Partida Rol por web

Observó el muro con aire obstinado. Una contrariedad, que lamentablemente no se veía capaz de salvar. Por un lado por la extraña sensación en su interior, que contraía cada músculo de su cuerpo -la presencia del Oni-, y por otro la obvia falta de uno de sus brazos. Por tanto se decidió a correr tras el Fénix sin tan siquiera intentar treparlo

El maestro elemental del agua invoca un pequeño muro de agua de 1'20 metros de altura y un radio de 1'50 metros que le rodea.
Por su parte Isawa Kaede lanza un conjuro y tras ello se dirige a Kyoshiro ya puedes escalar el muro

Valkai ya tenía a su objetivo entre ceja y ceja, puesto que Uona no se había querido rendir.
Sin embargo, de repente un muro de piedra se alzó desde el suelo y tuvo que tirar con fuerza las riendas de su montura para no chocar contra él.
Parecía que este tenía una apertura al fondo, por donde podía pasar.
Espoleó a su corcel para correr lo más deprisa que podía, esperando que aguantaran sus compañeros.

Tsuke invoca dos pequeños orbes de fuego que flotan sobre la palma de su mano y los lanza hacia Shiroi y Tameiki que estallan en llamas quedando esta última inconsciente. Shiroi aún se mantiene en pie.
Por su parte el Oni señala a Hidenaga enviándole un torrente de fuego que serpentea por el suelo hasta él estallando en llamas; sin embargo, a diferencia del ataque de Tsuke, este fuego no se apaga y sigue ardiendo quemando al antiguo Akodo.
Uona sigue preparando un conjuro.

Tiras 10g7, así que tira un dado más

Los pasos del Cangrejo no ofrecieron duda alguna tomando la delantera del grupo hasta encontrar la sala donde el poder del Jingoku había hecho acto de presencia. Allí a una distancia prudencial se encontraban los enemigos y un enorme oni amenazante que se lanzó hacia los Truenos.

Los ojos de Oni Negro se posaron sobre la bestia, su eterno enemigo ancestral, el deber que Hida-Kamisama les había dejado en confianza ciega. Sus oídos escucharon los gritos de esa batalla una vez más. Flechas zumbaban a su alrededor y los aullidos de sus hermanos cargan contra las filas de los demonios en las cavernas de Tierras Sombrías. La voz de Hiruma-sama retumbaba mientras armas y caparazones se quebraban por igual. Una carnicería que su mente nunca podría olvidar. Y allí estaba el muchacho que una vez fue, con las manos ensangrentadas y empuñando un Daituschi recuperado de las manos sin vida de uno de sus camaradas. El grito del Chi No Oni se acercaban y las llamas creadas por su brutal poder dejaba un rastro de cenizas carmesíes mientras los ojos del Cangrejo buscaba algún lugar del que poder tomar algo de ventaja. La bestia se asomó a la galería donde las tropas peleaban masacrando indiscriminadamente a bestias y samuráis por e simple placer de matar. Entonces la voz de Kaiu-sama resonó en su mente. -"¡Hermanos, por aquí!".

La mirada perdida de Oni Negro regresó a su lugar viendo de nuevo a su enemigo, pero visualizando a su objetivo. Apretó con fuerza la empuñadura de su acero Kaiu y asintió a la inmensidad aceptando una vez más su destino. -"Es un Chi No Oni, es muy poderoso y resistente. Sólo el Jade o el Cristal lo dañarán, cuidado con el fuego de sus malas artes, pues puede dominar a los kami de ese elemento. Asesinará a todo lo que encuentre en su paso, así que acercadlo si podéis a los shugenjas"

La respuesta a la llegada de los truenos no se hizo esperar y el antiguo maestro de la Tierra levantó un muro que separaba a los Tameki, Hidenaga y Shiroi del resto de sus compañeros y aunque la ira se hacía cada vez más fuerte, los reflejos y la reacción de Oni Negro fueron lentos, pues fue el último en reaccionar, pero un pequeño muro no suponía un gran problema para una samurái de sus habilidades. Por lo que decidió invocar el poder de su obi para aumentar su capacidad de movimiento tratando así de llegar al combate con sus enemigos más rápidamente.

