Partida Rol por web

Huw salió arrastrando los pies de casa de su novia y se encamino en busca de sus hermanos, quienes parecían ser los únicos habitantes del pueblo. ¿Dónde estaría Rhonda? ¿Qué habría pasado? Esas eran las ideas que mortificaban al mayor de los hermanos.

Con paso taciturno Huw se encamino primero a la iglesia donde había dejado a sus hermanos y luego los busco por el pueblo.

Dafydd no acababa de entender del todo bien lo que les ocurría a sus hermanos, si bien estaban pasando cosas, no sabía muy bien a lo que se referían. En el frente habían hecho muchas cosas, pero era la guerra. Tal vez tuviera que ver con el día aquel.

-¿Por qué iba a decir que ha sido culpa suya?- preguntó cuando se dio cuenta de lo que pasaba. Sin duda alguna los recuerdos parecían estar muy lejanos y los sentimientos arraigados a ellos no estaban nada claros, como si fueran de otra persona.

La mezcla de sentimientos seguía batiendose en el interior del hermano pequeño de los Evans mientras ocurría todo. Sin comprender lo que ocurría había pasado de la esperanza al miedo una y otra vez y ahora ya no sabía muy bien qué esperar. ¿Dónde estaría Huw ahora mismo?

Dandose cuenta inmediatamente de que realmente podría ser que no estuvieran atados a la vida de su amigo, Dafydd hizo algo que no sabía muy bien cómo terminaría, pero que por lo menos aclararía algunas cosas para él. Salió por la puerta corriendo en dirección a su casa en busca de sus padres.

-Esperadme aquí, tengo que ver una cosa...-dijo mientras salía de la casa.

Aquel panorama era tanto desolador como esperanzador. Algo malo había ocurrido, lo intuíais (lo recordábais), pero por lo visto Daniel reaccionaba a vuestros débiles y casuales estímulos. El dedo de Christopher rechinó un poco sobre la ventana, pero no llegó a escribir nada*. Daniel observó cómo algo que no veía tocaba el cristal... y dejaba cierta huella... (a sus ojos aparecida de la nada). El joven veterano se asustó, intentándose reponer, pero sin éxito. Su mandíbula comenzó a temblar...

Dylan estaba ahora sofocado, arruinado en su interior. La culpa por algo que le rondaba la cabeza lo hizo desplomarse un poco, mientras Chris intentaba dar ese punto razonable a todos sus hermanos (como siempre) mientras hacía lo del cristal. Dafydd, entonces, salió "escopetado", muy deprisa, de la casa de Daniel. Éste se asustó: ¡la puerta había vuelto a abrise sola!

¿Quién anda ahí?, ¿Sois... VOSOTROS? -decía tartamudeando por el miedo-, ¡el fuego no se corri... ¡no se corrigió! ¡NO SE CORRIGIÓ! ¡NO LO HICE! ¡¡NO LO HICE!! -tenía lágrimas en sus ojos, y Dafydd llegó a oir esto mientras ya salía de la casa-.

Una vez fuera, Dafydd giró la esquina de la casa y chocó contra  un tipo. Era, Huw, que tras volver del camino y regresar al cementerio tras la iglesia, se encontró con su hermano delante de la casa de Daniel. Huw dijo que los estaba buscando y Dafydd que iba a casa de Mamá y Papá, y que Chris y Dylan estaban dentro, en la casa de Daniel.

Huw miro a su hermano con los ojos llorosos. No… no he encontrado a Rhonda…. Dijo con un hilo de voz ¿dónde está?.

La idea de ir hasta la casa de papa y mama era mejor que vagar como un alma en pena por el pueblo.

Su hermanos mayor no había encontrado a su prometida, lo cual era bastante malo para la idea de Dafydd, aunque podría ser perfectamente que no estuviera en la casa en ese momento.

-Tal vez esté en otro lugar Huw- le dijo para tranquilizarlo ya que no era momento de venirse abajo-  Christopher y Dylan están con Daniel. Parece que están consiguiendo contactar con él- le dijo por si quería ayudar a sus hermanos-yo voy a ver si encuentro a Padre y Madre.

Realmente no sabía si sería posible, pero tal vez solo fueran capaces de ver a las personas más queridas y sus padres sin duda alguna serían una buena muestra de su teoría y tal vez estabilizara su existencia.

¿Contactar? A que se estaba refiriendo su hermano con “contactar”, se refería a que sus hermanos habrían conseguido llamar a Daniel, puede que usando el teléfono o algún otro medio, pero la cabeza de Huw se había saturado hacía tiempo. Desde la visita a la casa de Rhonda el hermano mayor había dejado que su máscara de tranquilidad y férrea voluntad se callera y había dejado que el miedo le inundara poco a poco. Incapaz de pensar con claridad la idea de ver a sus padres le pareció estupenda y acepto acompaña a su hermano. Si, vayamos hasta casa de papa y mama

El destino parecía cambiar o el cielo les concedía una segunda oportunidad porque Daniel era consiente en parte de la presencia de los hermanos Evans en la cabaña. Dylan recupero ánimos y energía para volver a intentar. Se pone de pie al momento que su hermano menor abandona la estancia en dirección a la casa familiar. – Tal vez el momento sea ahora Chris. Debemos seguir intentando. – Luego de la supuesta confesión de Daniel toda la situación se aclara un poco más. ¿Es posible que él tuviese algo que ver con la muerte de los hermanos Evans en Francia? ¿Acaso fue su venganza por la muerte de su hermano? Dylan no tenia en memoria el recuerdo de su muerte, por ello preguntaría a su hermano. – Chris. ¿Qué quiere decir con corregir el fuego? – Dylan debía intentar algo porque todo hasta ahora era mínimo o fútil. Avanzo hasta Daniel e intento pararse en el mismo sitio que él y esperar algún suceso. Al menos debía intentarlo.

