Partida Rol por web

Al avistar a Habib luchando con la criatura de la noche, la sangre de Sutu comenzó a ser bombeada con toda la adrenalina que su cuerpo era capaz de generar.

-¡RESISTE MAGO! Le gritó a Habib. ¡ESE MONSTRUO BESARÁ ESTA NOCHE MI HACHA! ¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!

Sutu corrió por la arena a grandes zancadas, adelantando como una exhalación a Willem y a Rhaztamel.

El murciélago ve venir a la pequeña ave, que empujada por las órdenes de su amo, al que desea salvar con frenético desespero pues, su vida depende del vínculo que tiene con él, se lanza contra la bestia arañando su cabeza sin que esto parezca que afecte lo más mínimo al enorme monstruo. Los gritos de Habib no parecen tener absolutamente ningún efecto, y el murciélago cierra las alas apresando a Crik en una oscura cárcel de membrana de la que no se vuelve a escuchar ningún graznido.

Cuando las alas se retiran, el cuervo se encuentra casi desaparecido entre las mandíbulas del vampiroide que al parecer, ya satisfecho por tener una presa con la que cenar esta noche, se da media vuelta extendiendo sus alas y desapareciendo... Oscura maldad, qué clase de destino espera al viajero solitario que en las noches vaga por la arena, tan solo le queda que un depredador descienda de las alturas, o emerja de las arenas para llevárselo y que no vuelva a saberse de él nunca más.

Hoy la noche se habia encaprichado con el hechicero, y tan solo la suerte ha deseado que se librara de tan aciago destino, la vida de su familiar ha salvado la suya propia, y los aventureros se reúnen alrededor del malherido Habib, que ahora llora la ida de tan valioso y fiel amigo, al que no ha tenido tiempo siquiera de dar un último consuelo.

Con la misma velocidad que el murciélago vino, se fué, y se ha llevado la vida de un miembro del grupo, tal vez uno de los más valiosos, poco importa ya, pues Crik no está ahí para escuchar los bellos versos que podais dedicarle

Sutu alcanzo la posición de Habib, y hacha en ristre cargó contra el gigantesco murciélago, que entretenido con el ave del mago, no parecía verlo llegar, o sencillamente no lo consideraba digno de su atención.

Sin embargo, el monstruo terminó con el ave antes de que Sutu alcanzara su posición y el hacha segó el aire cuando con un batir de alas, la vil criatura de la noche alzó el vuelo, azotando con la arena que cegó a los dos compañeros por un momento. Cuando está se posó, ya no quedaba rastro alguno del monstruo y el hacha de Sutu, se encontraba clavada en la arena.

-¡MALDITA Y COBARDE CRIATURA! Gritó el bárbaro al cielo nocturno sin obtener respuesta. Luego alzó su arma y la dejó descansar sobre un hombro, sujetándola con una mano, se giró hacia Habib y le preguntó:

-¿Estás muy herido?

Mis intentos de llamarle la atención no sirven, no es una criatura que atienda que se mueva por otra cosa que el instinto y no se deja engañar. Crik va a defenderme, pero el vampiro se gira y lo atrapa con sus fauces inmensas. No veo más a Crik, el cual sólo emite un leve ruidito. Siento su pánico y su satisfacción por morir defendiéndome. Eso me hace sentir una rabia inmensa. Invoco mi poder y le lanzo un proyectil mágico. Aunque sé que no le matará, no puedo evitar querer hacerle daño.

Saeta infalible.

La flecha luminosa parte de mi dedo índice y acierta en su espalda. Sólo se siente una pequeña alteración en los sonidos que emplea para orientarse en la oscuridad y desaparece.

Crik, nooo! Mi pequeño amigo... Me quedo sin palabras al no creérmelo todavía. Cómo podía haber pasado? Me siento tan culpable que no puedo pensar durante un momento.

Sutu me pregunta cómo estoy y eso me hace reaccionar, aún ensimismado.

