Partida Rol por web

Los rayos de sol marcan el inicio del día provocando que todo resto de la presencia del doctor Brush desaparezca, y de paso una ayudita para caldear la fría temperatura matutina que os rodea ahora mismo. Al menos ya sabéis que paso con el buen doctor, ¿O tal vez lo habéis soñado todos a la vez?

Señalada. Acusada. Odiada... ¿porque? ¿que habia hecho ella?

Flora no tiene palabras para describir la extraña sensacion que le causa ver al buen doctor, o lo que sea que fuere eso que han visto, dirigiendo su dedo hacia ella, como si fuera la culpable de la obsesion del mismo por la supuesta voz de su mujer... su locura.

No... no se porque ha hecho eso... ni... ni... ¡ni Dios sabe siquiera porque ese odio hacia mi! Yo... yo hice lo que pude por evitar que se perdiera entre aquel bosque de bambu...

La monja se echa a llorar en el suelo mientras golpea el suelo con impotencia. En su mano, el cuchillo vibra una vez. ¿Acabar con el sufrimiento? No... ¡es pecado hacerlo!

La mirada de Félix también recayó por unos instantes sobre la hermana Flora. Ya habían tenido sus palabras por eso mismo; no insistiría por ese camino. Félix sabía que había algo detrás de la hermana Flora, antes lo sospechaba pero tras la aparición del doctor lo sabía pero no era el momento de descubrirlo. Ahora tenían que estar unidos o la isla acabaría venciéndolos.

Se acercó a la hermana y puso una mano sobre la mano en la que llevaba el cuchillo.

—Venga hermana, relájese —dijo mientras con la otra mano envolvía la empuñadura del cuchillo—. Déjeme que yo guarde esto durante un rato. Yo no creo que usted tenga nada que ver con la muerte del doctor. Todos estamos muy nerviosos y, sea lo que sea que haya pasado, es un recurso que tiene esta maldita isla para acabar con nuestra cordura.

Félix ya daba por hecho que el doctor estaba muerto. Rastreó con la mirada al resto del grupo tratando de impulsar un gesto de calma. Cada uno tendría sus motivos para creer que el otro era culpable de algo y precisamente eso les llevaría a la locura o a acabar con ellos mismos.

—Caballeros...Irina...Hermana... Esto va a acabar matándonos. La angustia nos hará caer en el odio hacia nosotros mismos y acabaremos matándonos como animales hambrientos. Yo soy el primero que siente la desesperación que produce la ausencia de respuestas pero la única manera de conseguir estas es estando todos juntos. Tratemos que calmarnos todos un poco.

- Sí claro, inspector- mostró agriamente su acuerdo Leroy. Ya hacía rato que el suceso se había esfumado, evaporandose al sol al igual que el rocío de las plantas. Pero el arqueólogo se mostraba serio y  enojado a pesar de hallarse a salvo, sin rastro del doctor. Ningún rastro, y había buscado a conciencia cuando la sensación de peligro disminuyó lo bastante como para aventurarse a bajar la guardia y buscar por donde pudiera haberse marchado. Decepcionado, no se arriesgó a alejarse del grupo.

- Va siendo hora de reponerse del susto. Tenemos quehacer y deberíamos aprovechar la luz del día. Propongo que preparemos el cerdo para comer y recojamos una pequeña reserva de madera y la resguardemos para mantenerla seca. A saber cuando volverá a llover.- Leroy escruta el cielo, fruncido el entrecejo.- Después de eso parte de nosotros irá a explorar el lugar donde Félix observara anoche los fuegos de artificio. El resto permanecerá en el avión cuidando el refugio. Brush, o quien quiera que fuese que arrasara nuestro primer refugio podría volver.

Acompañando las palabras con acciones regresa al avión, deteniendose junto a Flora, pidiéndole con la autoritaria mano extendida el cuchillo.

- Lo necesitaremos para preparar la carne. Charlie, necesito un chef. Venga a ayudarme.

-Sí, la vida sigue. - rezonga por lo bajo - Comamos. Cojamos fuerzas.

En su cabeza bullen infinidad de pensamientos mientras se pone manos a la obra con el animal y el fuego.

-Los fuegos artificiales... No me imagino a algo como...eso - señala el lugar donde apareció el amasijo de plantas parecido al doctor - usándolos. Me parece buena idea ir a husmear. Yo quiero ir. Me apatece estirar las piernas y perder de vista un rato este sitio.- vuelve a mirar a los arbustos. - A enemigo que huye... - recita sin venir demasiado a cuento, como muchas de las veces que echa mano del refranero.

—...puente de plata —completó el detective.

—Miren, esos fuegos de artificio, como hemos convenido en llamarlos, podrían venir de mucho más allá, incluso fuera de esta isla. Quien sabe si también son un producto de la imaginación o una figura creada como la del doctor —dijo pasados unos instantes.

Meneaba la cabeza negativo.