Tras superar el muro, el Cangrejo corrió con la velocidad de un rayo mientras movía su tetsubo dibujando arcos delante de su avance. Dibujó una línea recta hasta el Oni para mirarlo a los ojos para ofrecerle la mirada de la muerte que le esperaba a su enemigo. Sin embargo algo inesperado sucedió y al encontrarse tan cerca de una muerte segura, su acero estalló en llamas iluminando la sala con un destello. El bushi no dudó y se introdujo entre las piernas de su enemigo para, como un cometa dirigirse hasta el maestro del agua y poder sentir el roce de su aliento sobre su armadura negra. -"Todavía hay tiempo Isawa Tomo-sama, buscad el honor en vuestro interior y aceptad vuestro error. Sólo de esa manera podréis sobreponeros a vuestra falta. recuperad la cordura y uniros a nosotros. Fu Leng nunca os aceptará como iguales, sólo os utilizará como sus marionetas para mataros una vez crea que ya no le podéis ser de utilidad. Lo mismo hará Isawa Tsuke o el Oni que controla. Solamente un corazón honorable cumple siempre su palabra y este camino que habéis tomado sólo lleva a la deshonra, a la traición y al sufrimiento. Recapacitad o no me dejaréis opción que tomaros como mi enemigo".

La postura del Cangrejo era defensiva, pero en sus ojos se podía ver el fuego que compartía su acero en ese momento, no dudaría al cumplir con su destino, pero siempre había esperanza.

Mañana narro el post, pero dejo las tiradas hechas

Resultaba extraña, la forma en la que la frágil ilusión de la paz podía desvanecerse. Corriendo hacia el grupo de shugenjas, sintió más que vio la presencia de Hidenaga y Tameiki a su lado. El resto parecía haberse rezagado un poco en esa carrera letal por alcanzar a sus enemigos.

Y entonces, se desató el caos. Y, contra lo que podría esperarse, fue la Tierra la primera en rebelarse contra los Truenos. El suelo de la catacumba tembló, se agrietó y se alzó como si fuera la superficie de un mar embravecido, creando un muro de piedra que selló el pasillo, bloqueando el acceso a la cámara. El Maestro de la Tierra había sido rápido… pero no lo suficiente para detenerla.

Pero entonces, otros actuaron. La grotesca figura del oni lanzó un río de fuego sobre Hidenaga, e Isawa Tsuko hizo aparecer dos proyectiles de oscuras llamas que se abatieron sobre las dos ronins como meteoros. No había tiempo para esquivar algo así. La única alternativa era soportar la ordalía, así que se preparó para el impacto.

El impacto del proyectil la dejó sin aliento. La bola de fuego estalló sobre su pecho con violencia, derramando lenguas de llamas sobre su cuerpo, abrasando su piel y haciendo que su propio aliento consumiera sus pulmones. Por un momento, sintió cómo el abrazo de la inconsciencia trataba de hundir su espíritu en la oscuridad, pero se negó a rendirse. Y tal vez, fue ésa voluntad la que se derramó sobre su equipo e hizo que despertara para protegerla.

Obligó a sus agotadas piernas a seguir corriendo. Tomó aire una vez más, a pesar del dolor. A sus espaldas, escuchó a Tameiki derrumbarse y el gruñido de dolor de Hidenaga, pero continuó avanzando. A pesar de que su corazón le pedía ayudar a su compañera, no podía permitírselo. Si dudaban, morirían.

Cruzó a toda velocidad la distancia que le separaba del Maestro del Fuego, ignorando la terrible presencia del oni. Esperaba que el resto fueran capaces de contenerlo sin su ayuda.

Finalmente, se encontró delante de su objetivo. El rostro envejecido de Isawa Tsuko, el verdadero artífice de toda la locura en la que se había sumido el Fénix, estaba justo frente a ella. Shiroi clavó su mirada en los ojos del anciano shugenja. Unos ojos llenos de ambición y locura, febriles, en los que se parecía reflejarse el fuego de Jigoku. El mismo fuego que había abatido a Tameiki. Su mano se aferró con más fuerza a su espada. El viento que rodeaba la hoja aulló como una galerna. El emblema de los Doji relampagueó. No había lugar para la piedad para con él.

El mundo dejó de existir. El mismo tiempo se detuvo, sorprendido entre los latidos del corazón del Maestro del Fuego. Y la espada de Shiroi cortó a través de ese instante congelado, moviéndose más rápida que el propio pensamiento. Dos cortes, aunque un único movimiento en el que pasó a través de su enemigo.

Para cuando el corazón de Tsuko latió de nuevo, su cabeza ya se había separado de su cuerpo.

-¡Aún no es tarde! –Gritó hacia el resto de los shugenjas, encarándose con ellos. Si debía matarlos, que así fuera, pero conservaría la esperanza hasta el final. -¡Renunciad a Jigoku!

Supongo que eso iría en el Turno anterior, así que podría utilizar otro punto de Vacío para atacar ¿verdad?

Sí, puedes utilizar otro punto de vacío para atacar.

 ¿Cuantos Aumentos necesito para un Ataque Localizado? 

Viene en la escena gravedad de las heridas, 1 aumento para el torso, 2 aumentos para cualquier extremidad o tres aumentos para la cabeza.

 No termino de entender muy bien la anatomía del Oni. 

 Es humanoide pero con cuernos y más grande.