Christopher intentaba asimilar todo lo que estaba sucediendo pero aquello era demasiado para él. Miró a Dylan.

-No...sé. Quizá...quizá haya intentado hacer algo...¿Es posible?...¿Porqué no? Al fin y al cabo estamos muertos y sin embargo...Dani, ¿Qué es lo que hiciste?

Lamentaba no haber podido escribir en el cristal, pero ¿cómo era posible que su hermano hubiese abierto la puerta?¿O que hubieran tirado un jarrón? La naturaleza de las cosas era de pronto extraña para él. Por lo que se veía no todos tenían la misma capacidad de interactuar con el entorno. O eso o era la forma de interactuar...meras conjeturas. Buscó por la habitación. En algún lugar debía haber un bolígrafo y una hoja. Quizá fuese capaz de escribir algo. Lo intentaría al menos. 

Dylan se puso delante de él, de Daniel. Su amigo tenía la boca abierta, preguntando al infinito acerca del intrusismo de algo, o alguien. ¿Pero quien? ¡Nadie! Él no veía absolutamente a nadie, tan sólo algunos estímulos que no explicarían nada de vuestra presencia allí. Dylan n siquiera notaba el aliento de su amigo estando delante de el. Era como si sólo notaran ciertas cosas, como si sólo pudieran interactuar con determinados elementos. Claro que, lo notara o no, Daniel se alejó, paseó por el salón, de un lado para otro, rascándose con su mano en la cabeza. Intentaba quitarse de su mente aquello que estuviera pensando ¿y qué pensaba?

Fue entonces cuando un cajón se abrió. Daniel no venía nada, pero Christopher abrió un pequeño mueble. Lo único que encontró allí fue una pluma estilográfica bastante antigua, quizá de su padre, pero no había hojas de papel. Daniel se horrorizó al ver la pluma volando, temblando, ¡levitando!, delante de sus ojos... Éstos se abrieron, tragó saliva, y tras unos instantes de pánico, salió corriendo del salón. Se marchó al piso de arriba, subiendo los escalones de tres en tres en medio de un gríto de pánico y terror...

Llegásteis a vuestra propia casa. Estaba intacta, como después del fogonazo de luz tras la explosión vivida (¿en vuestra mente?). El caso es que os siguieron un par de cuervos sobre vuestras cabezas, y cuando entrásteis en la casa, cuya puerta no estaba cerrada, éstos se posaron sobre el arbol muerto junto a la entrada. Era como si os fueran a esperar. Una vez dentro, preguntásteis en alto por vuestros padres. Allí no había nadie. Era la misma sensación que había tenido Huw en casa de Rhonda: todo el mundo había desaparecido.

El interior de la casa se encontraba prácticamente igual, aunque todo parecía más limpio y recogido. Se diria incluso que, vuestra habitación, había quedado congelada por el tiempo, como si no hubiérais pasado por allí hacía mucho tiempo. ¿Sería por haber estado tantos meses en la guerra? Pero, ¿no habíais vuelto de permiso por Navidad?

Nada diferente encontrásteis en vuestro hogar, excepto una cosa: cuatro grandes cuadros estaban ahora colgados en el salón-comedor, donde Papá leía tantas veces la Biblia junto a la chimenea. En ellas aparecíais vosotros, junto con Dylan y Christopher, vestidos de militares del frente (como posando justo antes de entrar en batalla). Los cuadros tenían cierto polvo en su cristal. De Papá y Mamá... ni rastro.

Dylan  estaba preocupado por su incapacidad para comunicarse con Daniel pero una nueva ola de recuerdos le invadían y con ello un nuevo pesar, porque sus conjeturas eran ciertas. El había sido responsable, junto con sus hermanos finalmente, de quitar una vida. La vida de Gwylim había terminado aquella tarde de alcohol y discusiones pero lo imperdonable era que los hermanos Evans habían ocultado todo. ¿Daniel los habría descubierto y los cuatro habían muerto por la venganza del hermano mayor de los Lloyd? Todo aquello quedaría en el tintero porque Daniel huye aterrorizado al piso de arriba. – Chris, deberíamos seguirlo cuando termines tu nota. Debe leer la nota. – Dylan creé que tal vez Daniel pueda leer la nota.