—Si queremos encontrar algo tenemos que ir al lugar donde desapareció el doctor Brush. Puede parecer un suicidio, pero es la única forma que tenemos de encontrar algo. También podemos quedarnos aquí, parados, pero ¿no sería eso también un suicidio? Moriríamos de hambre o de sed sin siquiera haber intentado buscar una respuesta.

-En el bambú no hay nada. Ya buscamos por allí. Y si se nos pasó alguna huella o algún rastro, la lluvia lo habrá borrado.- gruñe malhumorado - Los fuegos artificiales... eso es una bengala. Si están en la isla, habría que buscarlos. Y si la lanzaron desde un barco, yo me quiero subir en él. No sé usted.

Yo... yo tambien creo que es mejor poner tierra de por medio entre nosotros y esta isla cuanto antes. El doctor... sea lo que fuere que lo ha dejado en ese estado SABE donde estamos ahora... ire con ustedes caballeros. No quiero quedarme sola... estoy aterrada....

- Pues me temo que alguien debería quedarse a proteger el avión. Es el único refugio aceptable que conocemos, mucho mejor que cualquiera que podamos construir.- Leroy está troceando al enorme puerco lo mejor que el cuchillo le permite. La tarea es ardua y el sudor ya ha empezado a perlar su frente mientras arranca tan bien como puede tiras de la dura carne del animal.- Vendría bien algo de agua para limpiar de sangre todo esto. Repito que ahora que no llueve habría que almacenar algo de leña para mantenerla seca. Y una vez hecho esto al menos dos personas deberían quedarse a cuidar que nadie venga y nos eche por tierra el esfuerzo. La idea de buscar al doctor me parece casi tan buena como buscar el origen de las bengalas. Para variar, soy de la opinión de Charlie. Si hay un barco, prefiero subir a él que quedarme aquí.

Y más después de ver a Brush en ese estado. Cuando las barbas de tu vecino veas pelar... ¿¡pero qué diablos estoy pensando...!?

Con voz firme tomando opinion, Irina comenta - Me parece genial que intenten buscar rastros de las bengalas o lo que fuere... pero alguien tiene la minima idea de por donde comenzar?? - tras un breve silencio - o piensan internarse en la jungla al azar y depender de la suerte que les marque el camino??

El detective se encogió de hombros con las palmas de las manos hacia arriba.

—Ya se lo he dicho, esas bengalas no eran de esta isla. Las vía a lo lejos, iluminando el horizonte del océano. Si quieren ir a buscarlas, adelante. Yo cuidaré del refugio. Prefiero ir a buscar lo que sea pero no perderé el tiempo en una búsqueda ilógica.

Paró de hablar un instante intentando calmarse sin éxito.

—Sr. Currie. Si tanto le interesa este avión, ¿por qué no se queda usted de guardia aquí? Mi principal preferencia es permanecer todos juntos, ya se lo he dicho. Este avión no va a ir a ninguna parte y si va... ¿qué le impide irse con o sin nosotros?

Félix había asumido la irrealidad de la situación y hablaba de ella como si fuera algo común y corriente.

—Perdonadme —dijo tras unos instantes de reflexión—. No quiero que desaparezca nadie más y me temo que si nos separamos será lo que ocurrirá. Tenemos varios indicios que seguir. Uno, las bengalas —comenzó a enumerar con los dedos conforme citaba los indicios—, aunque sinceramente me parece lo más absurdo. Dos, el barco con las tumbas, pienso que ese podría ser un buen sitio por donde buscar. Y tres, el lugar donde desapareció el doctor. Ya se que has dicho que allí no hay nada más Charlie... pero aún así insisto en volver. ¿Alguna opción más?

-Lo de las bengalas no es ninguna tontería. - replica con tono conciliador - Desde un sitio alto o desde la costa podemos otear a ver si vemos algún barco. Y Sería una buena idea mantener una fogata para que se vea el humo. Cuantas más facilidades demos, antes nos rescatarán.

Si lo hacen. Si llegan a tiempo. Antes de que... mierda, debo apartar eso de mi cabeza.

-Después un par de comidas a base de carne, me veo con ánimos para andar. Bien, pasemos también por el puñetero bambú.

Acordándose de aquel lugar, y dando por hecho que él ya no lo va a necesitar, saca el zapato del doctor Brush y lo tira a un rincón, cerca del morro del avión.

-Y yo también voto por permanecer todos juntos. Cojamos las cosas importantes y el resto, si quieren, que lo revuelvan. Quienes quiera que sean. Malditos hijos de perra... - termina su propuesta mascullando y mirando al suelo.

No quiero terminar como él. No quiero terminar como él. No así. No.

Torciendo la boca y afirmando con la cabeza, Irina mira a Charlie... - Tiene razon. Me gusta la idea de buscar un sitio alto donde poder otear los alrededores. En su momento lo intentamos con los arboles pero estaba todo muy tapado por la frondosa vegatacion del lugar... tenemos que buscar otro lugar elevado mas despejado.