Bien, bien,... no estoy muy herido, me recuperaré... manteniendo la mirada perdida en la noche.

Crik se ha ido para siempre. Me ha salvado la vida y ha muerto por mí. El ha sido mi fiel compañero durante años. Tengo yo la culpa. Aunque el sentía que mejor él que yo. Se sacrificó... por mí. Caigo de rodillas, olvido que me están mirando y lloro en silencio un minuto. Luego me alzo y camino hacia delante iluminando con mi lanza por si encuentro algún resto, aunque sea un pluma de mi amigo. Algo que pueda conservar.

Más tarde, elevo mi mirada a las estrellas mientras avanzamos por el desierto.

Adiós, amigo mío, nunca olvidaré tu sacrificio. Si algún día tengo la oportunidad de revivirte, lo haré. Pues te lo mereces. Adiós y que tu alma sea protegida por los espíritus de la luz hasta entonces.

El picaro llega hasta Habib, y al darse cuenta de la tristeza de este por la perdida de su amigo Crik, preferiere no hablar mucho, solo unas palabras saliero de su boca - Debes estar orgulloso, fue muy valiente - mientras le dice esto le da una palmada en el hombro y luego mira al grupo.

- Bien tenemos que seguir nuetro camino - termina diciendo Rhaz.

Al ver como el murciélago desaparecía en el aire con el cuervo de Habib sentí un alivio como no lo había sentido en mucho tiempo. Frene mi marcha y me acerque andando hasta la posición del hechicero que se encontraba en el suelo llorando. Si, si, muy querido pero no es más que un pájaro, y además de mal agüero. A lo mejor ahora comenzamos a tener algo más de fortuna. Además mejor el que tú, ¿no?

Habib, no me gusta parecer un insensible, pero Rhaz tiene razón. Debemos de apresurarnos, cuando más tiempo estemos en el desierto más posibilidades hay de que otra criatura como esa nos ataque. Además has de cumplir con tu misión, no ya solo por las palabras del rey brujo, sino para honrar en sacrificio de Crik.

Camináis inseguros de estar en la dirección correcta, siguiendo el horizonte montañoso puede ser más largo pero no teneis riesgo de perderos en el desierto y ha sido la opción elegida. Camináis sin descanso hasta el alba, os encontrais rodeados de arena y más arena, el horizonte montañoso apenas parece una delgada linea oscura en el horizonte, casi casi como un espejismo. Ahora el sol apenas empieza a clarear el cielo, pero en cuestión de horas, el lugar en el que estais se convertirá en un asadero.

Escucháis un sonido, y no muy lejos podeis ver una extraña y gran criatura grisácea escarbar en una duna desapareciendo por completo y dejando tras de sí únicamente un deslizamiento de arena que un viento creciente se apresura a borrar, una ola de arena os golpea introduciendose en vuestros ojos y boca, va a ser un día de mucho viento.

No teneis comida, pero un día sin comer no es nada, teneis los odres llenos y el odre de matrirna como extra, a día de hoy los gastareis todos pero quedareis bien satisfechos, nada grave.

Bueno chicos, en vista de que cada vez que echamos a andar por este desierto algún tipo de criatura nos confunde con su almuerzo, yo votaría por esperar hasta el anochecer. Así al menos estaremos descansados, y si algo viene a por nosotros estaremos mejor preparados les comento al grupo mientras hago acopio de las mantas que tenemos, así como de la lanza que le “cogimos prestada” a aquel lagarto hiperdesarrollado.

Así que salvo que alguien esté en contra voy a ver si puedo improvisar alguna especie de refugio con esto digo mientras comienzo a montar el improvisado refugio.

- Me parece una buena idea Willem - dice el picaro. Era mejor que Habib se recuperara, no llegaria muy lejos si no lo hacia y Sutu también necesitaba un buen descanso. Por la noche las andas serían algo mas frescas.

