluso se había permitido anudar malamente un trozo de tela para tener un "efecto corsé" que probablemente no dejaría de moverse durante toda la noche y se convertiría en un simple top. Pero lo que realmente impactaba era el maquillaje, digno de cualquier película de terror, aún cuando solo podía apreciarse en los escasos momentos en los que la hermética se detenía y dejaba de sonreir o trataba de actuar siguiendo a su personaje.

- Me hubiese disfrazado de cleopatra-momia, pero me faltaba tiempo para los adornos - Había dicho a modo de disculpa una vez el traje estuvo terminado.

Cualquier alusión a su trabajo lo rechazará con un gesto de la mano, negándose a pensar en ello en aquel momento. ¿O acaso no era aquella una fiesta?

Un buen rato se lo pasó junto a Ziva, en la puerta, entra la curiosidad de saber de qué irían disfrazados el siguiente grupo de sinverguenzas terroríficos y las ganas de sumarse a la "Sutil" con sus sorprendentes apariciones.

Finalmente asiente a Michael. - A mi me gustaría participar, si te parece bien, qunque también podríamos rezar por alquien más. - duda, pero continua - La mujer de Magnus... aún cuando no la conocimos directamente, siendo que estamos continuando su historia. También se merecería un homenaje, si a todos les parece bien.

Ante las palabras de Istyar asiente muy serio mientras agita el cetro ante ella con las rodillas semiflexionadas y movimientos rítmicos de los pies. Cuando termina de hablar sonríe.

Todo se puede intentar, aunque no creo que sea fácil... creo que su espíritu vive en Evergreen Manor y no sabría como hacer que viniera... pero por probar nada se pierde.

¿Estamos listos para aterrorizar vecinos? Pregunta volviéndose a los demás.

- No se. ¿Es necesario que el espíritu esté presente para hacerle un homenaje? - Se encoge de hombros - Ya sabes, son cosas que se me escapan.

Y finalmente sonríe, con la ilusión de quien abre un paquete de regalo, sabiendo de antemano que le va a encantar lo que hay en el interior. - ¡Vamos cuando quieran!

Imagino que su espiritu, al estar "aqui", tan cerca de la frontera, solo recibiría nuestros respetos  si hicieramos el rito en Evergreen Manor, pero todo se puede intentar. Además ni siquiera estoy seguro de lo que digo...

Es cuestión de presentar nuestros respetos. Si supiera que necesitan los muertos podríamso ofrendarles eso. Hablé asintiendo benévolamente a Istyarem. Por ésa vez tendrán que conformarse con nuestra buena voluntad.

La luz del atardecer queda amortiguada por los grandes nubarrones oscuros. Los grupos de críos llevan cerca a uno o mas adultos cargados de ropa de abrigo de toda forma y color que los críos se niegan a ponerse porque "un fantasma no lleva un abrigo de hello kitty". La calle es vuestra.

Michael va por la calle y las casas pidiendo caramelos, asustando niños, hablando con infinitivos como los indios y saludando a los vecinos. A los vecinos menos "halloweeneros" les hace un bailongo mientras sacude su cetro  y les hace gestos con la mano como si los maldijera y a los más "halloweeneros" les ofrece pastel y los bendice con un bailongo y unos gestos tremendamente parecidos a cuando los "maldice".

A algunos grupos de gente disfrazada que se cruza por la calle les ofrece los caramelos y los pasteles en nombre "de los espíritus de la cosecha"  y de tapadillo deja caer algunos dulces y trozos de pasteles para que se alimenten los animales.

Istyarem, como una niña más, corretea detrás de demonios, se acerca con aire confabulador a los espectros y esqueletos y reta a las brujitas a que empleen su magia para intentar atrapar a un espectro como ella. En resumidas cuantas, se lo pasa en grande desde el primer segundo en el que pone un pie en la calle. 

Solo presta atención con sus bromas y chanzas a los niños disfrazados, limitándose a un guiño conciliador hacia los adultos que los acompañan. 

Y donde más brillan sus ojos es en las raras ocasiones en las que se cruza con un niño disfrazado de algo creativo o poco usual. ¿Una calabaza gigante de la que brotan tentáculos? ¡Genial! ¿un cupido-zombie? ¡Fantástico! ¿Un algo-indescifrable pero que da miedo? ¡Lo mejor de lo mejor! Son estos a los que premia con extra de chuches, los cuales hace aparecer de entre los pliegues de su túnica y ofrece con una profunda inclinación de respeto. Solo cambia su actitud frente a los zombies-bubu, a los cuales, por muy bien disfrazados que estén, trata de evitar. ¿Será posible que a estas alturas la hispana conserve sus supersticiones? 

No pierde de vista al resto del grupo, pero la hermética debe haberse tomado un extra de cafeína, puesto que parece una vorágine de energía, yendo de un lado a otro, acercándose y alejándose a veces dejando una frase a medias para 30 segundos después regresar con el grupo para continuar con la conversación. 

- Me encanta esto, gracias por animarse, chicos. Esto no sería lo mismo sin todos ustedes. ¡Y por cierto, grandullón! - girandose a León - Me estoy informando para lo del tatuaje. Va a quedar bien, pero ya lo hablamos mañana después de la resaca ;)