No sabria realmente para donde ir pero quedarse en el avion a esperar "la nada" no me parece buena idea. Ahora que recuperamos fuerza, agarremos lo imprescindible del avion y vayamos a explorar otros lugares. - la joven comienza a husmear la zona del campamento improvisado viendo que puede ser util para llevar... y que cosa dejar abandonadas.

- Vaya, parece que a todos nos ha surgido el espíritu aventurero. Como quiera que el avión permanecerá efectivamente aquí y separarnos resulta arriesgado, iremos de excursión a cualquiera de esos tres lugares. Como es obvio que necesitan de mis conocimientos y habilidad, no los desperdiciaré montando guardia en este lugar, en ningún caso. Y sinceramente, espero que seamos afortunados y no tengamos que regresar a morirnos aquí de hambre y frío. Exploraremos tras comer, y por la tarde nos ocuparemos del asunto de la leña antes de que anochezca o llueva. Así no será necesario dejar a nadie vigilando un montón de madera, o una buena provisión de carne.

Enfurruñado al ver como sus órdenes por el bienestar del grupo no se acatan, Leroy se plantea que los riesgos han aumentado al sumarse la falta de sentido común. Para sus adentros, analiza la conducta paternalista del detective, la falta de saber estar de la mujer Irina, del lastre que supone esa enfermera aterrada... Y luego ese Charlie. Lo que más le revienta es que el único que demuestra comprender algo la situación como él la ve sea ¡un mendigo! Que como es obvio no conoce las ventajas de un campamento bien guarnecido...

Tras un rato largo guardando silencio, ocupado mentalmente en despotricar contra sus acompañantes de peripecias, el profesor Currie masculla finalmente una nueva opinión.

- Si esa luz improbable vino de fuera de la isla merecería la pena acercarse a la playa por si hubiera algún barco en las cercanías. Yendo hasta el barco y sus tumbas podré analizarlas mientras el resto comprueban si hay en las cercanías algún barco. Y de paso miraremos si hay herramientas útiles en ese naufragio.

Charlie escucha a unos y otros mientras troncha algunas ramas secas y coge la leña que hay por el suelo. No es mucha, pero considera que es su parte. Juntándola en una buena brazada, la deja dentro del avión para que se seque.

Luego prepara un paquete con unos buenos trozos de carne envueltos en uno de los paracaídas, el más limpio que encuentra. Con las cuerdas del mismo, prueba a hacerse una especie de mochila. Tras varios intentos de los que no queda muy orgulloso y algunos ajustes en las ataduras y en la longitud de los "tirantes", termina dándose por satisfecho, como indica el sutil cambio de tono en sus gruñidos y refunfuños.

Con la carne, sus cuatro pertenencias y uno de los recipientes, lleno de agua de lluvia por estar debajo de una gotera, se considera listo para comenzar la caminata.

Yo no me quedare aqui sola ni por todo el oro de España... recoge en un hatillo lo poco que tiene y se lo echa al hombro. Toma el cuchillo de nuevo ya que nunca se sabe cuando le podra hacer falta...

Ademas, siempre necesitaran a alguien que le cure las heridas... ¿no?

Antes morire que dejarme hacer eso... piensa al recordar al buen doctor y su torcido gesto.

Yo paso de volver a la playa, como dijimos anteriormente con Felix revisamos bien el barco que hay destruido en la playa y no hay nada... y si quieren volver a revisar los cadaveres no voy a ser yo quien detenga la nueva profanacion - mirando de reojo a la hermana, esperando que esas palabras la hicieran estallar de un momento a otro.

Asi que, cuales son las otras opciones... ¿internarnos aleatororiamente en la jungla? - tras mirar en circulos el lugar donde se encuentran. - Si tan solo pudieras bosquejar un mapa del lugar... (sigh) - tras un corto suspiro Irina queda mirando el piso, desmoralizada un poco por toda esta situacion de no saber para donde avanzar.

Mientras habláis en la entrada del avión por inercia lo primero que hacéis es comprobar el interior donde todo parece estar en su sitio. Charlie parece estar muy activo recogiendo leña por lo que el resto hace lo mismo sin separarse demasiado y conseguís agrupar algo de leña húmeda que dejáis en el interior del avión para que se vaya secando. No es mucho pero suficiente para encender un fuego si que tenéis.

Vuestras intenciones se ven cortadas por la cruda realidad. Necesitáis ciertas cosas para subsistir como son el agua y la comida. Por ahora habéis accedido a una fuente de agua y tenéis un pequeño jabalí que destripar pero eso no os va a durar para siempre.
Mientras charlie procede a despellejarlo y cortar así algunas tiras para poder comer habláis de vuestras opciones y no son demasiadas. La extraña luz que visteis en mitad de la noche