Al ver la iniciativa de Willem me alegré de tener unos compañeros tan resueltos. Había perdido a Crik, pero al menos no estaba solo. Sutu, Willem y Rhaz eran compañeros y podía confiar en que me ayudarán si los necesitaba. Me lo habían demostrado corriendo hacia mí a liberarme del vampiro.

Gracias Willem y gracias compañeros. Valoro mucho vuestra compañía y sé que puedo contar con vosotros. No olvidaré nunca que corristeis un peligro buscándome y no me disteis por perdido.

Sutu, déjame curarte un poco más... Soy el canal de tu curación.

Necesitaba descansar y estar en compañía de los demás le reconfortaba, aunque estaba poco hablador.

Willem se pone a trabajar, todos ayudais, a la hora de pedir una manta con la que cubriros, tan solo el previsor de Habib lleva una, totalmente insuficiente, sin embargo, Willem, en un alarde de ingeniería imposible, consigue cubriros a todos con la lona, una lanza y el carro, haciendo un toldo desde un lado podeis resguardaros del sol*.

Teneis agua de sobra, aunque el sol empieza a hacer arder la arena, el calor resulta tan sofocante que vais cayendo uno tras otro en un sopor hipnótico, caeis dormidos, a sueño intermitente.

Cuando el sol empieza a ocultarse, haber permanecido todo el día sobre la arena caliente os hace sentir pesados, más aún cuando al levantar veis una carcasa humeante a la que antes llamábais Ciempiés. No hay más remedio que abandonar el carro si quereis llegar a Zalas.

Por la noche viajais nerviosos, precavidos, armas en mano el viaje se hace tedioso, de nuevo a oscuras, teneis suerte de ver las antorchas de Zalas en medio de la oscuridad, y la silueta recortada de la gran torre de la Bruja por encima de toda la ciudad. No ha sido un viaje fácil, más aún cuanto está por llegar.

El bárbaro continuaba enfurecido por culpa del vil quiróptero, pero empezaba a tranquilizarse y a recuperar un ritmo de pulsaciones más relajado mientras dejaba que Habib volviera a hacer uso de sus métodos místicos de curación.

Al parecer Willem era muy capaz de acomodar un refugio en el que cobijarse del caluroso infierno en el que pronto se encontrarían, dada la maña con la que Sutu vió que se desenvolvía improvisando con el material del que disponían y en cuanto Habib terminó lo que estaba haciendo ayudó en todo lo que pudo para terminar antes con aquello, ya que el abrasador sol pronto estaría sobre ellos. No habían suficientes recursos para sobrevivir a aquello a lo que iban a enfrentarse y no envidio el destino que sabía le depararía a la bestia que los había acompañado tirando del carro.

El día siguiente estuvo cargado de tedio y calor, mucho calor. Uno a uno, todos los cuatro compañeros fueron durmiéndose y aquello hizo más llevadera la situación, y para cuando llegó la noche y se dispusieron seguir con su camino, Sutu descubrió que no se había equivocado con el destino que le auguró al cienpíes.

La siguiente parte del camino resultó pesada y monótona, pero Sutu no se quejó de ello. Aunque la sangre se le enfriaba ante la inacción, no se encontraban en condiciones de enfrentar más sorpresas del desierto y se alegró cuando por fín vió las luces de Zalas, a pesar de que en su rostro no emergiera ningún sentimiento.

El día fue agotador y sofocante. Cuando el cielo se empezaba a tornar anaranjado como si también se hubiera incendiado, al igual que la arena, emprendieron la marcha. El tiempo pasó despacio y mi mente se iba en ocasiones al valiente cuervo que me salvó la vida sacrificando la suya.

Crik, pequeño Crik...

Las puertas de Zalas, con su torre majestuosa, se dibujó primero como un espejismo, pero luego como una realidad esperanzadora.

Bien compañeros. Habrá que alojarse, aprovisionarse y descansar. Tendremos que planificar cómo hacer lo que queremos hacer para recuperar las gemas.