Dafydd tenía el corazón en un puño, esperaba encontrar a sus padres o algún  rastro de ellos que les permitiera saber algo de lo que ocurría, pero todo aquello era demasiado extraño. Ya no estaba seguro de los vivido ni de qué podrían hacer allí, lo que antes le parecía una posibilidad tras la muerte, comenzaba a antojarsele una maldición, pues si la soledad era lo que les esperaba bien podía ser un infierno en el que vivieran atrapados.

-Por lo menos estamos juntos- pensó mientras miraba a Huw en silencio.

Cuando observó los cuadros, se le ocurrió una idea tras recordar lo que había intentado Christopher intentó escribir en el polvo de su cuadro: "padre, madre, los Evans están siempre juntos. Daffyd"

-No se si funcionará, pero no perdemos nada por intentarlo- dijo a su hermano mayor- tal vez podamos despedirnos así de los nuestros...

Christopher buscó una hoja de papel, una bolsa de papel, un periódico o un libro. Cualquier sitio donde pudiese escribir su mensaje. El mismo que había puesto en la ventana. Necesitaba comunicarse con Dani. 

-Creo que ya sabemos porqué estamos aquí, queridos hermanos. Hemos de aceptar nuestros pecados. Hemos de decirle a Dani lo que pasó. 

Parecía que sus perores temores estaban cumpliéndose, estaban muertos. Si, creo que por intentarlo no pasaría nada. Contesto mecánicamente, sin prestar atención al verdadero significado de sus palabras.

Ahora empezaban a surgir otros pensamientos y otras preguntas. Había perdió a Rhonda a sus padres, había perdido toda su vida. ¿Qué habría pasaría? ¿Qué nos pasó? Se preguntó en voz alta mientras comenzaba a registrar la casa en busca de alguna explicación de lo ocurrido.

Dylan creía intensamente en aquella tare. Debían comunicar a Daniel todo lo ocurrido y quizá pedir perdón por sus pecados de aquella tarde junto al lago. Por otro lado la carga de Daniel podría ser aliviada de aquella manera por lo tanto Dylan aguardo a su hermano mayor. Espero a que Christopher escribiera la nota para luego ir detrás del hombre tullido que era ahora Daniel Lloyd.

Ante la pregunta de su hermano, Dafydd se puso en cuclillas mirando al suelo. Aquellas preguntas le hacían pensar también a él aunque no parecían afectarle tanto como a Huw.

-Pues no se. Supongo que nos matarían en alguna descarga de artillería, pero no podemos recordar aquello, igual que muchas otras cosas que tenemos difusas.

Araño el suelo distraído.

-Recuerdo la cena de aquella navidad, estaba deliciosa...

Huw miro a su hermano horrorizado, también lo suponía, lo sabía, era estúpido seguir ocultándolo. ¡Estaban muertos! El también recordaba la cena, la guerra y las trincheras. ¿Sería esto el purgatorio? Pensó en voz alta. ¿Estaremos aquí por algo que hemos hecho? ¿Puede que tengamos que espirar nuestros pecados? Que tengamos que….. ¡OH DIOS! ¡Gwylim! ¿Qué hemos hecho? La cabeza le empezó a dar vueltas, Huw tuvo que sujetarse a la cómoda del salón para no caer al suelo. Habían matado a Gwylim de una forma cobarde y ahora tendrían que pagar por ello durante toda la eternidad. Recordó aquella tarde de invierno con la botella de whisky cerca del lago.

Dafydd, mostrando algo de pericia, consiguió tocar el helado cristal que cubría su gran fotografía. El dedo pudo resbalar por el mismo, y aquello pareció causarle algo de alivio. Tras añadir el mensaje, tuvo la certeza, al igual que su hermano mayor Huw, que quien observara el cuadro podría leer claramente algo escrito allí, aquel mensaje. Sin embargo, tras caer ambos abatidos en cuerpo y mente (cansacio y preguntas aún sin resolver), dudaron si hubiera alguien que leyera el mensaje. Huw, por su parte, comenzaba a sentirse realmente mal. Perder a unos padres y una prometida en cuestión de segundos no era lícito, era algo impensable para cualquier hombre.

El silencio reinaba en vuestra casa. Nada ocurrió.

"Somos los Evans. No tengas miedo. Ayúdanos"

Sorprendentemente, Christopher pudo escribir una nota con aquella pluma. Parecía algo increíble, impensable. Sabía que no podía interactuar con cualquier otra cosa (casi con ninguna) pero le causó cierta esperanza el poder conseguirlo. Sin dudarlo, subísteis al piso de arriba. Estaba oscuro. Todas las habitaciones superiores se encontraban con la puerta cerrada, y sólo entraba luz por una de ellas, una que estaba abierta. Los escalones no chirriaban y eso que sí los escuchásteis crujir cuando Daniel subrió a toda prisa, muerto de terror.

Una vez entrásteis en su habitación, dejásteis caer la nota cerca de donde estaba (que no era sino detrás de su cama, acurrucado como en posición fetal. Oíais sus dientes castañetear. Tras unos segundos, oísteis cómo abría la nota, así como un atisbo de terror, en forma de suspiro. Instantes después, levantó su cabeza, muy poco a poco; se puso de pié, y con su única mano extendió la hoja.