Tras un buen trabajo de Willem para hacer el improvisado refugio, todos nos cobijamos en busca de al sombra de la lona evitando así los rayos mortales del sol que calentaban la arena, convirtiendolas así en ascuas amarillentas y polvorientas. El sueño se hacia presa de nosotros pero no lo suficientemente continuo para recuperarno como era debido. Cuando el sol cayo, comenzamos el viaje de nuevo el peso del calor aunque no habia sido directo de los rayos solares, hacia mella en el grupo.

Todos estabamos muy cansados y cuando parecia que no ibamos a llegar nunca, allí estaban las antorchas de Zalas en medio de la oscuridad. No ha sido un viaje fácil, no, pero lo importante es que por fín habiamos llegado.

Las palabras sobraban y costaban mucho en este estado - Un posada y descansaremos, mañana pensaremos que hacer - dice el picaro con cara de agotado.

Entrais en la posada y la gente moribunda queda en silencio mientras avanzais extrañados hasta el tabernero que os mira como si viera unos fantasmas, tenia un plato de verdura en la mano que deja sobre la barra para veros bien, cuando Rhaz se acerca lo suficiente alarga el brazo apretando el suyo, constatando vuestra existencia.

¡¡ Estais vivos !!

Mucho se ha rumoreado desde que os fuerais al Castillo de Raivah y muchos decían que habíais muerto

Parece imposible que esteis aquí, Vadrian se pondrá muy contento, ya se habia celebrado vuestro funeral y las piras aún están a las afueras, Vadrian no escatimó en ello, para él habia sido una ofensa bastante grave que el Srde Raivah incumpliera un trato, y hoy iba a tener audiencia con la mismísima bruja de Raivah

Marl saca unos platos de verduras y carne que pone delante de vosotros.... sin agua, y con curiosidad os estudia detenidamente, Sutu lleva varias cicatrices arrugadas, quemaduras, Habib tiene el rostro completamente destrozado, un mordisco del vampiro debió agarrarle la cara y ahora tiene arañazos muy profundos por todas partes, Willem tiene unas grandes ojeras, el calor y el cansancio han hecho más mella en él que en el resto y Rhaztamel parece ser el único que ha salido indemne.

Contadnos, ¿Como os habeis retrasado tantísimo?

Todos la gente de la taberna se ha agrupado alrededor vuestro, manteniendo cierta distancia como si estuvierais malditos, y más curiosos aparecen bajando las escaleras o entrando por la puerta.

Comprendo que nos dieran por muertos. Supongo que somos de los pocos que han visto el interior del castillo y han podido contarlo, aunque perdimos a una compañera por el camino. Hemos tardado porque nos apresaron. Cuando el trato se retiró, el Rey-hechicero consideró que el Señor Eremy debía morir y que nosotros seríamos los siguientes por más que le dijéramos que sólo éramos mercenarios para dar protección al cargamento. Un adivino a las órdenes de Milaszor, corroboró nuestra historia y por fin nos dejó salir, pero Matrirna fue presa de uno de los muchos peligros del desierto. Yo mismo estuve a punto de ser muerto por un vampiro. Nos hemos ganado un descanso.

Gracias por la comida señor Marl. Era justo lo que necesitábamos. Con gusto les contaré los peligros a los que nos enfrentamos. Siento decir que del castillo sólo pudimos ver el patio y las mazmorras, así como al propio Milaszor, el cual es grande, fuerte y de una mente incisiva.

Nos enfrentamos a una bandada de buitres, vampiros, alimañas y extraños gusanos de fuego. A todos les vencimos, aunque a un alto precio... y bla, bla, bla...

Por supuesto no digo nada de nuestra verdadera misión e intento que quedemos como hombres valientes y capaces. "Una aproximación afortunada a los hechos", pero que podía ser la sensación entre el público. De esa manera nos ganaríamos el plato de comida y nos empezarían a respetar en la ciudad, lo que nos abriría muchas puertas en el momento que lo necesitemos.